LA ETAPA DEL EXODO
II. Israel, en ruta hacia el monte Sinaí (Ex. 12:37— 
18:27). Diez eventos clave tienen lugar entre Ramesés, la ciudad egipcia de donde salieron, y su llegada a la base del 
monte Sinaí. La distancia era aproximadamente de unas 
150 millas (unos 240 km). Estos sucesos fueron: 
A. La aparición de la gloria de Dios (Shekinah) mediante la columna de nube y de fuego (13:21,22).  
De Sucot a Etam. En Etam se manifiesta la columna de nube y fuego para dirigir a Israel durante el 
día o la noche. 
Esto marca la primera aparición de 
la gloria de Dios (Shekinah), la indicación visible 
y luminosa de la presencia de Jehová (13:21, 22). 
Otras apariciones tanto en el Antiguo como en el 
Nuevo Testamento son: 
1. En el mar Rojo (Ex. 10:19. 20). 
2. En el Lugar Santísimo en el tabernáculo (Lv. 
16:2). 
3. En el Lugar Santísimo en el templo (2 Cr. 
5:11-13). 
4. Cuando abandona el templo en el tiempo de 
Ezequiel (Ez. 10). 
5. En el nacimiento de Cristo (Le. 2:9-11). 
6. En el monte de la transfiguración (Mt. 17:5). 
7. En la ascensión (Hch. 1:9). 
8. En el rapto (1 Ts. 4:17). 
9. En la segunda venida (Mt. 24:30, Mr. 8:38). 
10. Durante el milenio (Is. 4:5, 6; 60:19). 
B. La persecución de Faraón, que se lamenta de su 
acción de haber permitido que Israel marchara 
(14:5-10).
De Etam a Pi-hahirot (14:1 -4). 
1. La decisión de Faraón de perseguir a Israel. 
Faraón se lamenta de su decisión de liberar a 
Israel y se propone caer sobre ellos, capturándolos de nuevo en el desierto cerca del mar 
Rojo por medio de sus carros de guerra.
2. La desesperación del pueblo y su deseo de rendirse (Ex. 14:11. 12). 
3. La declaración del profeta de elevar la mirada 
hacia Dios (Ex. 14:13, 14). 
C. La partición de las aguas del mar Rojo (14:13-31). 
D. La celebración en Israel por la liberación experimentada y por la destrucción del ejército de Faraón 
(15:1-21).
Desd Pi-hahirot y por medio del mar Rojo 
(14:15— 15:21). 
1. La columna de nube protectora. Este es el segundo milagro más grande de la Biblia. El más 
grande, por supuesto, es la resurrección de 
Cristo (Ef. 1:20). El cruce del mar Rojo es 
mencionado muchas veces en la Palabra de 
Dios. (Véanse Sal. 78:53; 106:11. 12. 22: He. 
11:29.) Este milagro fue realmente triple en su 
naturaleza: 
a. La primera parte fue el cambio en la posición de la columna de nube que se colocó 
ella misma entre el campamento de Israel 
y el ejército de Faraón. Era al mismo tiempo nube y tinieblas para los egipcios y luz 
para el pueblo de Dios. 
b. La segunda parte fue la división auténtica 
de las aguas, dejando un paso abierto de 
quizá una milla (más de un kilómetro) de 
ancho. En relación con esto, el doctor 
Leon Wood escribe:
«Una multitud de 2.000.000 de personas, marchando en formación de diez 
en línea, con una separación de cinco 
pies (un metro y medio) entre cada línea, ocuparía un espacio de 190 millas 
(más de 300 km) de largo. Si este paso 
en el agua fue tan ancho como una autopista moderna, los primeros israelitas 
que cruzaron habían llegado a Canaán 
antes que los últimos empezaran a cruzar, y habrían transcurrido varios días.» 
(A Survey of Israel’s History, p. 133.) 
c. La tercera parte fue el cierre del mar otra 
vez. 
2. La separación de las aguas del mar Rojo.
«Y extendió Moisés su mano sobre el mar, e 
hizo Jehová que el mar se retirase por recio 
viento oriental toda aquella noche: y volvió el 
mar en seco, y las aguas quedaron divididas» 
(14:21). 
3 .1.a destrucción del ejército egipcio.
«Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros 
y la caballería, y todo el ejército de Faraón que 
había entrado tras ellos en el mar; no quedó 
de ellos ni uno» (14:28). 
4. La alabanza del pueblo de Dios.
«Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este 
cántico a Jehová. y dijeron: Cantaré yo a Jehová, 
porque se ha magnificado grandemente; ha echado en el mar al caballo y al jinete» (Ex. 15:1). 
