INTRODUCCIÓN A LA ETAPA DEL REINO
DIVIDIDO
(1 Reyes 12—22; 2 Reyes 1—17; 2 Crónicas 10—36;
Abdías; Joel; Jonás; Amos; Oseas; Miqueas; Isaías;
Nahum; Sofomas; Habacuc; Jeremías; Lamentaciones)
1. Esta etapa cubre un período de unos 325 años, desde
el 930 a.C. hasta el 605 a.C. Los sucesos más importantes tienen lugar en Jerusalén y en Samaria.
2. La etapa comienza con la tragedia de una guerra civil que divide a la nación en dos reinos antagónicos.
Termina con la caída de ambos reinos en poder de dos
naciones gentiles enemigas (1 R. 12; 2 R. 17, 25).
3. En este período se destacan los siguientes hechos:
a. Un rey (Josías) descubre la Palabra de Dios en el
templo y otro rey (Joacim) intenta destruirla quemándola (2 R. 22; Jer. 36).
b. Son escritos al menos doce libros del Antiguo Testamento por once autores humanos. Son: Abdías,
Joel, Jonás, Amós, Oseas, Miqueas, Isaías, Nahum,
Sofonías, Habacuc y Jeremías (que escribió también Lamentaciones).
c. Tiene lugar el segundo de uno de los cuatro grandes períodos de milagros en la Biblia.
(1) El primero fue durante el tiempo de Moisés y
Josué.
(2) El segundo aconteció durante el ministerio de
Elias y Elíseo.
(3) El tercero fue durante los días de Daniel y
Ezequiel.
(4) El cuatro tuvo lugar en los días d.e Cristo y los
apóstoles.
d. Las tres personas que fueron resucitadas de entre
los muertos durante el Antiguo Testamento:
(1) 1 Reyes 17,
(2) 2 Reyes 4, y
(3) 2 Reyes 13.
e. Se habla de Naamán, el único hombre leproso del
Antiguo Testamento que fue sanado de la enfermedad (2 R. 5).
f. La salvación de Samaria (la capital del norte) por
cuatro leprosos, y la salvación de Jerusalén (la capital del sur) por el Ángel de Jehová (2 R. 7, 19).
g. El comienzo de la raza de los samaritanos (2 R.
17). Suceden la segunda y la tercera de tres veces que
Dios separa las aguas del río Jordán (2 R. 2). (Para
la primera vez, véase Jos. 3.)
i. El relato de cómo un coro que cantando derrotó
al enemigo en el campo de batalla.
«Y cuando se levantaron por la mañana, salieron
al desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían,
Josafat, estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios,
y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis
prosperados. Y habido consejo con el pueblo, puso
a algunos que cantasen y alabasen a Jehová, vestidos de ornamentos sagrados, mientras salía la gente
armada, y que dijesen: Glorificad a Jehová, porque
su misericordia es para siempre. Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso
contra los hijos de Amón, de Moab y del monte
de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros»
(2 Cr. 20:20-22).
j. La señal de agua consumida por el fuego (1 R. 18).
«Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió
el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y
aun lamió el agua que estaba en la zanja» ( 1
R. 18:38).
k. La escena de un hacha flotando en el agua (2 R.
6).
l. La visión del segundo de dos hombres que partieron al cielo sin previamente morir (2 R. 2).
«Y aconteció que yendo ellos y hablando, he
aquí un carro de fuego con caballos de fuego
apartó a los dos; y Elias subió al cielo en un
torbellino» (2 R. 2:11).
m. La única vez en el Antiguo Testamento que le es
permitido a los hombres ver el ejército de ángeles
de Dios (2 R. 6 ).
«Y se levantó de mañana y salió el que servía
al varón de Dios, y he aquí el ejército que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y
carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ha, señor
mío! ¿Qué haremos? El le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros
que los que están con ellos. Y oró Elíseo, y dijo:
Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos, para
que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del
criado, y miró; y he aquí que el monte estaba
lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Elíseo» (2 R. 6:15-17).
n. Leemos acerca de siete oraciones en un monte, siete inmersiones en un río, y de siete estornudos en
una cama (1 R. 18; 2 R. 5; 4).
Elias hizo las siete oraciones en el monte
Carmelo.
Naamán se sumergió siete veces en el Jordán.
Un niño resucitado estornudó siete veces en
Sunem.