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LA ETAPA DEL EXODO VII Israel en el lado oriental del rio Jordan Deuteronomio

VII Israel en el lado oriental del río Jordán (Deuteronomio). 

En la ribera del Jordán Moisés dirigió tres discursos a Israel, presentó un desafío a Josué, pronunció una bendición sobre cada una de las tribus, compuso un cántico y partió para el cielo. A. Sus tres sermones. 



Primer sermón (Dt. 1—4). 

1. Habla acerca de la grandeza del Dios que habían conocido en el monte Sinaí (4:10-19. 32, 33). 

2. Repasa las trágicas consecuencias de su pecado en Cades-bamea (1:27). Un viaje que debió haberles tomado solamente once días (desde el Sinaí a Canaán) les ocupó en realidad treinta y ocho años (1:2). 

3. Les recuerda su propio pecado que le privó de entrar en la tierra prometida (3:23-27; 4:21.22). (Véase también 31:1.) 

4. Insta a Israel para que animen a Josué (1:38; 3:28). (Véase también 31:7, 8, 23.) 

5. Establece en la parte oriental las tres ciudades de refugio (4:41-43). 


Segundo sermón (5—26). 

6. Son repetidos los Diez Mandamientos (5:7- 2 1 ). 

7. Les advierte sobre las consecuencias de las de la inmoralidad (23:17), hacer pactos (7:1-5) y las prácticas paganas de adivinación y hechicería (18:9-14). 

8. Moisés hace una descripción de Canaán (8:7, 8). 

9. Repasa su experiencia personal con Dios cuando estuvo con él en el monte Sinaí (9:9-21). 

10. Les recuerda sus obligaciones financieras para con Dios (26). 

11. Les da leyes en relación con la vestimenta (22:5), el divorcio (24:1-4), derechos de las mujeres (21:10-17: 22:13-20), y la guerra (20). 

12. Les resume el propósito y el plan general de Dios para aquella generación de israelitas: «Y nos sacó de allá (Egipto), para traernos y darnos la tierra que juró a nuestros padres [Canaán] ...» (6:23). 


Tercer sermón (27—30). 

13. Ordena a los levitas que lean desde dos montes las bendiciones y los juicios (las maldiciones) de la ley cuando Israel entre en la tierra prometida. Tenían que leer las bendiciones desde el monte Gerizim y las maldiciones desde el monte Ebal (11:26-29; 27:1-14). Las bendiciones específicas se citan en 28:1-14, y las maldiciones en 27:15-26; 28:15-68. 

14. Deuteronomio 28—30 registra en siete partes los elementos del pacto palestino. 

a. Israel sería dispersado por desobediencia (28:36; 49—53, 63—68; 30:1). Esto abarca los cautiverios en Asiria y Babilonia y la dominación romana, además de las aflicciones sufridas por Israel en los pasados veinte siglos. Parece como si Moisés hubiera tenido en mente los ejércitos de Hitler cuando escribió 28:64-67. Durante este tiempo Israel sería motivo de refrán (28:37). y sería la cola y no la cabeza (cp. 28:13 con 28:44). 

b. Israel se arrepentiría mientras estuviera en la dispersión (30:2). 

c. El retorno de Cristo tendrá lugar (30:3). 

d. Israel será restaurado a su tierra (30:5). 

e. La nación recibirá un nuevo corazón (30:6). 

f. Los opresores de Israel serán juzgados (30:7). 

g. La nación experimentará prosperidad (30:9).

 15. Moisés da a elegir a su generación entre la bendición y el juicio de Dios (30:15-20). Durante sus tres sermones habla acerca de los siguientes grandes temas teológicos: 

a. La fidelidad de Dios (2:7: 4:33-38: 7:6-8: 8:3, 4: 9:4-6: 29:5.6:32:9-14). 

b. La Palabra de Dios (4:1,2. 7. 9: 11:18-21: 30:11-14). 

c. La persona de Dios (6:4. 5; 7:9; 32:39). 

d. El amor de Dios (7:13). e. La gloria de Dios (4:39; 10:17, 18). 

f. La gracia de Dios (7:6-9; 9:4-6). 

g. La venida del gran Profeta de Dios (18:15- 20). 

h. La voluntad de Dios (10:12-16). i. Los reyes de Dios (17:14-20). 

j. El Israel de Dios (4:25-31; 11:16, 17). 

