LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA: 15,16,17,18 y 19

 Paso quince: de Capernaum a Jerusalén (Jn. 2:13—3:2!) 

A. Jesús participa de la Pascua y visita el templo. Se requería que todos los varones subieran a Jerusalén tres veces al año, en el tiempo de las fiestas de la Pascua , Pentecostés y los tabernáculos. 

B. Lleva a cabo suprimera limpieza del templo al echar de allí a los materializados vendedores y cambistas. Lo volvería a hacer otra vez al final de su ministerio. (Cp. Jn. 2:15 con M t. 21:12.) 

C. Cumplimiento número once de las profecías del Antiguo Testamento: que sería celoso de las cosas del Padre. (Cp. Sal. 69:9: 119:139 con Jn. 2:13-17.) Notemos la declaración: «El celo de tu casa me consume» (Jn. 2:17). Está tomada del Salmo 69, que es uno de los seis salmos m ás citados en el Nuevo Testamento. (Los otros son los Salmos 2, 22, 89, 110 y 118.) 

D. Los judíos le demandaron una señal que justificara lo que había hecho. 

E. Segunda predicción: concerniente a su muerte y resurrección (Jn. 2:19-22). 

1. Les dice que su templo sería destruido.

2. El lo levantaría después en tres días. 

3. Los judíos pensaban que él se refería al templo de Herodes, que tomó cuarenta y seis años edificarlo. Posteriormente usaron esta declaración retorciéndola fuera de su contexto durante el juicio contra Jesús, incluso mientras estaba en la cruz. (V éanse M t. 26:61: 27:40; Mr. 15:29.) 

4. Él estaba, por supuesto, refiriéndose a su cuerpo. (Véanse 1 Co. 3:16; 6:19; 2 Co. 6:16.) Los judíos debieron saberlo, pues Jesús usó aquí dos palabras diferentes. Usó el término hieron para referirse al templo de Herodes y la palabra naos cuando hablaba de su cuerpo. 

5. Sus discípulos recordaron esta conversación después de la resu rrecció n (Le. 24:8). 

6. El gentío voluble em pezó a seguirle después de su milagro en Caná y de su demostración de fuerza en el templo, pero Él los evitó, plenamente consciente de los motivos carnales que los inducían. (C p. Jn. 2:24, 25 con M t. 9:4; Mr. 2:8; Jn. 6:64.) F. Nicodemo va a Jesús de noche (Jn. 3:1-21). 

1. A unque este hombre era un líder y maestro religioso necesitaba nacer de nuevo. Notemos la pregunta de Jesús en 3:10: «¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?» F,n griego se usa el artículo definido y significa: «¿Eres tú el maestro de Israel?» Nicodemo pudo haber sido el m aestro más famoso en aquellos días. 

2. Jesús ilustra la necesidad de su visitante refiriéndose a Moisés y a la serpiente de bronce. (Cp. Jn. 3:14 con N rn. 21:9.) En esta ocasión que relata el A ntiguo Testam en to , Dios había en viad o serpientes venenosas para castigar las rebelion es de Israel. El pueblo se arrepintió y el Señor proveyó de un remedio. Colocaron una serpiente de m etal sobre un poste de m adera de manera que todos la vieran. Cualquiera que fuera mordido sólo necesitab a mirar a la serpiente para ser sanado. Podemos parafrasear de la siguiente manera lo que Jesús le estaba diciendo a Nicodemo: «Nicodemo: a semejanza de aquellos israelitas, tú has sido mordido por una serpiente: la serpiente del pecado. Es una mordedura incurable y fatal. Pero Dios pronto va a levantar una cruz a las afueras de Jerusalén y sobre ella va a poner a un Salvador.» Podemos d ecir que no es posible percibir completamente el más famoso versículo de la Biblia, Juan 3:16. a menos que tenga uno algo de conocimiento sobre su trasfondo, que en contramos en Juan 3:14: «Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado.» 

3. Jesús le habla a Nicodemo del gran amor de Dios por el m undo (Jn. 3:16). 

4. Podemos formular varias preguntas aquí: 

a. ¿Porqué vino de noche? No lo sabemos, y no es justo que le tachemos de cobarde. Quizá la actividad diaria de ambos hombres lo requería así. 

b. ¿Qué sabía Nicodemo acerca de Jesús? Sabía que venía de Dios a causa de sus milagros sobrenaturales. (C p. Jn. 3:2 con 20:30. 31.) 

c. ¿Qué quiso decir Jesús mediante la expresión «el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios» (Jn. 3:5)? Veamos las cuatro explicaciones que se han sugerido. 

(1) Se refería a la regeneración bautismal. Esta opinión queda, por supuesto, com pletamente refutada por otros pasajes bíblicos. (Véanse Ef. 2:8, 9; 1 Co.1:17; Ro. 5:1.) 

(2) Se refería al saco de agua que acompaña alnacimiento físico para contrastar así el nacim iento físico con el espiritual. Estaba diciendo que lo que se requería para poder vivir en este mundo era tener un nacimiento físico, y de igual manera, el requerimiento para poder vivir un día en el cielo es tener un nacimiento espiritual. A quellos que sostienen este pun ­to de vista señalan a Juan 3:6, donde creen que Jesús clarifica su posición. 

(3) Se refería al bautismo de arrepentimiento de Juan en el Jordán, el cual los fariseos habían rechazado. (C p. Le. 3:3 con 7:30.) 

(4) Se refería a la Palabra de Dios (el agua) y al Espíritu de Dios (Espíritu), sin los cuales el hom bre no puede jamás salvarse. (Véanse Jn. 16:8-11; Ro. 11:6-15.) Los que abogan por esta interpretación señalan que el agua en la Biblia es frecuentemente el símbolo reconocido de,-la Palabra de Dios. (Véanse Sal. 119:9; Jn. 4:14; Ef. 5:25. 26; Tit. 3:5.) d. ¿Aceptó Nicodemo a 

Cristo? Hay fuerte eviden­cia de que sí lo hizo, aunque él no fue aparentemente el mejor discípulo en dar testimonio verbal de Cristo. (V éanse Jn. 7:50; 19:39.) 

5. Tercera predicción : concerniente a su muerte (Jn. 3:14). 


6. En 3 :13 Jesús dice: «Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hom bre, que está en el cielo.» ¿Cómo podemos reconciliar esta declaración con aquella que describe la marcha al cielo de Elias, donde se nos dice: « ... y Elias subió al cielo en un torbellino» (2 R. 2:11)? Se ha sugerido que Jesús estaba hablando del tercer cielo de 2 C orintios 12:2, mientras que el cielo al cual Elias fue arrebatado era el paraíso (o seno de A braham ), el cual, antes de la cruz, se creía que e staba ubicado en el corazón de la tierra.


Paso dieciséis: de Jerusalén al río Jordán (Jn. 3:22-26) 

A. Jesús bautiza en el río Jordán. 

B. Juan el Bautista da un fiel testimonio acerca de Cristo a sus propios discípulos.


Paso diecisiete: del río Jordán a Sicaren Samaria [Mt. 4:12; Le. 3:19, 20; Jn. 4:1-42) 

A. Juan el Bautista es encarcelado por denunciar el matrimonio ilegal de Herodes (M t. 4:12; Le. 3:19, 20: Mr. 1:14). 

B. Jesús se da cuenta de que los fariseos le están metiendo en una competencia bautismal con Juan el Bautista, de manera que se va de Judea a Galilea (Jn. 4:1-3). 

C . Durante una parada en el camino, Jesús tiene oportunidad de dartestimonio y ganar a una m ujer samaritana inmoral (Jn. 4:4-42) 

1. L e pide que le dé de beber del agua del pozo que Jacob dio a su hijo José, y ella le recuerd a inmediatamente que hay un grave preblema racial. (C p. Jn. 4:9 con 2 R. 17:24; Esd. 4:3: Le. 9:52.) 

2. El no hace caso de “sus burlas y la ofrece agua viva. (C p. Jn. 4 :10 con Is. 12:3; A p. 22:17.) 

3. Ella le pregunta si él es mayor que el patriarca Jacob. 

4. Jesús de nuevo pasa por alto sus bruscas palabras y por segunda vez le ofrece el agua viva. 

5. Cuando ella le pregunta por esta agua viva, él le recuerda amablemente su pasado pecam inoso, mencionándole sus cinco anteriores matrimonios y señalándole que al presente vive en adulterio con su sexto marido. 

6. En un intento desesperado por evitar este doloroso asunto, ella le hace una pregunta teológica en relación al lugar donde se debe adorar, si en Jerusalén o en el monte Gerizín en Samaría. 

7. Jesús le responde diciendo que Dios es Espíritu, y los que le adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad. 

8. Jesús le revela que él es el Mesías (4:26). (V éanse también Jn. 9:37; Mr. 14:61, 62.) 

9. Los discípulos regresan de comprar alimentos, y Jesús les instruye sobre cómo ganar almas. (C p. 4:35 con M t. 9:37.) 

10. L a mujer vuelve trayendo a un grupo de samaritanos para que escuchen a Cristo, y m uchos de ellos creen en él. 

D. Este pasaje contiene uno d e los más grandes ejemplos de ganar almas en toda la B iblia. 

Notemos unos pocos de sus puntos prácticos: 

1. Jesús rehusó discutir con la mujer. 

2. Evitó quedar enredado en conceptos teológicos en disputa. 

3. Nunca intimidó a la mujer, aunque era una gran pecadora. 

4. Insistió en hablar del agua viva, que era el asunto (el único) que de verdad interesaba. 

5. Concluyó dirigiéndola hacia Él (4:26). 

6. El cristiano tiene sólo que levantar los ojos para ver la abundante cosecha de almas perdidas que hay a su alrededor. 

7. Los cristianos a veces siembran semillas que otros cosecharán, de la misma manera en que a veces cosechan lo que otros sembraron. Dios es el único que da el crecimiento. (V éase 1 C o. 3:5-9.)


Paso dieciocho: de Sicar a Caná (Jn. 4:43-54) 

A. Jesús entra en Galilea, pero pasa de largo por su ciudad de Nazaret y prosigue hacia Caná porque «el profeta no tiene honra en su propia tierra» (Jn. 4:44). 

B. Sele acercó un funcionario del rey procedente de Capernaum que deseaba que sanara a su hijo moribundo. 

C. Segundo milagro: sanidad del hijo del funcionario real (Jn. 4:50). 

1. Jesús le envía a casa con la prom esa de que encontrará a su hijo curado. 

2. Al llegar a casa encuentra que es cierto. Él y toda su familia aceptan a Cristo.


Paso diecinueve: de Caná a Nazaret (Le. 4:16-30) 

A. Le piden que lea las Escrituras en la sinagoga de su pueblo. 

B. Abre la Escritura en Isaías 61 :1 ,2 , donde el profeta predice que el Espíritu Santo ungiría al futuro Mesías a fin de hacer cosas m aravillosas. 