E. Las aguas amargas de Mara:  
Fueron endulzadas al echar Moisés un árbol en ellas (15:22-26). En este 
momento Dios les promete que la obediencia a él 
les libraría de enfermedades.
Desde el mar Rojo hasta Mara (15:22-26). 
1. El agua amarga.
«Y llegaron a Mara. y no pudieron beber las 
aguas de Mara. porque eran amargas; por eso 
le pusieron el nombre de Mara» (15:23). 
2. El árbol bueno.
«Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol: y lo echó en las aguas, y las aguas 
se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó» (Ex. 15:25). 
3. El gran médico.
«Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de 
Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de 
sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y 
guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador» 
(Ex. 15:26).
De Mara a Elim (Ex. 15:27).
«Y llegaron a Elim, donde había doce fuentes 
de aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí 
junto a las aguas.»
F. El maná (16:4. 14.35). 
Este pan del cielo vendría a ser su alimentación 
principal durante los siguientes cuarenta años. 
Desde Elim al desierto de Sin (16:1-36). 
1. La multitud quejosa.
«Y toda la congregación de los hijos de Israel 
murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto; y les decían los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la 
tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las 
ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud» 
(Ex. 16:2, 3). 
2. El maná milagroso (16:14, 15).
Desde este momento y durante los siguientes 
cuarenta años. Dios los alimentaría seis días a 
la semana con maná, que era semejante a la 
semilla de cilantro, blanco, plano, y que lema 
sabor de hojuelas con miel. Sólo cesó cuando 
Israel entró en la tierra prometida. (Véase Jos. 
5:12.)
Tenían que recogerlo cada mañana y comerlo el mismo día durante seis días, y en el 
sexto día tenían que recoger una doble porción 
para el día séptimo, cuando el maná no caía. 
La palabra maná en hebreo significa literalmente «¿qué es esto?». Esto es lo que dijeron 
cuando lo vieron por primera vez. y le quedó 
como nombre. Jesús aplicaría años más tarde 
este evento a su propio ministerio. (Véase Juan 
6:30-63.) El doctor John David escribió algo 
útil sobre este asunto del maná:
«No debemos suponer en base de estos 
pasajes que el maná fue lo único que comieron los hebreos en el desierto durante 
cuarenta años. Sabemos que los israelitas 
tenían ovejas y vacas (12:38; 17:3), y que 
continuaron poseyéndolos no solamente en 
el Sinaí (34:3), sino también cuando llegaron a Edom y al país al este del Jordán 
(Nm. 20:19; 32:1). Parece que en algunas 
ocasiones los hebreos compraron alimento y agua de los edomitas (Dt. 2:6. 7).También podemos inferir claramente de 
distintas referencias bíblicas, que el trigo 
y la carne estaban disponibles para ellos 
(Ex. 17:3; 24:5; Lv. 8:2, 26, 31; 9:4; 10:12, 
24:5; y Nm. 7:13, 19).» (Moses and the
Gods o f Egypt, p. 181.) 
G. La institución del sábado (16:23, 26-30; 31:13).
El sábado solemne (16:23-30). 
«Mirad que Jehová os dio el día de reposo, y por 
eso en el sexto día os da pan para dos días. Estése, 
pues, cada uno en su lugar, y nadie salga de él en 
el séptimo día. Así el pueblo reposó el séptimo 
día» (Ex. 16:29, 30).
A continuación damos un breve resumen de la enseñanza bíblica sobre el sábado: 
1. La primera mención del sábado la tenemos en 
Exodo 16:23. Durante los primeros 2.500 años 
de la historia humana. Dios fue el único que 
lo observó (Gn. 2:2). 
2. El sábado fue entonces dado a Israel (Ex. 
31:13, 17) quien aparentemente no supo hasta 
este momento nada acerca de él. (Véase Ex. 
16:29.) Este día nunca le fue dado a la Iglesia 
(véanse Col. 2:16; Gá. 4:9-11). 
3. Sábado no es una palabra hebrea para siete sino que significa «descanso o reposo». Las 
palabras hebreas para siete son sheba y shibah.
De lo que se infiere que una traducción literal 
del cuarto mandamiento diría: «Acuérdate del 
día de reposo para santificarlo.» 
4. Hubo muchos «sábados» que se le dieron a Israel:
 a. El día séptimo de la semana (Ex. 20:8-11). 
(1) Empezaba a la caída del sol del viernes y terminaba a la puesta del sol 
del sábado. 
