Los escritos de esta etapa
I.
Los Salmos. Hay tres maneras de estudiar los Salmos:
(1) por división del libro;
(2) por autores; y
(3)
por asuntos.
A. Por división del libro (cada una termina con una
doxología).
Del 1 al 41 (corresponden con Génesis). La palabra clave es hombre.
«Bienaventurado el varón que no anduvo en
consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado» ( 1 :1 ).
«Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de
él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites» (8:4).
«¿Quién es el hombre que teme a Jehová? El
le enseñará el camino que ha de escoger» (25:12).
«Gustad, y ved que es bueno Jehová; dichoso
el hombre que confía en él» (34:8).
«¿Quién es el hombre que desea vida, que desea muchos días para ver el bien» (34:12).
«Por Jehová son ordenados los caminos del
hombre, y él aprueba su camino» (37:23).
«Considera al íntegro, y mira al justo: porque
hay un final dichoso para el hombre de paz»
(37:37).
«Bienaventurado «Considera al íntegro, y mira al justo: porque hay un final dichoso para el hombre de paz» (37:37).
<<Bienaventurado el hombre que puso en Jehová
su confianza, y no mira a los soberbios, ni a los
que se desvían tras la mentira» (40:4).
Del 42 al 72 (corresponden con Éxodo). La palabra clave es liberación.
«E invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás» (50:15).
«Porque él me ha librado de toda angustia, y
mis ojos han visto la ruina de mis enemigos»
(54:7).
«Porque has librado mi alma de la muerte, y
mis pies de caída, para que ande delante de Dios
en la luz de los que viven» (56:13).
«Líbrame de mis enemigos, oh Dios mío; ponme a salvo de los que se levantan contra mí»
(59:1).
«Sácame del lodo, y no sea yo sumergido; sea
yo libertado de los que me aborrecen, y de lo profundo de las aguas» (69:14).
Socórreme y líbrame en tu justicia; inclina tu
oído y sálvame« (71:2).
Porque él librará al menesteroso que clamare,
y al afligido que no tuviere quien le socorra»
(72:12).
Del 73 al 89 (corresponden con Levítico). La palabra clave es santuario.
«Hasta que entrando en el santuario de Dios,
comprendí el fin de ellos» (73:17).
«Han puesto a fuego tu santuario, han profanado el tabernáculo de tu nombre, echándolo a tierra» (74:7).
«Oh, Dios, santo es tu camino; ¿qué Dios es
grande como nuestro Dios?» (77:13).
«Edificó su santuario a manera de eminencia,
como la tierra que cimentó para siempre» (78:69).
Del 90 al 106 (corresponden con Números). Las
palabras clave son inquietud, peregrinación.
(Véanse los caps. 90 y 106.)
Del 107 al 150 (corresponden con Deuteronomio).
La frase clave es Palabra de Dios. (Véase Sal. 119.)
B. Por autores.
1. David.
a. Salmos del pastor: 8 , 19, 23, 29, 144.
b. Salmos penitenciales: 32, 38. 51.
c. Salmos de sufrimiento: 3—7, 11 — 14. 17,
22, 25—28, 31, 34, 35, 39. 40, 41. 53—
59, 61—64, 69, 70. 8 6 , 109, 140— 143.
d. Salmos de satisfacción: 2, 9, 15, 16, 18,
20, 21, 24, 30. 36. 37. 52. 60, 65. 6 8 , 72.
95. 101. 103. 105. 108. 110. 122, 124.
131. 133. 138. 139. 145.
2. Coré: 42, 44— 49. 84, 85. 87.
3. Asaf: 50. 73. 74. 75. 76, 77, 78, 79, 80. 81,
82, 83.
4. Hernán: 8 8 .
5. Etán: 89.
6 . Salomón: 127.
7. Moisés: 90.
8 . Ezequías: 120. 121. 123. 125, 126, 128, 129,
130. 132, 134.
9. Anónimos: i. 10. 33, 43, 6 6 , 67, 71, 91, 92,
93, 94. 96. 97, 98. 99, 100. 102. 104. 106. 107,
111, 112. 113, 114. 115, 116, 117. 118, 119,
135, 136, 137, 146, 147, 148. 149, 150.