1. Predicaría buenas nuevas a los pobres. 

2. Sanaría a los quebrantados de corazón. 

3. Pregonaría libertad a los cautivos. 

4. Restauraría la vista a los ciegos. 

5. Daría libertad a los oprimidos. 

6. Proclamaría el año agradable del Señor. 


C. Primer sermón : basado en Isaías 61 ; predicado en p v '" ] Nazaret (Le. 4:16-30). Nota: Jesús paró la lectura en las L -v - J palabras «el año agradable del Señor», y no leyó la frase siguiente en Isaías 61:2, que dice: «Y el día de veng an za del D ios nuestro .» L o hizo así porqu e «el año agradable» corresponde a su Prim era Venida, y el «día de venganza» tiene que ver con su Sgunda Venida. 

D. Jesús se identifica a sí mismo como el Mesías prometido en Isaías 61. 

E. Cumplimiento número doce de las profecías del Antiguo Testamento: que sería lleno del 

Espíritu de Dios. (Cp. Is. 11:2; 61:1, 2; Sal. 45:7 con Lucas 4:18, 19.) 

F. Hace referencia a Elias y a Naamán en un intento de convencer a sus paisanos de su incredulidad.  

1. Había muchas viudas judías en necesidad en los días de Elias, pero Dios sólo alimentó a una, la viuda de Sarepta de Sidón (1 R. 17:9-16). 

2. Habia muchos judíos leprosos en los días de Elíseo, pero Dios sólo sanó a uno, a Naamán el sirio (2 R. 5:14). 

G. Los judíos se llenan de ira al escuchar esto e intentan realm ente matarle, pero «él pasó por en m edio de ellos, y se fue» (Le. 4:30). Esta es la prim era de muchas o casiones en las que los judíos intentaron matarle. (Véanse Jn. 5:16; 7:30: 8:40, 59: Le. 11:53, 54.) Una de las razones de su odio ciego fue esta ilustración de fe de dos gentiles. Los judíos miraban a los gentiles como perros y cerdos. Esta es la primera de dos visitas de Jesús a Nazaret que tenemos registrad as. (Para la o tra visita véanse M t. 13:54-58; M r. 6:1-6.) 


LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA: PASO 11,12,13 y14

 Paso once: de las tentaciones en el desierto a Betábara (Jn. 1:29-42) 

A. Juan el Bautista presen tó al Mesías como el Cordero de Dios. « .. He aquí el Cordero de Dios, que qu ita el pecado del mundo» (Jn. 1:29). Sin ser quizá plenamente consciente de ello Juan estab a respondiendo a la pregunta que había hecho un jovencito veinte siglos antes. «Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto?» (Gn. 22:7). Escuchemos la conclusión gloriosa de este maravillosa tema mediante la voz de los ángeles del cielo que claman: «El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza» (Ap. 5:12). (Véanse Gn. 22:7; Ex. 12:3,'rís. 53:7; 1 P. 1:19; Ap. 5:6.) 


B. Juan cuenta cómo reconoció Él al Mesías cuando el Espíritu descendió sobre Él en forma de paloma. 


C. Juan, hijo de Zebedeo, y Andrés, el hermano más joven de Pedro, dos de los discípulos de Juan el Bautista, dejan a este y siguen a Cristo. 


D . Al poco tiempo Andrés lleva a su hermano Pedro a Cristo. Sin darse cuenta de ello, Andrés responde a la pregunta del perplejo Job: 

1.Job : « ¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios!» (23:3). 

2. Andrés a Pedro: «Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo)» (Jn. 1:41). 


E. Jesús llamó «Cefas» (que quiere decir, Pedro [piedra]) a Simón. El propósito de Dios es cam biar los nombres (caracteres) de los hombres. (Véase Ap.3:12.) 

1. Cambió a Abram por Abraham (G n. 17:5). 

2. Cambió a Sarai por Sara (G n. 17:15). 

3. Cambió a Jacob por Israel (G n. 32:28). 

4. Cambió a Saúl por Pablo (H ch. 13:9). 


Paso doce: de Betábara a Betsaida (Jn. 1:43-51) 

A. Jesús se encuentra con Felipe y le llama para que le siga. 

B. Felipe localiza a su amigo Natanael y le dice: «Hemos hallado a aquel de quien escribió 

Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José de Nazaret» (Jn. 1:45). 

C. Natanael se muestra escéptico: «¿De Nazaret puede venir algo bueno?» (Jn. 1:46). 

D . Felipe responde en forma positiva: «Ven y ve» (Jn. 1:46). 

1. Notamos que Felipe un recién convertido, no tenía una comprensión completa del nacimiento virginal, pero con todo era un testigo efectivo. 

2. A Natanael se le atragantó el título de « Jesús de Nazaret» que Felipe usó. Él sabía que el 

Mesías nacería en Belén. A demás, parece que tenía mala opinión de los galileos. 

3.Felipe no se metió en discusiones , sin o que le invitó:«Ven y ve». 


E. Natanael confesó a Cristo como Hijo de Dios y Rey de Israel. 

1. Se quedó sorprendido de que Jesús sabía que él estaba sentado bajo una higuera cuando 

Felipe le habló. El Salvador siem pre trata con los hombres en el nivel donde se encuentran. 

a. Trató con Natanael bajo una higuera (Jn. 1:48). 

b. Trató con Zaqueo subido a un árbol sicómoro (Lc. 19:4, 5). 

c. Trató con un ladrón moribundo clavado al árbol de la cruz (Lc. 23:39-43). 

2. Se le promete a Natanael que un día vería los cielos abiertos, y a los ángeles de Dios subiendo y descen­diendo sobre el Hijo del Hombre (Jn. 1:51). Esto sucedió en la ascensión. (V éase H ch. 1:9-11.) A unque Natanael usa para con él el título Rey de Israel (1 :49), nuestro 

Señor prefiere para sí el de Hijo del Hombre (1 :51). Este fue su título favorito y lo usó mucho m ás que ningún otro. Natanael y Felipe son los primeros en escucharlo. 

3. Primera predicción: en relación con su ascensión (Jn. 1:50,51 ). Nota: Es emocionante observar que la primera predicción registrada que tenemos de nuestro Señor no está relacionada con su sufrimiento, su muerte, o incluso su resurrección, sino con su ascensión. 

Como Isaías una vez declaró acerca de Dios: «A cordaos de las cosas pasadas desde los tiem ­ pos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anunció lo porvenir desde el principio , y desde la antigüedad Jo que aún no era hecho; que digo : Mi con­sejo permanecerá , y haré todo lo que quiero » (46:9, 10).


Paso trece: de Betsaida a Caná (Jn. 2:1-11) 

A. Jesús, María y sus discípulos participan en una boda en Cana. 

B. María inform a a Jesús que se les había term inado el vino. 

C. Él quiere ayudar en este embarazo so problema, pero amablemente le recuerda a María que el propósito de su venida a la tierra no era simplemente obrar milagros. (Cp. Jn y2:4 con Jn. 12:23.) 

D. María instruye a los criados : « Haced todo lo que os dijere» (Jn. 2:5). (Véanse también Lc. 5:5, 6; H ch. 9:6; He. 5:9; 11:8.) 

E. Se les pidió que llenaran de agua seis tinajas de piedra  que usaban para agua. f | ^

F. Primer milagro: transformación del agua en vino (Jn. 2:7- '^11^ 9). Es significativo que nuestro Señor escogiera una boda para llevar a cabo su primer milagro. El matrimonio es la más antigua e im portante de las tres instituciones establecidas por Dios. Dios mismo ofició en la primera ceremonia de bodas en Edén (G n. 2 :2 0 -2 5 ). El  Padre elegiría después la relación entre un hombre y su esposa para ilustrar el amor de Cristo por su Iglesia (Ef. 5:22- 33). Y el gran suceso de los siglos, que está todavía por venir, es una fiesta de bodas: el m atrim onio del Hijo de Dios con su esposa elegida (A p. 19:6-9). Jesús usó tinajas para agua a fin de realizar su p rim er m ilagro. El desea hacer lo mism o hoy, pero ahora usa vasos de barro vivientes. Si se lo permitimos, nos llenará con el agua de la Palabra de Dios, y cuando lo derramamos (ofreciéndoselo a otros) se transforma en el vino del Espíritu. 

G. El encargado de la fiesta da testimonio de la excelente calidad del vino.

Paso catorce: de Caná a Capernaum (Jn. 2:12) Este se convertiría pronto en su lugar de residencia. 

LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA: PASO 8,9,10

 Paso ocho: de Jerusalén a Nazaret (Le. 2:51, 52) 

A. Regresa con María y José y se somete a ellos. (Véase Fil. 2:5-8.) 

B. Crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres. Jésús, cuando era muchacho, aprendió seguramente hebreo, arameo y griego. Tiempo después leyó de un rollo en hebreo en Nazaret (Le. 4), enseñó a las multitudes en arameo. y conversó con Pilato en griego. Pudo haber leído también el Testamento de los Doce Patriarcas, que era un relato no canónico concerniente al testimonio de los doce hijos de Jacob. Seguram ente estaría fam iliarizado con libros judíos bien conocidos sobre la ley y los escritos. N ota: Según L ucas 2:52, su crecimiento se produjo en cuatro dim ensiones: 

1. En sabiduría (madurez mental). 

2. En estatura (madurez, física). 

3. En gracia para con Dios (madurez espiritual). 

4. En gracia para con los hom bres (madurez social). 

LA NIÑEZ DE JESÚS «Este pequeño pueblo de Nazaret, en el norte de Palestina, era una representación en miniatura de todo el país en el sentido de que su situación permitía el contacto rápido con el mundo exterior y al mismo tiempo una considerable separación: las mismas características que Israel había tenido históricamente. Su tierra se encontraba en el cruce de caminos del mundo, y al mismo tiempo separada de él a causa de su peculiar topografía, que confinaba el flujo de los viajeros hacia las tierras bajas, pasando por la meseta donde se centraba la vida de la nación. Cuando era un muchacho , Jesús podía observar el horizonte en todas direcciones desde la cima de los montes de Nazaret. Los viajeros dan testimonio de la magnificencia del pano rama desde estas alturas. La vista incluía al mar Mediterráneo hacia el o este, el monte Carmelo y el llano de Sarón hacia el sur, el valle del Esdraelón y el monte Tabor al norte, el collado de More y el monte Gilboa en el sur, y Samaria más allá: todos formando casi una línea perfecta al norte y sur. Hacia el este, más allá de la de presión formada por el mar de Galilea y el Jordán , se levantaban los montes que señalaban el comienzo de la tierra de Basán y Galaad . Hacia el norte se extendía la que brada región de Galilea , elevándose en forma de meseta en la distancia , con el monte Hernón brillando y s obre saliendo en el noreste. Ningún patriota hebreo podía recrear sus ojos en estos escenarios sin recordar los emocionantes eventos históricos que quedaron asociados para siempre con ellos: el triunfo de Elias sobre los profetas de Baal. la victoria de Débora y Barac, la derrota de los madianitas por Gedeón y sus cuatrocientos, la sentida muerte de Saúl y de Jonatán. Estos y otros muchos episodios resurgían fácilmente del pasado y eran revividos con la imaginación. Sí, Nazaret estaba retirado, pero no muy lejos de este remanso se hallaba el mundo de los negocios humanos. Su beneficio inmediato para Jesús fue proporcionarle una vida sencilla y, a la vez, no muy lejos, estaba la puerta de una vida más compleja y dinámica en la que él ministraría. Nazaret dependía para su sobrevivencia del cultivo de sus campos de cereales, viñas y arboledas, que se extendían a todo lo largo de los montes que la rodeaban. A unque su trabajo le retenía en el pueblo, a Jesús le gustaba la vida del campo, y frecuentem ente recorría la campiña disfrutando de su vista y sonidos. Años después, cuando buscaba escapar de la compañía humana para estar en comunión con el Padre, permaneció fiel a la influencia del medio en sus primeros años. A juzgar por sus parábolas, Jesús debió cultivar tem prano en su vida el hábito de observar lo que sucedía a su alrededor. Pudo ver que no toda la semilla sembrada caía en buena tierra. A prendió que era necesario tener árboles buenos a fin de asegurar frutos buenos. Preparó muchas veces el horno y lo alimentó con hierbas secas a fin de que su madre pudiera cocinar, hierbas que hacía poco habían estado creciendo en los campos. Probablemente había observado a María encender una luz y buscar cuidadosamente la moneda que se le había caído de la mano y rodado lejos de la vista. Tanto en su vida dentro de la casa como fuera de ella, estaba siempre alerta a lo que sucedía a su alrededor. Estas experiencias de sus primeros años le proporcionaron muchas ilustraciones de la vida real que usó cuando estuvo delante de la multitud enseñando .» (Evere tt F. Harrison, A Short Life o f Christ, pp. 56, 57.)

