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LA ETAPA DEL REINO DIVIDIDO SEXTA PARTE ( Amos, Oseas y Miqueas )

 LA ETAPA DEL REINO DIVIDIDO SEXTA PARTE

En esta sexta parte, Incluirá los libros de Amos, Oseas y Miqueas

AMÓS (765-750 a.C.) 

INTRODUCCIÓN 

1. El nombre Amós significa «carga». Los nombres orientales tienen generalmente una razón de ser, éste puede estar refiriéndose a un embarazo y parto difícil o puede habérsele dado como un anuncio profético de su futuro ministerio para describir la carga de su corazón por el pecado de Judá e Israel. 2. Procedía de Tecoa, pequeño pueblo a unas 5 millas (unos 8 km) de Belén de Judá. 

3. Amós era un pastor (1:1; 7:14, 15) y recogedor de higos silvestres (7:14). No había estudiado en la escuela de profetas, pero había sido llamado por Dios para ser un evangelista laico. 

4. Fue llamado a ser profeta para toda la casa de Jacob (3:1,13), pero sobre todo para el reino del norte (7:14, 15), en el santuario principal de Bet-el (7:10). Aquí llevó a cabo su gran campaña de avivamiento y habló fuertemente contra el pecado, la separación y la santificación. 

5. Amós ministró durante los reinados de Uzías, rey de Judá, y Jeroboam n , rey de Israel, comenzando a ministrar dos años antes del gran terremoto que sacudió a Palestina (1:1). Este terremoto dejó tan fuerte recuerdo en el pueblo que Zacarías (un profeta hebreo posterior) se refiere a él 250 años más tarde (Zac. 14:5). Josefo, el historiador judío, habla de un sismo que tuvo lugar en el tiempo que Dios castigó al rey Uzías con lepra por su intromisión en las tareas de los sacerdotes (2 Cr. 26:16-21). (Josefo: Las obras esenciales, Editorial Portavoz, p. 172.) 

6. En el tiempo del ministerio de Amós, Israel había llegado al zenit de su prosperidad bajo el reinado de Jeroboam II (2 R. 14:25). ¡Pero junto con la prosperidad nacional llegó también la perversión religiosa! 


I. Denuncia de ocho naciones (caps. 1—6).

A. Siria. Capital: Damasco (1:1-5). 
1. Esta nación había acosado frecuentemente a Israel, sobre todo durante los reinados de Benadad I y Hazael. (Véanse 1 R. 20:1; 2 R. 6:24; 2 R. 10:32, 33.) 
2. Dios haría que:
a. Ardiera el palacio real en la capital. 
b. Cayeran sus fortalezas militares. 
c. Muchos sirios murieran y otros fueran llevados de vuelta a Kir, a la tierra donde vivieron como esclavos. (Cp. 1:5 con 9:7.) Kir estaba localizada en Mesopotamia. (Véase también 2 R. 16:9.) 
B. Filistea. Capital: Gaza (1:6-8). 
Las cuatro ciudades principales de Filistea: Gaza, Asdod, Ascalón y Ecrón, serían juzgadas porque habían prendido y vendido a algunos hebreos como esclavos a Edom. (Véanse 2 Cr. 21:16, 17; Joel 3:4-8.) 
C. Fenicia. Capital: Tiro (1:9, 10). 
1. Habían quebrantado su pacto de hermandad con Israel (refiriéndose al acuerdo que David y Salomón habían hecho con Tiro). (Véase 1 R. 9:13.) 
2. Tiro había atacado las ciudades de Israel y había vendido a sus ciudadanos como esclavos a Edom. (Véase Joel 3:4-8.). 
3. Dios haría que los palacios y las fortalezas de Tiro fueran destruidas por fuego. 

D. Edom. Capitales: Temán y Bosra (1:11, 12)
1. Temán estaba ubicada al sureste de Petra y Bosra estaba en la parte centro-norte de Edom. 
2. Aunque los israelitas y edomitas estaba relacionados por parentesco familiar (un pueblo procedía de Jacob y el otro de Esaú, véase Gn. 25:30), Israel había sufrido bastante a manos de Edom. (Véanse también Mal. 1:2; Abd. 1:1- 21.) 
3. Sus fortalezas militares serían destruidas. 

