LA ETAPA DE LA CAUTIVIDAD INTRODUCCION Y (Ezequiel)

LA ETAPA DE LA CAUTIVIDAD 

INTRODUCCIÓN A LA ETAPA DE LA CAUTIVIDAD Y 

EZEQUIEL 

1. El Salmo 137 describe el comienzo de este período y el Salmo 126 nos habla del final. 

2. Israel se cura de su pecado de idolatría mientras está en la ciudad de la idolatría. 

3. Dos testigos oculares escriben sobre esta etapa. Uno era jefe de gobierno y el otro un sacerdote. 

4. Este período histórico incluye:

 a. Tres hombres que no se doblegaron ni ante el riesgo de ser quemados (Dn. 3).

 b. Un examen del rey más grande de Babilonia (Nabucodonosor, Dn. 1—4) y una anticipación del que sería el más grande de los reyes de Grecia (Alejandro Magno, Dn. 7:6; 8:5-8, 21, 22; 11:3, 4). 

c. Una pelea entre un camero persa y un macho cabrío griego (Dn. 8 ). 

d. Una mano (de Dios) que escribe y un valle de huesos (de hombre) que reviven y caminan (Dn. 5; Ez. 37). e. La única descripción de Dios el Padre en la Biblia (Dn. 7:9-14). 

f. Grandes profecías son reveladas mediante la caída de una piedra (Dn. 2) y el derribo de un árbol (Dn. 4). 

g. El segundo de tres intentos de consolidar la religión alrededor de una imagen: (1) Génesis 11; (2) Daniel 3; y (3) Apocalipsis 13. 

h. La historia real de cuando el oso aparece sobre los montes (Ez. 38—39). 

i. El futuro y último templo terrenal (Ez. 40—48). 

5. Dios bendice una dieta básica y maldice una fiesta blasfema (Dn. 1, 5). 

6 . Los arcángeles Gabriel y Miguel son mencionados en este período (Dn. 8 ,12). 

7. En esta etapa aprendemos más acerca del ministerio de los querubines que en ningún otro período (Ez. 1,10).

8 . Se habla más en este tiempo acerca de la actividad del diabólico Antricristo que en ninguna otra etapa (Dn. 7 ,8 ,9 , 11).

9. Ezequiel denuncia a la ciudad de Tiro y su materialismo (cap. 26) y describe a la ciudad milenaria de Dios (cap. 48). 

10. Ezequiel comienza describiendo la partida de la nube que representa la gloria de Dios (Ez. 10:18), y concluye prediciendo el retomo de la gloria de Dios (Ez. 43:2). 


LA ETAPA DE LA CAUTIVIDAD EZEQUIEL (alrededor del 597 a.C.)

INTRODUCCIÓN 

1.Ezequiel era el hijo de un sacerdote de la línea de Sadoc. Fue desterrado a Babilonia en el 597 a.C. con el rey Joaquín. Su esposa falleció el mismo día que comenzó el sitio de Jerusalén en el 586 a.C. (Ez. 24:1, 15-18). 

2. Tenía treinta años cuando comenzó a escribir. Vivió en Babilonia en un pueblo al lado del Quebar, un canal que se alimentaba del río Éufrates. 

3. Su ministerio fue doble: recordar a los desterrados sus pecados y alentarlos en relación con las futuras bendiciones de Dios. 

4. Ezequiel puede ser comparado con otros libros del Antiguo Testamento de la siguiente manera: 

a. Isaías habla de la salvación de Dios. 

b. Jeremías habla del juicio de Dios. 

c. Daniel habla del reino de Dios. 

d. Ezequiel habla de la gloria de Dios. 


I. Ezequiel: la santificación del hombre de Dios (caps. 1,2, 33). 

A. Ezequiel contempla la visión de los cuatro seres vivientes (1:1-28). 

1. La descripción de estas criaturas (1:4-28). 

2. La identidad de estas criaturas vivientes. ¿Quiénes son? Ezequiel nos las identifica más tarde (10:20) como querubines, ángeles de alto rango. Aparecen en la Palabra de Dios en tres ocasiones distintas. 
a. En el jardín de Edén, para evitar que Adán tome del fruto del árbol de la vida después de su pecado (Gn. 3:22-24). 
b. A Ezequiel en Babilonia (1:4-28). 
c. En el cielo, durante la visión de Juan (Ap.4:6-8). 

3. Los deberes de estas criaturas vivientes. 

a. Guardar y vindicar la justicia de Dios (Gn. 3:24; Ez. 26:1; 36:8, 35). 

b. Simbolizar la misericordia de Dios (Ex. 25:22; 37:9). 

c. Ayudar en la administración del gobierno de Dios (1 S. 4:4; Sal. 80:1; 99:1; Ez. 1:22,26). 

d. Recordar eternamente el bendito ministerio terrenal del Señor Jesucristo. Esto lo vemos mediante el siguiente resumen del relato de los cuatro evangelios: 

(1) Mateo (escrito para los judíos), retrata a Cristo como un león, el Mesías. 

(2) Marcos (escrito para los romanos) presenta a Cristo como un buey, el Siervo. 

(3) Lucas (escrito para los griegos) representa a Cristo como el hombre perfecto. 

(4) Juan (escrito para todo el mundo) representa a Cristo mediante un águila, el Dios todopoderoso. (Véase Isaías 6:1-7 para la descripción de los serafines, otra orden especial de seres angelicales.) 

B. Ezequiel oye la voz del Dios vivo (2:1—8:27; 33:1-22). 

1. Fue comisionado para ser el centinela de Israel en Babilonia 

2. Tenía que advertir a los impíos de que si ellos  abandonaban sus malos caminos Dios no los destruiría físicamentea.  abandonaban sus malos caminos Dios no los destruiría físicamente. 

3. Tenía que avisar a los justos de que si ellos dejaban los caminos de rectitud Dios los destruiría por completo. 

4. Tenía que llevarlo a cabo sin temor ni favoritismos. 

5. Tenía que asimilar totalmente el mensaje de Dios Dios (3:1, 2). (Véase también Ap. 10:8-11.) 

II. Jerusalén: la desolación de la ciudad de Dios (caps. 4—24)
Hubo tres fases distintas en la cautividad babilónica y en el asedio de Jerusalén. 
En el año 605 a.C., Daniel y otros pertenecientes a la nobleza fueron deportados (Dn. 1:3,4; 2 Cr. 36:6,7). 
En el año 597 a.C., fueron llevados a Babilonia el rey Joaquín, Ezequiel y otros muchos (2 R. 24:10-16). 
En el año 586 a.C., Sedequías, el último rey de Judá, fue desterrado en este tiempo, las murallas de Jerusalén fueron destruidas y el templo incendiado (2 R. 25:1-7). 
Los sucesos recogidos en Ezequiel 4—24 tuvieron lugar entre la segunda y la tercera fase. Surgieron aparentemente falsos profetas, tanto en Jerusalén como en Babilonia, que descaradamente aseguraban a los judíos que el Señor no destruiría su ciudad santa, aunque ya había sido sitiada dos veces. Pero Ezequiel sabía que Dios sí iba a permitir que sucediera, e intentó por medio de simbolismos, parábolas, visiones y mensajes advertirles a todos que Jerusalén sufriría con toda certidumbre la desolación y la destrucción. 

A. Los doce actos simbólicos de Ezequiel. 

1. Trazó un mapa de Jerusalén sobre una plancha de adobe grande, mostrando a un ejército preparándose para atacar a la ciudad. Después agregó más detalles, dibujando el campamento enemigo alrededor de la ciudad y preparando las rampas de asalto. Finalmente tomó una lámina de hierro y la puso entre la ciudad y él, para simbolizar así la muralla impenetrable del ejército babilónico y mostrar la absoluta imposibilidad de escape (4:1-3). 

2. Tenía que acostarse sobre su lado izquierdo unas pocas horas cada día, durante 390 días, para simbolizar la iniquidad del reino del norte. Cada día representaba un año (4:4, 5). 

3. Después se acostó sobre su lado derecho durante unas horas cada día por cuarenta días, para representar así la iniquidad de Judá, el reino del sur. Esta vez también cada día representaba un año (4:6). Tenemos que admitir que no podemos conocer el significado completo de estos períodos de tiempo. Unger escribe: «La posición por 390 días sobre su lado izquierdo y 40 sobre su lado derecho (un total de 430 días, simbólicamente un año por cada día) recordaba la esclavitud egipcia (Ex. 12:40, 41). Una cautividad similar sobrevendría a Israel y Judá. Sin embargo, la cautividad del reino del norte iba a ser más larga.» (Manual  Bíblico  de  Unger, Editorial Portavoz, p. 375.) 

4. Preparó pan con harina de diversos cereales y legumbres, cocido con estiércol de vaca. Esto indicaba la escasez de alimentos en Jerusalén (4:9-17). 

5. Afeitó su cabeza y barba con un cuchillo afilado y luego dividió el pelo en tres partes iguales (5:1-4). 

a. Una parte tenía que quemarla. 

b. Otra parte la tenía que cortar con espada. 

c. La última parte tenía que esparcirla al viento. Todo esto indicaba lo que estaba preparado para Judá y Jerusalén. Una tercera parte de sus ciudadanos iba a morir por fuego durante el asedio de la ciudad. Otra tercera parte caería mediante la espada, y la restante tercera parte sería esparcida al viento.

6. Tenía que lamentarse dando golpes con las manos y los pies para llamar su atención (6:11).

7. Tenía que sacar unos pocos de sus enseres fuera de la casa. Al atardecer tenía que hacer un agujero en la muralla de la ciudad. Al pasar por el boquete cargado con sus posesiones, tenía que cubrir su rostro. Todo esto simbolizaría vividamente lo siguiente (12:1-16): 

a. Las pocas posesiones que llevaba como equipaje representaba a los deportados saliendo deprisa de sus hogares. 

b. El agujero en la muralla simbolizaba su desesperación por salir de la asediada ciudad de Jerusalén. 

c. La cara cubierta representaba a Sedequías, el último rey de Judá, a quien le sacaron los ojos por su rebelión contra Nabucodonosor y fue llevado cautivo a Babilonia (2 R. 25:1-7).

8. Tenía que temblar al comer su alimento y angustiado racionar su agua como si fuera la última (12:17-20). 

9. Tenía que blandir en el aire una espada reluciente y con sollozos herirse en los muslos (21:9-17). 

10. Dibujó un mapa del Cercano Oriente y trazó dos rutas que el rey de Babilonia seguiría. Una le llevaba a Jerusalén y la otra a Rabá de los amonitas. Ambas ciudades se habían rebelado contra Nabucodonosor en el 593 a.C. Ezequiel dibujó al rey en la bifurcación del camino. ¿Qué ciudad destruiría primero? La triste respuesta es dada inmediatamente (21:18-22). «Él llamará a sus magos para usar adivinaciones; ellos arrojarán suertes agitando flechas de su aljaba; sacrificarán a los ídolos e inspeccionarán el hígado de su sacrificio. ¡Decidirán dirigirse hacia Jerusalén!» (21:21, 22, La Biblia al Día ). 

11. Dios le manda que ponga una olla al fuego y la llene de agua y de carnes escogidas, y la haga cocer hasta que la came se desprenda de los huesos. Después que lo tire todo y vuelva a poner la olla al fuego para que se caliente hasta que desaparezca el moho y la herrumbre (24:1-14). Aquí, por supuesto, el simbolismo es claro. El fuego del juicio de Dios consumiría completamente a lo rico y noble de Jerusalén. Sus ciudadanos serán deportados de la tienra a fin de que la ciudad santa pueda ser limpiada de toda impureza y deterioro moral. 

12. Le fue prohibido manifestar ningún pesar por la muerte repentina de su amada esposa (24:15-18). Charles Feinberg ha escrito: «El cubrirse la cabeza (2 S. 15:30), llevar los pies descalzos (Is. 20:2), y taparse la cara (Lv. 13:45; Mi. 3:7) le fueron prohibidos a Ezequiel. Los sacerdotes podían hacer duelo por sus seres queridos (Lv. 21:1-3), pero Ezequiel fue una excepción con un propósito especial. La costumbre en los tiempos antiguos era que, como parte del funeral, los amigos llevaran alimentos a los afligidos como una muestra de solidaridad (Dt. 26:14; Jer. 16:7; Os. 9:4). Ante el hecho del mandato de Dios, Ezequiel muestra completa subordinación de su propia voluntad y sentimientos al cumplimiento de su ministerio profético en la voluntad de Dios. A pesar de que sabía que las horas de vida de su esposa estaban contadas, se dedicó a cumplir el ministerio que tenía encomendado. ¡Qué gran ejemplo de obediencia!» { The Prophecy  of Ezekiel, pp. 139,140.) Uno de los versículos más conmovedores de toda la Biblia es su testimonio en esta circunstancia: «Hablé al pueblo por la mañana, y a la tarde murió mi mujer; y a la mañana hice como me fue mandado» (24:18). Dios le ordenó que no hiciera duelo por la muerte de su mujer, porque él, el Señor, no haría duelo por la muerte de Jerusalén. Es especialmente significativo observar que ella falleció el mismo día que Nabucodonosor inició su tercer y definitivo asalto sobre Jerusalén (24:2). 


B. Los doce mensajes de juicio de Ezequiel. 

A continuación un breve resumen de los puntos principales de estos mensajes de Ezequiel: 

1. Dios se había retenido frecuentemente en su ira a pesar de la descarada desobediencia de Israel (20:7-10,14, 21, 22). 

2. Dios no se gozaba en juzgar a su pueblo ni siquiera en esta etapa desesperada, y vuelve a llamar a Judá al arrepentimiento (18:31, 32). 

3. Pero Judá no escucharía, y la hora de su sentencia estaba ahora cerca (7:6,12). 

4. Judá sería entonces destruida no por los pecados de sus padres, sino por sus propias iniquidades (18:1-4, 20). 

5. Incluso la presencia de hombres tales como Noé, Daniel y Job no podría hacer que la ciudad de Jerusalén se salvara (14:14, 20). 

