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LA ETAPA DEL EXODO IV.Israel desde el Sinaí a Cades-bernea Nm10;11 y 12;16

IV. Israel, desde el Sinaí a Cades-barnea (Nm. 10:11— 12:16). 
Esta era una distancia de unas 150 millas (unos 240 km). 

 A. En ruta hacia Cades (10:11— 12:16). 

1. Un cuñiado renuente. Moisés intenta conseguir los servicios de guía de su cuñado Hobab, pero él rechaza su oferta (10:29-32). 

2. La nube constante (10:34-36). «Y la nube de Jehová iba sobre ellos de día, desde que salieron del campamento. Cuando el arca se movía, Moisés decía: Levántate, oh Jehová, y sean dispersados tus enemigos, y huyan de tu presencia los que te aborrecen. Y cuando ella se detenía, decía: Vuelve, oh Jehová, a los millares de millares de Israel» (Nm. 10:34-36). La distancia entre el monte Sinaí y Cades es de menos de 200 millas (unos 240 km). Moisés registra en Números 33:16-36 como veinte paradas que hicieron entre estos dos lugares. El área del Sinaí está llena de montes y valles ásperos y arenosos. Pero su jomada diaria nunca fue demasiado larga o dificultosa porque «la nube de Jehová iba sobre ellos». 

3. La multitud que murmura (11:4-6). 
a. Una vez más el grupo inconverso de egipcios que les acompañaba provocó al pueblo para que se quejara, y esta vez fue a causa de los alimentos. Notemos sus palabras: «Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos; y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros ojos» (11:5, 6). 
b. Dios envía fuego para castigar esta rebelión. El pueblo clama a Moisés, quien de nuevo intercede por ellos y cesa la plaga. 

4. Un profeta enojado (11:10-15). 
a. Moisés llega a la conclusión de que Dios le ha dado una carga demasiado pesada al pedirle que dirija a Israel y solicita ayuda adicional. La desesperación llega a ser tan profunda que Moisés le pide a Dios que le libere de la carga o le quite la vida (v. 15). Elías también años más tarde le pediría a Dios algo similar en un momento de profundo desaliento (cp. 1 R. 19:4). Es trágico que Moisés, en su hora de gran necesidad, no reaccionó como lo hiciera el apóstol Pablo cuando enfrentaba también una carga insoportable. «Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia: porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo» (2 Co. 12:7-9)
b. Dios concedió esta lamentable petición quitando de Moisés algo del poder del Espíritu Santo y distribuyéndolo en parles iguales a los setenta ancianos hebreos escogidos para ayudarle (11:25). 102
(NUMEROS) 
c. Dos de estos hombres, Eldad y Medad, empezaron a profetizar (11:26-29). 

5. Las codornices mortíferas (11:31 -34). Para silenciar la constante queja del pueblo, el Señor envió una inmensa bandada de codornices sobre el campamento, volando muy bajo. Cazaron miles de estas aves y las comieron, pero con la carne envió Dios también una plaga (véase Sal. 106:15). 

6. La hermana que sufre (Nm. 12:1-15). 
a. Aarón y María criticaron a su hermano menor por dos motivos: 
(1) Por causa de su esposa. Podían estar refiriéndose a Séfora, pero es posible que ella ya hubiera muerto y que una mujer cusita fuera su segunda esposa. No se puede precisar por el texto si la crítica era debido a que fuera gentil o al color de su piel (si es que en realidad ella era de distinto color). En cualquier caso, el matrimonio no estaba en contra de la ley que solamente prohibía casarse con cananeas (Gn. 24:37). 
(2) A causa de su fuerte liderazgo. Cuán frecuentemente ha sido cometido este pecado desde entonces por diáconos y otros líderes en la iglesia local. Aarón y María conocerían muy pronto la verdad del Salmo 105:15: «No toquéis, dijo, a mis ungidos. Ni hagáis mal a mis profetas.» 
b. Dios los reprendió por sus críticas, diciéndoles que Moisés era un siervo muy especial para él. 
c. María, la originadora del problema, enferma repentinamente de lepra. Aarón ruega sea perdonada y pide a Moisés que interceda con Dios para que María sea restaurada. 
d. Moisés lo hace y después de un período de siete días es sanada y restaurada a la comunión del pueblo.