LA ETAPA EL RETORNO (MALAQUÍAS)

MALAQUÍAS (435-396 a.C.) INTRODUCCIÓN 

1. Malaquías significa «mi mensajero». , 

2. Nada sabemos acerca de Malaquías aparte de su nombre y del hecho de que fue el último de los profetas del Antiguo Testamento. 

3. Podemos considerar a Malaquías como una especie de resumen en miniatura de todo el Antiguo Testamento, porque el profeta abarca brevemente aquellas cinco grandes verdades que encontramos en los demás libros, y son: 

a. La elección de Israel por Dios (1:2; 2:4-6, 10). 

b. La transgresión de Israel contra Dios (1:6; 2:11, 17). 

c. La manifestación del Mesías (3:1; 4:2). 

d. La tribulación sobre las naciones (4:1). 

e. La purificación de Israel al final (3:2-4, 12,16-18; 4:2-6). 

4. Malaquías puede ser comparado con Moisés. a. Moisés nos dio la primera profecía del Antiguo Testamento relacionada con el Mesías (Gn. 3:15). b. Malaquías escribe la última profecía del Antiguo Testamento concerniente al Mesías (4:2). 

5. El libro de Malaquías puede ser considerado como un cumplimiento parcial de la profecía de Daniel en 9:24-27. Esta gran predicción, conocida como las setenta semanas, (en realidad un período de 490 años) empezó en el 445 a.C, y estaba divida en tres grandes segmentos. El primero abarcaba un período de cuarenta y nueve años. Esto nos lo deja en el 396, o aproximadamente la fecha en que muchos creen que Malaquías completó su libro.


I. El amor de Dios es declarado (1:1-5). 

A. En el segando versículo de su libro Malaquías introduce la primera de siete preguntas petulantes que los israelitas camales le hacían a Dios. Cada una de las preguntas era la reacción a una clara declaración previa que Dios había hecho. Estas eran: 

1 . ¿En qué nos amaste? (1:2). 

2. ¿En qué hemos menospreciado tu nombre? (1:6). 

3. ¿En qué te hemos deshonrado? (1:7). 

4. ¿En qué te hemos cansado? (2:17). 

5. ¿En qué hemos de volvemos? (3:7). 

6 . ¿En qué te hemos robado? (3:8). 

7. ¿En qué hemos hablado contra ti? (3:13). 

B. S. Franklin Logsdon escribe lo siguiente en relación con la primera pregunta: «La pregunta: “¿En qué nos amaste?” indica irritación de parte del pueblo que le lleva a acusar al Señor de no poder probar su amor. Tenían amargos recuerdos de las actitudes y acciones de los edomitas cuando Jerusalén fue saqueada por los filisteos y los árabes (2 Cr. 21:16,17). Estos descendientes de Esaú habían animado y ayudado al enemigo para derrotar a sus hermanos, y el Señor no los había frenado (Abd. 11). Mostraron un placer sádico por el infortunio de Judá burlándose de su desgracia (Abd. 12). Compartieron los despojos con el enemigo cuando la ciudad fue capturada (Abd. 13). Ayudaron al enemigo bloqueando la retirada de los que huían (Abd. 14), y le entregaron los que no pudieron escapar (Abd. 14). Es decir, en la hora de la prueba de Judá, los edomitas se quedaron mirando, se burlaron, insultaron, robaron, atraparon y asesinaron debido al odio heredado contra Jacob (y su posteridad) por haber obtenido la bendición de manera fraudulenta. El pueblo de Israel estaba dolido con Dios a causa de esto. Era una espina que llevaban clavada en su memoria. Recordaban cómo sus padres, en cautiverio, sentados a las orillas de los ríos de Babilonia, lloraban: “Oh Jehová, recuerda contra los hijos de Edom el día de Jerusalén, cuando decían: Arrasadla, arrasadla hasta los cimientos” (Sal. 137:7). La pregunta en los días de Malaquías era en síntesis: “¿Por qué Dios lo permitió si nos amaba?”» (Malachi, or, Will a Man Rob God?, pp. 14,15.) 