E. Amón. Capital: Rabá (1:13-15). 
1. Los amonitas, descendientes de la hija menor de Lot (Gn. 19:38), habían cometido crímenes horribles, abriendo con sus espadas el vientre de mujeres hebreas embarazadas durante sus guerras de expansión en Galaad. 2. Dios destruiría sus ciudades y sometería a esclavitud a sus gentes. 
F. Moab. Capital: Queriot (2:1-3). 
1. Este pueblo, descendiente de la hija mayor de Lot (Gn. 19:37), había, entre otros crímenes, profanado las tumbas de los reyes de Edom, sin ningún respeto por los muertos. (Véase 2 R. 3:26, 27.) 2. Los moabitas serían derrotados en la guerra y prenderían fuego a sus palacios. 

G. Judá. Capital: Jerusalén (2:4, 5). 
1. Judá había rechazado la Palabra de Dios y desobedecido al Dios de la Palabra. 
2. Habían endurecido sus corazones como lo hicieron sus padres. 

H. Israel. Capital: Samaria (2:6-16). 
1. Habían pervertido la justicia aceptando sobornos. 
2. Habían vendido a los pobres como esclavos, cambiándolos por un par de zapatos. 
3. Padres e hijos habían cometido el pecado de inmoralidad con la misma prostituta. 
4. Holgazaneaban en las fiestas religiosas con ropas tomadas de sus deudores. 
5. Habían ofrecido sacrificios de vino en el templo con dinero que habían robado. , 
6. Se mostraban completamente desagradecidos por las bendiciones de Dios recibidas en el pasado. 
7. Habían causado que los nazareos pecaran tentándoles a beber vino. 
8. A causa de todo esto, Dios hará que: 
a. Cruja la tierra como cruje una carreta cargada de trigo. 
b. Los más valientes de los guerreros tiemblen en la batalla. 

I. Toda la casa de Jacob (Israel y Judá) (3:1—6:14). 
1. El castigo de Jacob debe ser equivalente a sus privilegios (3:1-3). «Oíd esta palabra que ha hablado Jehová contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que hice subir de la tierra de Egipto. Dice así: A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por todas vuestras maldades. ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?» 
2. Dios les estaba enviando un aviso final por medio de sus profetas (3:7). 
3. Dios llama a los enemigos de Jacob para que den testimonio de todas sus iniquidades (3:9). 
a. Sus mujeres habían sido crueles y exigentes (4:1-3). 
b. Sus ceremonias religiosas, externas y vacías, habían llegado a ser un insulto para la santidad divina (4:4, 5; 5:21-26). 
c. Se habían rodeado de un lujo grosero, con camas de marfil para dormir y alimentos exquisitos (6:4). d. Pensaban más en la música mundana que en su propio Mesías (6:5). 
e. Habían bebido vino a jarra llena y se habían perfumado con perfumes olorosos, y a la vez se habían olvidado por completo del pobre y del necesitado (6 :6 ). 
4. El Señor había procurado por todos los medios volverlos al buen camino (4:6-13), pero ellos no habían respondido positivamente. De forma que su antiguo Salvador se transformaría en su propio juez. «Por tanto, de esta manera te haré a ti, oh Israel; y porque te he de hacer esto, prepárate para venir al encuentro de tu Dios, oh Israel» (4:12). 
5. Dios les extiende una última invitación (5:4-15): «Buscad al que hace las Pléyades y el Orión, y vuelve las tinieblas en mañana, y hace oscurecer el día como noche; el que llama a las aguas del mar, y las derrama sobre la faz de la tierra; Jehová es su nombre» (Am. 5:8). 
6 . La invitación fue rechazada y el juicio caería. 
a. Jacob sería consumido como un león devora una oveja (3:12). 
b. Habría llanto y gritos de dolor en cada calle y plaza (5:16). 
c. En aquel día serán como el que huye de un león y se topa con un oso, o como el que entra en su casa, se apoya en la pared y le muerde una víbora (5:19). 
d. El noventa por ciento de sus soldados caería en la guerra (5:3). 


