Los apologistas cristianos han reflexionado profundamente sobre lo que Dios dice acerca de nosotros como Sus hijos, basándose en las Escrituras. A continuación, se presentan algunas perspectivas clave:
Identidad como hijos de Dios
La Biblia afirma que, mediante la fe en Cristo Jesús, somos hechos hijos de Dios:
> "Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús, porque todos los que han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo." (Gálatas 3:26-27)
Amor y disciplina divina
Dios, como Padre amoroso, nos disciplina para nuestro bien, buscando conformarnos a la imagen de Cristo:
> "Porque el Señor al que ama, disciplina." (Hebreos 12:6)
Esta disciplina es una expresión de Su amor y cuidado paternal.
Llamado a la santidad y obediencia
Como hijos de Dios, estamos llamados a vivir en santidad y obediencia, reflejando Su carácter en nuestras vidas:
> "Sino santifiquen a Cristo como Señor en sus corazones, estando siempre preparados para presentar defensa ante todo el que les demande razón de la esperanza que hay en ustedes. Pero háganlo con mansedumbre y reverencia." (1 Pedro 3:15)
Este pasaje también resalta la importancia de estar preparados para defender nuestra fe, una tarea que los apologistas consideran esencial.
Promesas para nuestros hijos
Dios ha hecho promesas específicas para nuestros descendientes, asegurando Su bendición y guía:
> "Y este será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para siempre." (Isaías 59:21)
Estas promesas nos brindan esperanza y confianza en la fidelidad de Dios hacia nuestras generaciones futuras.
En resumen, los apologistas destacan que, como hijos de Dios, somos amados, disciplinados para crecer en santidad, llamados a obedecer y reflejar Su carácter, y beneficiarios de Sus promesas eternas.