B. Presenta un desafío ante Josué (31). Véanse especialmente 31:7, 8. 14, 23. 

C. Su cántico. Véanse 31:19-22. 30: 32:1-47. En este tiempo es cuando Moisés también completa el Pentateuco (los cinco primeros libros de la Biblia). (Véanse 31:9. 24.) 

D. Sus bendiciones individuales sobre las tribus (33) 

E. Su partida al cielo (31:2,14— 18; 32:48-52; 43:1-12

LA ETAPA DEL EXODO I. Israel, esclavizado en Egipto (Ex. 1:1— 12:36).

LA ETAPA DEL ÉXODO 
I. Israel, esclavizado en Egipto (Ex. 1:1— 12:36). 

A. El pueblo de Dios. 
1. Después de la muerte de José se levantó un nuevo rey en Egipto «que no conocía a José» ( 1:8). 
2. Este rey persiguió cruelmente a Israel, esclavizándolo, y ordenando que se matara a todos los niños varones hebreos (1:10-16). 

B. La gracia de Dios. 
«Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham. Isaac y Jacob. Y miró Dios a los hijos de Israel y los reconoció Dios» (2:24, 25). 

C. El hombre de Dios. 
1. El príncipe de Egipto. 
a. Moisés nace de padres piadosos, es ocultado por tres meses, y luego le dejan flotando en el río Nilo en una canastilla de juncos (2:3). 
b. Es descubierto por la hija de Faraón y. mediante el consejo de María (la hermana de Moisés que lo estaba observando todo), aseguró que la propia madre sirviera de nodriza (2:8, 9). 
c. Moisés creció en el palacio de Faraón, pero a la edad de cuarenta años huyó de Egipto, a causa de:
 (1) Se involucró en un homicidio. Mató a un egipcio que golpeaba a un esclavo hebreo (2:12). 
 (2) Debido a su esperanza en el Mesías (He. 11:24-26). «Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado.» 

2. El pastor de Madián. 
a. Moisés encuentra refugio en Madián y se casa con Séfora, la hija de Jetro, y vive allí trabajando como pastor por casi cuarenta años (2:21). 
b. Moisés recibe desde una zarza que ardía su llamamiento divino a liberar a Israel (3:1-10). El llamamiento fue: «No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es» (3:5). Nota: Se le dijo a Moisés que se quitara sus zapatos en este momento, porque estaba en un lugar santo. Y así lo hizo. Pero debemos observar que más tarde se los puso otra vez. Muchas veces los cristianos oyen a Dios hablarles en relación con un servicio especial para él. Se quitan quizá sus zapatos espirituales en el altar de algún templo, pero después no hacen nada respecto al llamamiento. Dios necesita hoy creyentes que se quiten sus zapatos y después se los vuelvan a poner. La experiencia de adoración debe ser seguida de una experiencia de servicio. 
c. Se resistió al llamamiento mencionando cinco excusas débiles por las que él no podía cumplir el mandamiento de Dios:
 (1) No tengo capacidad (3:11). 
 (2) No tengo mensaje (3:13). 
 (3) No tengo autoridad (4:1). 
 (4) No tengo elocuencia (4:10). 
 (5) No tengo inclinación (4:13). 
d. Dios responde a todas estas excusas de Moisés tal como lo hace hoy a todos aquellos a quienes llama a su servicio. Nos dice: 
(1) La objeción de «no tengo capacidad» es contestada mediante Filipenses 4:13. 
(2) La objeción de «no tengo mensaje» es respondida mediante 1 Corintios 15:3,4. 
(3) La objeción de «no tengo autoridad» se contesta mediante Mateo 28:18-20. 
(4) La objeción de «no tengo elocuencia» es respondida mediante Filipenses 2:13
(5) La objeción de «no tengo inclinación» se contesta mediante Filipenses 2:13. 
e. Dios responde a toda la argumentación de Moisés y le da una doble demostración de su poder (4:2-7). (1) Su vara de pastor se transforma temporalmente en una serpiente. 
(2) Su mano derecha queda temporalmente leprosa. 
f. Dios, en un acto de su gracia, le permite a Moisés llevar a Aarón, su hermano mayor, con él (4:14, 15). 
g. Moisés había descuidado negligentemente el circuncidar a su propio hijo Gersón, lo que había sido un serio desatino de su parte. Séfora actuó decididamente en el último minuto y salvó a Moisés del juicio divino (4:24-26). 