6. Sus ejércitos serían completamente impotentes para defenderla (7:14). 

7. Su riqueza no podría comprarles ni un minuto adicional de libertad (7:19). 

8. La ciudad santa de Dios se había convertido en la ciudad ramera de Satanás. 

9. Dios, por consiguiente, traería a Jerusalén lo peor de las naciones y gentes para que ocuparan sus tierras y casas (7:24). 

10. Las ciudades de Judá serían incendiadas y sus ídolos machacados (6:4, 6). 

11. Cuatro grandes castigos caerían sobre sus ciudadanos: guerra, hambre, animales salvajes y enfermedades (14:21). 


C. Las seis parábolas de Ezequiel. 

1. La parábola de la vid inútil (15:1-8). 
a. La vid es un símbolo común del pueblo de Israel en la Biblia. (Véanse Dt. 32:32; Sal. 80:8-12; Is. 5:1-7; Jer. 2:21; Os. 10:1; Mt. 21:33.) 
b. El único propósito y valor de una vid es llevar fruto. No sirve para construir casas (su tronco es corto y retorcido), ni para hacer muebles (la madera es muy blanda), y tampoco sirve mucho como combustible (se quema rápidamente). 
c. Debido a que la vid había rehusado cumplir con la única tarea que tenía prescrita, sería arrancada y quemada (Jn. 15:6). 

2. La niña adoptada que se transformó en una prostituta (16:1-63). El doctor Charles Feinberg escribe lo siguiente en la introducción a esta parábola: «Aquí, en el capítulo más largo del libro de Ezequiel, se nos presenta el carácter del personaje en toda su sordidez, bajeza y miseria, a fin de que pueda ser visto claramente el infinito aborrecimiento de Dios del pecado de Israel. Según el rabí Eleizer ben Hyrcanus en la misná, este capítulo no era para leerse o traducirse en público.» {T h e P r o p h e c y o f E z e k ie l, p. 85.) 
a. Dios había encontrado a una niña recién nacida, despreciada y abandonada en el campo. Se llamaba Israel (16:1-5). Esta es una referencia a la esclavitud de Israel en Egipto como se nos narra en los primeros capítulos de Éxodo. (Véanse especialmente Ex. 1:13,14; 2:23; 3:7.) 
b. Dios adoptó amorosamente a esta pequeña niña. Cuando se hizo mayor se comprometió con ella en matrimonio, celebraron los ritos matrimoniales y se convirtió en su legítima esposa (16:8). Todo esto tuvo lugar, por supuesto, en el monte Sinaí cuando Dios ratificó su pacto con Israel. (Véase Ex. 19:5. Comparar también Ez. 16:9 con Ex. 19:14.) 
c. Después de su matrimonio Dios la vistió con las más hermosas vestiduras, la adornó con las más costosas joyas, y proveyó de los más ricos manjares para su amada (16:10-14). Esto ocurrió en la historia de Israel durante los reinados de David y Salomón. (Véanse 2 S. 8:11; 1 R. 3:13; 10:4-7.) 
d. Pero esta mujer se olvidó pronto de todas las bendiciones recibidas, despreció el amor y la fidelidad de su esposo, y se convirtió en una prostituta callejera (16:15- 34). 
e. Esta acción intolerable no podía continuar sin castigo, porque su amado Esposo era también el Juez justo. Él, por tanto, la entregó a sus amantes asesinos para que abusaran de ella y la castigaran (16:36-41). 
f. Para este tiempo su maldad había incluso sobrepasado a la de su hermana mayor (Samaria, la capital del reino del norte), y la de su hermana menor (Sodoma). (Véase Ez. 16:46-50.) 
g. Después de que Dios la hubiera castigado, él otra vez la restauraría y la atraería hacia él (junto con sus dos hermanas pecadoras) a causa de su amor por ella y de su promesa a Abraham (16:53, 60, 63). 

3. La parábola de las dos águilas (17:1-21). Los eventos mencionados en esta parábola se refieren a los asuntos internacionales de Judá Babilonia y Egipto ocurridos entre los años 597 al 588 a.C. Los personajes involucrados son Joaquín, Sedequías y Nabucodonosor. El registro histórico de estos sucesos lo encontramos en 2 R. 24:8-20; 2 Cr. 36:9-13; Jer. 37; 52:1-7. 

4. La parábola del retoño de cedro (17:22-24). 
a. Un día Dios mismo va a plantar el mejor y más hermoso de los retoños sobre el monte más alto de Israel (17:22). 
b. El retoño se convertirá en un gran cedro y con su sombra y su fruto será de bendición a todos los que se acerquen a él (17:23). 
c. Por medio de ello el mundo entero conocerá acerca del plan y del poder de Dios (17:24). 
d. Estos versículos nos presentan sin duda alguna una profecía mesiánica. (Véanse Is. 2:2-4; Mi. 4:1-4.) El retoño es el Mesías (Is. 11:1; 53:2; Jer. 23:5, 6; 33:15; Zac. 6:12; Ap. 22:16) y el monte alto es el monte de Sion (Sal. 2:6). 


5. La leona y sus cachorros (19:1-9).
 a. Una leona tuvo cachorros. Uno de ellos creció y aprendió a devorar hombres; a causa de esto fue atrapado y llevado a Egipto (19:1-4). 
b. Otro de los cachorros hizo lo mismo y también fue apresado y llevado a Babilonia (19:5-9). 
c. Algunos creen que la leona era Hamutal, la esposa de Josías, y madre de tres reyes de Judá. El primer cachorro fue Joacaz (2 R. 23:31-34), que fue hecho prisionero y encarcelado en Egipto por el faraón Necao. El otro cachorro fue Sedequías (el hijo pequeño de Hamutal). Éste fue el último rey de Judá y fue llevado prisionero a Babilonia por Nabucodonosor (2 R. 24:18). 
6. Las dos hermanas pecadoras (23:1-49). 
a. Dos hermanas iniciaron su triste historia de prostitución entregándose a la inmoralidad con los egipcios (23:1-3). 
b. Los nombres de estas jóvenes son Ahola y Aholiba y se las identifica con Samaria y Jerusalén (23:4). c. La palabra Ahola significa «tabernáculo de ella» y puede referirse al hecho de que Dios nunca aprobó la falsa religión de Samaria (capital del reino del norte) tal como fue instituida por su primer rey Jeroboam (1 R. 12:25-33). Es decir, «tabernáculo de ella» significa que ella tuvo su propia religión que no incluía a Dios. 
d. La palabra Aholiba , que significa «mi tabernáculo en ella», indica quizá que la presencia de Dios permanecía todavía en el templo en Jerusalén a pesar del pecado de Judá. 
e. Se nos dice que estas dos jóvenes se hicieron prostitutas a causa de sus inmoralidades egipcias. Esto puede referirse al hecho de que ambas ciudades estaban muy influenciadas por las estructuras políticas y religiosas de Egipto. 
f. Ahola empezó entonces relaciones ilícitas con Asiria (23:5). Esto empezó con el rey del norte Manahem que estableció alianza con Asiria (2 R. 15:13-20). 
g. Aholiba hizo lo mismo con Babilonia (23:11). El rey Ezequías trató a los representantes babilonios casi como si fueran dioses (2 R. 20:12-19; 2 Cr. 32:31).
h. Dios, por tanto, determinó entregar a estas dos hermanas a la completa brutalidad de sus respectivos amantes (23:9, 22, 24). 


D. Visión de Ezequiel del templo (8:1—11:25). 

1. Judá se aleja de la gloria de Dios. 

a. Ezequiel es arrebatado en una visión y transportado de Babilonia al templo en Jerusalén durante el mes de septiembre del 592 a.C. Aquí es testigo de las cosas que estaban sucediendo en la ciudad santa en ese mismo momento (8:1-3). 

b. Lo primero que ve es un ídolo al norte de la puerta del altar (8:5). 

c. Después entra a un cuarto escondido en el atrio del templo, donde ve las paredes cubiertas de toda clase de pinturas de reptiles, lagartos y seres abominables. En aquella recámara había setenta ancianos israelitas quemando incienso y rindiendo culto a esos ídolos pintados. Los dirigía en estas depravadas devociones Jazaanías, hijo de Safán. Ezequiel quedó muy sorprendido porque este Safán era el que había leído el libro de la ley al rey Josías durante el gran avivamiento experimentado treinta y tres años antes (2 R. 22:8-11). Pero su hijo les dirigía ahora en esta horrible apostasía (Ez. 8:7-11). (Véase también Ro. 1:21-23.) El doctor Feinberg escribe: «Estos setenta hombres no eran en absoluto el Sanedrín, que no fue organizado hasta después de la restauración de Babilonia. Se refiere probablemente al modelo de estructura dado en Éxodo 24:9, 10 y Números 11:16. En los días de Ezequiel estos setenta representaban a los laicos. El Señor había nombrado setenta líderes en los tiempos pasados y su cometido principal era proteger en contra de la idolatría. ¡Qué perversión tan grande de su llamamiento!» (The  Prophecy  of  Ezekiel, p. 51.) 

d. Después de esta experiencia repulsiva, el profeta va a la puerta norte del templo. Allí ve a las mujeres judías llorando por su dios Tamuz (8:14). La historia de la religión de Tamuz es verdaderamente sórdida: 

    (1) La iglesia de Satanás empezó oficialmente en la torre de Babel en Génesis 11:1-9, casi veinticuatro siglos a.C. Allí, en la vega de Sinar, muy cerca probablemente del jardín original de Edén, se inició la adoración de Satanás. 

    (2) Nimrod, el nieto impío y apóstata de Noé, fue el primer sacerdote a pleno tiempo de Satanás (Gn. 10:8-10). 

    (3) La historia secular y la tradición nos dicen que Nimrod se casó con una mujer tan impía como él, que se 11amaba Semerimus. Conocerá de la promesa divina de un futuro Salvador (Gn. 3:15), Semerimus atrevidamente declaró que Tamuz, su primer hijo, cumplió esta profecía. 

    (4) A partir de entonces, Semerimus instituyó un sistema religioso que hizo de ella y de su hijo objetos de adoración. Ella misma se convirtió en la suma sacerdotisa. Así comenzó el culto y adoración de madre-hijo que posteriormente se extendió al mundo entero.

    (5) ¿Cuál era la enseñanza de esta iglesia satánica de Semerimus? 

        (a) Que Semerimus era el camino a Dios. Ella adoptó en realidad el título de «reina del cielo». 

      (b) Que sólo ella podía administrar salvación a los pecadores por medio de varios sacramentos, tales como el rociamiento de agua santa. 

       (c) Que a su hijo trágicamente lo mató un jabalí salvaje durante una expedición de caza. 

      (d) Que él, sin embargo, fue resucitado de entre los muertos cuarenta días más tarde. De modo, que después de esto las vírgenes del templo de este culto entraban cada año en un período de ayuno de cuarenta días en recuerdo de la muerte y resurrección de Tamuz. 

     (e) Al cabo de los cuarenta días celebraban un gozosa fiesta llamada Ishtar. En esta fiesta se intercambiaban y comían huevos coloreados como símbolo de la resurrección. Exhibían un árbol, siempre verde y quemaban un tronco. Por último, se cocían y se comían pasteles adornados con la letra «T», para recordar a todos acerca de Tamuz. Jeremías también habló acerca de este culto vicioso (Jer. 7:18; 44:25). 

e. Ezequiel continuó su recorrido y vio a veinticinco hombres de espaldas al templo, mirando hacia el oriente y adorando al sol (8:16). De nuevo, el doctor Feinberg escribe: 

    «Lo que Ezequiel vio era el mayor insulto contra el Señor del cielo y de la tierra. Veinticinco hombres estaban adorando al sol, el objeto de la idolatría persa, en aquel sagrado recinto. Moisés les había advertido acerca de este constante peligro (Dt. 4:19)... Los veinticinco hombres representaban a las veinticuatro órdenes del sacerdocio levítico con el sumo sacerdote a la cabeza. Ya habíamos notado la apostasía de los laicos y de las mujeres; ahora se revela en las filas de los sacerdotes. Como son los sacerdotes, así es el pueblo. ¡Pensemos en ello! Aquello cuya intención era manifestar la gloria de Dios en la creación (Sal. 19) es pervertido para disminuir la gloria del Creador, pues mientras que miraban de frente al sol, daban sus espaldas al templo de Dios. Era una actitud de desafío hacia Dios y de rechazo de su adoración. Era la mayor manifestación de repudio al Señor que podían hacer (véase 2 Cr. 29:6), la copa de su iniquidad estaba llena hasta rebosar.» ( T h e P r o p h e c y o f E z e k ie l, p. 52.)

 f. Mientras estaba allí, aturdido por todo esta actividad blasfema que le rodeaba, vio aparecer a seis seres celestiales que llevaban en sus manos armas de destrucción. Les dirigía uno vestido con ropas de lino que llevaba a la cintura instrumentos para escribir (9:1, 2). Este ángel-líder parece que era el ángel-escriba de Dios, y los útiles para escribir, el libro de la vida. (Véanse Ex. 32:32; Sal. 69:28; 139:16; Is. 4:3; Dn. 12:1; Fil. 4:3.) 

g. Dios le ordena al líder de este grupo que recorra las calles de Jerusalén y ponga una señal en la frente de todos aquellos que sienten pena y dolor por los pecados de Judá (9:3,4). Esta señal era con el propósito de darles protección segura. (Véanse también Ap. 7:1-3; Gá. 6:17; Ap. 13:16- 18; 14:1; 2 Ti. 2:19.) 

h. Entonces se les mandó a los ángeles que llevaban instrumentos de destrucción que pasasen por la ciudad y mataran a todos los que no tuvieran la señal (9:5-11). Tenían que empezar en el templo, pues allí es donde empieza el juicio de Dios. (Véase 1 P. 4:17.) 

i. Ezequiel ora por Jerusalén (como Abraham lo hizo una vez por Sodoma. Comparar Gn. 18:23-33 con Ez. 9:8), pero se le dice que la situación es tal que está más allá de toda oración (9:8-10). 

j. Los líderes de Judá habían ignorado todos los avisos de parte de Dios, y estaban en realidad convencidos de que aquellos que estaban ya en la cautividad (incluyendo a Daniel y a Ezequiel) habían sido deportados a causa de sus pecados (11:14,15). 


