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LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA 31,32,33,34 y 35

 

LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA 31,32,33,34 y 35

Paso treinta y uno: de Capernaum a Jerusalén (Jn. 5:1-47) 

A. Milagro diecisiete: curación de un hombre que había sido inválido por treinta y ocho años (Jn. 5:8). 

1. Jesús le pregunta a un inválido si quiere ser sano. 

2. El hombre responde que sí. pero que él no puede meterse en un estanque de agua que cree que le sanaría. 

3. Jesús ignora su fe mal dirigida y le sana. 

4. Pronto le confrontan los fariseos a cau sa de que el milagro ha sido realizado en sábado. 

5. El Maestro se encuentra más tarde en el templo con el hombre sanado y le amonesta a que no peque más.

6. Los judíos siguen procurando matarle, no sólo por sus actividades en el día de reposo sino tam bién porque llamaba Padre a Dios. (Jn. 5:16-18). 

Quinto sermón: sobre el juicio y la resurrección (Jn. 5:19-47). 

1. Jesús declara que el Padre le ama y le instruye en sus acciones. 

2. A firma que el Padre le ha dado toda potestad de juzgar y que desea que los hombres honren al Hijo como hacen con el Padre. 

3. Promete vida eterna a todos los que creen en Él. 

4. Les asegura que un día serán levantados de entre los muertos por el Hijo. Notemos su declaración: «No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación» (Jn. 5:28, 29). Otros versículos de la Biblia nos aclaran que hay aquí dos resurrecciones diferentes, separadas entre sí por mil años. L a primera resurrección sucederá justo antes del milenio, e incluirá a todos los santos del Antiguo Testam ento y de la tribulación. La segunda tendrá lugar después del milenio, y consistirá de todos los inconversos que han existido. (Véanse Dn. 12:2 y Ap. 20 :5,6 , 11-15.) 

5. N uestro Señor señala que su deidad es afirmada por al menos cuatro testimonios verdaderos: 

a. El de Juan el Bautista. 

b. Sus propios milagros (diecisiete hasta la fecha). 

c. El Padre mismo (en su bautismo). 

d. El del A ntiguo T estam ento (especialm ente los escritos de Moisés). 

6. Con todo, señala tristemente que a pesar de ello la mayoría de Israel no le aceptaría. 

C. Quinta predicción: sobre la futura resurrección (Jn. 5:28,29). 1. Los que hicieron el bien, saldrán a resurrección de vida. 

2. L os que hicieron el mal, saldrán a resurrección de condenación. 


Paso treinta y dos: de Jerusalén a Nazaret (segunda visita) (Mt. 13:53-58: Mr. 6:1-6) 

A. Predica allí pero viene a ser motivo de preocupación para sus hermanos. 

B. Contristeza menciona que no hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa, al escuchar a la gente decir: 

1. «¿No es éste el hijo del carpintero?» 

2. « ¿No se llama su ma re María, y sus hermanos, Jacobo , José, Sim ón, y Judas?» 

3. «¿No están todas sus hermanas con nosotros?» 

C. No hizo muchos milagros allí a causa de la incredulidad de aquella gente. 


Paso treinta y tres: de Nazaret a su tercera gira de predicación por Galilea (Mateo 9:35— 10:1, 5-16, 24-33, 37— 11:1; 14:1-33; Mr. 6:6-29; Lc. 9:1-9) 

A. Comparte con sus discípulos la carga de su corazón por los perdidos (M t. 9:36-38). 

1. Les habla de la abundancia de la m ies y de la escasez de obreros. 

2. L es anim a a rogar al Padre a que envíe obreros a la mies. 

B. Sexto sermón: a los doce que había comisionado (M t. 10:5-16, 24-33, 37-42; Lc. 9:3-5; Mr. 6 :8 -1 1).  

1Les confirm a que su campo de trabajo es sólo el pueblo de Israel. 

2. Su ministerio sería múltiple. Tenían que: 

a. Predicar que el reino de los cielos se había acercado y que debían arrepentirse (M r. 6:12). 

b. Sanar a los enfermos. 

c. Limpiar a los leprosos. 

d. Levantar a los muertos. 

e. Echar demonios. 

3. Debían hacer todo esto sin esperar paga, pero serían atendidos en su necesidad de comida y vestido por aquellos a quienes ministraran. 

4. Debían posar solamente en los hogares de aquellos que amaran a Dios. 

5. Tenían que sacudirse el polvo de los pies mientras abandonaban cualquier ciudad que hubiera rechazado el mensaje. 

6. Serían frecuentemente como ovejas en medio de lobos; les recomendaba, pues, ser sencillos como palo ­ mas y prudentes como serpientes. 