D. El enemigo de Dios.
1. Faraón no solamente rehúsa dejar en libertad a Israel, sino que añade más trabajo sobre los hebreos, obligándoles a que recojan ellos la paja para hacer los ladrillos (5:1-9). 
2. El trato que Faraón les da provoca que los líderes de Israel se enojen con Moisés, quien se queja a Dios, el cual le reconfirma en su propósito (5:20—6:8). 

E. Las plagas de Dios. 
1. Moisés (ahora de ochenta años) y Aarón (de ochenta y tres) llevan a cabo su primer milagro contra Faraón, haciendo que una vara se transforme en culebra (7:10). 

2. Janes y Jambres. los magos de Faraón (véase 2 Ti. 3:8), son capaces de realizar el mismo milagro, pero la culebra de Moisés devoró a las culebras de ellos (7:12). 

3. Moisés entonces desata sobre Egipto las diez plagas.
a. Primera plaga: el agua se transforma en sangre (7:20). 
b. Segunda plaga: la invasión de ranas (8:6). 
c. Tercera plaga: los piojos (8:17). 
d. Cuarta plaga: las moscas (8:24). 
e. Quinta plaga: la enfermedad del ganado (9:6). 
f. Sexta plaga: sarpullido (9:10). 
g. Séptima plaga: granizo mezclado con fuego (9:24). 
h. Octava plaga: la langosta (10:13). 
i. Novena plaga: tres días de oscuridad ( 10:22). 
j. Décima plaga: la muerte de los primogénitos (12:29). 

4. Faraón le propone a Moisés algunos arreglos durante estas plagas, pero todos son rechazados. 
a. Primer arreglo: no os vayáis. ofreced sacrificios a vuestro Dios aquí (8:25). 
b. Segundo arreglo: iros, pero no os vayáis muy lejos (8:28). c. Tercer arreglo: marcharos, pero dejad a vuestros niños aquí (10:10). 
d. Cuarto arreglo: id y servid a Jehová vuestro Dios, solamente que queden aquí vuestras ovejas y vacas (10:24). 
5. El corazón de Faraón es endurecido como once veces durante este tiempo. Notamos que al menos en siete ocasiones se nos dice en el libro de Éxodo que Dios endureció el corazón de Faraón (véanse 4:21; 7:3; 9:12; 10:1, 20, 27; 11:10). ¿Cómo podemos entender esto? Una respuesta parcial (y sólo parcial) podemos encontrarla en las siguientes observaciones: la manera en que un objeto dado reaccionará cuando es confrontado por una influencia exterior depende completamente de la naturaleza de tal objeto. Por ejemplo: imaginemos un escenario de invierno, donde se ve un río congelado, y en una de sus márgenes un banco de arcilla amarilla. De pronto el sol aparece por entre las nubes y empieza a brillar y a calentar con fuerza sobre el río y sus márgenes. ¿Qué va a ocurrir inmediatamente después? La reacción va a ser que el hielo se va a derretir, pero la arcilla se va a endurecer. Esta analogía nos permite inferir que. de igual manera, una influencia exterior y celestial va a suavizar un objeto pero va a endurecer el otro. Además, debemos señalar que en cuatro ocasiones se nos dice que Faraón endureció su propio corazón. (Véanse Ex. 7:22; 8:15, 19; 9:35.) 