2. La gloria de Dios se aleja de Judá. 
a. Ezequiel ve que la gloria de Dios se eleva por encima del propiciatorio (9:3). 
b. Después se elevó por encima de la puerta del templo (10:4). 
c. De allí se trasladó a la entrada oriental del templo (10:18, 19). 
d. Finalmente se movió hacia el monte de los Olivos y desapareció (11:23). A partir de este momento, Ic a b o d , aquella terrible palabra, podía haberse escrito sobre el cielo de Jerusalén: la gloria de Jehová se había alejado de Israel. (Véase 1 S. 4:22.) Pero de aquellos cielos oscurecidos por la desesperación sale un brillante rayo de esperanza, porque el profeta escucha la voz de Dios (11:17-20). 


III. La condenación de los enemigos de Dios (25:1— 32:32; 35:1-15). A. Amón (25:1-7). 

A. Amón (25:1-7). 
1. La nación amonita (que ocupaba la zona este del Jordán al norte de Moab) procedía de la relación incestuosa entre Lot y su hija menor (Gn. 19:38). 
2. Amón había mostrado frecuentemente su hostilidad hacia Judá. (Véanse 2 S. 10; Am. 1:13- 15.) Se había unido a los babilonios contra Judá en el 600 a.C. (2 R. 24:2). Antes de esto, se había apoderado del territorio que pertenecía a la tribu de Gad después de la cautividad asiria (Jer. 49:1). 
3. Su peor pecado, sin embargo, fue la diabólica alegría que manifestaron abiertamente por la destrucción del templo de Jerusalén, y por la matanza y esclavitud de sus ciudadanos (Lm. 2:15). 
4. A causa de esto Dios iba a permitir que varias tribus de crueles beduinos invadieran su territorio. Rabá, la capital (la actual Amán), quedaría reducida a un campo de pasto para camellos. 


B. Moab (25:8-11). 
1. Este pueblo procedía de Lot y de su hija mayor. El hijo que nació fue llamado Moab (Gn. 19:37). 
2. Su principal pecado fue el degradar al Jehová de Judá y considerarlo como cualquier otra dios nacional o tribal. 
3. Las mismas tribus del desierto que invadieron a Amón ocuparían también las ciudades principales de Moab. 


C. Edom (25:12-14; 35:1-15). 
1. Esta nación tuvo su origen en Esaú, el hermano de Jacob (Gn. 25:33). Debido a este linaje común, Israel no pelearía con Edom en su camino a la Tierra Prometida (Dt. 23:7). Los edomitas se establecieron en el territorio al sur de Moab, desde el mar Muerto hasta el golfo de Aqaba. 
2. A pesar de su herencia común, Edom fue considerado como el peor enemigo de Israel. (Véanse Abd. 1:10; Mal. 1:2-5.) 
3. Sus pecados fueron varios: 
a. Se había regocijado por la caída de Judá (Sal. 137:7; Lm. 4:21, 22; Obd. 1:10-14). (Véase también Ez. 35:15.) 
b. Mataron de manera cruel a judíos indefensos durante la invasión babilónica (35:5). 
c. Planeaban apoderarse de toda la tierra de Palestina y expulsar de ella al Señor Dios (35:10). 
4. Dios los castigaría permitiendo que varias naciones llenaran la tierra con cadáveres insepultos de edomitas (35:5-9). 


D. Filistea (25:15-17). 
1. Si Edom era el primero en la lista de enemigos de Israel, Filistea era ciertamente el segundo. Esta nación hostil se menciona más veces en el Antiguo Testamento que ninguna otra. 
2. Hostigaron y oprimieron constantemente a Israel hasta el reinado del rey David. (Véase 1 S. 13—14.) 
3. A causa de este odio y persecución continuos, Dios ejecutaría sobre ellos una terrible venganza (25:17). 


E. Tiro (26:1—28:19). 
1. La historia de Tiro. 
a. Tiro era la ciudad más antigua de Fenicia y aparece por primera vez en la Biblia en Josué 19:29. Fue la ciudad comercial más importante en el tiempo del Antiguo Testamento. Tiro significa «roca» y estaba en el centro del mundo mediterráneo. 
b. Tiro era, según Ezequiel (26:13) e Isaías (23:16) una ciudad de grandes músicos y amantes de la música. 
c. La ciudad ejerció gran influencia durante los reinados de David y Salomón. Hiram, rey de Uro, fue un fiel amigo de David (2 S. 5:11). Posteriormente ayudó a David y Salomón en sus planes de edificaciones, especialmente con el templo (1 R. 5:1-12; 1 Cr. 14:1; 2 Cr. 2:3, 11). 
d. Quizá debemos hacer notar aquí que Tiro consistía en realidad de dos ciudades, una en la costa, a unas 60 millas (aproximadamente 96 km) al noroeste de Jerusalén, y la otra en una isla a algo más de media m illa (como 1 km) de la costa en el Meditarráneo. 
e. Al tiempo de la profecía de Ezequiel, Tiro estaba en abierta rebelión contra Babilonia. 
2. El pecado de Uro. 
a. Uro se había alegrado de la caída de Judá (26:2). La razón era que eso significaba paso libre para sus caravanas que iban desde el norte a Egipto en el sur. Con la desaparición de Judá ya no tendría que pagar el impuesto por el derecho de paso. 
b. Había vendido judíos como esclavos a los griegos y a los edomitas (Jl. 3:4-8; Am. 1:9, 10). 
    (1) El rey en este tiempo era Itobaal U, quien presumía de ser tan fuerte como un dios y tan sabio como un Daniel (28:2, 3). La historia esta llena, por supuesto, de aquellos que cayeron a causa de su orgullo. Notar especialmente los ejemplos de Senaquerib (2 R. 18:33-35), Nabucodonosor (Dn. 3:15; 4:30), y Herodes (Hch. 12:21-23).     
    (2) En su pretensión de ser un dios, el rey de Tiro se convirtió en una prefiguración del futuro Anticristo. (Véase 2 Ts. 2:4.) c. La ciudad estaba corrompida con grosero materialismo (27:4-25). 
3. El castigo de Uro. 
a. Varias naciones iban a levantar contra Tiro como olas del océano (26:3). 
    (1) En los años 701-696 a.C., el rey asirio Senaquerib había tomado parte de la ciudad en el continente, pero no capturó la isla fortificada. (2) Nabucodonosor, el rey de Babilonia, también trató, durante trece  años, de tomar las dos ciudades (585-573 a.C.), pero no pudo apoderarse de la isla al igual que Senaquerib. 
b. A pesar de la fuerte protección que le proporcionaba el agua, Ezequiel predice que sus murallas serían derribadas, su tierra sería barrida dejándola más pelada que una roca, y ambas ciudades quedarían sólo para que los pescadores extendieran sus redes (26:4, 5). Pasaron 225 años sin que se cumpliera esta profecía. Pero en el 332 a.C., Alejandro Magno llegó a este escenario y la isla fue tomada. Logró construir un largo puente desde la costa en tierra firme hasta la isla arrojando los escombros de la antigua ciudad al agua. Al hacer esto dejó literalmente pelada aquella área. Hace algunos años, un arqueólogo americano llamado Edward Robinson descubrió cuarenta o cincuenta columnas de mármol debajo del agua a lo largo de la costa de la antigua Tiro. Después de siete meses de asedio, Alejandro Magno tomó la ciudad en la isla y la destruyó. A partir de este momento, las playas de toda esta zona han sido usadas por los pescadores para extender y secar sus redes. 
c. Ezequiel declaró, además, que la ciudad nunca más volvería a ser habitada (26:20, 21). Tiro nunca ha sido reedificada, a pesar de la existencia en las cercanías de las bien conocidas fuentes de agua de Roselain, que dan abundante agua a diario. 
d. Sus barcos serían destruidos por violentos huracanes (27:26, 27). 
e. Todo el mundo occidental conocido lamentaría y lloraría a causa de sus destrucción (26:16-18; 27:38-36). En los días de la tribulación el mundo hará lo mismo por la destrucción de Babilonia. (Véase Ap. 18.) 
4. La fuerza siniestra existente detrás de Tiro (28:11-19). 
a. La identidad de esta fuerza. Ya hemos notado que Ezequiel describe en el capítulo 28:1-10 el orgullo de Itobaal II, que era el rey de Tiro en este tiempo. Pero el profeta se traslada ahora más allá del escenario terrenal y nos describe la creación y caída de una criatura no humana vil y maligna. Este ser espantoso es el mismo Satanás, la fuerza que estaba realmente detrás de la maldad de Tiro. Dios habla frecuentemente a Satanás por medio de otra fuente indirecta. Por ejemplo: 
(1) Habló al diablo por medio de la serpiente (Gn. 3:14, 15). (2) Le habló también por medio de Simón Pedro (Mt. 16:23). 
b. Las características de esta fuerza. 
    (1) Modelo de perfección, lleno de sabiduría y belleza (v. 12). Nunca un ser humano ha sido descrito en estos términos, todo lo contrario. (Véase Ro. 3:23.) 
    (2) Estaba en Edén, el jardín de Dios (v. 13). Algunos han especulado que Ezequiel tenía a Adán en mente al decir esto, pero en ninguna parte del relato del Génesis se nos habla del vestido de Adán diciendo: «De toda piedra preciosa era tu vestidura.» 
    (3) «Los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación» (v. 13, tal como lo traduce la versión Reina Valera de 1960). El doctor J. Dwight Pentecost escribe en cuanto a esto: «Los instrumentos musicales fueron concebidos originalmente como medios de alabar y adorar a Dios. No era necesario que Lucifer aprendiera a tocar un instrumento musical para alabarle. Por decirlo así, tenía un órgano de tubos dentro de sí, o era un órgano. Esto es lo que el profeta quiso decir cuando dijo: “los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación”. Lucifer, a causa de su hermosura, hacía lo que un instrumento musical haría en las manos de un diestro músico: producir un himno de alabanza a la gloria de Dios. Lucifer no necesitaba buscar quien tocara el órgano para él poder cantar la doxología: él era en sí una doxología.» (Vuestro adversario el dia b lo , Editorial Logoi, p. 14.) 
    (4) El ungido querubín protector (v. 14) Nota: La versión Reina-Valera de 1960 no emplea la palabra ungido como lo hace el autor basándose en la versión inglesa del rey Jaime, pero sí aparece en el texto de la Reina-Valera Actualizada. (Nota del traductor.) 
(a) Fue ungido. Sólo se ungía a tres personas en el Antiguo Testamento en razón de su oficio: el pro0feta, el sacerdote y el rey. Parece como si aquí se sugiriera que Lucifer pudo haber sido creado originalmente (bajo Cristo) como el profeta-sacerdoterey celestial, pero falló. Quizá esta es la razón por la que Dios separó estos oficios. (Véanse 1 S. 13; 2 Cr. 26.) 
(b) Era un querubín protector. Los querubines pertenecían a una orden especial de ángeles cuya misión era proteger la santidad de Dios. (Véanse Gn. 3; Ex. 25; 1 R. 6; Ez. 1; Ap. 4.) Tanto las evidencias arqueológicas como bíblicas sugieren que eran semejantes a un león, un buey, un águila y un hombre. Lucifer fue aparentemente creado (entre otros propósitos) para demostrar la obra terrenal de Cristo, como es presentada por los cuatro escritores de los evangelios. Mateo : presenta a Cristo como Rey y usa el símbolo del león. Marcos: le presenta como Siervo, y para ello usa el buey como símbolo. Lucas : le presenta como el hombre perfecto. Juan: le presenta como Dios y usa la figura del águila. (5) «Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura» (v. 17). Aquí tenemos el primer pecado y la autocreación del primer pecador del universo. 

F. Sidón (28:20-24). 
1. Sidón estaba a unas 20 millas (unos 32 km) al norte de Tiro y fue fundada por el primogénito de Canaán (Gn. 10:15). 
2. Parece que esta ciudad fue el cuartel genera] de la adoración a Baal. La princesa Jezabel, la mujer más nefasta que aparece en las Escrituras, procedía de allá y era una fanática de la adoración de Baal (1 R. 16:31-33). Además, Sidón era el centro de la adoración a Asera y Tamuz.
3. Debido a su influencia tan negativa, Sidón fue comparada a una «espina desgarradora y aguijón que da dolor» para la casa de Israel (v. 24). 
4. Dios iba a castigar a Sidón enviando enfermedades y un ejército que la destruyera (v. 23). Esto sucedió en el 351 a.C., cuando la ciudad fue incendiada por los persas. G. Egipto (29:1—32:32). 1. Su castigo histórico (por Nabucodonosor). 
a. El pecado de Egipto, al igual que el de otras muchas naciones, fue el orgullo (29:3). 
b. El faraón Hofra (el rey egipcio al que se refiere Ez. 29), de la dinastía veintiséis, parece ser que había convencido al rey Sedequías de Judá que Egipto le sería de más ayuda en contra de Nabucodonosor que Dios mismo (29:6). (Véase también 30:21-26.) 
c. Ezequiel, por tanto, pronuncia sentencia sobre faraón, el pueblo e incluso los animales (29:8-12). d. En el capítulo 31 Egipto es descrito como un poderoso cedro del Líbano que sobresale por encima de todos los demás árboles. Los pájaros descansaban en sus ramas y los animales parían bajo su sombra. Pero el árbol pronto quedó carcomido por el orgullo y Dios ordenó al leñador babilónico que lo cortara. 
e. Ezequiel nos informa que Nabucodonosor conquistó Egipto por su riqueza a fin de pagar a sus soldados después del largo asedio de Tiro (Ez. 29:17-21) 
f. Egipto quedaría arrasado y permanecería desolado durante cuarenta años (29:9,11), y este es aproximadamente el tiempo que Babilonia dominó a Egipto. Beroso, historiador de Babilonia, declara que Nabucodonosor se llevó cautivos a muchos egipcios después que invadió y ocupó su país. 
g. Después del período de cuarenta años de castigo Egipto se recuperaría un poco, pero permanecería para siempre como un reino de segunda fila (Ez. 29:13-15). 
h. Israel nunca más volvería a depender de Egipto (29:16). 
2. Su futuro castigo (30:1-19). 
a. Aunque el nombre de Nabucodonosor aparece una vez en este pasaje (v. 1 0 ), se piensa que el cumplimiento final de los juicios mencionados aquí acontecerá durante la tribulación. Ezequiel lo indica cuando usa el término profético «el día de Jehová» (v. 3). Esta frase casi siempre se refiere a la tribulación de siete años. (Véanse Is. 13:6, 9; Jl. 1:15; 2:1, 11; 3:14; Am. 5:18; Abd. 1:15; Sof. 1:7, 14; Zac. 14:1; 1 Ts. 5:2; 2 Ts.2:2;2P. 3:10.) 
b. Según Daniel 11:40-43, Egipto será en verdad destruido durante la tribulación. c. En aquel tiempo experimentará los juicios de Dios. (Véase 30:4-17.) Podemos observar, para completar esta sección, que las palabras de Ezequiel en 32:17- 2 1 han sido señaladas como el lamento más solemne que jamás se haya compuesto sobre un pueblo pagano. En él se pinta a Egipto descendiendo lentamente a las profundidades oscuras y horrendas del Seol en el corazón de la tierra. Allí yacerá al lado de otros pueblos que fueron también poderosos pero que ahora han desaparecido, tales como Asiria, Elam. los hititas, Edom y Sidón.