Paso nueve: de Nazaret a Betábara a orillas del Jordán (Mt. 3:13-17: Mr. 1:9-11: Le. 3:21, 22). Jesús tiene ahora treinta años (le edad (Le. 3:23). (Véase también Nm. 4:1- .1.) A. Jesús es bautizado por Juan (quien se resiste alegando que es indigno de hacerlo) a fin de cumplir toda justicia. Encontramos una serie de bautismos mencionados en los evangelios. La palabra bautismo significa «identificarse con». 

1. El bautismo de Juan el Bautista. Este era un bautismo nacional. (Véase Mr. 1:4.) 

2. El bautismo de Jesús. a. Con agua por Juan (M t. 3:15). 

b. Con el Espíritu Santo por el Padre (M t. 3:16). 

3. El bautism o del pecado sobre Jesús en el Calvario (Le. 12:50; M t. 20:22). 

4. El bautismo del Espíritu Santo sobre los creyentes en Pentecostés (Mi. 3 : 11 b). 

5. El bautism o de la ira de Dios sobre los pecadores en la tribulación (M t. 3:11 b\ 3:12; 13:30).

6. El bautism o de los creyentes (M t. 28:19). ¿Por qué fue Cristo bautizado? Se han dado cuatro razones: 

7. Para identificarse con el oficio de p rofeta, sacerdote y rey. Estos tres eran ungidos en el A ntiguo Testam ento. En Levítico 8 tenemos la descripción del triple ungim iento de un sacerdote. Lo lavaban prim eram ente con agua, después lo ungían con aceite, y finalm ente con sangre. Cristo se som etió a los dos prim eros (el bautism o de agua y el del aceite del E spíritu), pero no al tercero. 

8. Para identificarse a sí mismo ante Juan. (V éase Jn. 1:31-34.) 

9. Para identificarse con Israel (Jn. 1:11). Para identificarse con los pecadores (Is. 53:12; 2 Co. 5:21.) 

B. Primera oración: en su bautism o (Le. 3:21). 

C. El Espíritu Santo desciende sobre él en forma de paloma, y el Padre expresa su com placencia. A quí vemos a la Trinidad en acción. Notemos la declaración de Juan en este mom ento: « ... Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquel me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo» (Jn. 1:32, 33). (Véanse también Is. 11:2; 42:1.) 

1. El ministerio del E spíritu Santo en la vida de Jesús: 

a. Fue engendrado por el Espíritu Santo (Lc. 1:35). 

b. Fue ungido aquí por el Espíritu Santo (M t. 3:16). (Véase He. 1:9.) 

c. Predicó en el poder del Espíritu Santo (Le. 4:18). 

d. Fue sellado po r el Espíritu Santo (Jn. 6:27). 

e. Estaba guiado por el Espíritu Santo (M t. 4:1). 

f. Obró sus milagros por medio del Espíritu Santo (M t. 12:28; véase también H ch. 10:38). 

g. Estaba lleno del Espíritu Santo (Jn. 3:34; Le. 4:1). 

h. Se conmovió en el Espíritu Santo (Jn. 1 1:33). 

i. Se regocijó en el Espíritu Santo (Lc. 10:21). 

j. Se ofreció a Sí mismo en el Calvario mediante el Espíritu Santo (He. 9:14). 

k. Fue levantado de entre los muertos por el Espíritu Santo (R o. 1:4; 1 P. 3:18). 

l. Dio mandamiento a sus discípulos después de la resurrección por medio del Espíritu Santo (H ch. 1:2). 

m. Un día volverá y levantará a los muertos en Cristo por medio del Espíritu Santo (Ro. 8:11). 


2. El ministerio del Padre en la vida de Jesús. 

a. Envía a su Hijo (Jn. 3:16: G á. 4:4; Jn. 6:57: 8:16- 18; 12:49). 

b. Sella a su Hijo (Jn. 6:27). 

c. Le enseña (Jn. 8:28). 

d. Le honra (Jn. 8:54). 

e. Le da mandamiento (Jn. 10:18). 

f. Datestimonio del Hijo (Jn. 8:18). 

g. Ama a su Hijo (Jn. 10:17). 

h. Glorifica a su Hijo (Jn. 12:28; 17:1). 

i. R esucita al Hijo (Ef. 1:20). 

j. Le exalta (Fil. 2:9-11; E f. 1:20). 

k. L e hace cabeza de la Iglesia (Ef. 1:22). 

l. L e unge (Is. 61:1; Hch. 10:38). 

m. Se deleita en el Hijo (Is. 42:1; M t. 3:17; 17:5; 2 P. 1:17). 

n. Escucha al Hijo (M t. 26:53; Jn. 11:41, 42; 12:27, 28). 

ñ. O frece a su Hijo (Jn. 3:16: 18:11; Ro. 8:32, 1 Jn. 4:9, 10). 

o. Le da la autoridad de hacer juicio (Jn. 5:22, 27). 

Nota: esta es la p rim era de al m enos tres ocasiones en las que el Padre habla desd e el cielo acerca de su amado Hijo (véanse Mt. 17:5 y Jn. 12:28). A unque la doctrina de la Trinidad está in ­ sinuada y anunciada en el A ntiguo T estam ento, la encontram os claram ente manifestada por primera vez en la experiencia del bautism o de Cristo.


Paso diez: de Betábara a la tentación en el desierto (M t. 4 :1 -1 1 ; Mr. 1:12, 13; Le. 4 :1 -1 3) A. El hecho de su tentación: fue llevado por el Espíritu al desierto, y permaneció allí, con las fieras, durante cuarenta días ayunando. 

B. La naturaleza de sus tentaciones: después de los cuarenta días, aparece Satanás y le tienta. 1. Primera tentación: convertir las piedras en pan. 

2. Segunda tentación: saltar desde el pináculo del templo. 

3. Tercera tentación: postrarse ante Satanás y adorarle. C. La teología involucrada en las tentaciones: 

1. ¿Sabía Satanás a quién estaba tentando? Sin duda que sí. El relato en M ateo 4:3 y 4:6 aparecen en el modo indicativo en el griego y deberían traducirse: «Puesto que eres el H ijo de Dios...» 

2. ¿Que beneficios le ofrecía Satanás a él? 

a. Primera tentación: satisfacer su estómago (y así depender de su propios recursos). 

b. Segunda tentación: saltar del templo (y así forzar la mano del Padre). 

c. Tercera tentación: hacerse con los reinos de este mundo (y así rechazar el Calvario). 


3.¿Qué método usó Satanás durante la segunda tentación? Intentó confundir a Cristo citando las Escrituras fuera de contexto. (Cp. M t. 4:6 con Sal. 91:11,12.) 


4. ¿Tenía Satanás realmente el derecho de o frecerle «todos los reinos del mundo y la gloria de ellos» (Mt. 4r8)? ¡Por supuesto que sí! (Véan se Ap. 13:7; Jn. 14:30.) 

5. ¿Cómo respondió Cristo a Satanás? Mediante la Palabra de Dios. 

a. Primera tentación: «Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.» (Cp. M t. 4 :4 con Dt. 8:3.) 

b. Segunda tentación: «Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.» (C p. Mt. 4:7 con Dt. 6:16.) Esta tentación fue probablemente un intento de Satanás de hacer cumplir en forma prematura (y equivocada) Malaquías 3:1: «He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá sú bitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos.» El objetivo principal de Satanás en las tentaciones era hacer que Jesús actuara por sí mismo. in dependiente del Padre. ¿Qué significa realmente tentar a Dios? Se dice que Israel había tentado a Dios en diez ocasiones en su camino a la Tierra Prometida (véanse N m . 1 4 :1 1, 22; He. 3:9). Significa sencillamente sospechar de la bondad de Dios; se refiere a usar la bondad de Dios en una manera egoísta; quiere decir forzar la mano de Dios enalgo. Si Cristo hubiera llegado a saltar desde el pináculo del templo, habría o bligado a Dios a actuar para evitar que destruyera su cuerpo físico estrellándose contra el suelo. 

c. Tercera tentación: «Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.» (Cp. Mt. 4 :1 0 con Dt. 6:1 3 .) (Véase también Stg. 4:7.) El doctor Everett F. Harrison escribe lo siguiente en relación con la tercera tentación: «Satanás es desenmascarado en este episodio final. No podemos creer que está actuando por el interés del Hijo de Dios, pues no ofrece ninguna referencia de las Escrituras. Satanás nos descubre lo más íntimo de su ser. A unque d isfruta con la distinción de ser el príncipe de este m undo, distinción que sólo el pecado le pudo perm itir alcanzar, co d icia alg o m ás que es infinitamente superior. Quisiera ser como el Altísimo. Desea recibir lo que es la prerrogativa más característica y exclusiva de Dios, la ado ración. Un ángel verdadero aborrece tan sólo el pensamiento de ser adorado (Ap. 22:8, 9), pero este ángel caído lo codicia con todas sus fuerzas. Que tal o ferta se le hiciera a Jesús da testimonio de su grandeza. Es muy importantelo que está en juego. Cuando Satanás hizo de Judas su víctima, el cebo fueron treinta monedas de plata. Satanás no pudo haber hecho una oferta más tentadora a nuestro Señor, porque las naciones y los confines de la tierra era la h erencia prometida al Mesías (Sal. 2:8). En el Salmo2 este pasaje sigue inmediatamente al reconocimiento divino del Mesías como Hijo. ‘Pídeme’, dice Dios; pero Satanás descaradamente usurpa el lugar del Altísimo.» (A Short Ufe of Christ, p. 90.) Y como hemos visto aquí. Cristo cita cada vez el libro de Deuteronomio. No es por accidente que la alta crítica en 

Alemania empezó su ataque a la Biblia con Deuteronomio. 

6. ¿Es esta la única vez que Satanás tentó a Cristo? No; en L ucas 4:13 se nos dice: «Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo.» Notemos especialmente las tres últimas palabras. Satanás tentó a Cristo a lo largo de todo su ministerio (véase Mt. 16:23). 

7. ¿Qué ocurrió después de las tentaciones en el desierto? «El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían» (Mt. 4:11). 