F. La salvación de Dios (Ex. 11— 12).


Resumamos brevemente en este punto tanto la naturaleza como el propósito de estas plagas. 
1. La naturaleza de las plagas: 
a. Las aguas del río Nilo se convirtieron en sangre (7:20). Algunos han visto esta plaga como el resultado de un evento natural, tal como la contaminación del Nilo por exceso de barro rojo o por el incremento repentino de cierta bacteria microscópica. Pero es dudoso que tales accidentes naturales hubieran impresionado en lo más mínimo a Faraón que observaba. 
b. La invasión de ranas (8:2). El doctor John David cita a Harry Riminer, quien escribe: «A semejanza de una manta de viscosa porquería, aquellas húmedas monstruosidades cubrían la tierra, hasta que los hombres se enfermaron del horrible crujido que producía aquel pavimento que estaban obligados a pisar. Si el pie de un hombre resbalaba en aquella masa grasienta y putrefacta, y buscaba limpiarse en el río. el agua estaba tan llena de ranas que le era imposible lavarse allí.» (Mases and the Gods o f Egypt, p. 101.) 
c. Los piojos (8:16). Algunos eruditos del hebreo creen que «insectos» o «mosquitos» es aquí una traducción más fiel. Los pequeños insectos han sido siempre un problema en Egipto. Muchas cosas fueron ideadas por los antiguos egipcios con el fin de protegerse de ellos (tales como aquellos ahuyenta mosquitos en forma de grandes abanicos, compuestos de una caña larga y plumas de avestruz, que utilizaban los siervos para alejar dichos insectos de la cara de los reyes y nobles. Los suelos y paredes eran frecuentemente lavados con una solución de agua y sosa. 
d. Los enjambres de moscas (8:24). Esta pudo haber sido un tipo de mosca grande que chupa la sangre de los perros. 
e. La morriña del ganado (9:3). Esta plaga tuvo, sin duda, graves consecuencias económicas y religiosas sobre los egipcios. Se dependía mucho de los bueyes para las labores pesadas de la agricultura, y los camellos, caballos y asnas se usaban mucho pitra la transportación. El ganado no sólo proveía leche, sino que los toros eran uno de los objetos más sagrados en los servicios de adoración de la tierra. 
f. El sarpullido que produjo úlceras (9:10). La lengua hebrea indica que era un tipo de úlcera abierta, enconada, que supuraba, y que era quizá de tipo leproso. 
g. El granizo mezclado con fuego (9:24). Aquellas severas tormentas de granizo estuvieron posiblemente acompañadas con abundancia de relámpagos y rayos que prendió fuego a los campos de Egipto, ya muy dañados por el granizo. A causa de las seis primeras plagas, algunos egipcios creyeron aparentemente la Palabra de Dios y protegieron a sus ganados y criados, retirándolos de los campos (9:20). 
h. La invasión de langostas (10:13). Una langosta es capaz, de comer diariamente tanto como su propio peso, y una nube de langostas de un kilómetro cuadrado puede estar compuesta de varias docenas de millones de estas criaturas. Hay información de enjambres de estos insectos que ocuparon áreas de varios cientos de kilómetros cuadrados, y una plaga de ese tamaño bien puede contar con miles de millones de langostas. 
i. Los tres días de oscuridad (10:22). Esta plaga fue seguramente la que más pavor causó de todas las que anteriormente habían caído. La oscuridad era am grande que se podía realmente sentir. Durante setenta y dos agonizantes horas, aquella aterrorizante negrura privó a sus víctimas de alimento, agua y de la menor libertad de movimiento. Más de una persona debió haber enloquecido a causa de esta terrible tortura. 