 IV. La presentación de Jesucristo, el pastor de Dios (34). 
A. Los muchos falsos profetas. 
1. Que se cuidaban a sí mismos en vez de apacentar el rebaño (34:2, 3). 
2. No ayudaron a las débiles, ni curaron a las enfermas, ni vendaron a las que tenían algún hueso roto, ni buscaron a las extraviadas (34:4). 
3. Andaban dispersas por falta de pastor (34:5). 
4. Eran presa fácil de todo animal salvaje (34:5). 
5. Por tanto, los pastores serían castigados (34:9): 
a. Se les quitará de su posición de pastores (34:10). 
b. No serán alimentados por el gran Pastor (34:9, 10). 
c. El Señor los juzgará y destruirá (34:16). 

B. El único pastor verdadero. (Véanse Sal. 23; Jn. 10:11; He. 13:20; 1 P. 5:4.) 
1. Buscará a las ovejas perdidas (34:11). 
2. Las librará de sus enemigos (34:12). 
3. Las recogerá de todas las naciones (34:13). 
4. Las apacentará sobre los montes de Israel (34:14). 
5. Las llevará a descansar a verdes prados (34:15). 
6 . Vendará a la perniquebrada (34:16). 
7. Curará a las heridas y enfermas (34:16). 
8 . Pondrá a David a cargo del rebaño, como su pastor de confianza (34:23). (Véanse también Ez. 37:24; Jr. 30:9; Os. 3:5.) 
9. Hará con ellas un pacto eterno (34:25). 
10. Garantizará su seguridad y las pondrá en un paraíso perfecto (34:25-28). 



V. La restauración de Israel, la nación de Dios (36—37). 

A. La necesidad de esta restauración. Israel había sido ya desterrado de Palestina a causa de su pecado (36:17-19). 
B. La razones para la restauración. 
1. Avergonzar a las naciones gentiles que se habían burlado de la tragedia de Israel (36:1-7). 
2. Vindicar el nombre de Dios (36:20-23, 32). Se había corrido el rumor de que el Dios de Israel era incapaz de (o no quería) proteger y purificar a su propio pueblo.
C. La visión de la restauración (37:1-14). 1. Dios le manda a Ezequiel que profetice sobre un valle lleno de huesos humanos, viejos y secos, esparcidos por todas partes (37:1-6). 
2. Se extendió repentinamente un gran ruido por todo el valle y los huesos de cada cuerpo se juntaron y se unieron unos a otros como una vez estuvieron unidos (37:7). 
3. Después se formaron los músculos y la carne sobre los huesos y la piel los cubrió (37:8). 
4. Pero aquellos cuerpos completos no tenían aliento. Entonces se le ordenó a Ezequiel que: «Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies, un ejército grande en extremo» (37:9,10). 
D. El símbolo de esta restauración (37:15-22). 
1. Ezequiel tenía que grabar las siguientes palabras sobre dos varas de madera: 
a. En la primera vara: «Para Judá y los hijos de Israel sus compañeros.» 
b. En la segunda: «Para José, palo de Efraín, y para toda la casa de Israel sus compañeros.» 
2. El doctor Charles Feinberg escribe lo siguiente en relación con estas dos varas: «Estos palos que encontramos aquí son equivalentes a cetros, rememorativos de aquellos otros en los días de Moisés (Nm. 17:1, 2). “Para Judá y ... sus compañeros” (v. 16) nos muestra que el reino del sur incluía, además de Judá, la mayor parte de Benjamín y Simeón, la tribu de Leví y todos aquellos israelitas piadosos que se habían pasado del reino del norte, con toda su idolatría y falso sacerdocio, al reino del sur (véanse 2 Cr. 11:12; 15:9; 30:11, 18; 31:1). José es mencionado en relación con la otra vara. Fue elegido con toda probabilidad porque la casa de José, compuesta por las dos poderosas tribus de Efraín y Manasés, formaba el núcleo principal del reino del norte.» (The Prophecyof  Ezekiel, P- 215.) 
3. Ezequiel tenía entonces que sostener ambas varas juntas en una mano, indicando así la intención de Dios de reunificar una vez más a los dos reinos en Palestina (37:17-20). 
E. Los resultados de esta restauración. 
1. Una vez más vendrían a ser el pueblo de Dios (36:28; 37:27). 
2. Los rociará con agua limpia (36:25, 29, 33). Esta es, por supuesto, una alusión al rito mosaico de la purificación (Nm. 19:17-19). 
3. El Espíritu Santo morará en ellos (36:27; 37:14). (Véanse también Ez. 39:29; Is. 44:3; 59:21; Joel 2:28, 29, Hch. 2:16-18.) 
4. Les dará corazones nuevos y deseos rectos (36:26). 
5. Gozarán de las bendiciones del nuevo templo (37:26, 28). 
6 . David reinará sobre ellos (37:24). 7. Serán vindicados entre las naciones (36:30). 
8 . Disfrutarán de abundantes cosechas (36:29,30, 34, 35). (Véanse también Is. 35:1, 2; 55:13; Zac. 8:12.) 
9. Las ciudades de Israel se volverán a llenar de gente, especialmente Jerusalén (36:38). 
10. Vivirán en la tierra santa para siempre (37:25). 



VI. La demostración de la ira de Dios: Rusia (38—39). 
 Ezequiel nos describe en estos dos extraordinarios capítulos la invasión de Palestina en los últimos tiempos por una nación inicua ubicada al norte de Palestina. 
A. La identidad de los invasores. ¿Dónde se halla la tierra de Magog? Parece casi seguro que estos versículos en Ezequiel se refieren a Rusia, hasta hace poco el oso rojo comunista. Veamos la siguiente triple prueba que lo demuestra: 
1. La prueba geográfica. Ezequiel nos dice en tres pasajes distintos (38:6, 15; 39:2) que esta nación invasora procederá de «los confines del norte» (como el término original hebreo lo indica). Un vistazo rápido a un mapamundi nos mostrará que sólo Rusia puede cumplir esta descripción. 
2. La prueba histórica. Josefo, el historiador judío de la antigüedad (primer siglo a.C.) nos asegura que los descendientes de Magog (que fue hijo de Jafet y nieto de Noé) emigraron a una zona al norte de Palestina. Pero incluso antes de Josefo, Herodoto, el famoso historiador griego del siglo quinto a.C., nos dice que los descendientes de Mesec se establecieron al norte de Palestina (Gn. 10:2). 
3. La prueba lingüística. El doctor John Walvoord escribe al respecto: «En Ezequiel 38 se le describe a Gog como el “príncipe de Ros” (véanse la Biblia de las Américas y la Versión Moderna). La Reina-Valera 1960 lo presenta como el “príncipe soberano de Mesec y Tubal”. La traducción “príncipe de Ros” es una traducción más literal de la expresión hebrea. “Ros” puede ser la raíz de la que procede el término moderno “Rusia”. En el estudio de cómo las palabras antiguas se transforman en términos modernos, vemos que es bastante común que permanezcan las mismas consonantes, mientras que cambian las vocales. En la palabra “Ros” si la vocal “o” se cambia por “u” se convierte en el término moderno para “Rusia” con el sufijo añadido. Es decir, la palabra en sí parece ser una forma temprana del término del cual procede el nombre moderno de “Rusia”. Gcsenius, el famoso lexicógrafo, asegura que ésta es una identificación apropiada; esto es, que Ros es la forma primaria de la que hemos obtenido la palabra Rusia. Las dos palabras Mesec y Tubal también están relacionadas con otros términos rusos prominentes. La palabra “Meesec” es similar al nombre moderno de “Moscú”, y la palabra “Tubal” es obviamente similar al de una de las provincias asiáticas de Rusia, la provincia de Tobolsk. Cuando juntamos toda esta evidencia, nos lleva a la conclusión de que estos términos son referencias tempranas a ciertas porciones de Rusia; por tanto, el argumento geográfico queda reforzado con el argumento lingüístico, y apoya la idea de que estas fuerzas invasoras procederán de Rusia.» (The Nations in Prophecy, pp. 107, 108.) 
B. Los aliados en la invasión. Ezequiel enumera las cinco naciones que se aliarán con Rusia en esta invasión, y son: Persia, Etiopía, Libia, Gomer y Togarma. Estas pueden referirse (aunque hay algo de incertidumbre) a los siguientes países de hoy día: 
1. Persia: la moderna Irán. 
2. Etiopía: las naciones africanas de raza negra. 
3. Libia: las naciones árabes del norte de África. 
4. Gomer: Alemania oriental. 
5. Togarma: el sur de Rusia y los cosacos, o quizá Turquía. 
C. Las razones de la invasión. 
1. Apoderarse de las riquezas de Palestina (Ez. 38:11, 12) y controlar el Medio Oriente. Los antiguos conquistadores supieron siempre que aquel que quiera controlar Europa, Asia y África necesita controlar primero el puente del Medio Oriente que lleva a esos tres continentes. 
2. Desafiar la autoridad del Anticristo (Dn. 11:40- 44). 
D. La cronología de la invasión. Es imposible ser dogmático en cuanto a fechas. Lo que sigue es, por tanto, una simple sugerencia de lo que posiblemente suceda, basado en Ezequiel 38 y Daniel 11:40-44. 1. Egipto ataca a Palestina desde el sur siguiendo un plan preconcebido (Dn. 11:40a). 
2. Rusia luego invade Israel desde el norte mediante un ataque terrestre y anfibio (Dn. 11:40£>). 
3. Rusia no se para en Israel sino que traiciona a su aliado continuando hacia el sur y ocupando Egipto también (Dn. 11:42, 43). 
4. Mientras está en Egipto, Rusia recibe noticias alarmantes procedentes del este y del norte y regresará rápidamente a Palestina. No se nos dice de qué tratan estas noticias, pero se han formulado algunas teorías: 
a. Que se refieren a que el Anticristo ha sido asesinado, pero ha resucitado. (Véase Ap. 13:3.) 
b. Que tienen que ver con el contraataque inminente del líder occidental (el Anticristo). c. Que es el aviso de una confrontación con China y con India («príncipes del este»), que pueden estar movilizando sus ejércitos. Debemos hacer notar aquí, sin embargo, que algunos estudiosos de la Biblia identifican al sujeto al que se refiere Daniel 11:42 como el Anticristo y no el líder ruso. Si esto es así, la cronología que indicamos arriba debe ser corregida según corresponda. 
E. La destrucción de los invasores. Nada más regresar, Rusia es derrotada completamente sobre los montes de Israel. Esta derrota total es producida por los eventos siguientes causados por Dios mismo: 1. Un gran terremoto (Ez. 38:19, 20). 
2. Una rebelión entre los mismos soldados rusos (Ez. 38:21). 
3. Enfermedades entre los soldados (Ez. 38:22). 
4. Lluvias, tormentas de granizo, fuego y azufre (Ez. 38:22; 39:6). 
F. Los resultados de esta invasión. 
1. Cinco sextas partes (ochenta y tres por ciento) de los soldados rusos son destruidos (Ez. 39:2). 
2. Empieza el primero de los terribles banquetes de Dios (Ez. 39:4, 17-20). Parece que un banquete similar tendrá lugar más tarde, después de la batalla de Armagedón (Ap. 19:17, 18; Mt. 24:28). 
3. La amenaza comunista cesará para siempre. 
4. Se necesitarán siete meses para enterrar a todos los muertos (Ez. 39:11-15). 
5. Tomará siete años quemar todas las armas de guerra (Ez. 39:9, 10). El doctor John Walvoord escribe lo siguiente acerca de este período de siete años: «Hay algunos ... problemas en relación con este pasaje que merecen estudio. Se hace referencia a arcos y flechas, escudos, carros y espadas. Esto es, por supuesto, armamento antiguo visto desde la perspectiva moderna. Es comprensible el gran uso de caballos, pues Rusia todavía los usa hoy en gran escala en su ejército. Pero, ¿por qué van a usar hoy armaduras, lanzas, arcos y flechas? Esto sin duda representa un problema. Se han dado dos o más respuestas a esta dificultad. Una es que Ezequiel está usando el vocabulario con el que estaba familiarizado —las armas que eran comunes en su día— para anticipar el armamento moderno. Lo que en realidad está diciendo es que cuando esa invasión ocurra los soldados irán completamente equipados para la guerra. Esta interpretación también presenta sus dificultades. Se nos dice en el pasaje que usarán la madera de los escudos, arcos, flechas y lanzas como leña para el fuego, pero si estos son símbolos resulta muy difícil quemar símbolos. No obstante, todavía se usa bastante la madera en la guerra moderna... Una segunda solución es que esta guerra es precedida por un acuerdo de desarme entre las naciones. Si este fuera el caso, sería necesario recurrir a cierta clase de armamento primitivo que sería fácil de hacer secretamente si se quiere llevar a cabo un ataque por sorpresa. Esto permitiría una interpretación literal del pasaje. Se ha sugerido una tercera interpretación basada en la premisa de que los modernos misiles de guerra se habrán desarrollado a tal punto en aquel día que van a requerir enormes cantidades de metal. Bajo estas circunstancias sería necesario abandonar el uso de armas metálicas y sustituirlo por madera como se indica en el armamento antiguo.» (The Nations in Prophecy, pp. 115, 116.) 