7. Debían esperar persecución, pero podían alentarse por el hecho de que el Padre tenía incluso contados to ­ dos sus cabellos. 

8. Tenían que confesar a Cristo delante de los hombres a fin de que Él les confesara a ellos un d ía delante del Padre. 

9. Debían ponerle siempre a él primero y llevar su propia cruz. 

10. Serían tratados com o profetas por algunos que un día com partirían su galardón .

C.  Después de darles instrucciones y enviarles en parejas. Él se va solo a predicar (M t. 11:1). . 

D. Le inform an de la muerte de Juan el Bautista, y se aparta con los doce a un lugar desierto (M t. 14:1-13; Mr. 6:14-29; Le. 9:7-9). 

1. Herodes había encarcelad o a Juan por su fuerte de ­ nuncia del matrimonio ilegítimo del rey con Herodías, la exesposa de su hermano Felipe. 

2. Herodías estaba resentida y demandó la ejecución de Juan, pero Herodes le tenía respeto e incluso estuvo interesado en su mensaje por un tiempo. 

3. Sin em bargo, Herodías, ayudada por la atracción de la danza de su hermosa hija y por la n aturaleza sensual del rey, exigió y con siguió la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja. 

4. Herodes, turbado y perplejo, llegó más tarde a pensar que Jesús era en realidad Juan el Bautista resucitado. 

5. Así es como el más grande profeta del Nuevo Testamento salió del escenario terrenal. Jesús ya había comentado anteriormente acerca de la grandeza de este hombre. (Véase M t. 11:1-11.) Una de las últimas declaraciones que tenemos acerca de Juan nos revela que este audaz profeta era también un hombre poderoso en la oración. Leemos acerca de los discípulos de Jesús que se le acercaron y le dijeron: «Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos» (Le. 11:1)

Paso treinta y cuatro: de su tercer viaje de predicación por Galilea a un desierto cerca de Betsaida (Mt. 14:13-23; Mr. 6:30-47; Le. 9:10-17; Jn. 6:1-18) 

A. Jesús se retira con sus d iscípulos p ara un descanso bien ganado, pero pronto es reconocido y rodeado p o r la m ultitud siem pre presente. 

B. Tuvo compasión de ellos y sanó m uchos enfermos, enseñándoles también acerca del reino de Dios. 

C . Milagro dieciocho: alimentación de 5.000 hombres y sus familias (M t. 14:19; M r. 6:41; Lc. 9:16; Jn. 6:11). 

1. Jesús prueba a Felipe preguntándole cómo podrían alimentar a aquella multitud. Felipe lo considera imposible. 

2. Andrés encuentra a un muchacho que tiene escasamente cinco panes de cebada y dos pececillos, pero él también opina como Felipe. 

3. Los doce se ponen finalmente de acuerdo en que lo mejor es despedirle en la esperanza de que ellos encuentren de comer en los pueblos cercanos. 

4. Jesús, por el contrario, ordena que la multitud se siente por grupos de cincuenta. 

5. Toma después el almuerzo del jovencito , lo bendice y lo reparte, alcanzando para dar de com er a todos. 

6. M ás larde los discípulos llenan doce cestas con las sobras. En realidad se dio de comer com o a 15.000 personas, porque los 5.000 mencionados eran sólo los hombres. Habría ta bién, sin duda, varios cientos de mujeres y niños presentes. Este es uno de los dos únicos m ilagros que aparecen en los cuatro evangelios. El otro es la restauración de una oreja cortada en el jard ín de Getsamaní. 

Quinta oración: en un monte cerca del mar después de alimentar a los 

5 .0 0 0 (M t. 14:23; Mr. 6:46; Jn. 6:15). 

1. Cristo se da cuenta de que los 5.000 hombres alimentados se hallan tan impresionados que planean forzarle a que sea su rey. 

2. Por tanto, ordena a los discípulos que se  archen sin él y se retira a un monte a orar. 


Paso treinta y cinco: del desierto de Betsaida al llano de Genesaret ^ ¡Mt. 14:24-36; Mr. 6:48-56; Jn. 6:19-21) 

A . Milagro diecinueve: Jesús camina sobre el mar (M t. 14:25; M r. 6:48; Jn. 6:19). 

1. Cristo observa que sus discípulos tienen dificultades en medio del lago, y va a su encuentro caminando sobre el agua. 

2. Ellos se turbaron al verle, pero Él los tranquiliza y accede a la petición de Pedro de ir a su encuentro caminando también. 