j. La visitación del ángel de la muerte (12:29). Dios instruye a Israel para que se prepare para la primera Pascua. Tenían que elegir un cordero macho sin defecto, de un año de edad, por cada familia, en el diez del mes de abril. Tenían que matar al animal el día catorce del mes. La sangre tenían que conservarla en una palangana, y con un manojo de ramas de hisopo tenían que untar con sangre los postes y el dintel de la puerta. La carne del cordero tenían que asarla y comerla en la noche del día catorce. junto con hierbas amargas y pan sin levadura. Nota: Esta es la primera mención de levadura en la Biblia, y a partir de este momento viene a ser un símbolo del mal. En el Nuevo Testamento la levadura significa: 
(1) Hipocresía (Le. 12:1). 
(2) Racionalismo (Mt. 16:6, 12). (3) 
Mundanalidad (Mr. 8:15). 
(4) Mala conducta (1 Co. 5:6). 
(5) Falsa doctrina (Gá. 5:9). El cordero pascual era, por supuesto, un tipo y prefiguración bellísimos del Señor Jesucristo. (Véanse Jn. 1:29: 1 Co. 5:6, 7; 1 P. 1:18. 19.) El hisopo aquí puede representar la 
Era una planta común de aquellas tierras. Así como el hisopo se usaba en el Antiguo Testamento para aplicar la sangre del cordero, en el Nuevo Testamento la fe aplica la sangre en el corazón humano. (Véase Ef. 2:8,9.) Debemos observar, sin embargo, que la simple muerte del cordero no salvaba automáticamente a nadie hasta que la sangre no era aplicada. Israel comió el pan sin levadura aquella noche, y tenían que volver a hacerlo cada mes de abril para recordar la gran liberación experimentada (12:39-51). 
2. El propósito de las plagas. El propósito de las plagas fue aparentemente doble: 
a. Demostrar a Israel la fortaleza de su Dios. 
b. Mostrar a los egipcios la incapacidad total de sus dioses. Podemos observar que cada una de las plagas fue dirigida contra un dios egipcio en particular. Esto es: 
(1) La primera plaga de las aguas sangrientas fue dirigida contra Osiris, el dios del Nilo. 
(2) La segunda plaga de ranas fue dirigida contra Heka, la diosa de las ranas. 
(3) La tercera plaga de piojos fue dirigida contra Seb, el dios de la tierra. 
(4) La cuarta plaga de moscas estaba dirigida contra Isis, la esposa de Osiris. 
(5) La quinta plaga de la enfermedad del ganado desafiaba a Apis, el dios representado por un toro. 
(6) La sexta plaga, el sarpullido que producía úlceras, contra Tifón. 
(7) La séptima plaga, de granizo y fuego, estaba dirigida contra Shu, el dios de la atmósfera. 
(8) La octava plaga, la langosta, era contra Serapis, el dios que protegía a Egipto contra estos insectos. (9) La novena plaga, la oscuridad, era contra Ra, el dios-sol. 
(10) La décima plaga, la muerte de los primogénitos, era un ataque contra todas los dioses. 
3. El resultado de la plaga final. 
a. A la medianoche del 14 de abril, el ángel de la muerte pasó por Egipto, hiriendo a todos los primogénitos de los hogares no protegidos por la sangre, incluido el de Faraón. 
b. Durante las primeras horas de la mañana del día 15, todo el pueblo de Israel (600.000 hombres más los niños) cruzaron la frontera de Egipto. 
c. Iban acompañados de una multitud mixta. 