C. Por asuntos.
1. Salmos devocionales: 4, 9, 12, 13, 14, 16, 17,
18, 19, 22, 23, 24, 27, 30, 31, 33. 34. 35. 37,
40. 42. 43. 46. 50. 55, 56. 61, 62. 63, 6 6 . 6 8 .
69. 71. 73. 75, 76. 77, 80. 81. 84. 85. 8 8 . 90.
91.94. 95, 100. 103, 106. 107, 111, 115. 116,
118, 119. 122. 123. 126. 133. 136, 138. 139.
141, 142, 144, 147, 148, 149. 150.
2. Salmos penitenciales: 6 , 32. 38. 51. 102, 130.
143.
3. Salmos imprecatorios: 35. 55. 58. 59. 69, 83.
109, 137, 140.
4. Salmos graduales: del 120 al 134.
5. Salmos de aleluya: del 113 al 118.
6 .
Salmos históricos: 78. 105, 106.
7.
Salmos alfabéticos o de acróstico: 9. 10, 25.
34,37, 111, 112, 119. 145.
8 .
Salmos mesiánicos: 2, 8 , 16. 22, 23, 24. 31.
3 4 . 40, 41. 45, 55. 6 8 , 69. 72, 89. 102. 109.
110. 118. 129.
Estudiaremos ahora los Salmos mediante el método de su clasificación por asuntos.
1 Salmos devocionales
Estos setenta salmos han sido clasificados como
«devocionales» porque contienen (entre otras cosas) promesas preciosas y personales con las que todos los creyentes
pueden alimentarse. Al considerarlas, vamos a citar algunas veces sólo la promesa sin añadir ningún comentario. En
otras ocasiones agregaremos alguna palabra más. Estos salmos incluyen tanto sollozos como cantos. Los autores a veces lloran, dudan y gritan. Repasan el pasado y anticipan
el futuro. Aquí el alma desnuda del hombre se manifiesta
como quizá en ningún otro escrito.
1. Salmo 4
Selección:
«Sabed, pues, que Jehová ha escogido al piadoso para'
sí: Jehová oirá cuando yo a él clamare» (4:3).
«En paz me acostare, y asimismo dormiré: porque
sólo tú. oh Jehová. me haces vivir confiado» (4:8).
Reflexión:
David nos dice aquí que la oración le trae paz y buen
dormir. Uno de los más dulces beneficios adicionales de la vida cristiana es el de la paz. Notemos:
«Jehová bendecirá a su pueblo con paz» (Sal. 29:11¿).
«Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para
ellos tropiezo» (Sal. 119:165).
2. Salmo 9
Selección: «Los malos serán trasladados al Seol. todas las gentes que se olvidan de Dios» (9:17).
Reflexión: Esto algún día llegará a ser una horrible realidad. (Véanse Sal. 11:6: Mt. 25:31-46; Ap. 14:10: 19:20: 20:11-15; 21:8.)
3. Salmo 13
Selección:
«¿Hasta cuándo. Jehová? ¿Me olvidarás para siempre?
¿Hasta cuando esconderás tu rostro de mí?» (v. 1).
«¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma, con
tristezas en mi corazón cada día? ¿Hasta cuándo será
enaltecido mi enemigo sobre mí» (v. 2 )
Reflexión:
Una concepción errónea sobre la Biblia bastante popular es que sus héroes fueron hombres muy diferentes de los demás: nunca sufrieron derrotas, nunca se
desalentaron, siempre alcanzaron el éxito, fueron gente santa y supremamente feliz. Nada puede estar más
lejos de la verdad. La realidad es que todos ellos fueron hombres «sujetos a pasiones semejantes a las
nuestras» (Stg. 5:17). En muchas ocasiones saborearon la amargura de la derrota. Estuvieron a veces
abrumados por la desesperación como los hijos de
Adán y Eva pueden estarlo hoy. Su abatimiento se evidencia frecuentemente en sus oraciones. El salmo 13
es uno de esos ejemplos de un alma sufriente y suplicante. Otros ejemplos notables son los siguientes
La oración de David en los salmos 61:1-7; 31:1-14.
