Paso ocho: de Jerusalén a Nazaret
(Le. 2:51, 52)
A. Regresa con María y José y se somete a ellos. (Véase
Fil. 2:5-8.)
B. Crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con
Dios y los hombres.
Jésús, cuando era muchacho, aprendió seguramente
hebreo, arameo y griego. Tiempo después leyó de un rollo en hebreo en Nazaret (Le. 4), enseñó a las multitudes en arameo. y conversó con Pilato en griego.
Pudo haber leído también el Testamento de los Doce
Patriarcas, que era un relato no canónico concerniente
al testimonio de los doce hijos de Jacob. Seguram ente
estaría fam iliarizado con libros judíos bien conocidos
sobre la ley y los escritos.
N ota: Según L ucas 2:52, su crecimiento se produjo
en cuatro dim ensiones:
1. En sabiduría (madurez mental).
2. En estatura (madurez, física).
3. En gracia para con Dios (madurez espiritual).
4. En gracia para con los hom bres (madurez social).
LA NIÑEZ DE JESÚS
«Este pequeño pueblo de Nazaret, en el norte de
Palestina, era una representación en miniatura de
todo el país en el sentido de que su situación permitía el contacto rápido con el mundo exterior y
al mismo tiempo una considerable separación: las
mismas características que Israel había tenido históricamente. Su tierra se encontraba en el cruce de
caminos del mundo, y al mismo tiempo separada
de él a causa de su peculiar topografía, que confinaba el flujo de los viajeros hacia las tierras bajas, pasando por la meseta donde se centraba la
vida de la nación.
Cuando era un muchacho , Jesús podía observar el horizonte en todas direcciones desde la
cima de los montes de Nazaret. Los viajeros dan
testimonio de la magnificencia del pano rama
desde estas alturas. La vista incluía al mar Mediterráneo hacia el o este, el monte Carmelo y el
llano de Sarón hacia el sur, el valle del
Esdraelón y el monte Tabor al norte, el collado
de More y el monte Gilboa en el sur, y Samaria
más allá: todos formando casi una línea perfecta al norte y sur. Hacia el este, más allá de la
de presión formada por el mar de Galilea y el
Jordán , se levantaban los montes que señalaban
el comienzo de la tierra de Basán y Galaad . Hacia el norte se extendía la que brada región de
Galilea , elevándose en forma de meseta en la
distancia , con el monte Hernón brillando y s obre saliendo en el noreste.
Ningún patriota hebreo podía recrear sus ojos en
estos escenarios sin recordar los emocionantes eventos históricos que quedaron asociados para siempre
con ellos: el triunfo de Elias sobre los profetas de
Baal. la victoria de Débora y Barac, la derrota de
los madianitas por Gedeón y sus cuatrocientos, la
sentida muerte de Saúl y de Jonatán. Estos y otros
muchos episodios resurgían fácilmente del pasado
y eran revividos con la imaginación. Sí, Nazaret estaba retirado, pero no muy lejos de este remanso se
hallaba el mundo de los negocios humanos. Su beneficio inmediato para Jesús fue proporcionarle una
vida sencilla y, a la vez, no muy lejos, estaba la
puerta de una vida más compleja y dinámica en la
que él ministraría.
Nazaret dependía para su sobrevivencia del cultivo de sus campos de cereales, viñas y arboledas,
que se extendían a todo lo largo de los montes que
la rodeaban. A unque su trabajo le retenía en el pueblo, a Jesús le gustaba la vida del campo, y frecuentem ente recorría la campiña disfrutando de su
vista y sonidos. Años después, cuando buscaba escapar de la compañía humana para estar en comunión con el Padre, permaneció fiel a la influencia
del medio en sus primeros años.
A juzgar por sus parábolas, Jesús debió cultivar tem prano en su vida el hábito de observar lo
que sucedía a su alrededor. Pudo ver que no toda
la semilla sembrada caía en buena tierra. A prendió que era necesario tener árboles buenos a fin
de asegurar frutos buenos.
Preparó muchas veces el horno y lo alimentó con
hierbas secas a fin de que su madre pudiera cocinar, hierbas que hacía poco habían estado creciendo en los campos. Probablemente había observado
a María encender una luz y buscar cuidadosamente
la moneda que se le había caído de la mano y rodado lejos de la vista. Tanto en su vida dentro de la
casa como fuera de ella, estaba siempre alerta a lo
que sucedía a su alrededor. Estas experiencias de
sus primeros años le proporcionaron muchas ilustraciones de la vida real que usó cuando estuvo delante de la multitud enseñando .» (Evere tt F.