Los ángeles del cielo tuvieron un papel importante en el ministerio terrenal de Cristo. 

a. Le adoraron (He. 1:6). 

b. Anunciaron su nacimiento (Lc. 1— 2; M t. 1). 

c. Le ministraron: (1) En el desierto (M t. 4:11). (2) En Getseman í (Lc. 22:43). 

d. Quitaron la piedra de la tumba (Mt. 28:2). 

e. Estuvieron presentes en su ascensión (Hch. 1:10, 11). 

f. A nunciaron su resurrección (Mt. 28:6). 

g. Le acompañarán en su Segunda Venida (2 Ts. 1:7,8). 

8. ¿Pudo haber Cristo pecado durante la exp eriencia de las tentaciones? No; Dios no puede pecar. La Biblia declara que: 

a. El no conoció pecado (2 C o. 5:21). 

b. No cometió pecado (1 P. 2:22; H e. 4 :15). 

c. No hay pecado en él ( I Jn. 3:5; Jn. 14:30) (Véase tam bién He. 7:26.) 

9. ¿Cuál fue el propósito de las tentaciones? 

a. El propósito no era ver si Él lo haría, sino probar que Él no podía pecar. Durante la colonización del Oeste americano, una compañía de ferrocarril se en frentó con un problema. Un puente que cruzaba un profundo precipicio tenía la mala fama de no ser seguro. La investigació n cuidados de los ingenieros del ferrocarril demostró que el temor era infundado, pero el rumor persistía. A l final decidieron formar un tren compuesto solamente de máquinas muy pesadas y duran te un día completo cientos le vieron cruzar una y otra vez por encim a del puente. ¿Por qué lo hicieron? ¿Lo hicieron los ingenieros para ver si el puente aguantaba, o lo hicieron para dem ostrar que sí resistiría? La respuesta obvia que daremos a este ejemplo se aplica al propósito de las tentaciones de Cristo. 

b. El propósito era proveer al creyente con un sumo sacerdote experimentado. (Véanse He. 4:15; 2:18.)




LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA : LOS PASOS 2,3,4,5, 6 y 7

LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA 

Paso dos: d e Belén a Jerusalén (Le. 2:22-38) 

A. Jesús es llevado al templo para su dedicación al Señor. 

1. Tenía al menos cuarenta días en este momento, porque María habría sido considerada ceremonialmente impura hasta pasado este tiempo después del alumbramiento. (V éanse Lv. 12:2-4; Ex. 13:2.) 

2. Tenían que presentar dos ofrendas (Lv. 12:6). 

a. Un cordero de un año como holocausto. 

b.Un palomino o tórtola como ofrenda por el pecado. 

3. Sin embargo, si la familia era pobre, el Señor aceptaba dos aves (Lv. 12:8). 4. José y María ofrecieron estas dos aves en lugar del cordero. 

B. El Espíritu Santo había prometido a un anciano llamado Simeón que viviría hasta que viera al Mesías. 

Cuando Jesús fue llevado al templo, Simeón reconoce inmediatamente a este bebé de cuarenta días como el 

Ungido del Señor. 

C. Simeón toma al pequeño Salvador en sus brazos. 

1. Da gracias al Padre por lo que había hecho. 

2. P red ice lo que el Salvador hará. 

a.Será luz p ara los gentiles. 

b. Será la gloria de Israel. 

c. Será la causa de la caída y levantamiento de muchos en Israel. (Véanse M t. 21:44: 1 Co. 1:23: 2 Co. 2:16; 2 P. 2:7) 

d. Sus sufrimientos para lograr todo esto serán com o una espada que traspasará el alma de Mana. (Véase Jn. 19:25. 26.) 

D. Ana, una piadosa anciana de ochenta y cuatro años, llegó también en este momento y dio gracias al Padre por su don al mundo. 

1. Ella «no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones» (Le. 2:37). (Véase también 1 Ti. 5:5.) 

2. Ana era una de las profetisas mencionadas en la Biblia. 

a. María, la hermana de Moisés, fue una (Ex. 15:20). 

b. Débora, juez de Israel, fue otra (Jue. 4:4). 

c. Huida fue otra (2 R. 22:14). 

d. Las cuatro hijas de Felipe fueron profetisas (H ch. 21: 8. 9). 


Paso tres: de Jerusalén a Nazaret (Le. 2:39) 


Paso cuatro: de Nazaret a Belén (Mt. 2:1-12) (Esto está implícito en el texto.) 

A. Los magos llegaron a Jerusalén y le preguntaron a Heredes acerca del nacimiento del rey de los judíos. 

Considerem os varias preguntas que pueden ser formuladas. 

1. ¿Quiénes eran estos magos? Se ha pensado que eran quizá un grupo de astrónomos que vivía en el área de Mesopotamia. 

2. ¿Cómo asociaron la estrella con Jesús? Hay varias posibilidades. E n el siglo xiv a.C ., un profeta de este 

lugar llamado Balaam había hablado de esta estrella (Nm . 24:17). Tenían también los escritos de Daniel, quien había sido primer ministro de Babilonia y Persia unos 600 años antes de Cristo. Daniel, por supuesto, escribió mucho acerca de la Segunda Venida. 

3. ¿Por que fueron? Estos hom bres estaban sin duda familiarizados con las diferentes religiones del Oriente, y sabían del vacío que todas ellas dejaban. Parece que siguieron a la estrella para encontrar paz y propósito para sus vidas. 

4. ¿Cuándo llegaron a Jerusalén? Quizá no sucedió sino com o a los dos años después del anuncio de los á n ­ geles a los pastores. Parece que el sentido del térm ino «niño» en Mateo 2:9, 11, 13, 14 no es de bebé sino el de una criatura m ayor. Cuando Heredes más tarde in tentó quitarle la vida a este niño desconocido mandó m atar a todos los niños de dos años para abajo (2:16). 

5. ¿Cuántos magos llegaron? No tenemos ninguna evidencia absoluta de que fueran tres. Por el contrario, el grupo puede haber sido desde dos a varios cientos. 

6. ¿Era la estrella una estrella normal y corriente? Q uizá fue una luz especial creada por Dios para este propó sito específico y no una esfera de gases incandescentes a m iles de años luz de nuestra tierra. 

B. El rey Heredes, turbado y p reocupado, consultó con los principales sacerdotes y escribas acerca de la pregunta de los magos, y le informaron que Belén era el lugar del nacim iento del Mesías. (Véanse M al. 2:7; M i. 5:2.) 

C . Hredes envía a los magos allá y les pide que le inform en de sus averiguaciones, fingiendo estar deseoso de ir también él a adorarle, cuando lo que en realidad tramaba era matarlo. Nota: Los líderes judío se habían degenerado a tal nivel que no estaban dispuestos a caminar unos pocos kilómetros de Jerusalén a Belén a verificar si su Mesías de verdad había llegado. Pero aqui  tenemos un grupo de sinceros gentiles que habían cruzado un árido y extenso desierto para encontrarlo. 

D. Nada más llegar la estrella hasta la mism a casa, se postraron a sus pies y le ofrecieron sus tesoros. 

1. Le ofrecieron oro, que habla de su deidad. 

2. Le ofrecieron incienso, que habla de su humanidad. 

3. Le ofrecieron mirra, que habla de sus futuros sufrimientos. 

4. Cumplimiento número siete de las profecías del An­tiguo Testamento: que sería adorado por hombres po ­ derosos y le ofrecerían presentes. (C p. Sal. 72:10 e Is. 60:3, 6, 9 con M t. 2:11.) Esta profecía dada por Isaías fue sólo parcialm ente cumplida en su Primera Venida. El regalo de la mirra (símbolo de sus sufrim ientos) no fue incluido por Isaías. La razón es porque esa profecía tendrá su cumplimiento último durante la 

Segunda Venida, cuando todas las naciones le ofrezcan presentes, los cuales hablan de su gloriosa humanidad y perfecta divinidad. La mirra no será ofrecida en este momento porque sus sufrimientos habrán terminado. 

E. Dios les advierte de los verdaderos planes de Heredes sobre Jesús y los magos regresan a su tierra por otro camino.


Paso cinco: de B elén a E gipto (Mt. 2:13-18) 

A. José es instruido en sueños po r el ángel del S eñor de que huyan a E gipto. 

B. Cumplim iento número ocho de las profecías del A ntiguo Testam ento: que viviría en E gipto por un tiem po. (Cp. N m . 24:8. O s. 11:1 con M t. 2:15.) 

C. Cuando Heredes descubre que ha sido burlado ordena la matanza de los niños del área de Belén de dos años para abajo. 

D . Cumplimiento número nueve de las profecías del Antiguo Testamento: que en el lugar de su nacimiento habría una masacre de infantes. (C p. Jer. 31:15 con M t. 2:17, 18.) Nota: Vemos aquí una divina ironía. En el Antiguo Testam ento Dios saca a su pueblo escogido de Egipto para escapar de la ira de Satanás, pero en el Nuevo Testamento lleva a su H ijo amado a Egipto para que escape de esa m ism a ira.

 Paso seis: de Egipto a Nazaret (Mt. 2:19-23; Le. 2:40) 

A . Después de la muerte de Heredes, el ángel del Señor se aparece otra vez a José y le instruye para que regresen a Israel. (Véase Is. 51:12.) 

B. José obedece, pero a causa de que Arquelao, el hijo de Herodes es que reinaba en Judea, sintió temor de ir a Belén y se estableció con su familia en Nazaret de Galilea (M t. 2:22, 23). 

C. Cumplim iento número diez de las profecías del Antiguo Testamento: que sería llamado nazareno . (C p. Is. 11:1 con M t. 2:23.) 

D. En Nazaret Jesús crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era con él (Le. 2:40).


Paso siete: de Nazaret a Jeru salén (Le. 2:41-50) 

A . Jesús participa en su primera Pascua que tenemos registrad a a la edad de doce años. 

B. A su regreso a casa se dan cuenta de que no está con ellos, y lo encuentran finalmente en el templo conversando con los doctores de la ley. (Véanse Is. 11:1-4; 49:1. 2; 50:4.) 

C. A quellos eruditos doctores se maravillaron de su comprensión. (V éanse tam bién M t. 7:28: Mr. 1:22; Le. 4:22, 32: Jn. 7:15.) 

 D. Pronuncia en estos momentos sus primeras palabras registradas: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?» (Le. 2:49). Comparar estas con sus palabras en el camino del cielo a Belén (H e. 10:5-7).

LA ETAPA DEL EVANGELIO : LOS 72 PASOS DE CRISTO DE LA GLORIA A LA GLOR IA ¡PASO UNO!

 LOS SETENTA  Y  DOS PASOS DE CRISTO DE LA GLORIA  A  LA GLORIA 

Paso uno: de la gloria a Belén {Le. 2:1-21) 

A. José y María tienen que ir a Belén a causa de un edicto de empadronam iento que ordenaba que todos los ciudadanos hebreos se inscribieran en el censo en su lugar de nacimiento. Nota: Este es el tercero de tres viajes muy importantes que se hicieron a Belén. Rut y Noerní hicieron el primero (R ut 1:22), y el profeta 

Samuel realizó el segundo (1 S. 16). 