C. Dios responde a esta primera pregunta señalando dos hechos. 

1. Nunca va a permitir que Edom prospere porque maltrataron a Israel, la niña de sus ojos. 

2. El ya había preferido a Israel sobre Esaú. Algunos han tenido mucha dificultad sobre la declaración de Dios de que amó a Jacob y aborreció a Esaú. Debemos observar aquí varios factores: 

a. En el relato de Génesis que nos cuenta la vida de ambos jóvenes nunca aparece que Dios aborreciera real y personalmente a Esaú y amara a Jacob. (Véanse Gn. 25, 27.) 

b. La declaración puede más bien referirse a las naciones que fundaron estos hombres. Dios aborreció definitivamente las actitudes y acciones tan malvadas de los edomitas, como lo indica el profeta Abdías.

c. El nombre Jacob como aparece aquí es plural, lo que puede indicar que se refiere a toda la nación. 

d. La palabra hebrea para odio es sane, y algunas veces se usa para indicar preferencia o prioridad en vez de aborrecimiento. Este es también el caso con el término griego para odio, que es misco. Consideremos el siguiente ejemplo: 

(1) «Y vio Jehová que Lea era menospreciada [odiada], y le dio hijos; pero Raquel era estéril» (Gn. 29:31). El texto no indica en absoluto que Jacob odiara a su primera esposa, sino simplemente que prefería a la segunda. 

(2) «El pobre es odioso aun a su amigo, pero muchos son los que aman al rico» (Pr. 14:20). «Si alguno viene a mí, y no aborrece [odia] a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo» (Le. 14:26). En este último caso está perfectamente claro que el Señor no estaba enseñando que la persona despreciara o aborreciera a su propia carne y sangre, sino simplemente que el creyente debe dar a Dios la prioridad en su vida. e. El verdadero problema en el pasaje de Malaquías no es que Dios «aborreciera» a Esaú sino que amara a Jacob. Pero el hecho es que Dios amó en verdad a esta nación pecadora. Moisés les recuerda este amor durante su último discurso no menos de siete veces. (Véanse Dt. 4:37; 7:8, 13; 10:15; 15:16; 23:5; 33:3. Otros pasajes que declaran este hecho son: Is. 43:4; 48:14; 63:9; Jer. 31:3; Os. 3:1; 11:1, 4; 14:4.)


II. El amor de Dios es despreciado. 


A. Por los sacerdotes. 

1. Que pretendían engañar al Señor por medio de sus ofrendas en mal estado ( 1 :6 —2:9). a. Le habían ofrecido a Dios animales enfermos y defectuosos. Dios rechazaba estos sacrificios baratos y les retaba diciéndoles: «....Preséntalo, pues, a tu príncipe; ¿acaso se agradará de ti, o le serás acepto?...» ( 1:8). (Véase también el testimonio de David en 2 Samuel 24:24). b. No le habían dado a Dios aquella honra y respeto apropiados que (1) Un niño debe dar a su padre ( 1 :6 ) (2) Un siervo debe rendir a su señor (1:6) (3) Un ciudadano debe pagarle a su rey (1:4). 2. Habían defraudado al pueblo con su mal ejem- , pío (2:7-9). 

B. Por el pueblo. 

1. Por medio de la desigualdad social (2:10). 

2. Por medio de los matrimonios mixtos (2:11). 

3. Por medio de la inmoralidad (2:14). 

4. Por medio de su falta de sinceridad (2:17). 

5. Por medio de su deuda en las ofrendas (3:8- 10). 

6 . Por medio de sus acusaciones (3:13-15).


III. El amor de Dios es mostrado. 

A. Recordando a sus propios santos (3:16, 17). 

Debemos notar especialmente las últimas palabras del 3:16: «... y para los que piensan en su nombre.» Esto sin duda incluye los diferentes nombres que se le dan a Dios en el Antiguo Testamento, junto con sus significados. Una lista resumida de los nombres de Dios incluiría: 

1. Elohim: usado 2.570 veces, habla de la fortaleza y el poder de Dios (Gn. 1:1; Sal. 19:1). 

2. El: encontramos cuatro combinaciones de este nombre

a. Elyon: Dios Altísimo (Gn. 14:17-20; Is. 14:13, 14). 

b. R o í: El Dios que ve (Gn. 16:13). 

c. Shaddai: Todopoderoso, Omnipotente (usado cuarenta y ocho veces en el Antiguo Testamento; véanse Gn. 17:1; Sal. 91:1). 

d. Olam: el Dios eterno (Is. 40:28). 