Harrison, A Short Life o f Christ, pp. 56, 57.)
Paso nueve: de Nazaret a Betábara a orillas del
Jordán
(Mt. 3:13-17: Mr. 1:9-11: Le. 3:21, 22). Jesús tiene ahora
treinta años (le edad (Le. 3:23). (Véase también Nm. 4:1-
.1.)
A. Jesús es bautizado por Juan (quien se resiste alegando que
es indigno de hacerlo) a fin de cumplir toda justicia. Encontramos una serie de bautismos mencionados en los evangelios. La palabra bautismo significa «identificarse con».
1. El bautismo de Juan el Bautista. Este era un bautismo nacional. (Véase Mr. 1:4.)
2. El bautismo de Jesús.
a. Con agua por Juan (M t. 3:15).
b. Con el Espíritu Santo por el Padre (M t. 3:16).
3. El bautism o del pecado sobre Jesús en el Calvario
(Le. 12:50; M t. 20:22).
4. El bautismo del Espíritu Santo sobre los creyentes en
Pentecostés (Mi. 3 : 11 b).
5. El bautism o de la ira de Dios sobre los pecadores en
la tribulación (M t. 3:11 b\ 3:12; 13:30).
6. El bautism o de los creyentes (M t. 28:19).
¿Por qué fue Cristo bautizado? Se han dado cuatro
razones:
7. Para identificarse con el oficio de p rofeta, sacerdote
y rey. Estos tres eran ungidos en el A ntiguo Testam ento. En Levítico 8 tenemos la descripción del triple
ungim iento de un sacerdote. Lo lavaban prim eram ente
con agua, después lo ungían con aceite, y finalm ente
con sangre. Cristo se som etió a los dos prim eros (el
bautism o de agua y el del aceite del E spíritu), pero
no al tercero.
8. Para identificarse a sí mismo ante Juan. (V éase Jn.
1:31-34.)
9. Para identificarse con Israel (Jn. 1:11). Para identificarse con los pecadores (Is. 53:12; 2 Co.
5:21.)
B. Primera oración: en su bautism o (Le. 3:21).
C. El Espíritu Santo desciende sobre él en forma de paloma, y el Padre expresa su com placencia. A quí vemos a
la Trinidad en acción. Notemos la declaración de Juan
en este mom ento:
« ... Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. Y yo no le conocía; pero
el que me envió a bautizar con agua, aquel me dijo:
Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu
Santo» (Jn. 1:32, 33). (Véanse también Is. 11:2; 42:1.)
1. El ministerio del E spíritu Santo en la vida de Jesús:
a. Fue engendrado por el Espíritu Santo (Lc. 1:35).
b. Fue ungido aquí por el Espíritu Santo (M t. 3:16).
(Véase He. 1:9.)
c. Predicó en el poder del Espíritu Santo (Le. 4:18).
d. Fue sellado po r el Espíritu Santo (Jn. 6:27).
e. Estaba guiado por el Espíritu Santo (M t. 4:1).
f. Obró sus milagros por medio del Espíritu Santo
(M t. 12:28; véase también H ch. 10:38).
g. Estaba lleno del Espíritu Santo (Jn. 3:34; Le. 4:1).
h. Se conmovió en el Espíritu Santo (Jn. 1 1:33).
i. Se regocijó en el Espíritu Santo (Lc. 10:21).
j. Se ofreció a Sí mismo en el Calvario mediante el
Espíritu Santo (He. 9:14).
k. Fue levantado de entre los muertos por el Espíritu
Santo (R o. 1:4; 1 P. 3:18).
l. Dio mandamiento a sus discípulos después de la resurrección por medio del Espíritu Santo (H ch. 1:2).
m. Un día volverá y levantará a los muertos en Cristo por medio del Espíritu Santo (Ro. 8:11).