G. La elección de Dios. 
1. La santificación de los primogénitos. El plan original de Dios era una nación de sacerdotes, pero al final, debido al constante pecado de Israel. limitó su elección a la tribu de Leví (Ex. 13:2; 19:6; Nm. 8:16). 
2. La elección de la ruta más segura (13:17). 



LA ETAPA DEL EXODO II.Israel en ruta hacia el Monte Sinaí Ex 12;37-18;27

LA ETAPA DEL EXODO
II. Israel, en ruta hacia el monte Sinaí (Ex. 12:37— 18:27). 

Diez eventos clave tienen lugar entre Ramesés, la ciudad egipcia de donde salieron, y su llegada a la base del monte Sinaí. La distancia era aproximadamente de unas 150 millas (unos 240 km). Estos sucesos fueron: 

A. La aparición de la gloria de Dios (Shekinah) mediante la columna de nube y de fuego (13:21,22).  
De Sucot a Etam. En Etam se manifiesta la columna de nube y fuego para dirigir a Israel durante el día o la noche. 
Esto marca la primera aparición de la gloria de Dios (Shekinah), la indicación visible y luminosa de la presencia de Jehová (13:21, 22). 
Otras apariciones tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento son: 
1. En el mar Rojo (Ex. 10:19. 20). 
2. En el Lugar Santísimo en el tabernáculo (Lv. 16:2). 
3. En el Lugar Santísimo en el templo (2 Cr. 5:11-13). 
4. Cuando abandona el templo en el tiempo de Ezequiel (Ez. 10). 
5. En el nacimiento de Cristo (Le. 2:9-11). 
6. En el monte de la transfiguración (Mt. 17:5). 
7. En la ascensión (Hch. 1:9). 
8. En el rapto (1 Ts. 4:17). 
9. En la segunda venida (Mt. 24:30, Mr. 8:38). 
10. Durante el milenio (Is. 4:5, 6; 60:19). 

B. La persecución de Faraón, que se lamenta de su acción de haber permitido que Israel marchara (14:5-10). De Etam a Pi-hahirot (14:1 -4). 
1. La decisión de Faraón de perseguir a Israel. Faraón se lamenta de su decisión de liberar a Israel y se propone caer sobre ellos, capturándolos de nuevo en el desierto cerca del mar Rojo por medio de sus carros de guerra.
2. La desesperación del pueblo y su deseo de rendirse (Ex. 14:11. 12). 
3. La declaración del profeta de elevar la mirada hacia Dios (Ex. 14:13, 14). 

C. La partición de las aguas del mar Rojo (14:13-31). 

D. La celebración en Israel por la liberación experimentada y por la destrucción del ejército de Faraón (15:1-21). Desd Pi-hahirot y por medio del mar Rojo (14:15— 15:21). 
1. La columna de nube protectora. Este es el segundo milagro más grande de la Biblia. El más grande, por supuesto, es la resurrección de Cristo (Ef. 1:20). El cruce del mar Rojo es mencionado muchas veces en la Palabra de Dios. (Véanse Sal. 78:53; 106:11. 12. 22: He. 11:29.) Este milagro fue realmente triple en su naturaleza: 
a. La primera parte fue el cambio en la posición de la columna de nube que se colocó ella misma entre el campamento de Israel y el ejército de Faraón. Era al mismo tiempo nube y tinieblas para los egipcios y luz para el pueblo de Dios. 
b. La segunda parte fue la división auténtica de las aguas, dejando un paso abierto de quizá una milla (más de un kilómetro) de ancho. En relación con esto, el doctor Leon Wood escribe: «Una multitud de 2.000.000 de personas, marchando en formación de diez en línea, con una separación de cinco pies (un metro y medio) entre cada línea, ocuparía un espacio de 190 millas (más de 300 km) de largo. Si este paso en el agua fue tan ancho como una autopista moderna, los primeros israelitas que cruzaron habían llegado a Canaán antes que los últimos empezaran a cruzar, y habrían transcurrido varios días.» (A Survey of Israel’s History, p. 133.) 
c. La tercera parte fue el cierre del mar otra vez. 
2. La separación de las aguas del mar Rojo. «Y extendió Moisés su mano sobre el mar, e hizo Jehová que el mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche: y volvió el mar en seco, y las aguas quedaron divididas» (14:21). 
3 .1.a destrucción del ejército egipcio. «Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno» (14:28). 
4. La alabanza del pueblo de Dios. «Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico a Jehová. y dijeron: Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente; ha echado en el mar al caballo y al jinete» (Ex. 15:1). 

E. Las aguas amargas de Mara:  
Fueron endulzadas al echar Moisés un árbol en ellas (15:22-26). En este momento Dios les promete que la obediencia a él les libraría de enfermedades. Desde el mar Rojo hasta Mara (15:22-26). 
1. El agua amarga. «Y llegaron a Mara. y no pudieron beber las aguas de Mara. porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara» (15:23). 
2. El árbol bueno. «Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol: y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó» (Ex. 15:25). 
3. El gran médico. «Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador» (Ex. 15:26). De Mara a Elim (Ex. 15:27). «Y llegaron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí junto a las aguas.»