La oración de Asaf en el salmo 77:1 -20.
La oración de Hernán en el salmo 88:1-18
La oración de un autor anónimo en el salmo 102:1-
II.
La oración de un prisionero judío en ruta hacia
Babilonia en el Salmo 137:1 -6 .
La oración de Moisés en Números 11:1, 12, 14,
15.
La oración de Josué en 7:6-9.
La oración de Elias en 1 de Reyes 19:4. 10, 14.
La oración de Job en 3:3-12; 10:18-22.
La oración de Jeremías en 4:10; 20:7-9; 14-18.
La oración de Jonás en 4:1 -3.
La oración de Habacuc en 1:2-4.
La oración de Coré en los salmos 42:3-11; 44:8-26.
4. Salmo 14
Selección:
«Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han
corrompido, hacen obras abominables: no hay quien
haga el bien» (14:1).
Reflexión:
David describe aquí la necedad del ateo. El necio, en
términos bíblicos, es una persona que tiene problemas en su corazón más que en su mente. Veamos otras
clases de necios que aparecen en la Biblia.
a. El necio que se mofa del pecado (Pr. 14:9).
b. El necio que menosprecia el consejo de su padre
(Pr. 15:5).
c. El necio que insiste en pelear (Pr. 20:3).
d. El necio que busca la gloria ( 1 S. 26:21).
e. El necio que ama el dinero (Le. 12:20).
f. El necio que honra a Cristo (I Co. 4:10; el único
necio «sabio» que aparece en la pandilla.
5. Salmo 17
Selección:
«Guárdame como a la niña de tus ojos: escóndeme
bajo la sombra de tus alas» (17:8).
Reflexión:
David usa aquí dos términos tiernos que describen el
afecto de Dios por el creyente.
a. La niña de tus ojos. (Véanse también Dt. 32:10:
Zac. 2:8.)
b. La sombra de tus alas. (Véanse también Dt. 32:11,
12; Sal. 36:7; 57:1; 91:1,4; Mi. 23:37.)
6 . Salmo 18
Selección:
«Envió desde lo alto; me tomó, me sacó de las muchas aguas» (18:16).
«Me sacó a lugar espacioso; me libró, porque se
agradó de mí» (18:19).
«Tú encenderás mi lámpara; Jehová mi Dios alumbrará mis tinieblas» (18:28).
«Me diste asimismo el escudo de tu salvación: tu
diestra me sustentó, y tu benignidad me ha engrandecido» (18:35).
Reflexión:
El salmista habla en el versículo 16 de que fue sacado
de las muchas aguas. El agua es frecuentemente empleada en los Salmos como un símbolo de dificultad y
angustia. (Véanse Sal. 69:1, 2; 144:7; Is. 43:2.) En un
sentido muy real, la hija de Faraón, cuando recogió al
bebe de las aguas del Nilo, estaba poniendo inconscientemente un sobrenombre a todo hijo de Dios cuando
«le puso por nombre Moisés, diciendo: Porque de las
aguas lo saqué» (Ex. 2:10). David declara aquí que el
Señor le sacó de muchas aguas. Siglos después el apóstol Juan escribiría: «Porque el Cordero ... los guiará a
fuentes de agua de vida...» (Ap. 7:17).
7. Salmo 23
Selección:
(Todo el salmo)
«Jehová es mi pastor; nada me faltará.»
Esta es sin duda, con la posible excepción del
Padrenuestro (Mt. 6:9-13). la más famosa de las oraciones dichas por labios humanos.