B. María dio a luz al Salvador. «Lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón» (L e. 2:7). 

1. Este fue el cuarto día más grande en la historia de la humanidad. 

2. El tercer día Más grande en la historia humana aconteció unos treinta y cuatro años más larde, cuando este bebé, hecho y a hombre maduro, fue crucificado en el Calvario entre dos ladrones. «Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera. le crucificaron allí, y a los m alhechores, uno a la derech a y otro a la izquierda» (Le. 23:33). 

3. El segundo día más grande en la historia humana tuvo lugar tres días después, cuando un ángel dijo a unas mujeres afligidas: «No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado , como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor» (M t. 28:5, 6). 

4. El día más grande en toda la historia humana está todavía por suceder. El apóstol Juan nos habla acerca de él: «El séptim o ángel tocó la trompeta, y hubo gran ­ desvoces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos» (A p. 11:15). 

Uno puede comparar favorablemente Lucas 2:7 con Daniel 2:11. En el pasaje del A ntiguo Testamento hallamos que el rey Nabucodonosor acaba de ordenar la muerte de sus sabios por su incapacidad para relatarle el sueño que hacía poco había tenido. Estos astrólogos protestaron, exclamando: «Porque el asunto que el rey dem anda es difícil, y no hay quien lo pueda declarar al rey. salvo los dioses cuya morada no es con la carne.» Pero todo esto cambió con el advenimiento del cuarto día más grande en la historia. Leemos en Juan 1:14 que el Verbo se hizo carne. Una de las verdades más g loriosas de la encarnación era su eternidad. Esto quiere decir que los resultados de este cuarto día permanecerán para siem pre. Él todavía tiene, y tendrá por siempre, un cuerpo de carne y hueso (véase Le. 24:39). 

C. Cumplimiento número seis de las profecías del A ntiguo Testam ento: que nacería en B elén. (C p. M i. 5:2 con Le. 2:4-6: M t. 2:5, 6.) 

D. El ángel del Señor lo anuncia a un grupo de pastores de las cercanías. «He aquíos doy nuevas de gran gozo, que será para  todo el pueblo» (Le. 2:10). Véanse Génesis 12:3; Mateo 28:19; Lucas 2:31. 32; 24:47; C olosenses 1:23. «Que os ha nacido hoy. en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor ... H allaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre» (Le. 2:11, 12). 

E. Se le unió entonces al ángel una multitud de las huestes celestiales, alabando a Dios y diciendo: «¡G loria a D ios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!» (Le. 2:14). (Véase tam bién Le. 19:38.) 

F. Los pastores fueron después a donde estaba el niño y le adoraron, y regresaron alabando a 

Dios. 

G. El niño fue circuncidado al octavo día y le pusieron oficialm ente el nom bre de Jesús. (V éanse G n. 17:12; Lv. 12:3.) A lgunos han alegado que, aparte del testimonio de los escritores del Nuevo Testamento, no existe prueba secular de la historicidad de Jesús. Pero esto sencillamente no es cierto, porque hallamos menciones de su vida y de su muerte tanto en los antiguos registros romanos como en los judíos. Las siguientes citas lo dem uestran: «Jesús de Nazaret fue colgado en la víspera de la pascua. Durante los cuarenta días anteriores un heraldo iba delante de él pregonando: "Merece ser apedreado porque ha practicad o la magia, ha extraviado a muchos en Israel y los ha  incitado a la rebelión. Se permite que todo aquel que tenga algo que decir en su d efensa que salga.’' Pero nadie lo hizo y fue colgado en la víspera de la Pascua.» (De The Babylonial Jewish Talmud.) El Talmud también informa que Jesús fue un hijo ilegítimo de María y un soldado romano llamado BenPanther. «Por este tiempo vivió un hombre sabio llamado Jesús, y su conducta era buena, y era sabido que era virtuoso. Muchos de entre los judíos y de las otras naciones se hicieron discípulos suyos. Pilato lo condenó a ser crucificado y a morir. Pero los que habían venido a ser sus discípulos no abandonaron el discipulado. Informaron que se les había aparecido tres días después de su crucifixión, y que estaba vivo. Por ello, quizá fue el Mesías, acerca de quien los profetas han dicho maravillas. Y la tribu de los cristianos, así llamada por él. no ha desaparecido hasta el día de hoy.» (Josefa: Las obras esenciales, Grand Rapids: Editorial P ortavoz, p. 269.) «Christus, el originador del nombre, había sufrido la pena de muerte durante el reinado de Tiberio, por sentencia del procurador Poncio Pilato, y la superstición quedó controlada por un momento, pero volvió a extenderse no solamente en Judea sino en la mism a capital de Roma...» (Anales, de Tácito, escritor romano). « Decir que en la antigüedad tenían el hábito de atribuir nacim ientos sobrenaturales a sus grandes personajes y que el cristianismo siguió por el mismo camino es engañoso. ¿Son los nacimientos virginales de la antigüedad de la misma clase del que se atribuye a Jesús en los evangelio s? Las palabras de Louis Matthew Sweet son dignas de m encionarse: “Después de un estudio cuidadoso y laborioso, y a veces agotador, de la evidencia ofrecida y de las analogías aportadas, estoy convencid o de que el paganismo no sabía nad a acerca de nacimientos virginales. Son innumerables los nacim ientos sobrenaturales, pero nu nca aparece un nacim ien to virginal en el sentido del Nuevo Testam ento y jamás sin generación física, excepto en unos pocos casos de n acim ientos m ágicos de parte de una m ujer que no tenía la m enor p retcn sió n de ser llam ada virgen. En todos los casos registrados que he sido capaz de exam inar. si la m ujer había sido virgen antes de la concepción, no podía reclam ar serlo después del parlo.” » (A Short Life of Christ. E. H arrison, p. 45.) 

Las Escrituras no especifican el tiempo del año en que Cristo nació. La primera celebración conocida del 25 de diciem bre está asociada con la iglesia en Roma a mediados del siglo cuarto, pero la práctica puede provenir del siglo segundo. El 6 de enero era la fecha observada en las iglesias orientales. M uchos han llegado a la conclusión de que el nacim iento no pudo aco n tecer en diciem bre en razón del tiempo frío, porque los pastores difícilmente tendrían sus rebaños expuestos al frío en los m ontes. Pero la fecha tradicional no resu lta totalm ente inaceptable, porque la baja tem peratura que a veces se produce en invierno se hace sentir generalm ente después del tiempo de Navidad. Nota especial de estudio: parem os en este punto y considerem os seis preguntas que pueden producirse en relación con los eventos que nos llevan al nacimiento del Salvador. 

1. ¿Por qué el ángel G abriel reprendió a Zacarías por su pregunta y no lo hizo con María por la misma causa? 

a. Z acarías: «¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada.» (Le. 1:18). 

b. María: «¿Cóm o será esto? pues yo no conozco varón» (Le. 1:34). Respuesta: Zacarías llevaba muchos años orando por un hijo (Le. 1:13), pero cuando llegó la respuesta dudó del poder de Dios para cumplirlo. Cuando algo m aravilloso ocurre la persona m ás sorprendida es precisam ente aquel cristiano que ha estado orando fervientemente porque sucediera. Sin embargo, no hay razón para pensar que María hubiera estado orando para ser la madre de Jesús. Un ejemplo clásico de esto lo encontram os en el libro de Hechos. Pedro estaba en la cárcel esperando ser ejecutado, y cuando los creyentes en Jerusalén se enteraron «la ig lesia hacía sin cesar oración a Dios por él» (H ch 12:5). Por orden de D ios, un ángel llevó a cabo un rescate espectacular. Nada más quedar liberado Pedro corrió al culto de oración para dar la gran noticia. Notemos el sorprendente relato: «Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la m adre de Juan, el que tenía por sobrenombre M arcos, donde m uchos estaban reunidos orando. Cuando llamó Pedro a la puerta del patio, salió a escu ch ar una m uchacha llamada Rode, la cual, cuando reconoció la voz de P edro, de gozo no abrió la puerta, sino que corriendo adentro, dio la nueva de que Pedro estab a a la puerta. Y ellos le dijeron: Estás loca. Pero ella aseguraba que asiera. E ntonces ellos decían: ¡Es su ángel! M as Pedro p ersistía en llam ar; y cuando abrieron y le vieron. se qued aro n atónitos» (H ch. 12:12-16). P edro tuvo m ás dificultades en en trar a aquella reunión de oración que en salir de la cárcel. 

2. ¿Por qué José y M aría esperaron tanto tiempo antes de marchar a Belén? Sabemos que am bos habían creído el m ensaje del ángel acerca del niño en el vientre de María y estaban sin duda conscientes de la profecía de Miqueas 5:2 que declaraba que el Cristo nacería en Belén. ¿Por qué esperaron hasta el último m inuto para partir? En realidad, uno tiende a pensar que si no hubiera sido por el decreto de César Augusto ellos ni siquiera habrían ido. Respuesta: Este autor no ha encontrado una respuesta satisfactoria. Quizá es mejor concluir que José (siendo un hom bre de D ios como era) tuvo buenas razones para actuar de la m anera en que lo hizo. Quizá el lector desee ex p lo rar un poco más. 

3. ¿Por qué M aría y José no se hospedaron con sus fam iliares en Belén? Los mesones de aquellos días no eran lugares de buena fama, por lo que José se debió sentir desesperado al tener que someter a su esposa embarazada al pecado y ruido de semejan te lugar. Pero incluso esta posibilidad les fue negada. Respuesta: 

Hab ría sido bastante difícil para ellos explicar (o esperar que entendieran) la naturaleza del nacim iento virginal. Todos los chismosos sabrían ya que José y María llevaban sólo seis meses casados, y allí estaba ella, esperando un bebe para esos días. ¿S ería de José? ¿No sería de algún extraño? José evitó el co n tacto con los fam iliares para librar a su am ada esposa de todo esto. 

4. ¿Por qué nació Jesús en un lugar que aparentemente servía para albergar animales? Respuesta: Porque los corderos nacían generalm ente en un corral y éste era el Cordero de D ios. ó. 

5.¿Por qué los ángeles aparecieron primero a los pastores? Respuesta: Porque ningún otro grupo humano en la tierra habría entendido mejor lo que Dios estaba llevando a cabo que aquellos hombres que criaban corderos y después los vendían para el propósito de los sacrificios en el tem plo. (V éanse Jn. 1:29; 10:11.) 

Nota: E llos llegarían a entender después que en el pasado las ovejas habían muerto por el pastor, pero ahora el Pastor planeaba morir por las ovejas (Jn. 10: 11). Cuando los pastores escucharon las buenas nuevas « vin ieron , pues, apresuradamente» (Le. 2:16). Después de encontrar a Jesús «dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño ... y volvieron glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y vis to ...» (Le. 2:17-20). 

6. ¿Por qué usó Dios a los ángeles primero? 

Respuesta: 

a. Porque los ángeles están interesados en los asun­tos de la salvación. (Véanse 1 P. 1:12; Ex. 25:20; Dn. 12:5, 6; Le. 15:10; Ef. 3:10.) 

b. Porque estuvieron presentes en la creación del mundo y se regocijaron (Job 38:7). Es. pues, muy lógico que Dios les permitiera estar cerca en la presentación del Salvador del mundo.

LA ETAPA DE LOS EVANGELIOS V. Los cuatro biógrafos (Mateo. Marcos, Lucas y Juan). VI El mensaje y el ministerio de Juan el Bautista. 72 Pasos de Cristos.