3. Adonai: Maestro, Señor. Dios es dueño de su creación (Mal. 1:6). 

4. Jehová: el nombre más común de todos. Aparece 6.823 veces. Significa «el que siempre vive», el que tiene vida en sí mismo. Es el Dios del pacto (Gn. 2:4). Aparecen nueve composiciones de este nombre. a. Jireh: Jehová proveerá (Gn. 22:13, 14). 

b. Nisi: Jehová es mi estandarte (Ex. 17:15). 

c. Shalom: Jehová es paz (Jue. 6:24). 

d. Sabbaoth: Jehová de los ejércitos (1 S. 1:3; Is. 6:1-3). 

e. Maccaddeshoem: Jehová que santifica (Ex. 31:13). 

f. Rohi (Raah): Jehová es mi pastor (Sal. 23:1). 

g. Tsidkenu: Jehová justicia nuestra (Jer. 23:6). 

h. Sama: Jehová allí, el Dios que está presente (Ez. 48:35). 

i. Rafe: Jehová tu sanador (Ex. 15:26). 

B. Enviando a su propio Hijo. 

1. En su primera venida fue presentado por Juan el Bautista (3:1). La Biblia Anotada de Scofield, nos dice: «La primera parte del v. 1 se cita con referencia a Juan el Bautista (Mt. 11:10; Mr. 1:2; Le. 7:27), pero la segunda parte, “el Señor a quien vosotros buscáis”, etc., no se cita en ningún lugar del N.T.» (p. 943). La razón para esta omisión es trágicamente evidente: Israel no esperó su primera venida ni le aceptó. (Véase Jn. 1:11.) J. Vernon McGee escribe: «Malaquías anunció la llegada de Juan el Bautista como el mensajero. Juan fue el Malaquías del Nuevo Testamento y empezó donde el Malaquías del Antiguo Testamento había quedado. Malaquías fue el primer locutor de radio que dijo: “La siguiente voz que van a escuchar va a ser la del mensajero del Señor.”» 

2. En su segunda venida será presentado por el profeta Elias (4:5, 6 ). (Véase también Ap. 11:3-14.) Al profeta Elias se le concederá el privilegio de preparar a este viejo, corrompido, cruel y maldecido mundo para su momento más importante, trascendental y glorioso: la venida personal y visible del Rey de reyes y Señor de señores a. Aparecerá para castigar a los gentiles (4:1, 3). b. Vendrá para purificar a Israel (3:2-4).


 



LA ETAPA DEL RETORNO (ZACARÍAS)

 ZACARÍAS (520 a.C.)

 INTRODUCCIÓN 

1. El nombre Zacarías significa «Jehová recuerda». Era de descendencia sacerdotal (como lo fueron Jeremías y Ezequiel). 

2. Josefo nos dice que le mataron más tarde en el templo, por lo que se convirtió en un mártir de Cristo. 

3. Fue un contemporáneo de Hageo más joven que él (véase 2:4). 

4. Los escritos de Zacarías se asemejan a los de Daniel. Notemos también que: a. Daniel había nacido en Palestina, pero escribió su profecía en Babilonia. b. Zacarías había nacido en Babilonia, pero escribió su profecía en Palestina. 

5. Zacarías nos recuerda el libro de Apocalipsis. 

6 . Su libro contiene más pasajes mesiánicos que cualquier otro de los profetas menores. Habla de lo siguiente: 

a. Cristo como el Renuevo (3:8). 

b. Cristo como el siervo de Dios (3:8). 

c. Cristo como el pastor herido (13:7). 

d. La entrada triunfal (9:9). 

e. La traición por treinta piezas de plata (11:12, 13). 

f. Las manos y pies traspasados de Jesús (12:10). 

g. Su retorno sobre el monte de los Olivos (14:3-8). 


I. Las visiones del profeta (caps. 1—6 ).

Zacarías recibió diez visiones, todas aparentemente durante la misma noche. 

A. El jinete sobre un caballo rojo (1:7-17). 

1. Zacarías ve a un jinete celestial montando un caballo alazán, rodeado de otros jinetes, todos montados sobre caballos de varios colores. 

2. Este jinete singular montado sobre el caballo rojo es probablemente Cristo. 

3. Los demás jinetes son ángeles «que Jehová ha enviado a recorrer la tierra» (1:10). Es confortante saber que Dios también tiene a sus «espías espirituales» recorriendo esta tierra pecadora, como lo hace Satanás (véanse Job 1:7; 2:2; 1 P. 5:8). 