David afirma que el Señor es su pastor: debido a
esto continua diciendo: «Nada me faltará.» Esto significa que:
a. Cuando su alma necesitaba renovación espiritual,
el Pastor le proveía de pastos delicados.
b. Cuando estaba cansado, le proveía de aguas de reposo.
c. Cuando necesitaba avivamiento, el Pastor le restauraba.
d. Cuando precisaba dirección, el Pastor le guiaba por
el camino recto.
e. Cuando su alma era confrontada por la muerte, el
Pastor estaba con él.
f. Cuando se enfrentaba a sus enemigos, el Pastor le
proveía de una mesa de victoria.
g. Cuando estaba herido, ungía su cabeza con aceite.
h. Cuando necesitaba compañía, el Pastor le proveía
del bien y de la misericordia para que le acompañasen.
i. Cuando David estuviese en el trance de dejar su
morada terrenal, el Pastor le proveería de una morada celestial permanente.
Por esto David podía
decir: «Nada me faltará.» Qué contraste tan grande con la declaración dirigida a Belsasar, que tiempo después fue escrita sobre la pared durante un
banquete en Babilonia.
El mensaje era:
«... Contó Dios tu reino, y le ha puesto fin ... Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto»
(Dn. 5:26, 27).
j. Es apropiado en este punto considerar lo que se ha
dado en llamar la trilogía de los Salmos. Esto es, una
comparación de los Salmos 22. 23. 24. Notemos:
Salmo 22 (Jn. 10:11).
(1) El buen Pastor.
(2) El Salvador.
(3) El fundamento.
(4) Cristo muere.
(5) La cruz.
(6 ) Él da su vida.
(7) Gracia.
Salmo 23 (He. 13:20).
(8 ) El gran Pastor.
(9) El que nos satisface.
(10) La manifestación.
(11) Cristo vive.
(12) El Consolador.
(14) Dirección.
Salmo 24 (1 P. 5:4).
(15) El Príncipe de los pastores.
(16) El Soberano.
(17) La expectación.
(18) Cristo viene.
(19) La corona.
(2 0 ) Él da su luz.
(21) Gloria.
8 . Salmo 34
Selección:
«Este pobre clamó y le oyó Jehová, y lo libró de todas sus angustias. El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende. Gustad, y ved
que es bueno Jehová; dichoso el hombre que confía
en él. Temed a Jehová, vosotros sus santos, pues nada
falta a los que le temen» (34:6-9).
Reflexión:
Nuestro bondadoso Padre celestial usa frecuentemente
a sus ángeles para ayudar, proteger y alentar a sus hijos en la tierra. (Véanse 2 R. 6:17; He. 1:14; Hch.
12:7.)
9. Salmo 35
Selección:
«Se levantan testigos malvados; de lo que no sé me
preguntan; me devuelven mal por bien, para afligir a
mi alma. Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí
de cilicio; afligí con ayuno mi alma, y mi oración se
volvía a mi seno» (35:11-13).
Reflexión:
Este tipo de oración es verdaderamente difícil: interceder por aquellos que están en necesidad pero que quizá
ni siquiera quieren que se ore por ellos y que se gozarían si nos afligiera a nosotros el mismo mal. No obstante. se espera del creyente que ore de esa manera.
10. Salmo 37
Selección:
«No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas
envidia de los que hacen iniquidad. Porque como hierba serán pronto cortados, y como la hierba verde se secarán. Confía en Jehová y haz el bien; y habitarás en
la tierna, y te apacentarás de la verdad» (37:1 -3).
«Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá
las peticiones de tu corazón» (v. 4).
«Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él;
y él hará» (v. 5).
«Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No
te alteres con motivo del que prospera en su camino,
por el hombre que hace maldades» (v. 7).
«Maquina el impío contra el justo, y cruje contra
él sus dientes; el Señor se reirá de él: porque ve que
viene su día» (vv. 12, 13).
«Conoce Jehová los días de los perfectos, y la heredad de ellos será para siempre» (v. 18).
«Por Jehová son ordenados los pasos del hombre,
y él aprueba su camino. Cuando el hombre cayere,
no quedará postrado, porque Jehová sostiene su mano.
Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan» (vv.
23-25).
«Porque Jehová ama la rectitud, y no desampara
a sus santos. Para siempre serán guardados; mas la
descendencia de los impíos será destruida» (v. 28).