VII La manifestación de la gloria de Dios: el templo (caps. 40— 48). 

A. Su orden bíblico. El templo milenario es el último de los siete grandes templos que aparecen en las Escrituras. Estos son: 
1. El tabernáculo de Moisés, Éxodo 40 (1500-1000 a.C.).
2. El templo de Salomón, 1 Reyes 5— 8 (1000-586 a.C.). 
3. El templo de Zorobabel (reconstruido más tarde por Herodes), Esdras 6 ; Juan 2 (516 a.C. a 70 d.C.). 4. El templo del cuerpo de Cristo, Juan 2:21 (4 a.C. a 30 d.C.). 
5. La Iglesia, el templo espiritual, Hechos 2; 1 Ts. 4 (desde Pentecostés hasta el rapto). }
a. De toda la Iglesia (Ef. 2:21). 
b. La iglesia local (1 Co. 3:16,17).
c. El cristiano individual ( 1 Co. 6:19). 
6 . El templo en la tribulación, Apocalipsis 11 (desde el rapto hasta el Armagedón). 
7. El templo milenario, Ezequiel 40-—48; Joel 3:18; Isaías 2:3; 60:13; Daniel 9:24; Hageo 2:7, 9). 

B. Su santa oblación. 

    Palestina será redistribuida entre las doce tribus de Israel durante el milenio. La tierra misma será dividida en tres partes. Siete tribus ocuparán la parte norte y las otras cinco la parte sur. Entre estas dos áreas habrá una sección llamada «la santa oblación», es decir, aquella parte de la tierra que se apartará para el Señor. El doctor J. Dwight Pentecost cita a Merrill F. Unger a este respecto: «La santa oblación será un cuadrado espacioso de terreno de unas 34 millas de lado (54 km aproximadamente). Aquí estará el centro de todos los intereses de la adoración y el gobierno de Dios que se establecerá en la tierra milenaria . . . El templo mismo estará establecido en medio de este cuadrado (la santa oblación) y no en la ciudad de Jerusalén, sobre un monte muy alto, el cual estará listo milagrosamente para cuando el templo sea edificado. (Véanse Is. 2:3; Mi. 4:1-4; Ez. 37:26.) (Things to Come, pp. 510, 514. Véase también la edición castellana Eventos del provenir, Editorial Vida, p. 387, 389.) 
C. Sus dimensiones (40:1—42:20; 46:21-24). 
D. Su propósito: 
1. Proveer de un lugar donde la nube de la gloria de Dios permanezca (43:1-17). 
2. Proveer de un centro para el Rey de la gloria (43:7). (Véanse también Is. 2:2, 3; Mi. 4:2.) 
E. Su sacerdocio (44:5-31). Se nos dice en cuatro ocasiones específicas que a los hijos de Sadoc se les asignarían deberes sacerdotales (Ez. 40:46; 43:19; 44:15; 4*8:11). Sadoc fue sumo sacerdote en el tiempo de David (el undécimo descendiente de Aarón). Su lealtad al rey era incuestionable, y a causa de ello se le prometió que su simiente gozaría de esta gloriosa oportunidad (1 S. 2:35; 1 R. 2:27, 35). 
F. Su príncipe (45:7, 8,17; 46:1-20). En su descripción del templo, Ezequiel habla como diecisiete veces acerca de un misterioso «príncipe». Quienquiera que sea desempeña un papel muy importante en el templo, aparentemente como intermediario entre el pueblo y el sacerdocio. Estamos seguros de que no se refiere a Cristo, en razón de que prepara una ofrenda expiatoria por sí mismo (Ez. 45:22), y está casado y tiene hijos (Ez. 46:16). Algunos sugieren que este príncipe procede de la simiente de David y que él será para David lo que el falso profeta es para el Anticristo. 
G. Sus elementos distintivos. 
Algunos artículos y objetos que aparecían en los templos de Moisés, Salomón y Herodes no estarán en el templo milenario. 
1. No habrá velo. Fue rasgado de arriba a abajo (Mt. 27:51) y no reaparecerá en este templo. No habrá barreras que separen al hombre de la gloria de Dios. 
2. No estará la mesa de los panes de la proposición. No se necesitará porque el Pan de vida mismo estará presente. 
3. No habrá candeleras porque no serán necesarios, pues la Luz del mundo alumbrará personalmente. 4. No estará el arca del pacto. Será innecesaria porque la nube de la gloria de Jehová cubrirá todo el mundo, como una vez cubrió el arca. 
5. La puerta oriental estará cerrada. Observemos las palabras de Ezequiel: «... Esta puerta estará cerrada; no se abrirá, ni entrará por ella hombre, porque Jehová Dios de Israel entró por ella; estará, por tanto, cerrada» (Ez. 44:2). Se ha sugerido que esta puerta estará cerrada por las siguientes razones: 
a. Ésta será la puerta por la cual el Señor Jesucristo entrará al templo. Como una manifestación de honor para un rey oriental, ninguna persona podía pasar por la puerta por la que él entraba. 
b. Fue por esa puerta oriental que la gloria de Dios se había marchado por última vez en el Antiguo Testamento (Ez. 10:18, 19). Dios nos recuerda mediante el acto de cerrar la puerta que su gloria nunca más se apartará de su pueblo. 
H. Sus sacrificios. 
Como ya hemos visto, varias piezas del mobiliario del santuario del Antiguo Testamento rán en el templo milenario. No obstante, el altar de bronce de los sacrificios sí volverá a estar presente. Hay al menos cuatro profecías del Antiguo Testamento que hablan de sacrificios de animales en el templo milenario: Isaías 55:6, 7; 60:7; Zacarías 14:16-21; Jeremías 33:18. Pero, ¿por qué estos sacrificios de animales en la edad de oro del milenio? A fin de poder responder debemos intentar proyectamos a nosotros mismos dentro de este fabuloso tiempo futuro. En este período no habrá pecado, dolor, sufrimiento, enfermedad. Satanás ni separación; incluso el vocabulario será diferente en el milenio. Por ejemplo, hoy día la sociedad respetable y decente evita el uso de palabras sucias, y ¡así debe ser! Esta será también sin duda la práctica durante el milenio. ¿Cómo se cambiarán estas palabras? Citamos a continuación algunas de las palabras que no se usarán durante el reinado de mil años: temor, dolor, cárcel, odio, drogas. Estos términos son parte tan inherente de nuestra sociedad pecaminosa que es totalmente imposible evitarlas o ignorarlas. Al punto que queremos llegar es éste: durante el milenio nacerán millones de niños que serán criados por padres israelitas y gentiles redimidos que sobrevivieron a la tribulación. Sin embargo, a pesar de vivir en un medio perfecto, estos «hijos del reino» también necesitarán el nuevo nacimiento. Como hijos de Adán ellos, al igual que todos los demás, también precisarán salvación eterna (Ro. 3:23; Jn. 3:3). Pero, ¿cómo pueden ser alcanzados estos niños? ¿Qué lecciones objetivas se pueden usar? Aquí tenemos a una generación que va a crecer sin conocer el temor, sin experimentar el dolor, sin contemplar el odio, sin usar drogas y sin ver una cárcel. Esta es una razón para restituir el sistema de sacrificios durante el milenio. Funcionarán como: 1. Un recordatorio de la necesidad del nuevo nacimiento. 
2. Una lección objetiva del costo de la salvación. ' 
3. Un ejemplo de lo terrible que es el pecado. 
4. Una ilustración de la santidad de Dios. 

I. Su oficina. 
1. Asuntos generales, tales como pesas y medidas estándares, impuestos del templo, etc. (45:9-16). 
2. Asuntos específicos, tales como repartición de tierras (47:13— 48:34). El área total de esta tierra es aproximadamente del tamaño de la que Dios le prometió a Abraham. (Véase Gn. 15:18-21.) 

J. Su río (47:1-12). 
1. La fuente del río: procede de debajo del templo (47:1). 
2. El curso del río: fluye hacia el oriente y después al sur por el desierto y el río Jordán hacia el mar Muerto, donde sus aguas dulces van a purificar aquellas aguas sin vida (47:2, 6 , 12). 
3. La fuerza del río: al principio llegaba a los tobillos de Ezequiel, después a sus rodillas, a continuación a su cintura, y finalmente tuvo que nadar sin conocer su profundidad (47:3-5). 

K. Su nube de gloria (43:1-5). 

L. Su ciudad. 
1. Jerusalén se convertirá en el centro de adoración mundial y ocupará un lugar elevado (Zac. 14:10). (Véase también Is. 2:2, 3. 
2. La ciudad tendrá una circunferencia de 6 millas (9,5 km) (Ez. 48:35). En el tiempo de Cristo tenía cerca de 4 millas (unos 6,5 km). 
3. La ciudad será llamada «Jehová-sama», que significa «Jehová está allí» (Ez. 48:35)





LA ETAPA DEL REINO DIVIDIDO DECIMA PARTE Y FINAL DE ESTA ETAPA (LAMENTACIONES)

 LA ETAPA DEL REINO DIVIDIDO DÉCIMA PARTE Y FINAL DE ESTA ETAPA (LAMENTACIONES)


LAMENTACIONES (586 a.C.)

 INTRODUCCIÓN 

1. Este libro está compuesto de cinco elegías, en todas ellas se lamenta la trágica destrucción de Jerusalén por los babilonios. 

2. La forma literaria es alfabética, parecida al Salmo 119. 

a. Cada uno de los veintidós versículos de los capítulos 1 y 2 comienza con una letra diferente del alfabeto hebreo. 

b. En el capítulo 3 nos encontramos con sesenta y seis versículos, arreglados en veintidós conjuntos de tres versículos, y cada uno de estos grupos empieza con una letra diferente 

3. Dice la tradición que Jeremías se sentó a llorar a las afueras de la muralla norte de Jerusalén, al pie de la colina llamada Gólgota, donde tiempo después murió nuestro Señor. 

4. J. Vernon McGee escribe: «El libro está lleno de lágrimas y tristeza, Es un himno de dolor, un poema de aflicción, un proverbio de patetismo, un canto de quebrantamiento, un salmo de tristeza, una sinfonía de pesadumbre... Es el, muro de lamentaciones de la Biblia.» (Briefing the Bible, p. 232.) 


I. La provocación contra Dios (Lm. 1).

 Alrededor del año 1000 a.C. David había establecido su capital en Jerusalén (2 S. 6). Desde entonces Dios había bendecido a esta ciudad amada durante casi 400 años. El había permitido que el reino del norte fuera destruido por los asirios y el pueblo deportado en el 721 a.C., pero Jerusalén había sido perdonada por otros 115 años. Sin embargo, toda esta misericordia y paciencia había sido en vano, porque Judá continuó provocando al Santo de Israel mediante suconstante pecado. Pero el fin había llegado. Notemos los siguientes versículos de acusación: 

A. 1:1: «¡Cómo ha quedado sola la ciudad populosa! La grande entre las naciones se ha quedado como viuda, la señora de provincias ha sido hecha tributaria.» 

B. 1:3: «Judá ha ido en cautiverio a causa de la aflicción y de la dura servidumbre; ella habitó entre las naciones, y no halló descanso; todos sus perseguidores la alcanzaron entre las estrechuras.» 

C. 1:8: «Pecado cometió Jerusalén, por lo cual ha sido removida; todos los que la honraban la han menospreciado, porque vieron su vergüenza; y ella suspira, y se vuelve atrás.» 

D. 1:9: «Su inmundicia está en sus faldas, y no se acordó de su fin; por tanto, ella ha descendido sorprendentemente, y no tiene quien la consuele. Mira, oh Jehová, mi aflicción, porque el enemigo se ha engrandecido.» 

E. 1:17: «Sion extendió sus manos; no tiene quien la consuele; Jehová dio mandamiento contra Jacob, que sus vecinos fuesen sus enemigos; Jerusalén fue objeto de abominación entre ellos.»


 II. El castigo de parte de Dios (Lm. 2). 

A. Destruyó toda casa en Judá (2:2). 

B. Echó por tierra todas sus fortalezas militares (2:2). 

C. Tensó su arco de juicio sobre la tierra (2:4). 

D. Permitió que su propio templo cayera como si fuera un saco de hojas y ramas en un jardín (2:6). 

E. Les fue permitido a los enemigos de Judá ridiculizar y destruir a sus ciudadanos (2:16). 

F. Las calles de Jerusalén quedaron llenas de los cadáveres de jóvenes y ancianos del pueblo (2:21). 


III. El profeta de Dios (Lm. 3). 

Las lágrimas de Jeremías caían como lluvia de primavera sobre la destrucción de Jerusalén y el sufrimiento de su pueblo. 

A. La aflicción del profeta. A través de Lamentaciones Jeremías comparte con nosotros la agonía de su alma, como lo manifiestan los siguientes versículos: 1. 1: 12: «¿No os conmueve a cuantos pasáis por el camino? Mirad, y ved si hay dolor como mi dolor que me ha venido; porque Jehová me ha angustiado en el día de su ardiente furor.» 2. 1:16: «Por esta causa lloro; mis ojos, mis ojos me fluyen aguas, porque se alejó de mí el consolador que dé reposo a mi alma; mis ojos son destruidos, porque el enemigo prevaleció.» 3. 2:11: «Mis ojos desfallecieron de lágrimas, se conmovieron mis entrañas, mi hígado se derramó por tierra a causa del quebrantamiento de la hija de mi pueblo, cuando desfallecía el niño y el que mamaba, en las plazas de la ciudad.» 4. 3:1-19: Jeremías relata en este pasaje los sufrimientos que tuvo que padecer a manos de sus propios compatriotas aun antes de la invasión babilónica. (Véase 3:52-56.