4. El ángel del Señor (Jesús) ora entonces por la atribulada ciudad de Jerusalén y el Padre le asegura que «aún consolará Jehová a Sión, y escogerá todavía a Jerusalén» (1:17). 

B. Los cuatro cuernos (1:18, 19). 

Zacarías ve cuatro cuernos de animales y le informan que representan los cuatro poderes mundiales que han dispersado a Judá, Israel y Jerusalén. Estos cuatro cuernos pueden simbolizar lo siguiente: 

1. Asiria: que había capturado a Israel, el reino del norte (2 R. 17). 

2. Babilonia: que había capturado a Judá, el reino del sur (2 R. 24). 

3. Persia: que había planeado en una ocasión destruir a todos los judíos (libro de Ester). 

4. Roma: que controlaba la ciudad de Jerusalén y le impuso fuertes impuestos en los días de Cristo. Estos cuatro cuernos podían, por supuesto, simbolizar los cuatro poderes mundiales mencionados por Daniel. (Véanse 2:37-45; 7:2-8, 17-28.) Aquí los identificaríamos como Babilonia, Persia, Grecia y Roma. 

C. Los cuatro artesanos (1:20, 21). 

Un artesano es un obrero que trabaja la madera, la piedra o el hierro. Notemos que unas versiones de la Biblia en castellano traducen carpintero y otras herrero. 

1. La identidad de estos artesanos. Se han dado dos posibles explicaciones: 

a. Que se refieren a los cuatro juicios de que hablan tanto Ezequiel (14:21) como Juan (Ap. 6:1-8). Estos juicios son guerra, hambre, fieras y pestilencia. b. Que se refieren a los poderes que derrotaron a esas cuatro naciones. (1) Ciro sería uno, pues él derrotó a Babilonia (Dn. 5). (2) Alejandro el Grande sería otro, pues él derrotó a Persia (Dn.8 ). (3) Varios generales romanos serían otro, pues ellos subyugaron a Grecia. (4) Cristo es el otro, pues él destruirá por completo al reavivado Imperio Romano (Ap. 19). 

2. El propósito de los artesanos: «Estos han venido para hacerlos temblar, para derribar los cuernos de las naciones que alzaron el cuerno sobre la tierra de Judá para dispersarla» ( 1 :2 1 ). 

D. El agrimensor (2:1-13). 

1. Zacarías ve a un hombre que lleva en su mano una cinta de medir y va camino de Jerusalén. Esta es la segunda de cuatro veces en la Biblia que bien Jerusalén o el templo son medidos. Notemos: 

a. El templo es medido en Jerusalén durante la tribulación (Ap. 11:1,2). 

b. El templo y la ciudad son medidos durante el milenio (véanse Ez. 40:3-5; 37:26). 

c. La nueva Jerusalén eterna es medida después del milenio (Ap. 21:15). 

2. Le dan seguridades a Zacarías en relación con los siguientes emocionantes hechos concernientes a la Jerusalén milenaria: 

a. Que la ciudad estará un día tan llena de gente que algunos tendrán que vivir fuera de sus muros, aunque morando en perfecta seguridad. 

b. Que Dios mismo sería como un muro de fuego protector

c. Que él será la gloria de la ciudad. 

d. Que cualquiera que los tocare sería como si tocase a la niña de sus ojos. (Véanse también Dt. 32:7, 10; Sal. 17:8.) 

3. En los versículos 8 y 9 de este capítulo tenemos una prueba notable en el Antiguo Testamento concerniente a la Trinidad. Aquí encontramos como Jehová y el Señor hablan separadamente. 

4. El versículo 12 habla de Palestina como la tierra santa. Este es el único lugar de las Escrituras en que se la llama así. 

E. La confrontación en el cielo (3:1-10). 

Las vestiduras de Josué el sumo sacerdote. Este es sin duda el capítulo más importante sobre el tema de la salvación en todo el Antiguo Testamento. En esta visión Zacarías ve al sumo sacerdote Josué en la presencia de Dios vestido con ropas muy sucias. Está siendo acusado por Satanás a causa de sus vestiduras sucias. Pero Cristo reprende a Satanás, le quita a Josué sus ropas sucias, y le hace vestir de ropas de gala. Josué es retado entonces a servir a Dios con todo su corazón. Se le promete que un día el Renuevo de Jehová aparecerá para limpiar la tierra de pecado. Aquí encontramos los siguientes hechos relativos a la salvación: 

1. El enemigo de la salvación. Satanás no se halla en el infierno hoy, como popularmente se piensa, sino que tiene acceso a la misma presencia de Dios, donde acusa constantemente a los creyentes. (Véanse también Job 1, 2; Ap. 12.) 

