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LA ETAPA DEL EXODO VI. Israel desde Cades.bernea hasta orillas del río Jordán. Nm 15;36

VI. Israel, desde Cades-bamea hasta la orilla este del río Jordán (Nm. 15—36). 
Durante este período de vagar sin sentido por el desierto sucedieron los siguientes eventos: 



A. Un ataque inútil queda frenado (Nm. 14:40-45). 
 Los volubles y necios israelitas cambiaron repentinamente de idea e intentaron abrirse camino en la tierra, pero fueron rápidamente derrotados por los cananeos. 

B. Lapidación por violación del día de reposo (15:32- 36). 

C. Unos alborotadores trabados por la tierra (16:1- 32). 
1. Un hombre muy influyente llamado Coré, descendiente de Leví, se levantó contra Moisés apoyado por 250 hombres. 
2. La conspiración llevó a una confrontación al día siguiente en la que Dios intervino haciendo que se abriera la tierra y se tragara a Coré y sus seguidores. A pesar de esta terrible lección, Israel continuó murmurando y acusando realmente a Moisés de matar al pueblo de Dios (16:41). Antes que todo este trágico incidente se terminara, el juicio de Dios cayó mediante una plaga y perecieron otras 14.700 personas más del pueblo. Judas, el escritor del Nuevo Testamento, menciona (1:11) este suceso en su epístola como un fuerte aviso contra la apostasía. 

D. La vara de Aarón que retoña (17:1-13). 
Para reforzar la autoridad de que había investido a Moisés y a Aarón, el Señor ordenó a los líderes de cada tribu colocar una vara en el tabernáculo con su nombre personal grabado en ella. A Aarón también le ordenó hacer lo mismo. A la mañana siguiente se descubrió que el bastón de Aarón había reverdecido y echado flores, arrojado renuevos y producido almendras. 

E. El sacrificio de una vaca alazana (Nm. 19:1-22). 
1. El ritual de la vaca alazana (19:1-10). Las leyes ya dadas establecían que cuando una persona viva entrara en contacto con un cadáver tenía que ser considerada inmunda (descalificada para la vida y el servicio religioso) durante un período de siete días. Pero ahora se había producido probablemente una crisis. Debido a la reciente plaga (Nm. 16:49), habían aparecido no menos de 14.700 cadáveres. Este solo suceso había producido, sin duda, la contaminación de miles de personas. ¿Cómo se arreglaba esta situación ahora? El rito de la vaca alazana fue la respuesta de Dios a este problema. 
2. Las reglas de la purificación (19:11-32) eran: «El que tocare cadáver de cualquier persona será inmundo siete días» (v. 11). El proceso de purificación de un israelita tenía cuatro aspectos. 
a. Eleazar tenía que sacrificar una vaca alazana sin defecto alguno fuera del campamento (19:2, 3). 
b. Había que rociar con su sangre hacia el tabernáculo siete veces (19:4). 
c. La vaca alazana tenía que ser después quemada con madera de cedro, hisopo y un tipo de tela roja (19:5, 6). 
d. Y por último, tenían que añadir agua a las cenizas de la vaca y después rociarlas sobre el israelita inmundo (19:17-19).

 F. Un hombre enojado atrapado (20:1-13). 
1. María murió y fue enterrada cerca de Cades (20: 1). 
2. Después de arduo trabajo durante muchos años, el diablo por fin logró atrapar a Moisés, el hombre más manso de toda la tierra (Nm. 12:3), en la trampa del enojo y del orgullo. Aquellos volubles e impíos israelitas estaban, como de costumbre, quejándose acerca de la falta de agua (parece como si celebraran una reunión de protesta contra Dios al menos una vez al día). El Señor instruyó allí mismo a Moisés para que le hablara a cierta roca y le ordenara que diera agua. 
3. Pero el paciente Moisés perdió repentinamente su calma, y en un acto, debido en parte a incredulidad y en parte a enojo, gritó al pueblo y desobedeció al Señor, golpeando la roca dos veces en vez de hablarle una vez como Dios le había mandado (20:8). 
4. El Señor les dio agua a pesar de la desobediencia de Moisés, pero le anunció que su pecado le privaría de entrar en la tierra prometida (20: 12). 
5. Moisés evidentemente le habló tiempo después al Señor acerca de ir a Palestina, hasta que Dios le dijo que no volviera a mencionar el asunto nunca más (Dt. 3:26,27). 