Reflexiones:
Este salmo-oración debería ser llamado «la escalada a lo sublime», o «de la frustración (v. 1 ) a la exaltación» (v. 34). Hay cinco travesanos de ascenso en
esta escalera tal como aparecen en los primeros
versículos.
No te impacientes: tengo un problema.
Confia: creo que Dios puede dar respuesta a mi
problema.
Deléitate: creo que Él dará respuesta a mi problema.
Comprométele con El: le llevo mi problema.
Descansa: déjale el problema a Él.
Dios es presentado en los Salmos como riéndose
de dos cosas:
a. Los intentos de los impíos de destronar a su Hijo
(Sal. 2:2-4).
b. Los esfuerzos de los malvados por destruir a sus
santos (Sal. 37:13; 59:8).
Frecuentemente en los Salmos, el que ora le pide
al Señor que le haga consciente de la brevedad de
esta vida, a fin de que pueda dedicar cada día a
su Creador. De esto habla aquí el salmista (37:18)
y en otros momentos:
«En tus manos están mis tiempos...» (Sal.
31:15).
«Hazme saber. Jehová, mi fin, y cuánta sea
la medida de mis días: sepa yo cuán frágil soy»
(Sal. 39:4).
«Enséñanos de tal modo a contar nuestros
días, que traigamos al corazón sabiduría» (Sal.
90:12).
«¿Cuántos son los días de tu siervo?» (Sal.
119:84).
En los versículos 23-25 y 28 de este salmo se
describe el plan de seguridad social de Dios para
sus obreros, además de todos los otros beneficios
adicionales.
11. Salmo 40
Selección:
«Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y
oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación. del lodo cenagoso; puso mis pies sobre
peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca
cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto
muchos, y temerán, y confiarán en Jehová» (40:1-3).
«Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus marvillas; y tus pensamientos son para con nosotros, no
es posible contarlos ante ti. Si yo anunciare y hablare
de ellos, no pueden ser enumerados» (v. 5).
Reflexiones:
Los versículos 1-3 muestran las diferencias existentes entre el cristianismo y todas las demás religiones.
Pensemos en la siguiente ilustración: un hombre cae
en un agujero hondo y oscuro, rompiéndose los brazos y las piernas al caer. Pronto se escuchan sus gritos de dolor pidiendo ayuda. Acierta a pasar por allí
Confucio, el gran filósofo chino, que mirando al fondo del pozo, le dice a aquel hombre: «Mi amigo, permíteme darte este sabio consejo: si alguna vez logras
salir de ahí, ten cuidado de por donde andas para que
no vuelvas a caer en un sitio semejante.» Dicho esto,
se marchó.
Poco después llega Buda y también ve a aquel
hombre que, desamparado e imposibilitado, sigue pidiendo ayuda. Le dice: «Amigo, necesitas ayuda. Si
puedes hacer tu parte para salir de ahí, te ayudaré a
escapar. Procura trepar un poco y extender tus brazos hacia mí.» Pero aquel hombre, con sus miembros
quebrados y sangrando, no puede hacer nada. Buda.
entonces, entristecido se aleja de él. Aquel pobre desesperado se acurruca en su prisión de dolor, habiendo perdido ya casi toda esperanza; pero aún lanza un
grito último clamando por auxilio. Entonces el Salvador de todos los hombres se acerca al borde del
pozo y le mira con compasión. Sin una palabra de
consejo ni amonestación, desciende al fondo del agujero, coloca al herido tiernamente sobre sus hombros,
y lo saca de aquel pozo de desesperación. Después
le cura sus heridas, le señala el camino hacia el cielo
y le pone un cántico nuevo en el corazón. Esto es salvación.
David menciona en el versículo 5 de esta oración las obras maravillosas de Dios a su favor y los
innumerables pensamientos del Señor para con él.
Otros pasajes también muestran esta preciosa verdad
(Sal. 92:5; 139:17, 18; Jer. 29:11).
12.Salmo 42
Selección:
«¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro
de mí? Espera en Dios: porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío» (42:5). (Véanse también
42:11:43:5.)