2. El agente de la salvación. Es, por supuesto, Cristo Jesús. En el versículo 2 tenemos otra prueba de la Trinidad, porque el Señor (Jesús) pide al Padre (Jehová) que reprenda a Satanás. a. Sus nombres: el Renuevo (3:8). Es llamado así en cuatro pasajes del Antiguo Testamento. (1) El retoño de David (Is. 11:1; Jer. 23:5; 33:15). Esto corresponde con Mateo, quien le presenta como el Rey de los judíos. 

(2) Mi siervo el Renuevo (Zac. 3:8). Esto corresponde con Marcos, quien le presenta como un siervo humilde. 

(3) El varón cuyo nombre es el Renuevo (Zac. 6:12, 13). Aquí se relaciona con Lucas, quien le presenta como el hombre perfecto. 

(4) El renuevo de Jehová (Is. 4:2). Este tiene que ver con Juan, quien le presenta como Dios Todopoderoso. 

(5) La piedra angular (3:9). (Véanse Is. 28:16; Sal. 118; 22; Mt. 21:42; Hch. 4:11; Ef. 2:20, 21.) Es decir: 

(a) Para los gentiles él es la piedra desmenuzadora (Dn. 2:34, 35, 44,45). 

(b) Para Israel es piedra de tropiezo (Ro. 9:31-33). 

(c) Para los creyentes la principal piedra del ángulo (Ef. 2:19-22). 

b. Su ministerio: 

(1) Vestir a los creyentes con ropas de justicia. (Véanse Pr. 30:12; Is. 64:6; 4:3,4; Ro. 10:1-4; Fil. 3:9.) 

(2) Interceder por todos los creyentes contra las mentiras de Satanás.

(Véanse Le. 22:31; Ro. 8:34; He. 7:25; 9:24; 1 Jn. 2:1.) 

(3) Iniciar el milenio y reinar durante ese período (véase Ap. 11:15-19). 

3. El propósito de la salvación (3:6, 7). Estos versículos podríamos parafrasearlos de la siguiente manera: «Si anduvieres en mis caminos y cumplieres el ministerio que te he encargado, tú (Josué) no sólo tendrás el honor de cuidar de mi casa y de mis atrios, sino que cuando termines tu carrera en la tierra, serás promovido a un servicio mayor en los cielos entre los ángeles puros que están en mi presencia, y obedecen mi voz.» (Véanse también Sal. 103:20, 21; Ef. 2:4- 10.) 


F. El candelabro de oro y los dos olivos (4:1-14). 

Aquí Zacarías tiene la visión de un candelabro de oro de siete lámparas, alimentadas por una reserva de aceite. A cada lado del candelabro se hallaba un olivo tallado. 

1. El candelabro en la Biblia representa el testimonio de Dios en el mundo. a. Se puede referir a Israel, como lo hace aquí. b. Se puede referir a la Iglesia, como lo hace en Apocalipsis 1—3. 

2. El aceite de oliva es, por supuesto, un símbolo del Espíritu Santo. (Véanse Le. 4:18; Hch. 10:38; He. 1:9; 1 Jn. 2:20.) Notemos aquí las palabras de Dios en Zacarías 4:6: «... No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.» 

3. Los olivos se refieren a dos famosos equipos: a. El equipo histórico de Zorobabel y de Josué. b. El equipo profético de Elias y Moisés. (Véase Ap. 11.) 

G. El rollo que volaba (5:1-4). 

Zacarías ve un rollo escrito que volaba de 30 pies (9 m) de largo por 15 pies (4,5 m) de ancho. Representaba la maldición de Dios que alcanzaba a toda la tierra de Israel. 