G. Una simple solicitud es rechazada (20:14-22). 
Los edomitas, descendientes de Esaú, no permitieron que Israel pasara por su territorio: esto obligó al pueblo de Dios a dar un rodeo de unas 180 millas (288 km) por un desierto ardiente y hostil. 

H. Un sumo sacerdote al que le quitan su vestimenta (20:23-29)
1. Dios ordenó a Moisés que le quitara a Aarón sus ropas sacerdotales para dárselas a su hijo Eleazar. 
2. Aarón murió a la edad de 123 años y fue sepultado en el monte Hor. 
3. C.I. Scofield observa que la muerte de Aarón marca el fin del vagar sin rumbo de Israel. A partir de este momento la nación marcha o se detiene, pero no anda vagando (New Scofield Bible, p. 195). Debemos notar aquí que la experiencia del desierto era parte de la perfecta voluntad de Dios para Israel, pero no el vagar errante (Ex. 13:17. 18).

 I. Un problema de serpientes es resuelto (21:5-9). 
1. Dios envió serpientes venenosas para castigar la rebeldía de Israel. 
2. El pueblo se arrepintió y fue provisto de un remedio. 
3. Una serpiente de bronce fue colocada en lo alto de un asta para que todos pudieran verla. 
4. Cualquiera que hubiera sido mordido podía mirar a la serpiente de bronce y ser sanado. Jesús usó este suceso como una ilustración para ganar a Nicodemo. (véase Jn. 3:14, 15). Años después, en el 700 a.C., el rey Ezequías destruyó esta serpiente porque el pueblo la adoraba (2 R. 18:4). 

J. Derrota de los amorreos (21:21 -24). 
Al igual que los edomitas. los amorreos rehusaron dejar pasar a Israel por su territorio, pero en esta ocasión los israelitas se defendieron y los derrotaron. 