II. El anuncio de cinco visiones (caps. 7—9). 

A. La visión de la plaga de langosta (7:1-3). 

1. En esta visión Dios revela a Amós su intención de destruir todas las cosechas después de la primera siega. 
2. Amós intercedió por Israel y el Dios de toda gracia cambió el curso de su acción. 

B. La visión del fuego (7:4-6).
 1. Amós vio un fuego destructor, tan abrasador que consumía las aguas de Palestina. Caería sobre la tierra como un castigo por el pecado. 
2. El profeta de nuevo clamó por misericordia y Dios dejó a un lado el merecido juicio.
 
C. La visión de la plomada (7:7-16). 
1. Amós vio al Señor parado al lado de una pared con una plomada en la mano para verificar si estaba vertical. 
2. Dios informó a Amós de:
a. Que él iba a continuar probando a Israel con la plomada de la justicia divina. 
b.  Que no les iba a perdonar ni una vez más. 
c. Que destruiría a la dinastía de Jeroboam II mediante la espada. Esto, por supuesto, sucedió literalmente (como todas las profecías de Dios). Jeroboam II fue sucedido en el trono por su hijo Zacarías, siendo asesinado por un rebelde llamado Salum a los seis meses de su reinado 
(2 R. 15:10- 12). Dios volvería después a usar esta misma plomada con Judá en los días del inicuo rey Manasés (2 R. 21:13-15).
3. A estas alturas de su ministerio profético, Amós fue confrontado por Amasias, el presidente de la asociación sacerdotal de Bet-el, quien rápidamente envió dos mensajes. 
a. Uno al rey Jeroboam II avisándole de las actividades «desafiantes» de Amós. 
b. El otro dirigido al mismo Amós ordenándole que se marchara inmediatamente de Bet-el y se volviera a su tierra en Judá. Amós respondió al instante diciendo que, a pesar de sus humildes antecedentes (no era profeta ni hijo de profeta), había sido llamado por Dios y no permitiría que nadie le impidiera llevar a cabo su ministe rio. Amós después le dio a Amasias de parte del Señor una de las más terribles profecías que se pueden pronunciar sobre un ser humano, a causa del intento de este falso sacerdote de querer silenciar al verdadero profeta de Dios.
(1) La esposa de Amasias se convertiría en una prostituta común en las calles de Bet-el. 
(2) Sus hijos e hijas morirían a espada. 
(3) Su tierra y posesiones serían repartidas. 
(4) El mismo moriría en tierra de paganos 

D. La visión de la cesta madura de fruta (8:1-14). 

1. El significado de esta visión: Dios mostró a Amós una cesta llena de fruta madura, explicándole que simbolizaba a Israel que estaba ya maduro para el juicio. 
2. La razón para esta visión de juicio: los mercaderes del reino del norte, crueles, corrompidos y materializados: 
a. Habían robado a los pobres vendiéndoles alimentos mohosos y atropellando a los necesitados. 
b. Deseaban que terminara el día de sábado y otras festividades religiosas para poder seguir engañando con medidas y pesas falsas. 
c. Esclavizaban a los pobres, comprándoles por una pieza de plata o por un par de sandalias. 
3. Los resultados de esta visión de juicio: 
a. El desenfrenado canto del templo se transformará en llanto. 
b. Los muertos se veían por todas partes. 
c. Se verán horrendas señales en los cielos: «Acontecerá en aquel día, dice Jehová el Señor, que haré que se ponga el sol a mediodía, y cubriré de tinieblas la tierra en el día claro» (8:9). Este castigo espantoso tendrá su cumplimiento final durante el tiempo de la gran tribulación (Mt. 24:22, 29). 
d. No habrán palabras confortadoras de parte de Dios (8:11, 12). «He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová. E irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente discurrirán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán.» 