 V. Los cuatro biógrafos (Mateo. Marcos, Lucas y Juan). 

Cada uno de ellos presenta un cuadro diferente del Salvador. 

A. Mateo: el Rey, simbolizado por un Icón. Escrito para los judíos. 

B. Marcos: el Siervo, a semejanza de un buey. Escrito para los romanos. 

C. Lucas: el Hombre perfecto, a semejanza de un hombre. Escrito para los griegos. 

D. Juan: el Dios Todopoderoso, simbolizado por un águila. Escrito para todo el mundo. De manera que: 

1. Tenemos una genealogía en Mateo porque un rey debe tener una. 

2. Aparece una genealogía en Lucas porque un hombre perfecto debe tener una. 

.3. No hay ninguna genealogía en Marcos porque un siervo no necesita una. 

4. No tenemos ninguna genealogía en Juan porque el Dios eterno no la tiene. El doctor Van Dyke dijo una vez: «Si cuatro testigos aparecieran delante de un juez para dar cuenta de un cierto suceso, y cada uno de ellos contara la misma historia con exactamente las mismas palabras. el juez concluiría que su testimonio no es muy valioso; que del único hecho del que no se podía dudar es que se habían puesto de acuerdo para contar la misma historia. Pero si cada hombre contaba lo que había visto, tal como él lo había visto, aquella evidencia sería mucho más creíble. Y cuando nosotros leemos los cuatro evangelios, (',no es eso exactamente lo que encontramos? Los cuatro testigos nos cuentan la misma historia a su propia manera.» Debemos notar también que los cuatro evangelios no deben ser considerados como resúmenes biográficos de la vida de Cristo, sino más bien como resúmenes teológicos. Casi todo lo relacionado con la primera parte de su vida, desde el nacimiento hasta los treinta años, se deja fuera. 



VI. El mensaje y el ministerio de Juan el Bautista (Mr. 3:1-12; Mr. í:l-8:Lc. 1:80; 3:1-18; Jn. 1:6-28). 

Nota: Aunque el ministerio completo de Juan no empezó a divulgarse hasta treinta años más tarde, precedió y preparó, el del Mesías; es, pues, procedente insertarlo en este punto de nuestro estudio. 

A. El ministerio de Juan consistía en aparecer en el momento apropiado como un testigo de Cristo, quien sólo él era la luz verdadera de este mundo (Jn. 1:6-18). 

1. Esta Luz ofrecería salvación a todos los hombres (1:9). 

2. Esta luz, sin embargo, sería: a. Ignorada por el mundo que el había creado (Jn. 1:10). b. Rechazada por la nación que él había llamado (Jn. 1:11). (Véanse también Le. 19:14: Hch. 13:46.) Se ha dicho que Juan 1:11 es el versículo más triste de la Biblia y que Juan 1:12 es el más gozoso. «A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.» «Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.» 

3. Esta Luz, encarnada, llena de gracia y de verdad, transformaría en hijos de Dios a los pecadores arrepentidos. Es decir, el Hijo de Dios vino a ser el Hijo del Hombre para que los hijos de los hombres pudieran llegar a ser hijos de Dios (Jn. 1:11-14). Notamos por 1:13 que la salvación no es por generación (no de sangre), por reformación (no de la voluntad de la carne), ni por confirmación (no por la voluntad de hombre), sino por regeneración (de Dios). 

B. Las ropas de Juan (hechas de piel de camello) y su alimento (langostas y miel silvestre) reflejan que estaba totalmente dedicado a su llamamiento santo (Mt. 3:4).

C . El mensaje de Juan al pueblo en general era: 

1. A rrepentios porque el reino de los cielos se ha acercado (M i. 3:2). 
2. Preparad el cam ino del S eñ o r (Le. 3:4-6). 
3. Som eterse al bautism o en el río Jordán com o prueba de su arrepentim iento (M t. 3:6; Le. 3:3).

 D. El mensaje de Juan a grupos específicos era: 

1. A los fariseos y líderes ju d ío s (M t. 3:7-10). «Al ver él que m uchos de los fariseos y de los saduccos venían a su bautismo, les decía: i Generación de víboras! ¿Quién os enseño a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos digno de arrepentim iento. Y no penséis d ecir dentro de vosotros mismos: A Abraham ten em o s por Padre; p orque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. Y y a tam bién el hacha está puesta a la raíz de los árboles: por tanto , todo árbol que noda buen fruto es cortado y echado en el fuego.» 

2. A los publícanos: «No exijáis m ás de lo que os está ordenado» (Le. 3:13). 

3. A los soldados: «No hagáis extorsión a nadie, ni calum niéis; y contentaos con vuestro salario» (Le. 3:14). 4. A los nuevos convertidos: «El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, h aca lo m ism o» (Le. 3:11). 

5. A l mundo: «H e aquí el Cordero de D ios, que qu ita el pecado del mundo» (Jn. 1:29). 

E. El testimonio de Juan a todos: 

1. Que él no era el Cristo (Jn. 1:20). 

2. Que él no era el pro feta E lias ni el p ro feta del que había hablado M oisés (1:21). (Véase también M al. 4 :5 ; D t. 18:15, 18.) Los sacerdotes y los levitas estaban dentro de su derecho al cu estio n ar a Juan, pues era su responsabilidad verificar lo que enseñaban todos los m aestros religiosos. (Véanse Dt. 13:1-5; 18:20-22.) 

3. Que él era sólo una voz que clam ab a en el d esierto (Jn. 1:23). 

4. Que él no era digno de desatar la correa de las sandalias del verdadero M esías (1:27). 

5. Que él era el am igo del verdadero esposo (Jn. 3:29). 

6. Toda carne  vera pronto la salvación de D ios (Le. 3:6). 

7. Que esta salvación en carnada (Cristo) revelaría al Padre (Jn. 1:18). 

8. Que este Salvador disfrutaría del m inisterio del E spíritu y del am or del Padre en form a sin p recedente (Jn. 3:34, 35). 

9. Q ue bautizaría con el Espíritu Santo a los hom ­ bres p o r gracia en su p rim era venida, pero con el fuego del ju icio en su segunda venida (Le. 3:16). (V éanse H ch. 2 y A p. 6.) 

10. Que Cristo debe crecer y él (Juan) menguar (Jn. 3:30). 

11. Cumplimiento número cinco de las profecías del A ntiguo Testam ento: que ten d ría un p recursor. (C p. Is. 40:3-5; M al. 3:1 con Le. 1:76- 78; 3:3-6; M t. 3:1-3.). De esta m an era Juan viene a ser el últim o de los grandes profetas bíblicos, como Samuel fue el primero en el Antiguo Testamento. A sí como Sam uel presentó a Saúl, el prim er rey de Israel (1 S. 10), Juan presen taría a su eterno Rey, Jesús (Jn. 1:29). 