2. El ministerio del Padre en la vida de Jesús.
a. Envía a su Hijo (Jn. 3:16: G á. 4:4; Jn. 6:57: 8:16-
18; 12:49).
b. Sella a su Hijo (Jn. 6:27).
c. Le enseña (Jn. 8:28).
d. Le honra (Jn. 8:54).
e. Le da mandamiento (Jn. 10:18).
f. Datestimonio del Hijo (Jn. 8:18).
g. Ama a su Hijo (Jn. 10:17).
h. Glorifica a su Hijo (Jn. 12:28; 17:1).
i. R esucita al Hijo (Ef. 1:20).
j. Le exalta (Fil. 2:9-11; E f. 1:20).
k. L e hace cabeza de la Iglesia (Ef. 1:22).
l. L e unge (Is. 61:1; Hch. 10:38).
m. Se deleita en el Hijo (Is. 42:1; M t. 3:17; 17:5; 2
P. 1:17).
n. Escucha al Hijo (M t. 26:53; Jn. 11:41, 42; 12:27,
28).
ñ. O frece a su Hijo (Jn. 3:16: 18:11; Ro. 8:32, 1 Jn.
4:9, 10).
o. Le da la autoridad de hacer juicio (Jn. 5:22, 27).
Nota: esta es la p rim era de al m enos tres ocasiones en las que el Padre habla desd e el cielo
acerca de su amado Hijo (véanse Mt. 17:5 y Jn.
12:28). A unque la doctrina de la Trinidad está in
sinuada y anunciada en el A ntiguo T estam ento, la
encontram os claram ente manifestada por primera
vez en la experiencia del bautism o de Cristo.
Paso diez: de Betábara a la tentación en el desierto
(M t. 4 :1 -1 1 ; Mr. 1:12, 13; Le. 4 :1 -1 3)
A. El hecho de su tentación: fue llevado por el Espíritu al
desierto, y permaneció allí, con las fieras, durante cuarenta días ayunando.
B. La naturaleza de sus tentaciones: después de los cuarenta
días, aparece Satanás y le tienta.
1. Primera tentación: convertir las piedras en pan.
2. Segunda tentación: saltar desde el pináculo del templo.
3. Tercera tentación: postrarse ante Satanás y adorarle.
C. La teología involucrada en las tentaciones:
1. ¿Sabía Satanás a quién estaba tentando? Sin duda que
sí. El relato en M ateo 4:3 y 4:6 aparecen en el modo
indicativo en el griego y deberían traducirse: «Puesto que eres el H ijo de Dios...»
2. ¿Que beneficios le ofrecía Satanás a él?
a. Primera tentación: satisfacer su estómago (y así
depender de su propios recursos).
b. Segunda tentación: saltar del templo (y así forzar
la mano del Padre).
c. Tercera tentación: hacerse con los reinos de este
mundo (y así rechazar el Calvario).
3.¿Qué método usó Satanás durante la segunda tentación? Intentó confundir a Cristo citando las Escrituras
fuera de contexto. (Cp. M t. 4:6 con Sal. 91:11,12.)
4. ¿Tenía Satanás realmente el derecho de o frecerle «todos los reinos del mundo y la gloria de ellos» (Mt.
4r8)? ¡Por supuesto que sí! (Véan se Ap. 13:7; Jn.
14:30.)
5. ¿Cómo respondió Cristo a Satanás? Mediante la Palabra de Dios.
a. Primera tentación: «Escrito está: No sólo de pan
vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de
la boca de Dios.» (Cp. M t. 4 :4 con Dt. 8:3.)
b. Segunda tentación: «Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.» (C p. Mt. 4:7 con Dt. 6:16.)
Esta tentación fue probablemente un intento de
Satanás de hacer cumplir en forma prematura (y
equivocada) Malaquías 3:1:
«He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá sú bitamente a su templo el Señor a quien vosotros
buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis
vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los
ejércitos.»
El objetivo principal de Satanás en las tentaciones era hacer que Jesús actuara por sí mismo. in dependiente del Padre. ¿Qué significa
realmente tentar a Dios? Se dice que Israel había tentado a Dios en diez ocasiones en su camino a la Tierra Prometida (véanse N m . 1 4 :1 1,
22; He. 3:9). Significa sencillamente sospechar
de la bondad de Dios; se refiere a usar la bondad de Dios en una manera egoísta; quiere decir forzar la mano de Dios enalgo. Si Cristo
hubiera llegado a saltar desde el pináculo del
templo, habría o bligado a Dios a actuar para
evitar que destruyera su cuerpo físico estrellándose contra el suelo.
c. Tercera tentación: «Vete, Satanás, porque escrito
está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.» (Cp. Mt. 4 :1 0 con Dt. 6:1 3 .) (Véase también
Stg. 4:7.)