E. La visión del Señor junto al altar (9:1-15). 
1. La condenación de los transgresores de Israel (9:1-10). «Aunque cavasen hasta el Seol, de allá los tomará mi mano; y aunque subieren hasta el cielo, de allá los haré descender. Si se escondieren en la cumbre del Carmelo, allí los buscaré y los tomaré; y aunque se escondieren de delante de mis ojos en lo profundo del mar, allí mandaré a la serpiente y los morderá» (9:2, 3). 
2. La restauración del tabernáculo de David (9:11-15). 
a. La monarquía davídica se hallaba en una condición decadente con diez de las doce tribus rehusando rendirle homenaje. Pero todo esto cambiará durante el glorioso milenio. Santiago citó Amós 9:11, 12 en el Concilio de Jerusalén (Hch. 15:14-17) como base para una importante decisión, esto es, ¿deben los gentiles ser circuncidados? La respuesta fue un n o rotundo. Las bendiciones de esta monarquía restaurada (con Cristo, que es la simiente santa de David) serían múltiples: 
(1) El tiempo de la cosecha apenas dará de sí antes de que los labradores comiencen a sembrar de nuevo. 
(2) Las viñas sobre las terrazas en los montes de Israel destilarían vino dulce en abundancia. 
(3) Los fieles de Israel verán sus haciendas restauradas y vivirán permanentemente en la tierra prometida.



OSEAS (755-715 aX.)
 INTRODUCCIÓN 

1. El nombre Oseas significa «salvación». Profetizó en el reino del norte, y lloró por sus pecados como Jeremías lloraría más tarde por los pecados de Judá. 
2. Este es quizá el libro más extraño de toda la Biblia, porque Dios instruyó a su profeta para que tomará por mujer a una prostituta. Había varias razones para que Dios lo hiciera así: 
a. La razón experimental. Al casarse Oseas con una mujer infiel podría quizá entender como ningún otro profeta algo de la angustia del corazón de Dios por el reino del norte, cuyas gentes estaban cometiendo constantemente adulterio y fornicación espiritual contra Jehová. Dios había comparado frecuentemente su relación con Israel con la que se da en el matrimonio. (Véanse Is. 62:5; Os. 2:19; Jer. 3:14.) 
b. La razón ilustrativa. Su propio matrimonio vendría a ser un ejemplo real y visible de su mensaje a Israel. c. La razón profética. Dios le iba a mandar que pusiera a sus hijos aquellos nombres que describirían el futuro castigo y posterior restauración de Israel. 
3. Puede que ministrara por más tiempo que ningún otro profeta. 
4. Oseas predijo la invasión asina del reino del norte y vivió lo suficiente para ver sus profecías cumplidas en el 721 a.C. 
5. Se refiere en su libro al reino del norte constantemente como a Efrafn. Esta fue la primera en apostatar de las doce tribus de Israel. 
6. El libro de Oseas es citado en el Nuevo Testamento más veces, en relación a su tamaño, que ningún otro libro del Antiguo Testamento, por un total de treinta veces. Comparar: 
a. Oseas 11:1 con Mateo 2:15. 
b. Oseas 6:6 con Mateo 9:13. 
c. Oseas 10:8 con Lucas 23:30. 
d. Oseas 2:23 con Romanos 9:25. 
e. Oseas 13:14 con 1 Corintios 15:55. 