Los setenta y dos pasos de Cristo de la gloria a la gloria 

Paso uno: desde la g loria hasta Belén (Le. 2:1-21). 
Paso dos: de Belén a Jeru salén (Le. 2:22-38). Paso tres: de Jerusalén a N azaret (Le. 2:39). 
Paso cuatro: de Nazaret a Belén (M t. 2:1-12).
Paso cinco: de Belén a Egipto (M t. 2:13-18). 
Paso seis: de Egipto a Nazaret (M t. 2:19-23; Le. 2:40). 
Paso siete: de Nazaret a Jerusalén (Le. 2:41-50). 
Paso ocho: de Jeru salén a Nazaret (Le. 2:51-52) 
Paso nueve: de Nazaret a Betábara, al lado del Jordán (M t. 3:13-17; Jn. 1:28). 
Paso diez: de Betábara a las tentaciones del desierto (M t. 4:1-11; Mr. 1:12, 13; Le. 4:1-13). 
Paso once: de las tentaciones del desierto a Betábara (Jn. 1:29-42). 
Paso doce: de Betábara a Betsaida (Jn. 1:43-51). 
Paso trece: de B etsaida a Caná (Jn. 2:1 - 11). 
Paso catorce: de C aná a Capernaum (Jn. 2:12). 
Paso quince: de Capernaum a Jerusalén (Jn. 2:13-3:21). 
Paso dieciséis: de Jerusalén al río Jordán (Jn. 3:22-36). 
Paso diecisiete: del río Jordán a Sicaren Samaria (M t. 4:12; Le. 3:19, 20; Jn. 4:1-42). 
P aso dieciocho: de Sicar a Caná (Jn. 4:43-54). 
Paso diecinueve: de Caná a Nazaret (Le. 4:16-30). 
Paso veinte: de Nazaret a Capernaum (M t. 4:13-22; 8:14- 17; M r. 1:14-38; Le. 4:31-42). 
Paso veintiuno : de Capernaum a su  primera gira de predicación en Galilea (M t. 4:23; 8:2-4; Mr. 1:39-45; Le. 4:4 3 — 5:16). 
Paso veintidós: de su primera gira de predicación en Galilea a Capernaum (M t. 9:2-9; M r. 2:1-14; Le. 5:17-28). 
Paso veintitrés: de Capernaum a los campos sembrados de Galilea (M t. 12:1-8; Mr. 2:23-28; Le. 6:1-5). Paso veinticuatro: de los campos de Galilea a una sinagoga galilea (M t. 12:9-14; Mr. 3:1-6; Le. 6:6-11). 
Paso veinticinco: de una sinagoga en Galilea al monte Tabor (M t. 5:1— 7:29; 4:24, 25"! 10:2-4; 12:15-21: Mr. 1:12: 3:7-19; Le. 6:12-49: 1 2 :2 2 -3 1 ,5 7 -5 9 ; 16:17). 
Paso veintiséis; del monte Tabor a Capernaum (M t. 8:1. 5- 13; Le. 7:1-10). Paso veintisiete: de Capernaum a Naín (Le. 7:11-17, 36-50). 
Paso veintiocho : d e N aín a su segunda c a m p a ñ a de predicación en Galilea (M t. 12:46-50; 13:1-52: Mr. 3:19- 35; 4:1-34; Le. 8:1-21; 12:10; 13:18-21). 
Paso veintinuev e: de Galile a a su segunda campaña de predicación en la región de los gadarenos (M t. 8:18, 23, 24: Mr. 4:3 5 — 5:20; Le. 8:22-39). 
Paso treinta: de la tierra de los gadarenos a Capernaum (Mt. 9:1; 10:34; 11:2-19; Mr. 1:21-43; 2:15-22; Le. 8:40-56; 5:29-39; 7:18-35; 16:16). 
Paso treinta y uno: de Capernaum a Jerusalén (Jn. 5:1-47). a 
Paso treinta y dos: de Jerusalén a Nazaret (segunda visita) (M t. 13:53-58; M r. 6:1-6). 
Paso trein ta y tres: de Nazaret a su tercera campaña de pred icación en Galilea (M t. 9 :3 5 — 10:1. 5 -1 6 , 24-33, 3 7 — 1 1 : 1 ; 14:1-13; Mr. 6:6-29; Le. 9:1-9). 
Paso treinta y cuatro : de su recorrido de predicación en Galile a una zona desértic a c e rc a d e B etsaid a (M t. 14:13-23; Mr. 6:30-47; Le. 9:10-17; Jn. 6:1-18). Paso treinta y cinco : de la zona desértic a de Betsaid a a G enesaret (M t. 14:24-36; Mr. 6:48-56; Jn. 6 : 19-21). 
Paso treinta y seis: del llano de Genesaret a Capernaum (Mt. 15:1-20; Mr. 7:1-23; Jn. 6:22-71; 7:1). 
Paso treinta y siete: de Capernaum a la región de Tiro y Sidón (M t. 15:21-28; Mr. 7:24-30). 
Paso treinta y ocho: de la región de Tiro y Sidón a la zona de Decápolis (Mr. 7:31-37). 
P aso trein ta y nueve: de Deeápolis al monte T ahor (M t. 15:29-38; M r. 8:1-9). 
Paso cuarenta: del monte Tabor a Magdala (M t. 15:39— 16:12: Mr. 8:9-21). 
Paso cuarenta y uno: de Magdala a Betsaida (M r. 8:22-26; Jn. 7:2-9). 
Paso cuarenta y dos: de Betsaida a Jerusalén (Jn. 7:10— 10:39). 
Paso cu aren ta y tres: de Jeru salén a Perca (Jn. 10:40-42). 
Paso cuarenta y cuatro: de P erea a Cesárea de Filipos (M t. 16:13-28: Mr. 8:27— 9:1: Le. 9:18-27). 
Paso cuarenta y cinco : de Cesárea de F ilipos al monte Herrnón (M i. 17:1-23; Mr. 9:2-31; Le. 9:28-45). Paso cuarenta v seis: del monte Herrnón a Capernaum (M i. 17:24— 18:35: M r. 9:33— 10:1: Le. 9:46-50). Paso cuarenta y siete: de C apernaum a P erea (M t. 8:19-22: 11:20-30: 19:1. 2: Le. 9:51 — 10:37: Mr. 10:1). Paso cuarenta y ocho: de Perea a Betania y sus alrededores (M t. 10:34-36: 1 2 :2 2 -38.42-45; 19:3— 20:28; 24:4.3-51; Mr. 10:2-45: Le. 10:38— 12:9: 13:22.32-36: 13:1-17.22. 33: 14:1— 16:15, 18-31: 17:1-37: 18:1-34: Jn. 11:1-54). 
Paso cuarenta y nueve: de Betania a Jericó (M t. 20:29-34: Mr. 10:46-52; Le. 18:35— 19:28). 
Paso cincuenta: de Jericó a Betania (M i. 26:6-13; Mr. 14:3- 9: Le. 22:1: Jn. 11:55— 12:11). 
Paso cincuenta y uno: de Betania a Betfaaé (M t. 21:1-7: Mr. 11:1-7: Le. 19:29-35). 
Paso cincuenta y dos: de B ctfagé al aposento alto (Mt. 10:17- 23 2 1 :8 — 23:39: 24:1-42: 25:1-46: 26:1-5; 14-38: Mr. 11:8— 13:37: 1 4 :1 .2 . 10-25: Le. 19:36— 2 0 :8 ,2 0 -4 0 ,4 5 - 47; 21:1-38: 13:34.35: 12:11. 12: 22:2-34; Jn. 12:12). 
Paso cincuenta y tres: del aposento altoa Getsem aní (M t. 26:31-56: M r. 14:26-52: Le. 22:35-53: Jn. 15:1— 18:12) Paso cincuenta y cuatro: de Getsem aní a la casa de Anas (Jn. 18:12-14: 19-24).
Paso cincuenta y cinco: de la casa de Anas al palacio de Caitas (M t. 26:57— 27:1; Mr. 14:53-72: Le. 22:54-71; Jn. 18:15-18. 25-27). 
Paso cincuenta y seis: del palacio de Caitas a la sala del tribunal de Pilato (M t. 27:2. 11-14: Mr. 15:1-5: Le. 23:1- 6: Jn. 18:28-38). Paso cincuenta y siete: del tribunal de Pilato al palacio de Herodes (Le. 23:7-12). 
Paso cincuenta y ocho: del palacio de Herodes al tribunal de P ilato (M t. 27:15-26: M r. 15:6-15: Le. 23:13-25; Jn. 18:39— 19:16). 
Paso cincuenta v nueve: del tribunal de Pilato al pretorio (M t. 27:27-31; Mr. 15:16-20). 
Paso sesenta: del pretorio al Calvario (M t. 27:32-56; Mr. 15:21-41: Le. 23:26-49: Jn. 19:16-37). 
Paso sesenta y uno: del Calvario a la tumba de José de A rimatea (M t. 27:57-66: M r. 15: 42-47: Le. 23:50-56: Jn. 19:31-42). Paso sesenta y dos: de la tumba de José a las profundidades de la tierra (1 P. 3:18-20). Paso sesenta y tres: del corazón de la tierra a la resu rrección (M t. 28:2-4: Mr. 16:9-11: Le. 24:12: Jn. 20:1-18). 
Paso sesenta y cuatro : de la resurrección al Padre (Jn. 20:17). 
Paso sesenta v cinco: del Padre al cam ino cerca de Jeru salén (M t. 28:5-15: M r. 16:2-8: Le. 24:1-11). 
Paso sesen ta y seis: de la carretera cerca de Jerusalén al camino a Emaús (M r. 16:12, 13; Le. 24:13-35). Paso sesenta y siete: de Emaús al aposento alto (Le. 24:36- 43: Jn. 20:19-23). 
Paso sesenta y ocho: del aposento alto otra vez al aposento alto, una semana después (Jn. 20:24-29). Paso sesenta y nueve: del aposento alto al m ar de Tiberias (Jn. 21:1-25). 
Paso setenta: del mar de T iberias al monte Tabor (M t. 28:16- 20). 
Paso setenta y uno: del monte Tabor al aposento alto (Mr. 16:14-18: Le. 24:44-49). 
Paso setenta y dos: del aposento alto al monte de los Olivos (M r. 16:19. 20: Le. 24:50-53: H ch. 1:4 -11)



LA ETAPA DE LOS EVANGELIOS I. Los dos prologos, II. Las dos genealogías III. Las tres anunciaciones IV. Los tres cantos de alabanza



LA ETAPA DE LOS EVANGELIOS I (MATEO MARCOS LUCAS JUAN).

PRESENTACION Y RESUMEN A LA VIDA DE NUESTRO SEÑOR."

LOS DOS PROLOGOS, LAS DOS GENEALOGIAS, LAS TRES ANUNCIACIONES, LOS TRE CANTOS DE ALABANZA.


Vamos a considerar ahora una introducción a la vida de nuestro bendito Señor, así como una presentación y un resumen de la misma. 

I. Los dos prólogos. 

A. El prólogo de Lucas (Le. 1:1-4). 

1. Muchos habían escrito ya un relato de la vida de Cristo. 

2. Lucas se proponía hacer lo mismo, obteniendo los hechos de varios de los testigos oculares. 

3. Planeaba, por último, enviar su narración a su amigo Teófilo. Lucas también dedicaría más tarde su segundo libro, los Hechos de los Apóstoles, a Teófilo (Hch. 1:1). 

B. El prólogo de Juan (Jn. 1:1-5). 

1. Cristo Jesús estaba con el Padre desde la eternidad. (Véanse Pr. 8:22-31; Jn. 17: 5, 24.) 

2. El fue el Creador de todas las cosas. (Véanse Col. 1:16, 17; Ef. 3:9; He. 1:2.) 

3. Jesucristo es tanto la luz como la vida de los hombres. (Véanse Jn. 5:26; 1 Jn. 5:11: Jn. 8:12; 9:5; 12:35.46.) 

4. Jesucristo resplandeció en las tinieblas de este mundo y las tinieblas no prevalecieron contra él. 

5. Estos cinco primeros versículos de Juan son los más profundos en la Biblia, y son dignos de haberse escrito en oro. 


II. La dos genealogías. 

A. La genealogía de Mateo (Mi. 1:1-17). 

1. Contiene cuarenta y un nombres. 

2. Traza la línea genealógica descendiente desde Abraham, el padre de la raza hebrea, hasta José. (Véase Gá. 3:16.) 

3. Traza la línea desde David pasando por su hijo Salomón (2 S. 12:24). 

4. Nos da la línea de José. Nota de estudio: esta genealogía es notable por varias razones. 

a. Contiene los nombres de cuatro mujeres. En las genealogías del Oriente raramente aparecen mujeres. 

b. Estas cuatro mujeres tienen antecedentes cuestionables. (1) Tamar era una ex prostituta (Mt. 1:3; Gn. 38:13-30). (2) Rahab era también una ex prostituta (Mt. 1:5: Jos. 2:1). (3) Rut fue anteriormente pagana (Mt. 1:5; Rut 1:4). (4) Betsabé era una ex adúltera (Mt. 1:6 ; 2 S. 11:1-5). Pero por medio de la multiforme y maravillosa gracia divina, la primera mujer (Tamar) fue la mujer de Judá (hijo de Jacob) que dio origen a la familia del rey David; la segunda (Rahab) fue su tatarabuela: la tercera (Rut) fue su bisabuela: y la cuarta (Betsabé) fue su esposa y madre de Salomón. (Véase Rut 4:18-22.) 

B. La genealogía de Lucas (Le. 3:23-38). 

1. Contiene setenta y cuatro nombres. 

2. Traza la línea genealógica ascendente desde José hasta Adán, el padre de la raza humana. 

3. Traza la relación con David por medio de otro hijo llamado Natán (2 S. 5:14). 

4. Nos da la línea davídica de María. Nota especial: varios problemas aparecen en relación con ambas genealogías. 

a. Mateo dice que el padre de José se llamaba Jacob (1:16), mientras que Lucas dice que era Eli (Le. 3:23). En el mundo antiguo a veces se referían a los yernos como a sus propios hijos. De manera que muchos piensan que Eli era realmente el padre de María y suegro de José. 

b. Satanás era consciente del hecho de que la línea que llevaba a Cristo pasaba por David. El trató aparentemente de romper en alguna parte un eslabón en su cadena real. Con la subida al trono de Joaquín (el decimonoveno eslabón desde David), parecía que el diablo iba a ganar, porque Dios profirió la siguiente maldición contra este joven e impío rey: «Así ha dicho Jehová: Escribid lo que sucederá a este hombre privado de descendencia. hombre a quien nada próspero sucederá en todos los días de su vida: porque ninguno de su descendencia logrará sentarse sobre el trono de David, ni reinar sobre Judá» (Jer. 22:30). Esta declaración no significa que no tuviera hijos, porque en 1 Crónicas 3:17, 18 se nombran a algunos, (véase también Mt. 1:12.) Lo que quiere decir es que debido al juicio divino sería considerado sin descendencia en lo que al trono se refería. Sea cual sea su significado, parecía que la línea real de David y de Salomón había llegado a su final con Joaquín (llamado también Conías y Jeconías en el Antiguo Testamento). (Véanse Jer. 22:24: 2 R. 24:8.) Pero debió ser un rudo golpe para el diablo cuando supo que Dios no estaba limitado a una sola línea. David tenía otro hijo llamado Natán, y fue por medio de esta línea que vino María, la madre de Jesús.