B. La seguridad del profeta. En medio de la terrible tormenta aparece un vislumbre de reafirmación. «Esto recapacitaré en mi corazón, por lo tanto esperaré. Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.  Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré. Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca. Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová. Bueno le es al hombre llevar el yugo desde su juventud. Porque el Señor no desecha para siempre; antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias; porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres» (3:21-27, 31-33). 

C. El consejo del profeta (3:40,41). «Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová; levantemos nuestros corazones y manos a Dios en los cielos.»


 IV. El pueblo de Dios (Lm. 4). 

A. Los niños tienen la lengua pegada al paladar a causa de su sed (4:4). 

B. La crema de la juventud de Judá es tratada como ollas de alfarero (4:2). (Véase también 5:13.) 

C. Los ricos y los que comían manjares andan ahora pidiendo pan en las calles (4:5). 

D. Sus poderosos príncipes, que antaño se les veía blancos y hermosos, ahora eran piel y huesos, y sus rostros oscurecidos y sombríos (4:7, 8). (Véase también 5:12.) 

E. Mujeres piadosas y de buen corazón habían ahora cocido y comido a sus propios hijos (4:10). 

F. Los falsos profetas y sacerdotes titubeaban por las calles como ciegos, con sus ropas manchadas de sangre (4:14). 

G. Al mismo rey Sedequías le habían capturado, le habían sacado los ojos y llevado a la cautividad (4:20). 


V. La oración a Dios (Lm. 5). 

La oración de Jeremías contiene cuatro elementos: 

A. Recuerdo «Acuérdate, oh Jehová, de lo que nos ha sucedido; mira, y ve nuestro oprobio» (5:1). 

B. Arrepentimiento «Cayó la corona de nuestra cabeza; ¡Ay ahora de nosotros! porque pecamos» (5:16). 

C. Reconocimiento «Mas tú, Jehová, permanecerás para siempre; tu trono de generación en generación» (5:19)

D. Renovación «Vuélvenos, oh Jehová, a ti, y nos volveremos; renueva nuestros días como al principio» (5:21)

LA ETAPA DEL REINO DIVIDIDO NOVENA PARTE (JEREMIAS )

 JEREMÍAS 

(Destino: reino del sur) 

I. Los reyes bajo los cuales Jeremías ministró. 

A. Josías. Jeremías fue llamado por Dios durante el reinado del rey Josías, el último rey bueno de Judá. 
B. Joacim. Este rey impío quemó el rollo original de la profecía de Jeremías. 
C. Joaquín. Reinó sólo tres meses. Hizo lo malo ante los ojos de Dios y Jeremías le condenó enérgicamente. 
D. Sedequías. Fue el último rey de Judá; el profeta sufrió mucho durante su reinado. 
E. Nabucodonosor. Jeremías es tratado respetuosamente por este gran conquistador babilonio. 
F. Gedalías. Fue nombrado gobernador por Nabucodonosor para que le representara en Jerusalén. 
G. Johanán. Se hizo cargo de la situación después deltrágico asesinato de Gedalías y más tarde obligó a Jeremías a que acompañara a un remanente judío a Egipto.

II. El triple ministerio de Jeremías. 

A. Advirtió a la mayoría que todavía quedaba en Judá de la cautividad bajo Babilonia que se avecinaba

B. Confortó a la minoría que ya estaba cautiva en Babilonia (cap. 29). Jeremías escribió una carta para alentar a los judíos exiliados en Babilonia (29:1-32). 
1. Tenían que estar allí para una larga permanencia de setenta años. 
2. Debían orar por la paz y prosperidad de Babilonia a fin de que ellos mismos pudieran vivir en paz. 
3. Tenían que ignorar las mentiras de los falsos profetas y médiums en Babilonia, de otra manera serían castigados junto con ellos. 
4. Jeremías pronuncia la sentencia de muerte de parte de Dios para dos de estos profetas llamados Acab y Sedequías, por sus mensajes falsos y sus pecados de adulterio (29:20-23). 
5. También avisó a los exiliados acerca de un hombre llamado Semaías que estaba enviando cartas desde Babilonia a los líderes influyentes de Jerusalén en contra de Jeremías (29:23-32). 
6 . Dios todavía los amaba y algún día los traería de vuelta a Jerusalén (29:14). 

C. Pronunció juicio sobre nueve naciones gentiles (46—51). 
Estas naciones eran: Egipto (46:1-27). 
Filistea (47:1-6). 
Moab (48:1-47). 
Amón (49:1-6). 
Edom (49:7-22). 
Damasco (49:23-27). 
Cedar y Hazor (49:28-33). 
Elam (49:34-39). 
Babilonia (50—51). Después de citar a cada una de estas naciones, trata con cada una de ellas en una forma específica: 

1. Egipto (46:1-27). 
a. Egipto sería derrotado por Nabucodonosor en la batalla de Carquemis (46:2). 
b. Su ejército huiría aterrorizado y el río Éufrates se llenaría de cadáveres egipcios (46:5, 6 ). 
c. El mal que había producido su pecado (como el de Judá) era ya incurable (46:11). 
d. El faraón Hofra, rey de Egipto, es ridiculizado como un hombre que hace mucho ruido pero no tiene poder (46:17). 
e. Egipto quedaría dominado por Nabucodonosor (46:26). 

2. Filistea (47:1-6).
a. Sería invadida por los egipcios. Esto sucedió en el 606 a.C., el año en que murió el rey Josías (47:1). b. Los más fuertes entre los filisteos llorarían y los padres huirían, dejando abandonados e indefensos a sus hijos (47:2, 3). 
c. Tiro y Sidón, aliados de Filistea, serían destruidos al mismo tiempo (47:4). 
d. Gaza y Ascalón, las dos ciudades filisteas principales, quedarían completamente arrasadas (47:5). 

3. Moab (48:1-47). 
a. Los ejércitos de Nabucodonosor invadirían Moab (48:1,2). 
b. Su dios Quemos sería desterrado junto con sus sacerdotes y príncipes (48:7). 
c. Hasta ese momento Moab había vivido en relativa paz, librándose de otras invasiones (48:11). 
d. Al final, Moab se sentiría tan avergonzado de Quemos, su ídolo-dios nacional, como Israel lo estuvo de su becerro de oro en Bet-el (48:13). 
e. Moab, el antepasado que dio origen a los moabitas, había nacido en una cueva (Gn. 19:37). Durante la temible invasión babilónica los moabitas huirían buscando refugio en las cuevas (48:28). 

4. Amón (49:1-6). 
a. Esta nación sería castigada por ocupar las ciudades de Israel después de la cautividad y por su adoración del falso dios Milcom (49:1). 
b. Milcom sería llevado en cautiverio junto con los sacerdotes y gente importante de Amón (49:3). 
c. Amón será restaurada durante el milenio (49:6). 

5. Edom (49:7-22). 
a. Las ciudades de Edom quedarían tan silenciosas como Sodoma y Gomorra (49:18). 
b. Los gritos del pueblo de Edom pidiendo auxilio se escucharán tan lejos que llegarán hasta el mar Rojo (49:21). 
c. Dios, sin embargo, tendría misericordia de sus viudas y huérfanos (49:11). 

6 . Damasco (49:23-27).
a. Todo su ejército sería destruido en un solo día (49:26). 
b. Un incendio empezaría en los muros de Damasco y consumiría los palacios de Ben-adad (49:27). 

7. Cedar y Hazor (49:28-34). 
a. Cedar era el nombre de una tribu árabe que vivía en el desierto al este de Palestina y que sería destruida por Nabucodonosor (49:28). 
b. Dios mismo ordenó a Nabucodonosor que destruyera a estas tribus beduinas, ricas, arrogantes y materialistas (49:31). 
c. Hazor, otra tribu árabe ubicada en las cercanías, iba a quedar convertida para siempre en desierto y nunca la volverían a reedificar (49:33). 

8 . Elam (49:34-39). 
a. Elam estaba localizada al este de los ríos Tigris y Éufrates y tenía por capital a Susa. Fue invadida por Nabucodonosor en el invierno del año 596 a.C. Sedequías, el último rey de Judá, empezó a reinar en Jerusalén en ese año (49:34). 
b. Elam será restaurada durante el milenio (49:39). 

9. Babilonia (50:1—51:64). 
a. Parece que Jeremías se refiere a dos Babilonias en estos versículos. Una es la Babilonia histórica, capturada por Darío, el caudillo persa, en octubre del 539 a.C. (véase Dn. 5), y la otra es la futura Babilonia que Dios mismo destruirá. (Véase Ap. 18:18.)
b. Después de la destrucción de ambas Babilonias, Israel buscaría a su Dios. Esto ocurrió históricamente (Esd. 1) y volverá a acontecer en el futuro (Zac. 13:9-11). 
c. Después de la destrucción final de Babilonia (Ap. 18), la ciudad nunca más volverá a ser habitada (51:26). 
d. Las naciones impías llorarían por la destrucción de ambas Babilonias (Jer. 50:46; Ap. 18). 
e. Los israelitas debían de huir de ambas Babilonias (Jer. 51:6; Ap. 18:4).
f. Las dos ciudades son representadas como copas de oro llenas de iniquidades de las que las naciones bebieron y se embriagaron (Jer. 51:7; Ap. 17:1-6). 
g. Los cielos se regocijan por la destrucción de ambas (Jer. 51:10,48; Ap. 18:20).

III . La historia personal de Jeremías. 
A. Fue llamado a una dedicación completa durante el reinado de Josías (1:1-10). Tenía que permanecer soltero (16:2). 
1. Jeremías era hijo de Hilcías, una familia de sacerdotes que vivía en Anatot, a unas 3 millas (5 km) al noroeste de Jerusalén, en tierra de Benjamín (1:1). 
2. Recibió el llamamiento a un ministerio de tiempo completo durante el año decimotercero del reinado del piadoso rey Josías ( 1:6). 
a. Jeremías se resistió al principio a este llamamiento (como lo había hecho una vez Moisés, Ex. 3—4), presentando su juventud como una excusa ( 1 :6 ). 
b. Dios, no obstante, le reafirmó inmediatamente que: 
(1) Le había escogido a él aun desde antes de su nacimiento para ser un portavoz divino para todas las naciones (1:5). 
(2) Dios, por tanto, daría el mensaje al mensajero que él había elegido (1:7- 10). 
3 Debido a sus osados mensajes concernientes al juicio venidero, Jeremías fue perseguido por su propia familia ( 1 2 :6 ), por sus paisanos de Anatot (11:21), y posteriormente por toda la nación de Judá. 
4. Al comenzar su ministerio, Dios le mostró dos cosas que subrayaban la naturaleza e importancia de su ministerio. 
a. Le fue mostrada una rama de almendro (1:11). A causa de que este árbol florece antes que los demás, el almendro simbolizaba lo cercano que estaba el cumplimiento del juicio de Dios. 
b. Vio una olla de agua hirviendo que se inclinaba hacia el sur desde el norte. Esto simbolizaba la invasión babilónica (1:13). 
5. Jeremías llora por la destrucción de Judá que se aproxima (4:19-21). Esto lo hizo frecuentemente (véanse 8:18, 21; 9:1, 2, 10; 13:17; 14:17). 
6 . Dios le encomienda (a semejanza del griego Diógenes, que una vez recorrió las calles de Atenas procurando encontrar a un hombre honrado): «Recorred las calles de Jerusalén, y mirad ahora e informaos; buscad en sus plazas a ver si halláis hombre, si hay alguno que haga justicia, que busque verdad; y yo la perdonaré» (5:1). Dios hizo una vez un acuerdo similar con Abraham en relación con Sodoma (véase Gn. 18:23-33). 
7. Jeremías admite que esta espantosa condición es una realidad entre los pobres y los ignorantes, pero él siente que puede encontrar hombres honrados entre los líderes educados y ricos de Judá. Sin embargo, todos habían rechazado a Dios por completo (5:4, 5). 
8 . El rey Josías fallece después de treinta y un años de fructuoso reinado. El apenado profeta asiste a su funeral (2 Cr. 35:25). El último rey bueno de Judá ha muerto y el país iría espiritualmente cuesta abajo desde ahora en adelante. 

B. Razona con Judá acerca de su reconciliación con Dios (3:12-14; 26:1-7). 
1. Dios invitó repetidas veces a Israel a que volviera a él (2:9). 
2. Le recibiría aun después de su inmoralidad con otros amantes (3:1). Esto estaba prohibido por la ley mosaica (véase Dt. 24:1-4). 
3. Jeremías, usando una figura agrícola, contiende con ellos para que aren la dureza de sus corazones no sea que queden ahogados en espinos (4:3, 4). 
4. Podían todavía escapar del juicio limpiando sus corazones y purificando sus pensamientos (4:14). 
5. Arrepentirse significaba que podrían permanecer en la tierra (7:3). 
6 . Rechazarlo significaba que quedarían cubiertos por espesa oscuridad (13:16). 

C. Declara sin temor el juicio venidero a manos de los babilonios. 
Seguidamente cita los pecados de Judá. 
1. Judá ha olvidado la fuente de agua viva y se ha cavado para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen el agua (2:13). 
2. La nación se había transformado en una raza de gente degenerada (2 :2 1 ). 
3. Ningún jabón ni lejía, por mucho que fuera, serla capaz de limpiar sus manchas (2 :2 2 ). 
4. Los líderes tenían sus ropas manchadas con la sangre de los inocentes y de los pobres (2:34). 
5. Tenían el descaro de una prostituta (3:3). 
6 . Adoraban a los dioses falsos en todo monte alto y bajo todo árbol frondoso (3:6). 
7. Habían matado a sus profetas como un león mataría a su presa (2:30). 
8 . Eran tan insolentes como el bronce y duros y crueles como el hierro (6:28). 
9. Habían establecido ídolos en el mismo templo y adoraban a una diosa pagana llamada «reina del cielo» (7:18; 44:17). 
10. Habían sacrificado en realidad a sus propios hijos ofreciéndolos como ofrendas quemadas a los dioses paganos (7:31; 19:5). 