I. Un esposo agraviado y su esposa ofensora (Oseas y Gomer) (1—3). 

A. La mala reputación de la esposa de Oseas. 

Gomer era aparentemente una prostituta antes de casarse y fue después una adúltera. El profeta trató en vano de salvar su matrimonio tratando diferentes métodos: 
1. Apartándola de los mercados del mundo. «Por tanto, he aquí yo rodearé de espinos su camino, y la cercaré con seto, y no hallará sus caminos» (2:6). Oseas pensó que podría forzarla de esta manera a permanecer en casa. Buscó incluso la ayuda de Jezreel, su primer hijo, pidiéndole que razonara con su madre acerca de la insensatez de su conducta. «Contended con vuestra madre, contended; porque ella no es mi mujer, ni yo su marido; aparte, pues, sus fornicaciones de su rostro, y sus adulterios de entre sus pechos» (2:2). Pero nada de esto iba a servir, pues Gomer volvería a las andadas a la primera oportunidad. 
2. Comprándola en el mercado de esclavos. Después de haber sido usada por sus lujuriosos amantes, fue abandonada y vendida como esclava. Dios le ordenó a Oseas que fuera a buscarla y la rescatara de esta situación. «La compré entonces para mí por quince sidos de plata y un homer y medio de cebada» (3:2)
B. Los nombres de los hijos de Oseas. 
El profeta engendró tres hijos con Gomer. Dios le mandó que pusiera a cada hijo un nombre con significado profético. Al primer hijo le puso el nombre de Jezreel (1:4), que significa «esparcidos», prediciendo dos eventos futuros. 
1. La reprobación de la dinastía de Jehú, el rey del norte. Este brutal y sanguinario rey había matado a muchos en Jezreel o en sus cercanías. Entre sus víctimas se encontraban: 
a. Joram, rey de Israel, y Ocozías, rey de Judá, a quienes mató en el mismo día (2 R. 9:14-28). 
b. A Jezabel (2 R. 9:33). 
c. A los setenta hijos de Acab (2 R. 10:1-10). 
d. A los familiares distantes de Acab y a sus amigos políticos (2 R. 10:11,17). 
e. A los príncipes de Judá (2 R. 10:12-14). 
f. A los sacerdotes de Baal (2 R. 10:18-28). Aunque Dios ciertamente le había encomendado que vengara la muerte de Nabot, asesinado por causa de Acab (1 R. 21), Jehú fue demasiado lejos en su brutal derramamiento de sangre. A causa de esto, sólo se le permitiría a Jehú reinar en el trono de Israel durante cuatro generaciones (2 R. 10:30), que fueron: 
• primera generación: su hijo Joacaz. 
• segunda generación: su nieto Joás. 
• tercera generación: su biznieto Jeroboam II. 
• cuarta generación: su tataranieto Zacarías. Cuando nació el hijo de Oseas, reinaba en Israel la tercera generación de la dinastía de Jehú, en la persona de Jeroboam II. No pasaría mucho tiempo sin que dicha dinastía llegara a su fin, lo cual aconteció en los días de Zacarías, quien murió asesinado apenas a los seis meses de subir al trono (2 R. 15:12). 
2. La invasión asiria. En este tiempo el reino del norte dejó de existir y el pueblo fue esparcido (1:5). El segundo hijo fue una niña a quien llamarón Lo-ruhama (1:6), que significa «no compadecida», indicando con ello que el juicio de Dios era inminente. Junto con esta niña vino, no obstante, la promesa divina de que el Señor libraría a Judá, el reino del sur, de la invasión asiria (1:7). Esto, por supuesto, sucedió, tal como se registra en 2 Reyes 19:35. El tercer hijo fue un niño a quien pusieron por nombre Lo-amm¡ (1:9), que significa «no pueblo mío». 


II. Un esposo agraviado y una esposa ofensora (Dios y Efraín) (4:14). 

A. Efraín es acusado: 
1. A causa de su ignorancia: «Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos» (4:6). 
2. A causa de su idolatría: «Mi pueblo a su ídolo de madera pregunta... Sobre las cimas de los montes sacrificaron, e incensaron sobre los collados... Efraín es dado a los ídolos; déjalo...» (4:12, 13,17). 
3. A causa de la inmoralidad: «Yo conozco a Efraín, e Israel no me es desconocido; porque ahora, oh Efraín, te has prostituido, y se ha contaminado Israel» (5:3). 

B. Efraín es deseado:
 Dios le ama a pesar de todas sus iniquidades. «¿Qué haré a ti, Efraín? ¿Qué haré a ti, oh Judá? La piedad vuestra es como nube de la mañana, y como el rocío de la madrugada, que se desvanece» (6:4). 

C. Efraín es descrito: 
1. Estaba encendido de codicia como un horno ardiente (7:4). Dios dice que el pueblo tramaba el mal en sus corazones durante la noche y en la mañana estallaba en llamas. 
2. Se había mezclado con los paganos y había terminado por ser tan inútil como una torta que está solamente cocida por un lado (7:8). 
3. Era como una paloma atolondrada y carente de inteligencia, buscando ahora la ayuda de Egipto y volviéndose luego a Asiria (7:11). 
4. Era como un arco torcido cuya flecha nunca da en el blanco, que era la gloria de Dios (7:16). 
5. Era tenido entre las naciones como una vasija rota (8 :8 ). 
6. Era terco y salvaje como un asno montés (8:9). 
7. Era como un árbol de raíces secas (9:16). 
8 . Era como una viña vacía (10:1). 
9. Era como una novilla indómita (4:16). 