K. Un profeta pervertido (Nm. 22—24). 
1. Balac, el atemorizado rey de Moab, ofreció a Balaam, un adivino pagano de Mesopotamia, riquezas tentadoras si maldecía a Israel para así frenar su avance y salvar a Moab (22:1 - 8). 
2. Dios advierte a Balaam para que no acepte este soborno (22:9-12). 
3. Le hacen la oferta más tentadora y Balaam accede a ir con los hombres de Balac (22:15-21). 
4. En el camino a Moab, Balaam es reprendido por el asna que montaba, y escapó por poco de la muerte a manos del Ángel de Jehová (Nm. 22:22-35). 
5. Cuando Balaam llega a Moab y divisa al ejército de Israel en un valle cercano, intenta maldecirle en cuatro ocasiones: pero, para asombro suyo y enojo de Balac. todas las veces salen de su boca palabras de bendición. Estas cuatro bendiciones aparecen en Números 23:8-10; 23:22-24: 24:5-9: 24:7
Debe especialmente notarse el lenguaje que aparece en algunas de las profecías de Balaam: «¿Por qué maldeciré yo al que Dios no maldijo? ¿Y por qué he de execrar al que Jehová no ha execrado? Porque de la cumbre de las peñas lo veré, y desde los collados lo miraré; he aquí un pueblo que habitará confiado, y no será contado entre las naciones. ¿Quien contará el polvo de Jacob, o el número de la cuarta parte de Israel? Muera yo la muerte de los rectos, y mi postrimería sea como la suya» (Nm. 23:8-10). «Lo veré, mas no ahora: lo miraré, mas no de cerca; saldrá Estrella de Jacob, y se levantará cetro de Israel, y herirá las sienes de Moab, y destruirá a todos los hijos de Set. Será tomada Edom. será también tomada Seir por sus enemigos, e Israel se portará varonilmente. De Jacob saldrá el dominador, y destruirá lo que quedare de la ciudad» (Nm. 24:17-19). 
De los cientos de personajes que aparecen en el Antiguo Testamento, Balaam es, sin duda, el más misterioso de todos, y en algunos sentidos el más trágico. Es mencionado, al menos, por tres escritores del Nuevo Testamento, y cada uno de ellos lo hace escribiendo en particular sobre un rasgo de su carácter. Su camino: «... el camina de Balaam ... el cual amó el premio de la maldad...» (2 P. 2:15). Su error: «... en el error de Balaam...» (Jud. v. 11). Su error fue su conclusión de que Dios terminaría maldiciendo a Israel a causa de sus muchos pecados. M.F. Unger escribe: «Era ignorante de la elección de Dios de Israel como nación y de la inmutabilidad de la decisión de Dios (Ro. 11:29) y de la preservación de la nación. No vio cómo Dios podía ser al mismo tiempo justo y el justificador por medio de la cruz del pecador que cree, a lo que apuntaba todos los rituales que se celebraban en el tabernáculo de Israel.» (Unger’s Bible Dictionary, pp. 133, 134.) Su doctrina: «... los que retienen la doctrina de Balaam ... a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación» (Ap. 2:14). Aunque este profeta impío falló en sus intentos de maldecir a Israel, tuvo mucho éxito con su astuta y depravada sugerencia de que el pueblo de Dios se mezclara con los moabitas. Antes de que todo terminara, este predicador pervertido causaría la muerte de 24.000 israelitas (Nm. 25:9). como resultado del castigo de Dios. Balaam fue más tarde asesinado por los soldados israelitas cuando invadieron la tierra (Nm. 31:8). Aunque Balaam no pudo lograr que Dios se apartara de Israel, sí consiguió que Israel se olvidara de Dios por un tiempo. El héroe de esta tragedia fue Finccs, el nieto de Aarón. Algunos con mucha imaginación han querido crear gran controversia con la discrepancia entre la cifra que da Moisés aquí (24.000) y el número que da Pablo más tarde en el Nuevo Testamento (23.000) (I Co. 10:8). Pero la solución parece ser bien simple: Moisés nos da la cifra completa, mientras que Pablo nos da el número de los que murieron el primer día.

 L. Un sacerdote patriota (Nm. 25). 
1. A pesar de su fracaso en maldecir a Israel, Balaam casi logró destruir aquella nación mediante el arreglo astuto de que las mujeres moabitas sedujeran a los hombres israelitas (Nm. 25:1; 31:16)
2. Finees, el piadoso sacerdote, nieto de Aarón. frenó la ira del Dios Todopoderoso mediante su drástica acción de ejecutar a una pareja especialmente desvergonzada, compuesta por un príncipe de la tribu de Simeón y una amante prostituta de Madián. A pesar de esto murieron 24.000 (25:7-18). A causa de su fidelidad y valor. Dios le prometió a Finees un pacto de paz (v. 12), y que de su familia saldría el sumo sacerdote de Israel, y dos hijos sacerdotes (aunque dos ya habían muerto a causa de un castigo divino por sus pecados). Estos fueron Bleazar e llamar. Finees era hijo de Kleazar. Por alguna razón ignorada el derecho del sumo sacerdocio pasó después de Eleazar a llamar en la persona de Eli (1 S. 1), que era descendiente de Itamar. Sin embargo, en los días de David volvió a la línea prometida aquí mediante Sadoc, que era un descendiente de Eleazar. (Véase I R. 1:8.) 




M. E1 segundo censo (Nm. 26). 
1. Se nos da aquí el total del segundo censo, esto es 601.730 (v. 5 1). Este censo, tomado treinta años después del primero (1:46), da 1.820 menos. 
2. Ninguno de los que habían participado en la rebelión de Cades, todos los individuos de veinte años para arriba, estaba vivo, excepto Moisés, Caleb y Josué (26:64, 65). 
3. La mayor merma del censo aparece en la tribu de Simeón (37.100) y el mayor aumento en la tribu de Manasés (20.500). 