3. Pedro aparta su m irada de Jesús después de dar unos pasos sobre el agua, y el Maestro tiene que rescatarlo de perecer ahogado. 

a. Pedro: «¡Señor, sálvame!» (M t. 14:30). (La oración más breve de la Biblia.) 

b. Jesús: «¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?» 

4. Jesús y Pedro suben abordo. Los demás le adoraron, diciendo: «Verdaderamente eres Hijo de Dios.» 

B. Desembarcan en Genesaret y entran en los pueblitos cercanos, sanando Jesús a muchos.




FIN   D E L    S E G U N D O  A Ñ O

LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA: 15,16,17,18 y 19

 Paso quince: de Capernaum a Jerusalén (Jn. 2:13—3:2!) 

A. Jesús participa de la Pascua y visita el templo. Se requería que todos los varones subieran a Jerusalén tres veces al año, en el tiempo de las fiestas de la Pascua , Pentecostés y los tabernáculos. 

B. Lleva a cabo suprimera limpieza del templo al echar de allí a los materializados vendedores y cambistas. Lo volvería a hacer otra vez al final de su ministerio. (Cp. Jn. 2:15 con M t. 21:12.) 

C. Cumplimiento número once de las profecías del Antiguo Testamento: que sería celoso de las cosas del Padre. (Cp. Sal. 69:9: 119:139 con Jn. 2:13-17.) Notemos la declaración: «El celo de tu casa me consume» (Jn. 2:17). Está tomada del Salmo 69, que es uno de los seis salmos m ás citados en el Nuevo Testamento. (Los otros son los Salmos 2, 22, 89, 110 y 118.) 

D. Los judíos le demandaron una señal que justificara lo que había hecho. 

E. Segunda predicción: concerniente a su muerte y resurrección (Jn. 2:19-22). 

1. Les dice que su templo sería destruido.

2. El lo levantaría después en tres días. 

3. Los judíos pensaban que él se refería al templo de Herodes, que tomó cuarenta y seis años edificarlo. Posteriormente usaron esta declaración retorciéndola fuera de su contexto durante el juicio contra Jesús, incluso mientras estaba en la cruz. (V éanse M t. 26:61: 27:40; Mr. 15:29.) 

4. Él estaba, por supuesto, refiriéndose a su cuerpo. (Véanse 1 Co. 3:16; 6:19; 2 Co. 6:16.) Los judíos debieron saberlo, pues Jesús usó aquí dos palabras diferentes. Usó el término hieron para referirse al templo de Herodes y la palabra naos cuando hablaba de su cuerpo. 

5. Sus discípulos recordaron esta conversación después de la resu rrecció n (Le. 24:8). 

6. El gentío voluble em pezó a seguirle después de su milagro en Caná y de su demostración de fuerza en el templo, pero Él los evitó, plenamente consciente de los motivos carnales que los inducían. (C p. Jn. 2:24, 25 con M t. 9:4; Mr. 2:8; Jn. 6:64.) F. Nicodemo va a Jesús de noche (Jn. 3:1-21). 

1. A unque este hombre era un líder y maestro religioso necesitaba nacer de nuevo. Notemos la pregunta de Jesús en 3:10: «¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?» F,n griego se usa el artículo definido y significa: «¿Eres tú el maestro de Israel?» Nicodemo pudo haber sido el m aestro más famoso en aquellos días. 

2. Jesús ilustra la necesidad de su visitante refiriéndose a Moisés y a la serpiente de bronce. (Cp. Jn. 3:14 con N rn. 21:9.) En esta ocasión que relata el A ntiguo Testam en to , Dios había en viad o serpientes venenosas para castigar las rebelion es de Israel. El pueblo se arrepintió y el Señor proveyó de un remedio. Colocaron una serpiente de m etal sobre un poste de m adera de manera que todos la vieran. Cualquiera que fuera mordido sólo necesitab a mirar a la serpiente para ser sanado. Podemos parafrasear de la siguiente manera lo que Jesús le estaba diciendo a Nicodemo: «Nicodemo: a semejanza de aquellos israelitas, tú has sido mordido por una serpiente: la serpiente del pecado. Es una mordedura incurable y fatal. Pero Dios pronto va a levantar una cruz a las afueras de Jerusalén y sobre ella va a poner a un Salvador.» Podemos d ecir que no es posible percibir completamente el más famoso versículo de la Biblia, Juan 3:16. a menos que tenga uno algo de conocimiento sobre su trasfondo, que en contramos en Juan 3:14: «Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado.» 