D. Efraín es disciplinado:
Dios declara. «Porque sembraron viento, y torbellino segarán...» (8:7). (Véase también 10:13.
1. Dios, por tanto, no tendría (por un tiempo) misericordia de ellos (2:4). 
2. Estarían por muchos días sin (3:4): 
a. Rey. Oseas, el último rey de Israel, fue destronado en el 721 a.C., y en el 587 a.C. cesó de reinar Sedequías, el último rey de Judá. Como seis siglos después fue rechazado el único rey verdadero de Israel (Jn. 19:15). Esta trágica situación continuará hasta que Él vuelva otra vez (Ap. 19:11- 16). 
b. Príncipe. El próximo príncipe del futuro Israel que se cita en las Escrituras no ministrará hasta el tiempo del milenio (Ez. 44:3). 
c. Sacrificio. Tito Vespasiano destruyó el templo en el año 70 d.C. y cesaron todos los sacrificios de animales. Volverán a ser instituidos otra vez durante la tribulación, pero el Anticristo hará que cesen (Dn. 9:27). 
d. Imagen. La palabra aquí significa literalmente «los pilares» y pueda estar refiriéndose al templo. Un templo será reconstruido durante la tribulación (Ap. 13), destruido (Zac. 14:2), y vuelto a edificar durante el milenio (Ez. 40:48). 
e. Efod. Esta es una referencia al sumo sacerdote de Israel, pues el efod era parte de la vestimenta que él llevaba. Su último sumo sacerdote planeó personalmente la muerte del Mesías de Israel. (Véanse Jn. 11:49-51; Mt. 26:57-68.) 
f. Terafines. Eran normalmente figuras o imágenes en forma humana. (Véase Gn. 31:34.) No sabemos exactamente lo que Oseas tenía en mente al decir esto 
3. Serían deportados como esclavos a Asiria ( 10:6). 
4. Estarían (por un tiempo) esparcidos entre las naciones (8:8; 9:17). 

E. La liberación de Efraín. 
Este glorioso evento algún día ciertamente tendrá lugar. Notemos los siguientes pasajes: 

1. Oseas 2:19,23. 
2. Oseas 3:5. 
3. Oseas 6:1-3. 
4. Oseas 11:1,4, 8,9. 
5. Oseas 13:10, 14. 6. 
Oseas 14:4-7.


MIQUEAS (740-690 a.C)
INTRODUCCIÓN: 

1. Miqueas procedía de un pueblo llamado Moreset, en la frontera con Filistea, a unas 25 millas (unos 40 km) al suroeste de Jerusalén. 
2. Fue contemporáneo de Isaías. Miqueas predicó al pueblo mientras que Isaías lo hizo en la corte. 
3. Miqueas fue el último profeta de Dios para el reino del norte. 
4. Fue el único profeta comisionado para predicar en ambos reinos. Ministró especialmente en las capitales de ambos reinos, esto es, Jerusalén y Samaría. 
5. Incluyó en su pequeño libro una sorprendente cantidad de profecías. 
a. La caída de Samaria (1:6,7). 
b. La invasión de Judá por los asirios (1:9-16). 
c. La caída de Jerusalén y la destrucción del templo (3:12; 7:13). 
d. El exilio en Babilonia (4:10). 
e. El retomo de la cautividad y la futura restauración de Israel (4:1-8,13; 7:11,14). 
f. El nacimiento de Cristo en Belén (5:2). 
g. El futuro reinado de Cristo (2:12, 13; 4:1, 7). 
6. Miqueas es citado tres veces: 
a. Por los ancianos de Judá (Jer. 26:18, citan Mi. 3:12). 
b. Por los escribas cuando los magos llegaron a Jerusalén (Mt. 2:5, 6, citan a Mi. 5:2). 
c. Por Jesús cuando envió a los doce (Mt. 10:35, 36, citan Mi. 7:6). 
I. La mirada exterior: los sermones públicos de Miqueas (caps. 1—6). 