D. Les advierte finalmente acerca de los terrible resultados que traería su desobediencia. 
1. Grandes ejércitos marcharían sobre Jerusalén. 
2. Ni Asiria ni Egipto podrían ayudar a Judá en contra de Babilonia (2:18, 36). 
3. La gente huirá de las ciudades de Judá como uno huye de un león hambriento (4:5-7). 
4. Jerusalén será asediada como los cazadores acosan a un animal salvaje herido (4:17; 6:3- 5). 
5. Gritarán de dolor como una mujer de parto (4:31; 6:24; 13:21
6 . Los propios árboles de Jerusalén serían cortados y usados como rampas para atacarla (6 :6 ). 
7. El templo sería destruido (7:14). 
8 . Los soldados enemigos se moverían entre las gentes del pueblo como sapientes venenosas (8:17). 9. Muchos morirían a espada (15:3), de enfermedad (16:3, 4), y de hambre (21:9). 
10. Algunos serían dispersados como paja que arrastra el viento al desierto (13:24). 
11. Los cadáveres insepultos llenarían los valles a las afueras de Jerusalén y servirían de alimento a las aves de rapiña y a las fieras (7:32, 33; 9:22; 12:8, 9). 
12. Los enemigos de Judá profanarían las tumbas sagradas de sus reyes, sacerdotes y profetas, y dejarían esparcidos sus huesos al sol, la luna y las estrellas (8 : 1 , 2 ). 
13. Miles serían llevados cautivos a Babilonia por un período de setenta años (7:15; 25:11; 29:10). 
14. La severidad del castigo de Judá espantaría a las naciones gentiles paganas que miraran (19:8; 22:8; 25:11). 

E. Cuando la gente empezó a reírse de su mensaje y a rechazarlo, el profeta que advertía se transformó en el profeta llorón (4:19; 8 :2 1 ; 9:1, 2, 10; 13:17: 14:17). 

F. Debido a sus sermones y postura firme, Jeremías tuvo que sufrir mucho. 
1. Fue perseguido por su propia familia (12:6). 
2. Sus propios paisanos de Anatot tramaron contra él ( 1 1 :2 1 ). 
3. Fue rechazado y ultrajado por sus colegas sacerdotes y profetas. 
a. Pasur, el sacerdote principal del templo, mandó que lo golpearan y lo pusieran en el cepo (20:1-3). b. Fue casi linchado por un grupo de sacerdotes y profetas que se enfurecieron mucho a causa de uno de sus mensajes (26:7-9). 
c. Hananías, un falso profeta, lo ridiculizó (28).
4. Fue amenazado por el rey Joacim (26:21-24; 36:26). 
5. Fue arrestado, golpeado, acusado de traición y encarcelado (37:11-16). Sedequías fue a buscar a Jeremías solicitándole sus oraciones después que Nabucodonosor había declarado la guerra a Judá (21:1, 2). Jeremías le envió un mensaje a aquel inicuo rey advirtiéndole que las oraciones eran inútiles en este caso, porque Dios iba a usar a los babilonios para castigar a Jerusalén, y que el propio rey Sedequías sería entregado al rey de Babilonia (21:3-7). Jeremías le dijo a Sedequías que la ciudad sería incendiada y que él sería capturado y llevado a Babilonia (34:1-5). Jeremías reprende a ios judíos ricos, propietarios de casas, que violaban la ley mosaica que demandaba que todos los siervos hebreos fueran puestos en libertad después de servir durante seis años (34:8-16). El ejército egipcio del faraón Hofar acababa de llegar para ayudar a Judá a pelear contra Nabucodonosor. Jeremías le advierte a Sedequías que esta alianza política no le va a dar resultado, porque el rey de Babilonia derrotaría a los egipcios (37:5-10). Jeremías intentó en este tiempo visitar la tierra de Benjamín para inspeccionar una propiedad que había comprado (37:11, 12). Sin embargo, uno de la guardia llamado Irías le arrestó en la puerta de la ciudad y le acusó de querer pasarse a los caldeos (37:13). Jeremías lo negó, pero fue golpeado y encarcelado (37:14-16). Fue de nuevo buscado en secreto por Sedequías y una vez más predice la derrota de Jerusalén (37:17). Sedequías le mete en la cárcel del palacio en vez de dejarlo en la mazmorra en que antes le tenían (37:21). No obstante, Sedequías, presionado por los líderes religiosos que despreciaban a Jeremías, se vio forzado a meter al profeta en un confinamiento aún peor. Esta vez lo bajaron con cuerdas a una cisterna vacía que había en el patio de la guardia, donde pronto se hundió en la capa de lodo que cubría el fondo (38:1-6). Pero un amigo etíope llamado Ebed-melec, persuadió a Sedequías para que sacara al profeta de aquel sucio lugar. Fue necesaria la ayuda de treinta hombres para sacar al profeta de la cisterna, y lo devolvieron a la cárcel de la guardia en el palacio (38:7-13). Jeremías una vez más predijo la caída de Jerusalén (38:14- 17). Véase también 32:1-5. Permaneció en la prisión hasta que la ciudad fue tomada (38:28). 
6 . Vio como su manuscrito original fue quemado por el malvado rey Joacim (36:21-23). Dios le encomienda que mande a su escriba Baruc que escriba todos los mensajes orales que Dios le había dado durante los últimos veintitrés años (36:1-2). Baruc lo lleva a cabo y después los lee al pueblo en el templo (36:8). Es invitado seguidamente a leérselos también a los líderes religiosos. Cuando terminó, estaban realmente atemorizados y decidieron que el rey Joacim debía también escucharlo (36:14-16). Un funcionario llamado Jehudí es encargado de leerle a Joacim el rollo, mientras el adusto rey está sentado ante un brasero encendido. Cuando Jehudí termina de leer las tres o cuatro primeras columnas, Joacim toma su cuchillo, corta aquella sección y la arroja al fuego. Al final todo el manuscrito es quemado (36:21-23). El Señor encarga de nuevo a Jeremías que vuelva a escribir el rollo, además de agregar otro material adicional, incluyendo aquellas espantosas palabras acerca de Joacim: 
«Por tanto, así ha dicho Jehová acerca de Joacim rey de Judá: No tendrá quien se siente sobre el trono de David; y su cuerpo será echado al calor del día y al hielo de la noche. Y castigaré su maldad en él, y en su descendencia y en sus siervos; y traeré sobre ellos, y sobre los moradores de Jerusalén y sobre los varones de Judá, todo el mal que les he anunciado y no escucharon. Y tomó Jeremías otro rollo y lo dio a Baruc hijo de Nerías escriba; y ecribió en él de boca de Jeremías todas las palabras del libro que quemó en el fuego Joacim rey de Judá; y aun fueron añadidas sobre ellas muchas otras palabras semejantes» (Jer. 36:30-32)
Después que Joacim quemó el rollo, Baruc quedó muy desalentado, pues probablemente le ocupó un año escribir todo el material. Dios no se olvida de él y le exhorta y le alienta por medio de Jeremías (45:1-5). 
7. Dios le manda ahora que no ore por Judá (7:16; 11:14; 14:11; 16:5). 
8. El profeta experimenta frustración y depresión (20:7-9,14-18). Jeremías se siente tan frustrado por su incapacidad para lograr que Judá se vuelva a Dios que está decidido a dejar el ministerio. «Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo y no pude» (20:9). 
(Véanse también 1 R. 19:3,4; Jonás 1:1-3; 1 Co. 9:16.) Es en este momento cuando también pronuncia una de las oraciones más desalentadoras de toda la Biblia (véase también Job 3): «Maldito el día en que nací; el día en que mi madre me dio a luz no sea bendito. Maldito el hombre que dio nuevas a mi padre, diciendo: Hijo varón te ha nacido, haciéndole alegrarse así mucho. Y sea el tal hombre como las ciudades que asoló Jehová, y no se arrepintió; oiga gritos de mañana, y voces a mediodía, porque no me mató en el vientre, y mi madre me hubiera sido mi sepulcro, y su vientre embarazado para siempre. ¿Para qué salí del vientre? ¿Para ver trabajo y dolor, y que mis días se gastasen en afrenta?» (20:14- 18)
9. Escribe una carta de ánimo para todos aquellos judíos que se hallaban ya desterrados en Babilonia (29). 
10. Cuando todavía está en la cárcel, Dios le ordena que le compre una propiedad a su primo Hanameel. Esto era para ilustrar que a pesar de que el ejército babilonio estaba ya atacando Jerusalén, «... aún se comprarán casas, heredades y viñas en este tierra» (32:15). Resulta muy interesante el trasfondo de todo esto: el Señor le dice a Jeremías que su primo Hanameel le va a visitar pronto, con la intención de venderle un terreno que poseía en Anatot. Jeremías tenía que comprarla por diecisiete piezas de plata (32:6-13). Baruc después pondría la escritura de compraventa, firmada y sellada, en una vasija de barro y la enterraría. El propósito de esta acción era demostrar que un día las personas volverían a disfrutar de propiedades en Judá, y las venderían y comprarían (32:14, 15). Jeremías fue confortado durante todo este tiempo en la cárcel por la promesa fiel de Dios: «Clama a mí y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces» (33:3). Estas «cosas», tremendas y emocionantes, aparecen en los capítulos 30—33. Entre otras están las siguientes: 
a. A pesar de la inminente cautividad en Babilonia, llegaría el tiempo cuando Dios sanaría las heridas a Jerusalén y le daría paz y prosperidad (33:4-6). 
b. Todavía amaba a Israel con amor eterno (31:3). 
c. Israel volvería a ser reunido en Palestina procedente de todos los rincones de la tierra (31:8). (Véase también 30:3, 10, 11.) «Irán con lloro, mas con misericordia los haré volver, y los haré andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en el cual no tropezarán; porque soy a Israel por padre.... Y vendrán con gritos de gozo en lo alto de Sión, y correrán al bien de Jehová ... y su alma será como huerto de riego, y nunca más tendrán dolor» (31:9-12). Nota: Jeremías predice en 31:15, 16 que el llanto amargo de Raquel por sus hijos en Ramá desaparecerá. Rami es una antigua referencia al área dentro y en los alrededores de Belén. Nabucodonosor mató allí a muchos cautivos enfermos y debilitados que no resistirían el largo camino hasta Babilonia. Raquel, la esposa de Jacob, es por supuesto un símbolo de todas las madres israelitas que lloran. En Mateo 2:18 este triste versículo aparece enlazado con la ocasión en que Herodes ordena matar a los niños de Belén con el propósito de eliminar a Cristo. d. Israel entenderá durante el milenio la necesidad y el propósito de todos sus sufrimientos (31:18, 19). 
d. Las ciudades de Israel serán reconstruidas y Jerusalén llegará a ser motivo de alabanza y centro de poder de toda la tierra (33:7-9; 31:38, 39; 30:18-21). 
11. Jeremías ve dos cestas de higos en el templo. Una de las cestas contiene higos frescos, buenos y maduros, la otra está llena de higos malos (24:1-3). Dios le explica que los higos buenos representan a los judíos desterrados en Babilonia (hombres como Daniel y Ezequiel), mientras que los higos malos simbolizan a Sedequías y sus corrompidos funcionarios (24:4-8). Dios le ordena a Jeremías que se haga un yugo y se lo sujetase al cuello con correas. Después tenía que enviar mensajes a los reyes de Edom, Moab, Amón, Tiro y Sidón por medio de sus embajadores en Jerusalén advirtiéndoles que el Señor había entregado sus países a Babilonia. Aquellos que se sometieran y llevaran el yugo de castigo con verdadero arrepentimiento serían librados, pero aquellos que rehusaran serían destruidos (27:1-11). Después de que Dios haya usado a Nabucodonosor para castigar a Judá y a las naciones vecinas, él también castigaría a Babilonia (27:7). Se le asegura a Judá que se volverían a reunir en Jerusalén después de la cautividad babilónica (27:22). Jeremías es acusado de mentir por un profeta llamado Hananías, que había predicho que la cautividad babilónica sólo duraría dos años y que aquellos que ya estaban en el destierro (tales como el rey Joacim, Daniel, Ezequiel, etc.), regresarían trayendo todos los tesoros del templo que se habían llevado (28:1-4). Dramatiza su acusación rompiendo el yugo que Jeremías llevaba puesto (28:10, 11). Jeremías predice que Dios quitará la vida a Hananías en un futuro cercano a causa de su ministerio mentiroso, lo cual sucedió en el plazo de dos años (28:13-17).
12. Jeremías fue a visitar el campamento donde residía la comunidad de recabitas. Estas personas pertenecían a una orden religiosa formada por Jonadab, hijo de Recab, durante el reinado de Jehú (841-814 a.C.). Ayudaron en la eliminación del baalismo en Israel. Evitaban residir en las ciudades, vivían como pastores y no bebían vino (35:2).
a. Dios manda a Jeremías que pruebe a estas personas ofreciéndoles vino. Ellos lo rechazaron inmediatamente, diciendo: «No beberemos vino; porque Jonadab hijo de Recab nuestro padre nos ordenó diciendo: No beberéis jamás vino vosotros ni vuestros hijos» (35:6). 
b. Jeremías entonces presenta a Judá este gran ejemplo, y contrasta la obediencia de los recabitas con la desobediencia de Jerusalén (35:12-19). 13. Predicó un sermón en la puerta del templo y fue casi linchado por un grupo de sacerdotes enfurecidos por predecir la destrucción del templo (26:6-9). Lo defendieron algunos de los ancianos sabios de Judá, quienes recordaron a los enojados sacerdotes que el mensaje de Jeremías era semejante al del profeta Miqueas (Mi. 3:12). (Véase Jeremías 26:17-19.) 