3. Jesús le habla a Nicodemo del gran amor de Dios por el m undo (Jn. 3:16). 

4. Podemos formular varias preguntas aquí: 

a. ¿Porqué vino de noche? No lo sabemos, y no es justo que le tachemos de cobarde. Quizá la actividad diaria de ambos hombres lo requería así. 

b. ¿Qué sabía Nicodemo acerca de Jesús? Sabía que venía de Dios a causa de sus milagros sobrenaturales. (C p. Jn. 3:2 con 20:30. 31.) 

c. ¿Qué quiso decir Jesús mediante la expresión «el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios» (Jn. 3:5)? Veamos las cuatro explicaciones que se han sugerido. 

(1) Se refería a la regeneración bautismal. Esta opinión queda, por supuesto, com pletamente refutada por otros pasajes bíblicos. (Véanse Ef. 2:8, 9; 1 Co.1:17; Ro. 5:1.) 

(2) Se refería al saco de agua que acompaña alnacimiento físico para contrastar así el nacim iento físico con el espiritual. Estaba diciendo que lo que se requería para poder vivir en este mundo era tener un nacimiento físico, y de igual manera, el requerimiento para poder vivir un día en el cielo es tener un nacimiento espiritual. A quellos que sostienen este pun ­to de vista señalan a Juan 3:6, donde creen que Jesús clarifica su posición. 

(3) Se refería al bautismo de arrepentimiento de Juan en el Jordán, el cual los fariseos habían rechazado. (C p. Le. 3:3 con 7:30.) 

(4) Se refería a la Palabra de Dios (el agua) y al Espíritu de Dios (Espíritu), sin los cuales el hom bre no puede jamás salvarse. (Véanse Jn. 16:8-11; Ro. 11:6-15.) Los que abogan por esta interpretación señalan que el agua en la Biblia es frecuentemente el símbolo reconocido de,-la Palabra de Dios. (Véanse Sal. 119:9; Jn. 4:14; Ef. 5:25. 26; Tit. 3:5.) d. ¿Aceptó Nicodemo a 

Cristo? Hay fuerte eviden­cia de que sí lo hizo, aunque él no fue aparentemente el mejor discípulo en dar testimonio verbal de Cristo. (V éanse Jn. 7:50; 19:39.) 

5. Tercera predicción : concerniente a su muerte (Jn. 3:14). 


6. En 3 :13 Jesús dice: «Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hom bre, que está en el cielo.» ¿Cómo podemos reconciliar esta declaración con aquella que describe la marcha al cielo de Elias, donde se nos dice: « ... y Elias subió al cielo en un torbellino» (2 R. 2:11)? Se ha sugerido que Jesús estaba hablando del tercer cielo de 2 C orintios 12:2, mientras que el cielo al cual Elias fue arrebatado era el paraíso (o seno de A braham ), el cual, antes de la cruz, se creía que e staba ubicado en el corazón de la tierra.


Paso dieciséis: de Jerusalén al río Jordán (Jn. 3:22-26) 

A. Jesús bautiza en el río Jordán. 

B. Juan el Bautista da un fiel testimonio acerca de Cristo a sus propios discípulos.


Paso diecisiete: del río Jordán a Sicaren Samaria [Mt. 4:12; Le. 3:19, 20; Jn. 4:1-42) 

A. Juan el Bautista es encarcelado por denunciar el matrimonio ilegal de Herodes (M t. 4:12; Le. 3:19, 20: Mr. 1:14). 

B. Jesús se da cuenta de que los fariseos le están metiendo en una competencia bautismal con Juan el Bautista, de manera que se va de Judea a Galilea (Jn. 4:1-3). 

C . Durante una parada en el camino, Jesús tiene oportunidad de dartestimonio y ganar a una m ujer samaritana inmoral (Jn. 4:4-42) 

1. L e pide que le dé de beber del agua del pozo que Jacob dio a su hijo José, y ella le recuerd a inmediatamente que hay un grave preblema racial. (C p. Jn. 4:9 con 2 R. 17:24; Esd. 4:3: Le. 9:52.) 

2. El no hace caso de “sus burlas y la ofrece agua viva. (C p. Jn. 4 :10 con Is. 12:3; A p. 22:17.) 

3. Ella le pregunta si él es mayor que el patriarca Jacob. 

4. Jesús de nuevo pasa por alto sus bruscas palabras y por segunda vez le ofrece el agua viva. 

5. Cuando ella le pregunta por esta agua viva, él le recuerda amablemente su pasado pecam inoso, mencionándole sus cinco anteriores matrimonios y señalándole que al presente vive en adulterio con su sexto marido. 

6. En un intento desesperado por evitar este doloroso asunto, ella le hace una pregunta teológica en relación al lugar donde se debe adorar, si en Jerusalén o en el monte Gerizín en Samaría. 