A. Proclamación del castigo de Israel (1:3). 
1. Primer sermón (cap. 1): 
a. Dios mismo respondería pronto con juicio a causa de los pecados de Samaria y Jerusalén (1:1-5). b. Samaria sería completamente destruida (1:6). Esto sucedió, por supuesto, durante la invasión asiria. (Véase 2 R. 17:1-18.) 
c. El enemigo llegaría hasta las mismas puertas de Jerusalén (1:9). Pero Dios perdonaría a su amada ciudad por otros 115 años antes de permitir a los babilonios que la destruyeran. (Véase 2 R. 19:35.) 
2. Segundo sermón (cap. 2): 
a. Dios condena a aquellos que piensan el mal durante la noche y en la mañana lo llevan a cabo (2:1). b. Dios promete que les pagará el mal con mal para ellos (2:3). 
c. Israel rechaza a sus verdaderos profetas diciéndoles que Dios no hará tales cosas (2 :6). 
d. Su castigo terminará solamente cuando el Mesías (el que abre el camino y el Rey de 2:13) les saque del exilio por las puertas de las ciudades de su cautividad para llevarlos de vuelta a su casa. 
3. Tercer sermón (cap. 3): 
a. Dios reprende especialmente a los líderes de Israel. Se suponía que ellos discernían lo bueno de lo malo, pero eran los peores pecadores (3:1-5). 
b. Sus falsos mensajes, dados solamente para agradar a la gente, llevarían a la destrucción del pueblo (3:6-7). 
c. Miqueas era el único de los profetas de aquel tiempo «lleno del poder del Espíritu de Jehová, y de juicio y de fuerza, para denunciar a Jacob su rebelión, y a Israel su pecado» (3:8)
d. Por culpa de estos falsos profetas, Jerusalén sería arada como un campo y quedaría convertida en un montón de ruinas. El lugar en el monte Moriah donde estaba ubicado el templo se cubriría de maleza (3:12). 

B. Profecía de la restauración de Israel (caps. 4—5). 

 A pesar de sus terribles pecados, Dios un día, después que se hubiera consumado su pecado, les restauraría otra vez en la tierra de Palestina. 
1. Cronología que llevaría a esta restauración: 
a. Judá deberá sufrir primero los setenta años de cautividad babilónica (4:10). Este es verdaderamente un pasaje extraordinario, porque en el tiempo que Miqueas lo escribió, Babilonia era una nación fuerte, pero no era la primera potencia mundial, sino Asiria.
b. El Mesías de Judá nacería en Belén (5:2). 
c. El Señor los dejará por un tiempo como nación hasta su renacimiento espiritual durante la tribulación (5:3). 
d. Las naciones se unirán entonces contra Israel en el Annagedón (4:11). (Véanse también Ap. 16:13-16; 19:17.) 
e. Estas naciones quedarán completamente destruidas (5:15). 
2. Los resultados finales de la restauración (Mi. 4:1-6). 

C. Abogando por el arrepentimiento de Israel (6 ). (Véase Miqueas 6:3-8.)

 II. La mirada interior: las contemplaciones personales de Miqueas (7:1-6).
«¡Ay de mí! porque estoy como cuando han recogido los frutos del verano, como cuando han rebuscado después de la vendimia, y no queda racimo para comer; mi alma deseó los primeros frutos» (7:1).

 IIII. La mirada a lo alto: las peticiones de Miqueas en oración (7:7-20). 

A. Su decisión por Dios: 
«Mas yo a Jehová miraré, esperaré al Dios de mi salvación; el Dios mío me oirá» (7:7). «La ira de Jehová soportaré, porque pequé contra él, hasta que juzgue mi causa y haga mi justicia; él me sacará a luz; veré su justicia» (7:9). 
B. Su descripción de Dios (7:18-20): 
«¿Qué Dios como tú, que perdonas la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados. Cumplirás la verdad a Jacob, y a Abraham la misericordia, que juraste a nuestros padres desde tiempos antiguos.»