1. El alcance de este juicio. Aunque sólo se mencionan aquí dos de los mandamientos originales, el de jurar en falso (el tercero, Ex. 20:7) y el de hurtar, (el octavo Ex. 20:15), cubren, no obstante, todo el código moral de Dios. a. El pecado de jurar en falso (usar el nombre de Dios mintiendo) representa todos los pecados contra Dios y es vertical en su naturaleza. b. El pecado de robar representa todos los pecados contra el hombre y es horizontal en su naturaleza. 

2. Los acusados en este juicio. Todos los israelitas que no han sido salvos a lo largo de la historia. (Véanse Ro. 9:6; Mt. 23; 1 Ts. 2:15, 16; Ez. 11:21; 20:38.) 

3. El tiempo del juicio. Después de la tribulación y antes del milenio. (Véase Mt. 25:1-30.) 

4. El castigo de este juicio. Incluye aparentemente la muerte física y espiritual. 


H. La mujer en el efa (5:5-11). 

El profeta ve ahora una medida de medir áridos (efa) cubierta por una pesada tapa de plomo. Cuando levantan la tapa ve a una mujer sentada dentro del efa, y le dicen: 

1. La mujer dentro del efa representa el pecado y la maldad. La maldad es frecuentemente simbolizada en la Biblia por una mujer (véanse Mt. 13:33; Ap. 2:20; 17:1-7). 

2. La pesada tapa de plomo probablemente simboliza el poder de Dios que frena el mal. 

3. Se indica que su destino es Babilonia, donde se dice que (el pecado y la maldad) «le será edificada casa ... y cuando esté preparada lo pondrán sobre su base» (5:11). Esta declaración puede contener implicaciones históricas y proféticas. Es decir: a. Histórica: la torre de Babel, donde empezó la rebelión organizada contra Dios (véase Gn. 11:1-9). b. Profética: la ciudad de Babilonia, que puede ser en realidad reedificada durante la tribulación (véase Ap. 18). 

I. Los cuatro carros de guerra (6 :1-8) 

Zacarías ve cuatro carros de guerra manejados por cuatro seres celestiales que salen de entre dos montañas de bronce. Cada carro iba tirado por caballos de diferente color. Los colores eran rojo, o blanco, negro o gris. Los diferentes símbolos que encontramos aquí pueden significar lo siguiente: 

1. Las dos montañas de bronce hablan del juicio de Dios. (Véanse Nm. 21:9; Jn. 3:14.) 

2. Los carros manejados por ángeles representan a los agentes de Dios llevando a cabo varios juicios sobre las naciones gentiles. (Véanse Ap. 7:1-3; 8:2, 7, 10, 12; 9:14,15; 11:15,15:1; 16:1-3.) 3. Los caballos de diferentes colores se relacionan sin duda con aquellos que se mencionan en Apocalipsis 6 : 

a. El rojo habla de guerra y derramamiento de sangre (Ap. 6:4). 

b. El negro habla de hambre (Ap. 6:5, 6 ). 

c. El blanco nos recuerda a la falsa paz (Ap. 6:2). 

d. El gris representa a la muerte (Ap. 6 :8 ). Nota: Se nos dice que aquellos que «... salieron hacia la tierra del norte hicieron reposar mi Espíritu...» (6 :8 ). Esto puede referirse al futuro juicio divino sobre Rusia durante la tribulación. (Véase Ez. 38— 39.) 


J. La coronación de Josué (6:9-15). 

1. El Señor le dice a Zacarías que tres expatriados judíos van a regresar pronto a Jerusalén desde Babilonia, llevando ofrendas de oro y plata del remanente que queda allí. Le instruye para que haga una corona de oro con estas donaciones y la ciña sobre las sienes de Josué, explicándole que él representa al futuro Renuevo de Israel, al mismo Mesías. 

2. Este bendito Mesías funcionará un día como Sacerdote y Rey, y edificará también el templo de Dios.

 3. Se le dice también que estos tres exiliados que regresan representan a otros muchos que un día volverán a Palestina de lejanas tierras. (Véase también Is. 56:6-8.) 