7. Jesús le responde diciendo que Dios es Espíritu, y los que le adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad. 

8. Jesús le revela que él es el Mesías (4:26). (V éanse también Jn. 9:37; Mr. 14:61, 62.) 

9. Los discípulos regresan de comprar alimentos, y Jesús les instruye sobre cómo ganar almas. (C p. 4:35 con M t. 9:37.) 

10. L a mujer vuelve trayendo a un grupo de samaritanos para que escuchen a Cristo, y m uchos de ellos creen en él. 

D. Este pasaje contiene uno d e los más grandes ejemplos de ganar almas en toda la B iblia. 

Notemos unos pocos de sus puntos prácticos: 

1. Jesús rehusó discutir con la mujer. 

2. Evitó quedar enredado en conceptos teológicos en disputa. 

3. Nunca intimidó a la mujer, aunque era una gran pecadora. 

4. Insistió en hablar del agua viva, que era el asunto (el único) que de verdad interesaba. 

5. Concluyó dirigiéndola hacia Él (4:26). 

6. El cristiano tiene sólo que levantar los ojos para ver la abundante cosecha de almas perdidas que hay a su alrededor. 

7. Los cristianos a veces siembran semillas que otros cosecharán, de la misma manera en que a veces cosechan lo que otros sembraron. Dios es el único que da el crecimiento. (V éase 1 C o. 3:5-9.)


Paso dieciocho: de Sicar a Caná (Jn. 4:43-54) 

A. Jesús entra en Galilea, pero pasa de largo por su ciudad de Nazaret y prosigue hacia Caná porque «el profeta no tiene honra en su propia tierra» (Jn. 4:44). 

B. Sele acercó un funcionario del rey procedente de Capernaum que deseaba que sanara a su hijo moribundo. 

C. Segundo milagro: sanidad del hijo del funcionario real (Jn. 4:50). 

1. Jesús le envía a casa con la prom esa de que encontrará a su hijo curado. 

2. Al llegar a casa encuentra que es cierto. Él y toda su familia aceptan a Cristo.


Paso diecinueve: de Caná a Nazaret (Le. 4:16-30) 

A. Le piden que lea las Escrituras en la sinagoga de su pueblo. 

B. Abre la Escritura en Isaías 61 :1 ,2 , donde el profeta predice que el Espíritu Santo ungiría al futuro Mesías a fin de hacer cosas m aravillosas. 

1. Predicaría buenas nuevas a los pobres. 

2. Sanaría a los quebrantados de corazón. 

3. Pregonaría libertad a los cautivos. 

4. Restauraría la vista a los ciegos. 

5. Daría libertad a los oprimidos. 

6. Proclamaría el año agradable del Señor. 


C. Primer sermón : basado en Isaías 61 ; predicado en p v '" ] Nazaret (Le. 4:16-30). Nota: Jesús paró la lectura en las L -v - J palabras «el año agradable del Señor», y no leyó la frase siguiente en Isaías 61:2, que dice: «Y el día de veng an za del D ios nuestro .» L o hizo así porqu e «el año agradable» corresponde a su Prim era Venida, y el «día de venganza» tiene que ver con su Sgunda Venida. 

D. Jesús se identifica a sí mismo como el Mesías prometido en Isaías 61. 

E. Cumplimiento número doce de las profecías del Antiguo Testamento: que sería lleno del 

Espíritu de Dios. (Cp. Is. 11:2; 61:1, 2; Sal. 45:7 con Lucas 4:18, 19.) 

F. Hace referencia a Elias y a Naamán en un intento de convencer a sus paisanos de su incredulidad.  

1. Había muchas viudas judías en necesidad en los días de Elias, pero Dios sólo alimentó a una, la viuda de Sarepta de Sidón (1 R. 17:9-16). 

2. Habia muchos judíos leprosos en los días de Elíseo, pero Dios sólo sanó a uno, a Naamán el sirio (2 R. 5:14). 

G. Los judíos se llenan de ira al escuchar esto e intentan realm ente matarle, pero «él pasó por en m edio de ellos, y se fue» (Le. 4:30). Esta es la prim era de muchas o casiones en las que los judíos intentaron matarle. (Véanse Jn. 5:16; 7:30: 8:40, 59: Le. 11:53, 54.) Una de las razones de su odio ciego fue esta ilustración de fe de dos gentiles. Los judíos miraban a los gentiles como perros y cerdos. Esta es la primera de dos visitas de Jesús a Nazaret que tenemos registrad as. (Para la o tra visita véanse M t. 13:54-58; M r. 6:1-6.)