 III. Las tres anunciaciones. 

A.  Zacarías acerca del nacimiento de Juan el Bautista, el precursor del Mesías (Le. 1:5-25). 

1. El arcángel Gabriel se le apareció al sacerdote Zacarías cuando estaba ofreciendo el incienso en el templo en Jerusalén. (Véanse Ex. 30:7; 2 Cr. 29:11.) Nota: Este era el primer mensaje hablado procedente del cielo en más de 400 años. La estación Radio Antiguo Testamento había dejado de transmitir con Malaquías 4. Pero Dios comienza ahora de nuevo la transmisión de mensajes. Radio Nuevo Testamento estaba en el aire oficialmente. 

2. El ángel del Señor le informa a Zacarías que sus oraciones han sido oídas y que su esposa, aunque mayor, dará a luz un hijo. Este es el octavo de nueve nacimientos en la Biblia en el que Dios interviene. Son: 

a. El nacimiento de Isaac a Abraham y Sara (Gn. 21:1). 

b. El nacimiento de Jacob y Esaú a Isaac y Rebeca (Gn. 25:21). 

c. El nacimiento de Rubén a Jacob y Lea (Gn. 29:31). 

d. El nacimiento de Isacar a Jacob y Lea (Gn. 30:17, 18) 

e. El nacimiento de José a Jacob y Raquel (Gn. 30:22-24).

f. El nacimiento de Samuel a Elcana y Ana (1 S. 1:19).

g. El nacimiento de Sansón a Manoa y su esposa (Jue. 13:1, 2).

h. El nacimiento de Juan a Zacarías y Elisabet (Le. 1:57).

i. El nacimiento de Jesús a María (Le. 2:7).


3. Gabriel le dice a Zacarías que este hijo:

a. Se llamaría Juan.

b. Se abstendría de bebidas alcohólicas. Es decir, sería un nazareo (Nm. 6:3). como se suponía que debía ser Sansón (Jue. 13:4).

c. Sería <rrunde delante de Dios. (Véase Mt.11:11.)

d. Estaría lleno del Espíritu Santo desde el vientre de su madre. Esto también se dice acerca de otros dos hombres:

(1) Jeremías (Jer. 1:5).

(2) Pablo (Gá. 1:15).

e. Haría que muchos de los hijos de Israel se volvieran al Señor. Esto lo hizo él en la primera 

venida de Cristo, como Elias lo hará un día en su segunda venida. (Véase Mal. 4:5,6 .)

f. Predicaría con el poder y el espíritu de Elias. (Mt. 11:14; Mr. 9:12.)

g. Prepararía el camino para la venida del Mesías, lo que daría cumplimiento a lo dicho en Isaías 40:3.


4. Como él y su mujer eran de edad avanzada, Zacarías tenía dificultades en creerlo. (Como una vez sucedió con Abraham v Sara. Véanse Gn. 17:17; 18:12.)

5. Gabriel reprende amablemente al anciano sacerdote por su incredulidad y le advierte que 

se quedará sin voz hasta el día del nacimiento de Juan. 

6 . El pueblo que esperaba afuera pronto se da cuenta de que algo muy extraño le ha ocurrido a Zacarías, y que no puede pronunciar la esperada bendición sobre ellos. Muchos en aquel grupo de gente estarían, sin duda, allí para ayudar a Zacarías a celebrar un evento tan especial como era quemar el incienso sobre el altar de oro. Un sacerdote sólo podía hacerlo una vez en toda su vida. Otros en la multitud estarían esperando escucharle pronunciar la gran bendición levítica que hallamos en Números 6:22-27:

 «Jchová habló a Moisés, diciendo: Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles: Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti. y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz. Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.» 

Pero en aquel día no hubo celebración ni bendición. Algo mucho más especial y eterno estaba ocurriendo. Zacarías regresa a casa, y pronto su esposa, anciana y estéril, queda embarazada.

7. El nombre Zacarías significa «Dios recuerda» y el nombre Elisabet «su juramento». Con el nacimiento de Juan el Bautista Dios estaba recordando su pacto hecho en Salmo 89:34-37.

B. A María acerca del nacimiento de Jesús (Le. 1:26-38).

1. Durante el sexto mes del embarazo de Elisabet, el arcángel Gabriel se aparece a una virgen de 

Nazaret (desposada con José) llamada María

2. Le anuncia que ha sido elegida por Dios para que su bendito Hijo nazca en el mundo. (Véase Gá. 4:4.) Son especialmente dignas de ser consideradas las palabras en Lucas 1:28:«Y entrando el ángel en donde ella estaba. dijo: ¡Salve, muy favorecida El Señor es contigo: bendita tú entre las mujeres.» El ángel no dijo sobre las mujeres, sino entre las mujeres. Notemos también en 1:47 que la primera persona que aparece en las Escrituras que llamó Salvador a Jesús fue su madre. María necesitaba la salvación como cualquier otro. (Véase Romanos 3:23.)

3. Cumplimiento número uno de las profecías del Antiguo Testamento: que nacería de una virgen. (Cp. Is. 7:14 con Mt. 1:22. 23.)

4. El ángel predijo que el niño

a. Se llamaría Jesús.

b. Sería llamado Hijo del Altísimo. Un demonio se refirió a él con este mismo nombre (Mr. 5:7).

c. Heredaría el trono de David.

d. Cumplimiento número dos de las profecías del Antiguo Testamento: que se le daría el trono de David. (Cp. 2 S. 7:11, 12; Sal. 132:11; Is. 9:6, 7; 16:5; Jer. 23:5 con Le.  1:31. 32.)

e. Reinaría sobre este trono para siempre. (Véanse Dan. 2:44; 7:14, 27; Mi. 4:7.)

f. Cumplimiento número tres de las profecías del Antiguo Testamento: que su trono sería eterno. (Cp. Dn. 2:44; 7:14, 27: Mi. 4:7 con Le. 1:33.)

5. María está perpleja: «¿Cómo será esto? pues no conozco varón» (Le. 1:34).

6 . El arcángel le asegura: «El Espíritu Sanio vendrá sobre ti. y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra» (Le. 1:35). Estos versículos (Le. 1:31. 35) nos enseñan dos cosas importantes acerca de la encarnación:

a. Jesús fue concebido por el Espíritu Santo.

b. El elemento sobrenatural en la encarnación no fue el nacimiento de Cristo, sino más bien la concepción. Él nació como nacen todos los seres humanos. Es vital hacer esta distinción, porque él era completamente Dios como si nunca hubiera sido hombre, y era completamente hombre como si nunca hubiera sido Dios.

7. Gabriel predice que el hijo de María será también llamado Hijo de Dios. (Véanse Mt. 14:33; Mr. 1:1; Jn. 1:34; 20:31: Hch. 8:37; Ro. 1:4.)

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8 . Después la informa acerca del embarazo de su prima Elisabet. «Porque nada hay imposible para Dios» (Le. 1:37). (Véanse también Gn. 18:14: Jer. 32:17; Mt. 19:26; Le. 18:27.)

9. María se somete simple y humildemente a la voluntad de Dios: «He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra»  (Le. 1:38).

C. A José en relación con la pureza de María (Mt.  1:18-25).

1. Al enterarse de que estaba embarasada Jose

«como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente» (Mt. 1:19). 

2. Aquella misma noche, sin embargo, Gabriel le asegura durante un sueño el inminente nacimiento virginal de Cristo.' 

3. Le dice a José que este niño «salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt. 1:21). (Véanse también Hch 4:12; 5:31; 13:23, 38; He. 7:25.) 

4. Gabriel se refiere a este niño como Emanuel, que significa «Dios con nosotros» (Mt. 1:23). 

5. Cumplimiento número cuatro de las profecías del Antiguo Testamento: que se llamaría Emanuel. (Cp. Is. 7:14 con Mt. 1:23.) «He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros» (Mt. 1:23). Esta profecía era. por supuesto, un cumplimiento de Isaías 7:14 (véase Mt. 1:22). Algunos han cuestionado sin éxito la palabra hebrea ahnah en Isaías 7:14. alegando que no siempre significa virgen; pero en cualquier caso, no hay ninguna dase de duda acerca de la palabra griega para virgen, que es parthenos, que siempre y sin excepción se refiere a una joven doncella que no ha tenido experiencia sexual. 

6 . José hace los arreglos necesarios para recibir a María como su esposa legítima. José debe ser considerado, en todos los sentidos, como un hombre verdaderamente justo, con la madurez espiritual de un David, un Moisés, un Pedro o un Pablo. En verdad el José del Nuevo Testamento puede ser comparado favorablemente con el José del Antiguo Testamento. En ambos casos los padres se llamaron Jacob; ambos mostraron sorprendente madurez; ambos recibieron visiones de Dios; ambos estuvieron en Egipto. Uno es un tipo de Cristo y el otro fue su tutor legal. En realidad, si no hubiera sido por el pecado de Judá, José habría reinado en Jerusalén como un rey legítimo cuando Cristo nació. Era él y no Herodes el que tenía las credenciales apropiadas para sentarse sobre el trono de Israel.


IV. Los tres cantos de alabanza. 

A. Ia alabanza de Elisabet a María 

(Le. 1:39-45), llamado frecuentemente el Magníficat. Nota: Esto ocurrió aparentemente antes de que José supiera del estado de María. María, nada más marcharse el arcángel, salió de prisa, y quizá en secreto, de Nazaret y se fue a visitar a Elisabet en algún sitio cerca de Jerusalén. José no se enteró de su condición hasta que no regresó tres meses después. 

1. Juan saltó en el vientre de su madre al oír el saludo de María, y Elisabet fue llena del Espíritu Santo. 2. Elisabet bendijo a María: «Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre» (Le. 1:42). (Véase también Le. 1:28.) 

B. La alabanza de María a Dios (Le. 1:46-56). 

1. María responde: «Engrandece mi alma al Señor. y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador» (1:46, 47). 

2. Se da cuenta de que la historia la reconocerá como la favorecida del Señor. 

3. Alaba al Padre porque humilla a los poderosos, exalta a los humildes, llena a los hambrientos. y hace proezas con su brazo poderoso. (Véanse Is. 52:10; Sal. 33:10: 1 S. 2:6-8; Is. 53:1.) 

4. Pasados tres meses María regresa a Nazaret. 


C. La alabanza de Zacarías a Dios (Le. 1:57-79). 

1. El hijo de Zacarías nace y es circuncidado a los ocho días. 

2. Los amigos y familiares suponen que el niño se llamará como el padre. El anciano sacerdote, sin embargo, todavía mudo, escribe que Juan será su nombre. 

3. Recupera inmediatamente la voz y alaba a Dios en el poder del Espíritu Santo, dándole gracias: a. Por guardar sus promesas dadas a Abraham y a David. b. Por visitar y redimir a su pueblo. (Véanse también Sal. 111:9; Le. 7:16.) 

4. Zacarías después habla en relación con Juan: a. Será el precursor del Mesías. (Véanse Is. 40:3; Ml. 11:10.) b. Dará el conocimiento de la salvación. (Véase Jn. 1:29.) c. Predicará el arrepentimiento. (Véase Le. 3:3.) d. Presentará al Salvador. «... con que nos visitó desde lo alto la aurora» (1:78). (Véanse también Nm. 24:17; Mal. 4:2.) Nada más alcanzar la madurez, Juan se retira al desierto a fin de prepararse para su futuro ministerio como un evangelista nazareo.