F. El maná (16:4. 14.35). 
Este pan del cielo vendría a ser su alimentación principal durante los siguientes cuarenta años. Desde Elim al desierto de Sin (16:1-36). 
1. La multitud quejosa. «Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto; y les decían los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud» (Ex. 16:2, 3)
2. El maná milagroso (16:14, 15). Desde este momento y durante los siguientes cuarenta años. Dios los alimentaría seis días a la semana con maná, que era semejante a la semilla de cilantro, blanco, plano, y que lema sabor de hojuelas con miel. Sólo cesó cuando Israel entró en la tierra prometida. (Véase Jos. 5:12.) Tenían que recogerlo cada mañana y comerlo el mismo día durante seis días, y en el sexto día tenían que recoger una doble porción para el día séptimo, cuando el maná no caía. La palabra maná en hebreo significa literalmente «¿qué es esto?». Esto es lo que dijeron cuando lo vieron por primera vez. y le quedó como nombre. Jesús aplicaría años más tarde este evento a su propio ministerio. (Véase Juan 6:30-63.) El doctor John David escribió algo útil sobre este asunto del maná: «No debemos suponer en base de estos pasajes que el maná fue lo único que comieron los hebreos en el desierto durante cuarenta años. Sabemos que los israelitas tenían ovejas y vacas (12:38; 17:3), y que continuaron poseyéndolos no solamente en el Sinaí (34:3), sino también cuando llegaron a Edom y al país al este del Jordán (Nm. 20:19; 32:1). Parece que en algunas ocasiones los hebreos compraron alimento y agua de los edomitas (Dt. 2:6. 7).También podemos inferir claramente de distintas referencias bíblicas, que el trigo y la carne estaban disponibles para ellos (Ex. 17:3; 24:5; Lv. 8:2, 26, 31; 9:4; 10:12, 24:5; y Nm. 7:13, 19).» (Moses and the Gods o f Egypt, p. 181.) 

G. La institución del sábado (16:23, 26-30; 31:13). El sábado solemne (16:23-30). 
«Mirad que Jehová os dio el día de reposo, y por eso en el sexto día os da pan para dos días. Estése, pues, cada uno en su lugar, y nadie salga de él en el séptimo día. Así el pueblo reposó el séptimo día» (Ex. 16:29, 30). A continuación damos un breve resumen de la enseñanza bíblica sobre el sábado: 
1. La primera mención del sábado la tenemos en Exodo 16:23. Durante los primeros 2.500 años de la historia humana. Dios fue el único que lo observó (Gn. 2:2). 
2. El sábado fue entonces dado a Israel (Ex. 31:13, 17) quien aparentemente no supo hasta este momento nada acerca de él. (Véase Ex. 16:29.) Este día nunca le fue dado a la Iglesia (véanse Col. 2:16; Gá. 4:9-11). 
3. Sábado no es una palabra hebrea para siete sino que significa «descanso o reposo». Las palabras hebreas para siete son sheba y shibah. De lo que se infiere que una traducción literal del cuarto mandamiento diría: «Acuérdate del día de reposo para santificarlo.» 
4. Hubo muchos «sábados» que se le dieron a Israel:
 a. El día séptimo de la semana (Ex. 20:8-11). 
(1) Empezaba a la caída del sol del viernes y terminaba a la puesta del sol del sábado. 
(2) Era un día de descanso absoluto, sin actividad de trabajo ni reuniones de ninguna especie. b. Era «sábado» (reposo) el primer día del séptimo mes (Lv. 23:24,25), para celebrar la fiesta de las trompetas. c. Era «sábado» el décimo día del mes séptimo (Lv. 16:29, 30), en que se celebraba el día de la expiación. 
d. Era también «sábado» el día quince del mismo mes (Lv. 23:34), cuando se celebraba la fiesta de los tabernáculos. 
e. El año séptimo era «sábado» (Lv. 25:1-4), en el que se dejaba reposar a la tierra durante un año. 
f. Era «sábado» el año cincuenta (Lv. 25:8), el año del jubileo. Los setenta años de cautividad en Babilonia se debieron principalmente a la desobediencia de Israel en observar estos años de reposo. En los aproximadamente 500 años que transcurrieron hasta que Israel se posesionó de la tierra prometida, habían acumulado setenta años de reposo. (Véanse Lv. 26:27-35: 2Cr. 36:21 ;Jer. 25:11.) 
5. El sábado nunca ha sido cambiado, pero ha sido dejado a un lado porque la nación de Israel ha sido desechada. (Véase Mt. 21:43.)
6. Se volverá a observar otra vez el sábado durante el tiempo del reino. (Véase Is.,66:23.) Pregunta: ¿Cuándo, pues, recibió la Iglesia autorización para adoraren domingo? Respuesta: Mediante el modelo establecido por la resurrección que sucedió en el primer día de la semana, esto es, el domingo. Este hecho lo registran los cuatro evangelios (Mt. 28:1; Mr. 16:2. 9: Le. 24:1, 13. Jn. 20:1, 19). De manera que como el sábado conmemora la
 terminación de la creación (Ex. 20:8-11), así el primer día conmemora la consumación de la creación. (Véanse Hch. 20:7; 1 Co. 16:1, 2; He. 7:12.) Es cierto que Pablo predicó frecuentemente a los judíos en sábado (Hch. 13:14; 16:13; 17:2; 18;4), pero lo hizo porque era el día en el que los judíos se reunían regularmente. (Véase 1 Co. 9:19, 20.) 