II. Las vanidades del pueblo (caps. 7—8 ). 

A. Un grupo de judíos había subido a Jerusalén des de Bet-el para preguntar a los sacerdotes si podían abandonar la costumbre tradicional de ayunar y afligirse cada año durante el mes de agosto. La Biblia Anotada de Scofield, dice en una nota al pie de la página 931: «La misión de estos judíos del cautiverio tenía que ver con un día de ayuno que el pueblo judío había instituido en memoria de la destrucción de Jerusalén. Ellos lo habían hecho de su propia voluntad, sin un mandamiento expreso de la Palabra de Dios. Al principio es indudable que había sincera contrición en la observancia de dicho ayuno, pero después llegó a ser una mera ceremonia. Los judíos de la dispersión estaban dispuestos a abolirlo, pero para ello querían tener la autorización de los sacerdotes. Todo el asunto, al igual que muchas cosas en el seudocristianismo de nuestros días, era extrabíblico, formalista y fútil.» 

B. Dios les dice por medio de los sacerdotes que no importa gran cosa lo que hagan, porque sus corazones no eran sinceros. Les amonesta a que sean honrados en sus tratos con Dios y con sus vecinos. 

C. Les promete que, a causa de su gracia, sus días de ayuno llegarán a ser un día celebraciones festivas, y su aflicción se tomará en canto. (Véanse 8:3, 4, 5, 8 , 22, 23.) 


III . La visitación del Príncipe (caps. 9— 14). 

A. La primera venida del Príncipe. 

1. Él vino cuidar de las ovejas como el Padre le había instruido que lo hiciera (11:7). 

2. Los falsos pastores de Israel, sin embargo, le rechazaron ( 1 1 :8 ). 

3. Él después rompió uno de sus cayados y se olvidó de Israel por un tiempo (11:10). (Véanse también Mt. 21:19, 42-46; 23:37-39.) 

4. Terminó su ministerio mediante la entrada triunfal en Jerusalén. «Alégrate mucho, hija de Sión; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna» (9:9). Esto fue cumplido dramáticamente, por supuesto, en Mateo 21:1- 11. 

5. Fue vendido por treinta piezas de plata (11:12), el precio que se pagaba por un siervo que hubiera sido acorneado por un buey (Ex. 21:32). Esto fue cumplido en Mateo 26:15. 

6 . Este precio, dado con menosprecio, fue después desechado con mayor desprecio, porque la expresión «échalo» aquí (11:13) indica un gesto de disgusto (como lo podemos ver por Ex. 22:31; Is. 14:19; 2 S. 18:17; 2 R. 23:12). Esta profecía fue cumplida en Mateo 27:3-10. 

7. A continuación rompió su segundo bastón, significando con ello quizá la destrucción de Jerusalén por Tito en el año 70 d.C. Esta tragedia terminó con toda la unidad que existía en Israel 8 . Él fue finalmente crucificado ( 1 2 : 1 0 ). 

B. La Segunda Venida del Príncipe: 

1. La sangría del falso pastor. 

a. A causa de que rechazaron al buen Pastor en su primera venida, Israel sería entregado por un tiempo a la crueldad del pastor anticristo poco antes de la segunda aparición de su glorioso pastor (11:15-17). 

b. Dos de cada tres perecerán en esta horrible purga (13:8).

2. El duelo de Israel (12:10-14). Cuando él vuelva otra vez, Israel finalmente le reconocerá y hará duelo por su horrible crimen de regicidio, por haber matado a su propio Rey. «... Y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito» ( 1 2 : 1 0 ). 

3. La batalla del Armagedón (12:1-9; 14:1-3,12- 15). 

4. El arco de la victoria (10:4). Este arco es, por supuesto, el Hijo de Dios. Estamos seguros de su deidad por la declaración del Padre en 13:7: «... el hombre compañero mío, dice Jehová de los ejércitos....» Podemos traducirlo literalmente por «el hombre que es mi igual». Del arco de Dios viene a la tierra esta flecha vengadora. a. Castiga a aquellas naciones que han perseguido a Israel. (Véanse 9:1-8; 12-16.) b. Fortalecerá la casa de Judá y «los llamaré con un silbido, y los reuniré» ( 1 0 :8 ). Nota: Dios había dicho anteriormente que él convocaría a sus enemigos contra ellos silbando (Is. 7:18, 19). Ahora convoca a su pueblo de la misma manera para que vuelva a su propia tierra. c. Finalmente, «hablará paz a las naciones, y su señorío será de mar a mar, y desde el río hasta los fines de la tierra» (9:10). d. El llevará a cabo todo esto en forma personal y visible (14:4, 8 ). 

5. Las bendiciones de Dios (9:16, 17; 13:1, 9; 14:9-11, 16, 20,21).