N. Cinco hijas decididas (27:1-11). 
Zclofehad. un hombre de la tribu de Manasés, había muerto, dejando cinco hijas pero no hijos varones. Estas hijas apelan a Moisés y reciben el derecho de heredar la tierra que le correspondería a su padre cuando luego Palestina fuera dividida. 

Ñ. Un cambio en caudillos (27:12-23). 
1. Dios instruye a Moisés para que en ceremonia pública imponga sus manos sobre Josué delante de Eleazar, el sumo sacerdote, y del pueblo, transfiriendo así su autoridad sobre él. 
2. Así queda instalado Josué como el nuevo líder. Moisés mismo pronuncia el discurso de ordenación. 

O. La humillación de Madián (Nm. 31). 
1. La orden final que Dios da por medio de Moisés es la de juzgar y derrotar a Madián por su pecado de no permitir a Israel pasar por su tierra (25:6-18; 31:1, 2). 

2. Moisés lo lleva a cabo escogiendo mil soldados de cada una de las doce tribus de Israel (31:3-7). Los madianitas eran descendientes de Abraham a través de su esposa Cetura (Gn. 25:2). Hacía ahora cuarenta años que Moisés (un descendiente de Abraham por medio de Sara) se había casado con Sófora, una mujer madianita. Pero en estos años, esta tribu se había degenerado al punto de que ya no eran diferentes de otros muchos pueblos del desierto. Podemos observar un gran contraste en este punto, cuando comparamos el relato que aparece aquí con el que describe la gran tribulación. En el primero (Nm. 31), Dios envía 12.000 soldados israelitas para destruir a sus enemigos, pero en el segundo (Ap. 7) él enviará 144.000 predicadores israelitas para convertir a sus enemigos. 

P. Algunos soldados mundanos (Nm. 32). 
1. Los descendientes de Rubén, Gad y media tribu de Manasés fueron a Moisés y le pidieron permiso para quedarse en Galaad, una zona al este de Palestina, al otro lado del río Jordán.

2. Moisés concedió con tristeza el permiso solicitado a condición de que los hombres de guerra de esas tribus ayudaran a las demás tribus a derrotar a los cananeos. Estuvieron de acuerdo con las condiciones. 


Q. Un resumen de las etapas de Israel en el desierto (Nm33) 
En este capítulo Moisés hace una lista de todos los lugares donde acamparon desde Ramesés, en Egipto, hasta las llanuras de Moab. No hicieron menos de cuarenta y dos paradas, eso significa que se trasladaban a un nuevo lugar cada once meses durante cuarenta años. 

R. Las seis ciudades de refugio (Nm. 35). 
1. Estas ciudades fueron, en la parte oriental del Jordán: Beser, Ramot y Golán; y en la parte occidental (en la misma Palestina): Cedes, Siqucm y Quiriat-arba (Hebrón) (Nm. 35:10- 14: Dt. 4:43: Jos. 20:7-9). 2. Estas seis eran parte de las cuarenta y ocho ciudades que les fueron dadas a los levitas porque ellos no recibieron una parte en el reparto de la tierra como las demás tribus cuando fue dividida por Josué. 
3. Estas seis fueron establecidas como lugares de refugio para todos aquellos que mataran accidentalmente a otra persona, a fin de protegerse de la venganza de los familiares del muerto. 
4. El homicida se encontraba a salvo en estas ciudades de refugio mientras permaneciera en ellas, hasta el fallecimiento del sumo sacerdote, pudiendo entonces regresar a su casa con confianza (35:25-28)



LA ETAPA DEL EXODO IV.Israel desde el Sinaí a Cades-bernea Nm10;11 y 12;16

IV. Israel, desde el Sinaí a Cades-barnea (Nm. 10:11— 12:16). 
Esta era una distancia de unas 150 millas (unos 240 km). 

 A. En ruta hacia Cades (10:11— 12:16). 

1. Un cuñiado renuente. Moisés intenta conseguir los servicios de guía de su cuñado Hobab, pero él rechaza su oferta (10:29-32). 