H. La roca golpeada en Refidim (17:1 -7). 
Esto fue hecho para proveerles de agua, que Dios les dio de manera sobrenatural de un lado de aquella roca. Casi cuarenta años más tarde Moisés golpearía otra roca en un lugar distante, pero en aquella ocasión él estaba fuera de la voluntad de Dios. (Véase Nm. 20:7-13.) Desde el desierto hasta Refidim (Ex. 17:1— 18:27). Moisés golpea la roca (17:6). Los volubles israelitas estaban ya casi dispuestos a apedrear a Moisés cuando Dios intervino. «He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo....» 

I. Victoria de Israel sobre los amalecitas (Ex. 17:8- 16). 
Aquí encontramos cuatro cosas importantes que se mencionan por «primera vez» y debemos de notarlas: 
1. La primera mención de Josué, quien fue elegido por Moisés para dirigir el ejército de Israel (17:9). 
2. La primera oración de Moisés por Israel (17:11, 12). 
3. La primera parte de la Biblia que se escribe (17:14). 
4. La primera referencia a uno de los grandes nombres de Dios: Jehová-nisi (Jehová es mi estandarte) (17:15). Moisés derrota a un enemigo (17:11). Los enemigos son los amalecitas. Estos descendientes de Esaú (Gn. 36:12), que formaban bandas errantes del desierto dedicadas al pillaje, llevaban probablemente un tiempo siguiendo a Israel, y eligen este momento para atacarles (17:8). El general: Josué. Esta es la primera mención de uno de los líderes militares más notables de todos los tiempos. A pesar de su juventud (probablemente entre veinte y treinta años), Moisés lo elige para dirigir las fuerzas armadas de Israel. Su habilidad y bravura iban unidas a su amor por Dios (17:9). El intercesor: Moisés. Este gran anciano asciende a un montículo cercano, extiende sus manos al cielo y empieza a orar por Josué y por Israel que luchan abajo (17:11). Los ayudadores: Aarón y Ur. Estos dos ayudan a Moisés a mantener sus cansados brazos en alto a fin de que Dios pueda dar la victoria abajo. Israel vence, se escribe una de las primeras secciones de la Biblia y Moisés edifica un altar, llamándolo Jehová-nisi, que significa «Jehová es mi estandarte». 

J. El encuentro de Moisés con su familia (18:5). 
Moisés saluda a su familia (18:7). 
1. Es saludado por Jetro, Séfora y sus dos hijos, Gersón y Eliczer. 
2. Moisés escucha el consejo de Jetro y nombra hombres capaces que le ayuden a juzgar en los problemas del pueblo (18:17-27).