(2) Era un día de descanso absoluto, sin 
actividad de trabajo ni reuniones de 
ninguna especie.
b. Era «sábado» (reposo) el primer día del 
séptimo mes (Lv. 23:24,25), para celebrar 
la fiesta de las trompetas.
c. Era «sábado» el décimo día del mes séptimo (Lv. 16:29, 30), en que se celebraba 
el día de la expiación. 
d. Era también «sábado» el día quince del 
mismo mes (Lv. 23:34), cuando se celebraba la fiesta de los tabernáculos. 
e. El año séptimo era «sábado» (Lv. 25:1-4), 
en el que se dejaba reposar a la tierra durante un año. 
f. Era «sábado» el año cincuenta (Lv. 25:8), 
el año del jubileo.
Los setenta años de cautividad en Babilonia 
se debieron principalmente a la desobediencia de Israel en observar estos años de reposo. En los aproximadamente 500 años que 
transcurrieron hasta que Israel se posesionó 
de la tierra prometida, habían acumulado setenta años de reposo. (Véanse Lv. 26:27-35: 
2Cr. 36:21 ;Jer. 25:11.) 
5. El sábado nunca ha sido cambiado, pero ha 
sido dejado a un lado porque la nación de Israel ha sido desechada. (Véase Mt. 21:43.)
6. Se volverá a observar otra vez el sábado durante el tiempo del reino. (Véase Is.,66:23.)
Pregunta: ¿Cuándo, pues, recibió la Iglesia 
autorización para adoraren domingo?
Respuesta: Mediante el modelo establecido por la resurrección que sucedió en el primer día de la semana, esto es, el domingo. Este 
hecho lo registran los cuatro evangelios (Mt. 
28:1; Mr. 16:2. 9: Le. 24:1, 13. Jn. 20:1, 19). 
De manera que como el sábado conmemora la
 terminación de la creación (Ex. 20:8-11), así 
el primer día conmemora la consumación de 
la creación. (Véanse Hch. 20:7; 1 Co. 16:1, 2; 
He. 7:12.) Es cierto que Pablo predicó frecuentemente a los judíos en sábado (Hch. 13:14; 
16:13; 17:2; 18;4), pero lo hizo porque era el 
día en el que los judíos se reunían regularmente. (Véase 1 Co. 9:19, 20.) 
H. La roca golpeada en Refidim (17:1 -7). 
Esto fue hecho para proveerles de agua, que Dios 
les dio de manera sobrenatural de un lado de aquella roca. Casi cuarenta años más tarde Moisés golpearía otra roca en un lugar distante, pero en 
aquella ocasión él estaba fuera de la voluntad de 
Dios. (Véase Nm. 20:7-13.)
Desde el desierto hasta Refidim (Ex. 17:1— 18:27).
Moisés golpea la roca (17:6). Los volubles israelitas estaban ya casi dispuestos a apedrear a 
Moisés cuando Dios intervino. «He aquí que yo 
estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y 
golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo....» 
I. Victoria de Israel sobre los amalecitas (Ex. 17:8- 
16). 
Aquí encontramos cuatro cosas importantes que se 
mencionan por «primera vez» y debemos de 
notarlas: 
1. La primera mención de Josué, quien fue elegido por Moisés para dirigir el ejército de Israel (17:9). 
2. La primera oración de Moisés por Israel 
(17:11, 12). 
3. La primera parte de la Biblia que se escribe 
(17:14). 
4. La primera referencia a uno de los grandes 
nombres de Dios: Jehová-nisi (Jehová es mi 
estandarte) (17:15).
Moisés derrota a un enemigo (17:11). Los 
enemigos son los amalecitas. Estos descendientes de Esaú (Gn. 36:12), que formaban 
bandas errantes del desierto dedicadas al pillaje, llevaban probablemente un tiempo siguiendo a Israel, y eligen este momento para 
atacarles (17:8).
El general: Josué. Esta es la primera mención de uno de los líderes militares más notables de todos los tiempos. A pesar de su 
juventud (probablemente entre veinte y treinta años), Moisés lo elige para dirigir las fuerzas armadas de Israel. Su habilidad y bravura 
iban unidas a su amor por Dios (17:9).
El intercesor: Moisés. Este gran anciano 
asciende a un montículo cercano, extiende sus 
manos al cielo y empieza a orar por Josué y 
por Israel que luchan abajo (17:11).
Los ayudadores: Aarón y Ur. Estos dos ayudan a Moisés a mantener sus cansados brazos 
en alto a fin de que Dios pueda dar la victoria 
abajo. Israel vence, se escribe una de las primeras secciones de la Biblia y Moisés edifica 
un altar, llamándolo Jehová-nisi, que significa «Jehová es mi estandarte». 
J. El encuentro de Moisés con su familia (18:5). 
Moisés saluda a su familia (18:7). 
1. Es saludado por Jetro, Séfora y sus dos hijos, 
Gersón y Eliczer. 
2. Moisés escucha el consejo de Jetro y nombra 
hombres capaces que le ayuden a juzgar en los problemas del pueblo (18:17-27).