G. Jeremías bajo el reinado de Nabucodonosor.
1. Sedequías intentó escapar de la ciudad que estaba a punto de caer, pero fue capturado cerca de Jericó y llevado otra vez a Jerusalén. Allí es forzado a presenciar la ejecución de sus propios hijos y después a someterse a la agonía de que le saquen los ojos (39:4-7; 52:6-11). 
2. Nabucodonosor instruyó a Nabuzaradán, capitán de la guardia, que tratase bien a Jeremías (39:11, 12).
3. Nabuzaradán lo libera de la prisión y lo lleva a Ramá, allí le da a elegir entre marchar con él a Babilonia o quedarse en Jerusalén. Jeremías prefiere quedarse y es puesto bajo la protección de Gedalías, el gobernador de Jerusalén nombrado por el rey de Babilonia (40:1-6; 39:14). 

H. Jeremías bajo el mando de Gedalías. 
1. Después de la guerra Gedalías intentó instituir una administración moderada que ayudara a la destruida Jerusalén (40:7-12). 
2. Esto provoca pronto la ira de un judío rebelde llamaido Ismael, quien conspira para asesinar a Gedalías. Un hombre llamado Johanán avisa al gobernador del complot, pero éste no lo toma en serio (40:13-16). 
3. Ismael asesina a Gedalías y a otros muchos funcionarios judíos, peregrinos, y a algunos soldados babilonios. Arrojan después algunos de los cadáveres a una cisterna vacía (41:1-9). 
4. Johanán llega al escenario de la masacre y logra restaurar el orden (41:11-17). 

I. Jeremías bajo el mando de Johanán. 
1. Johanán pide a Jeremías que averigüe cuál es la voluntad de Dios para el pequeño remanente judío que todavía queda en Jerusalén (42:1-5). 
2. Al cabo de un período de diez días de oración a Dios, el Señor le dice al profeta que Él desea que el remanente permanezca en la ciudad, y no se vayan a Egipto como algunos ya habían planeado hacer (46:6-22). 
3. Nada más escuchar la revelación que no estaban dispuestos a obedecer, Johanán y otros líderes acusan a Jeremías de mentiroso. Deciden marcharse a Egipto desobedeciendo la clara voluntad de Dios y fuerzan a Jeremías a que les acompañe (43:1-7). 
4. Al llegar a Egipto muchos de los judíos recaen en sus viejos hábitos de idolatría, y empiezan a quemar incienso a la «reina del cielo» (este era otro nombre que daban a Astarté, la diosa pagana del amor y la guerra de Mesopotamia, 44:8-10, 15-19). 
5. Jeremías les dice de parte del Señor que si rehúsan arrepentirse y volverse a Jerusalén, todos ellos morirán (44:7-14, 28). 
6 . Para dramatizar esta amarga verdad, Dios le ordena enterrar unas piedras grandes debajo del pavimento, frente a la entrada del palacio del faraón egipcio. Esto significaba que Nabucodonosor invadiría y ocuparía Egipto y que establecería su trono sobre aquellas piedras. Jeremías predice entonces que él mataría a muchos judíos que rehusarían volver. Los demás morirían de otras plagas o en la esclavitud (43:9-13). 

IV. Las profecías de Jeremías. 

A. La caída de Jerusalén (1:14-16; 3; 4:5-9; 5:15-17; 6:1-6; 32:2, 3; 38:17, 18). 
B. La destrucción del templo (7:11-15; 26:6-9). 
C. La muerte de Joacaz, el depuesto rey de Judá, en Egipto (22:10-12). 
D. La muerte tan vil y sin que nadie la llorara del rey Joacim de Judá (36:27-30). 
El profeta le había condenado fuertemente por su malvado reinado (22:13-19). Se había construido un palacio extravagante con obreros esclavos. Había matado a los inocentes y oprimido a los pobres. Se comportó con gran codicia, egoísmo y deshonestidad. Por este tiempo, Urías, un profeta compañero de Jeremías, fue asesinado por Joacim por predicar sin temor la verdad de Dios (26:20-23). Jeremías, por tanto, predijo que el rey moriría y nadie lo lamentaría, lo enterrarían como a un asno, lo arrastrarían fuera de Jerusalén y lo arrojarían a un basurero. 
E. Eliminación de la línea real del rey Joaquín (22:24- 30). 
1. Este joven hijo de Joacim reinó solamente tres meses, pero provocó de tal manera la ira divina, que Dios le dijo a Jeremías que aunque fuera un anillo de sellar puesto en su mano derecha, se lo arrancaría para entregarlo a los babilonios (22:24, 25). 
2. Jeremías predijo que: 
a. Sería entregado a Nabucodonosor. 
b. Sería desterrado junto con su madre. 
c. Moriría en tierra extranjera. 
d. Sería tenido como una vasija rota e inútil.
e. Sería tenido como un hombre sin hijos (aunque los tuvo) en lo que concernía a heredar el trono de David (22:25-29). 
F. La muerte de dos falsos profetas (Acab y Sedequías) y el castigo de otro (Semaías) que estaban ministrando entre los primeros judíos cautivos que fueron desterrados a Babilonia (29:30-32). 
G. La muerte de un falso profeta de Jerusalén llamado Hananías (28:13-17). 
H. La cautividad de Seraías. Jeremías advirtió a un hombre llamado Seraías que él sería llevado cautivo por Nabucodonosor en una fecha posterior (esto aconteció literalmente unos seis años después, 51:59). Jeremías le dio un rollo a Seraías que contenía sus profecías contra Babilonia. El profeta le mandó que en cuanto llegara, leyera públicamente el rollo, después lo atara a una piedra y lo arrojara al río Éufrates. Esto simbolizaría que Babilonia se hundiría también para no levantarse nunca más (51:60-64). 
I. El fracaso de la alianza militar egipcia-judía en contra de Babilonia (37:5-10). 
J. La derrota de Egipto por Babilonia (46:1-26). Jeremías describe con vividos detalles la famosa batalla deCarquemis en el mismo momento en que se está desarrollando. Egipto sufrió una gran derrota a manos de Nabucodonosor (46:1-12). 
K. Babilonia invadiría y finalmente ocuparía Egipto (43:9-13). 
L. Los setenta años de cautividad de Judá en Babilonia (25:11; 29:10). 
M . El retorno a Jerusalén después de los setenta años (27:19-22; 30:3, 10, 11, 18-21; 31:9, 12, 38, 39; 33:3-9). Jeremías promete que habrá restauración. 
1. Los hijos de Israel regresarán procedentes de todas partes del mundo (3:14; 31:10; 32:37-43). 
2. Dios les dará líderes conforme a su corazón (3:15). 
3. Palestina se volverá a llenar de la gloria y el pueblo de Dios (3:16-18). Este será un evento muy superior al del éxodo, cuando Dios los sacó de Egipto (16:14, 15; 23:7). 
4. Un descendiente justo y legítimo (el Salvador) ocupará el trono de David, y reinará con sabiduría y justicia (23:5, 6 ; 30:21; 33:17). 
5. Jerusalén será reconstruida y se volverá a llenar de gozo y acción de gracias (38:18-20; 31:4, 7-9, 12-14, 23-25; 33:10-12). 
N. La derrota de Babilonia después de setenta años (25:12; 27:6). Nota: El castigo que Babilonia recibiría de parte de Dios, tal como lo encontramos en los capítulos 50—52, se refiere evidentemente no sólo al juicio histórico (véase Dn. 5), sino también a un juicio futuro (véase Ap. 18). 
Ñ. La captura de Sedequías (21:3-7; 34:1-5; 37:17). (Véanse 39:4-7; 52:6-11 para su cumplimiento.) 
O. El trato favorable que recibirían en Babilonia los desterrados piadosos (24:1-7). 


V. El nuevo pacto de Jeremías.

A. La naturaleza del nuevo pacto (31:31-34). 
1. Abarcaría toda la casa de Israel. 
2. No sería como el pacto mosaico. 
3. Dios grabaría sus leyes en sus corazones. Israel siempre había sufrido de problemas de corazón que él mismo se había creado. Veamos el diagnóstico divino: «El pecado de Judá escrito está con cincel de hierro y con punta de diamante; esculpido está en la tabla de su corazón...» (Jer. 17:1). Pero el Médico Celestial les ofrecía bajo el nuevo pacto un trasplante de corazón garantizado y perfecto. 
4. Esta nación con corazones nuevos volvería a ser otra vez el pueblo de Dios, y el Señor su Dios. 

B. El tiempo del nuevo pacto. Entrará en vigor «después de aquellos días» (31:33), a continuación del «tiempo de angustia para Jacob» (30:7). Ambas expresiones se refieren a la gran tribulación venidera. Es decir, el nuevo pacto empezará a funcionar después del tiempo de la angustia de Jacob, al comienzo del milenio. 

C. La superioridad del nuevo pacto. Será inmutable, incondicional y eterno; lo opuesto del pacto mosaico (Ex. 19:5-8). M.F. Unger escribe: «El viejo pacto estaba basado en la observancia estricta de la ley. El nuevo pacto (He. 8 :8 - 1 2 ) se basará completamente sobre la gracia y la sangre expiatoria de Cristo, que será el fundamento de la futura regeneración interna de Israel y de su restauración a la comunión con Dios. La entrada de Israel en las bendiciones del nuevo pacto (Ro. 11:1-26) asegurará su pe manencia eterna como nación.» (Unger's Bible Dictionary, p. 352) Dios mismo da seguridades a Israel acerca de la duración del nuevo pacto, cuando declara: «Si los cielos arriba se pueden medir, y explorarse abajo los fundamentos de la tierra, también yo desecharé toda la descendencia de Israel...» (31:37). (Véase también 32:20-26.) 
D. El Mediador del nuevo pacto: el Hijo de David (33:15-18:30:9).


VI. Pasajes clásicos de Jeremías. 

A. «Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz» (6:14). 
B. «¿Es cueva de ladrones delante de vuestros ojos esta casa sobre la cual es invocado mi nombre? He aquí que también yo lo veo, dice Jehová» (7:11). 
C. «Pasó la siega, terminó el verano, y nosotros no hemos sido salvos. Quebrantado estoy por el quebrantam iento de la hija de mi pueblo; entenebrecido estoy, espanto me ha arrebatado. ¿No hay bálsamo en Galaad? ¿No hay allí médico? ¿Por qué, pues, no hubo medicina para la hija de mi pueblo?» (8:20-22). 
D. «¿Quién no te temerá, oh Rey de las naciones? Porque a ti es debido el temor; porque entre todos los sabios de las naciones y en todos sus reinos, no hay semejante a ti. El que hizo la tierra con su poder, el que puso en orden el mundo con su saber, y extendió los cielos con su sabiduría» (10:7, 12). E. «Y yo era como un cordero inocente que llevan a degollar, pues no entendía que maquinaban designios contra mí, diciendo: Destruyamos el árbol con su fruto, cortémoslo de la tierra de los vivientes, para que no haya más memoria de su nombre» (11:19). 
F. «¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer el bien, estando habituados a hacer el mal?» (13:23). 
G. «Me dijo Jehová: Si Moisés y Samuel se pudieran delante de mí, no estaría mi voluntad con este pueblo; échalos de mi presencia y salgdn. Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos» (15:1,16). 
H. «No obstante, he aquí vienen días, dice Jehová, en que no se dirá más: Vive Jehová, que hizo subir a los hijos de Israel de tierra de Egipto; sino: Vive Jehová, que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra del norte, y de todas las tierras adonde los había arrojado; y los volveré a su tierra, la cual di a sus padres» (16:14, 15). 
I. «Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y desahabitada. Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto. Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso, ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras» (17:5-10). 
J. «Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras. Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda. Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla. Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo: ¿No podré hacer yo de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel» (18:1-6). 
K. «Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí. Porque cuantas veces hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día. Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mí corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude» (20:7-9). «Cantad a Jehová, load a Jehová; porque ha librado el alma del pobre de mano de los malignos. Maldito el día en que nací; el día en que mi madre me dio a luz no sea bendito. Maldito el hombre que dio nuevas a mi padre, diciendo: Hijo varón te ha nacido, haciéndole alegrarse así mucho» (20:13-15). 
L. «Y a este pueblo dirás: Así ha dicho Jehová: He aquí pongo delante de vosotros camino de vida y camino de muerte» (21:8). 
M . «¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?» (23:29). N. «Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y vendréis, y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. Y seré hallado por vosotros, dice Jehová, y haré volver vuestra cautividad, y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os arrojé, dice Jehová; y os haré volver al lugar de donde os hice llevar» (29:11-14). Ñ. «¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado» (30:7). 
O. «Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia. He aquí yo los hago volver de la tierra del norte, y los reuniré de los fines de la tierra, y entre ellos ciegos y cojos, la mujer que está encinta y la que dio a luz juntamente; en gran compañía volverán acá. Irán con lloro, mas con misericordia los haré volver, y los haré andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en el cual no tropezarán; porque soy a Israel por padre, y Efraín es mi primogénito. Así ha dicho Jehová: Voz fue oída en Ramá, llanto y lloro amargo; Raquel que lamenta por sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron. ¿Hasta cuando andarás errante, oh hija contumaz? Porque Jehová creará una cosa nueva sobre la tierra: la mujer rodeará al varón» (31:3, 8, 9, 15, 22). 
P. «¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti. He aqui que yo soy Jehová, Dios de toda came; ¿habrá algo que sea difícil para mí?» (32:17, 27). 
Q. «Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. Como no puede ser contado el ejército del cielo, ni la arena del mar se puede medir, así multiplicaré la descendencia de David mi siervo, y los levitas que me sirven» (33:3,22). 
R. «Y tú no temas, siervo mío Jacob, no desmayes, Israel; porque he aquí yo te salvaré de lejos, y a tu descendencia de la tierra de su cautividad. Y volverá Jacob, y descansará y será prosperado, y no habrá quien lo atemorice» (46:27). 
S. «Oh espada de Jacob, ¿hasta cuando reposarás? Vuelve a tu vaina, reposa y sosiégate» (47:6).