2. La nube constante (10:34-36). «Y la nube de Jehová iba sobre ellos de día, desde que salieron del campamento. Cuando el arca se movía, Moisés decía: Levántate, oh Jehová, y sean dispersados tus enemigos, y huyan de tu presencia los que te aborrecen. Y cuando ella se detenía, decía: Vuelve, oh Jehová, a los millares de millares de Israel» (Nm. 10:34-36). La distancia entre el monte Sinaí y Cades es de menos de 200 millas (unos 240 km). Moisés registra en Números 33:16-36 como veinte paradas que hicieron entre estos dos lugares. El área del Sinaí está llena de montes y valles ásperos y arenosos. Pero su jomada diaria nunca fue demasiado larga o dificultosa porque «la nube de Jehová iba sobre ellos». 

3. La multitud que murmura (11:4-6). 
a. Una vez más el grupo inconverso de egipcios que les acompañaba provocó al pueblo para que se quejara, y esta vez fue a causa de los alimentos. Notemos sus palabras: «Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos; y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros ojos» (11:5, 6). 
b. Dios envía fuego para castigar esta rebelión. El pueblo clama a Moisés, quien de nuevo intercede por ellos y cesa la plaga. 

4. Un profeta enojado (11:10-15). 
a. Moisés llega a la conclusión de que Dios le ha dado una carga demasiado pesada al pedirle que dirija a Israel y solicita ayuda adicional. La desesperación llega a ser tan profunda que Moisés le pide a Dios que le libere de la carga o le quite la vida (v. 15). Elías también años más tarde le pediría a Dios algo similar en un momento de profundo desaliento (cp. 1 R. 19:4). Es trágico que Moisés, en su hora de gran necesidad, no reaccionó como lo hiciera el apóstol Pablo cuando enfrentaba también una carga insoportable. «Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia: porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo» (2 Co. 12:7-9)
b. Dios concedió esta lamentable petición quitando de Moisés algo del poder del Espíritu Santo y distribuyéndolo en parles iguales a los setenta ancianos hebreos escogidos para ayudarle (11:25). 102
(NUMEROS) 
c. Dos de estos hombres, Eldad y Medad, empezaron a profetizar (11:26-29). 

5. Las codornices mortíferas (11:31 -34). Para silenciar la constante queja del pueblo, el Señor envió una inmensa bandada de codornices sobre el campamento, volando muy bajo. Cazaron miles de estas aves y las comieron, pero con la carne envió Dios también una plaga (véase Sal. 106:15). 

6. La hermana que sufre (Nm. 12:1-15). 
a. Aarón y María criticaron a su hermano menor por dos motivos: 
(1) Por causa de su esposa. Podían estar refiriéndose a Séfora, pero es posible que ella ya hubiera muerto y que una mujer cusita fuera su segunda esposa. No se puede precisar por el texto si la crítica era debido a que fuera gentil o al color de su piel (si es que en realidad ella era de distinto color). En cualquier caso, el matrimonio no estaba en contra de la ley que solamente prohibía casarse con cananeas (Gn. 24:37). 
(2) A causa de su fuerte liderazgo. Cuán frecuentemente ha sido cometido este pecado desde entonces por diáconos y otros líderes en la iglesia local. Aarón y María conocerían muy pronto la verdad del Salmo 105:15: «No toquéis, dijo, a mis ungidos. Ni hagáis mal a mis profetas.» 
b. Dios los reprendió por sus críticas, diciéndoles que Moisés era un siervo muy especial para él. 
c. María, la originadora del problema, enferma repentinamente de lepra. Aarón ruega sea perdonada y pide a Moisés que interceda con Dios para que María sea restaurada. 
d. Moisés lo hace y después de un período de siete días es sanada y restaurada a la comunión del pueblo.