El doctor Everett F. Harrison escribe lo siguiente en relación con la tercera tentación:
«Satanás es desenmascarado en este episodio
final. No podemos creer que está actuando por
el interés del Hijo de Dios, pues no ofrece ninguna referencia de las Escrituras. Satanás nos
descubre lo más íntimo de su ser. A unque d isfruta con la distinción de ser el príncipe de este
m undo, distinción que sólo el pecado le pudo
perm itir alcanzar, co d icia alg o m ás que es infinitamente superior. Quisiera ser como el Altísimo. Desea recibir lo que es la prerrogativa
más característica y exclusiva de Dios, la ado ración. Un ángel verdadero aborrece tan sólo
el pensamiento de ser adorado (Ap. 22:8, 9),
pero este ángel caído lo codicia con todas sus
fuerzas.
Que tal o ferta se le hiciera a Jesús da testimonio de su grandeza. Es muy importantelo
que está en juego. Cuando Satanás hizo de
Judas su víctima, el cebo fueron treinta monedas de plata. Satanás no pudo haber hecho una
oferta más tentadora a nuestro Señor, porque las
naciones y los confines de la tierra era la h erencia prometida al Mesías (Sal. 2:8). En el Salmo2 este pasaje sigue inmediatamente al
reconocimiento divino del Mesías como Hijo.
‘Pídeme’, dice Dios; pero Satanás descaradamente usurpa el lugar del Altísimo.» (A Short
Ufe of Christ, p. 90.)
Y como hemos visto aquí. Cristo cita cada
vez el libro de Deuteronomio. No es por accidente que la alta crítica en
Alemania empezó
su ataque a la Biblia con Deuteronomio.
6. ¿Es esta la única vez que Satanás tentó a Cristo? No;
en L ucas 4:13 se nos dice: «Y cuando el diablo hubo
acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo.» Notemos especialmente las tres últimas palabras.
Satanás tentó a Cristo a lo largo de todo su ministerio (véase Mt. 16:23).
7. ¿Qué ocurrió después de las tentaciones en el desierto? «El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron
ángeles y le servían» (Mt. 4:11).
Los ángeles del cielo
tuvieron un papel importante en el ministerio terrenal de Cristo.
a. Le adoraron (He. 1:6).
b. Anunciaron su nacimiento (Lc. 1— 2; M t. 1).
c. Le ministraron:
(1) En el desierto (M t. 4:11).
(2) En Getseman í (Lc. 22:43).
d. Quitaron la piedra de la tumba (Mt. 28:2).
e. Estuvieron presentes en su ascensión (Hch. 1:10,
11).
f. A nunciaron su resurrección (Mt. 28:6).
g. Le acompañarán en su Segunda Venida (2 Ts. 1:7,8).
8. ¿Pudo haber Cristo pecado durante la exp eriencia de
las tentaciones? No; Dios no puede pecar. La Biblia
declara que:
a. El no conoció pecado (2 C o. 5:21).
b. No cometió pecado (1 P. 2:22; H e. 4 :15).
c. No hay pecado en él ( I Jn. 3:5; Jn. 14:30) (Véase
tam bién He. 7:26.)
9. ¿Cuál fue el propósito de las tentaciones?
a. El propósito no era ver si Él lo haría, sino probar
que Él no podía pecar.
Durante la colonización del Oeste americano,
una compañía de ferrocarril se en frentó con un
problema. Un puente que cruzaba un profundo precipicio tenía la mala fama de no ser seguro. La investigació n cuidados de los ingenieros del
ferrocarril demostró que el temor era infundado,
pero el rumor persistía. A l final decidieron formar
un tren compuesto solamente de máquinas muy
pesadas y duran te un día completo cientos le vieron cruzar una y otra vez por encim a del puente.
¿Por qué lo hicieron? ¿Lo hicieron los ingenieros
para ver si el puente aguantaba, o lo hicieron para
dem ostrar que sí resistiría? La respuesta obvia que
daremos a este ejemplo se aplica al propósito de
las tentaciones de Cristo.
b. El propósito era proveer al creyente con un sumo
sacerdote experimentado. (Véanse He. 4:15; 2:18.)