Reflexión:
Mencionamos estos tres versículos aquí por su notable repetición. El mundo hace notar en son de broma
que está bien que un hombre se hable a sí mismo, pero
es malo que se responda a sí mismo. Coré no opinaba así, porque él hacía y respondía a sus propias preguntas. Esta reafirmación de uno mismo es una buena
práctica. A veces es muy beneficioso para una persona aconsejarse y consolarse a sí mismo como lo haría con otros.
13. Salmo 46
Selección:
«Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto
auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos,
aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben
sus aguas, y también los montes a causa de su braveza» (46:1-3).
«Bramaron las naciones, titubearon los reinos;
dio él su voz, se derritió la tierra. Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios
de Jacob. Venid, ved las obras de Jehová, que ha
puesto asolamientos en la tierra. Que hace cesar las
guerras hasta los fines de la tierra. Que quiebra el
arco, corta la lanza, y quema los carros en el fuego» (vv. 6-9).
Este puede llegar a ser un salmo favorito de aquel
israelita atemorizado que haya quedado y que pueda
estar escondiéndose del Anticristo en Petra durante el
último período de la gran tribulación. (Véanse Is.
26:19. 20; Ap. 6:12-14: especialmente Mt. 24:15. 16;
Ap. 12:14.)
14. Salmo 50
Selección:
«Juntadme mis santos, los que hicieron conmigo pacto con sacrificio» (50:5).
«Porque mía es toda bestia del bosque, y los millares de los animales en los collados. Conozco a todas las aves de los montes, y todo lo que se mueve
en los campos me pertenece. Si yo tuviese hambre,
no te lo diría a ti; porque mío es el mundo y su plenitud. ¿He de comer yo came de toros, o de beber sangre de machos cabríos? Sacrifica a Dios alabanza, y
paga tus votos al Altísimo» (50:10-14).
Reflexiones:
Todos sabemos de esos críticos que han atacado al Antiguo Testamento porque, según ellos, presenta a un
dios tribal sediento de sangre que está más interesado
en sacrificios sangrientos que en ayudar al ser humano. Asaf refuta ese concepto erróneo en este salmo.
Afirma que Dios está más interesado en el ser humano que en sus sacrificios. Su devoción ferviente era más importante para él que aquellas bestias ensangrentadas.
No era el altar de bronce exterior lo que más agradaba
a Dios, sino el altar interno del corazón. Moisés, unos
cuatrocientos años antes, ya le había recordado a Israel este mismo gran principio (Dt. 10:12-16).
15. Salmo 56
Selección:
«Mis huidas tú has contado; pon mis lágrimas en tu
redoma; ¿no están ellas en tu libro?» (56:8).
«Porque has librado mi alma de la muerte, y mis
pies de caída, para que ande delante de Dios en la luz
de los que viven» (56:13).
Reflexiones:
Las dulces palabras que hallamos en el versículo 8
pueden confortar y alegrar al corazón más abatido.
David le pide a) Señor que conserve sus lágrimas. El
autor de este Auxiliar una vez siguió el rastro de las
lágrimas humanas a lo largo de las páginas de la Biblia en un estudio personal. ¡Qué interesante resultó!
Este mar de dolor del alma empieza en Génesis y fluye por todos los libros hasta llegar a su cima en el
Apocalipsis de Juan.
Uno de los primeros momentos de llanto de un creyente aparece en la escena cuando Abraham está dando sepultura a su amada Sara en una solitaria y
desolada cueva cerca de Hebrón (Gn. 23:2).
Este flujo de lágrimas sigue y se convierte en una
corriente continua cuando es alimentado por las lágrimas de Jacob por José (Gn. 37:35), de Moisés por
María (Nm. 12:13), de Ana por un hijo (1 S. 1:10),
de Samuel por Saúl (1 S. 15:11. 35). de David por
Absalón (2 S. 18:33). Para este tiempo la corriente
es ya un torrente que sigue creciendo. Ezcquías llora
por sí mismo (2 R. 20:2. 3), Nehemías por Jerusalén
(Neh. 1:4), un padre por su hija pequeña (Mr. 5:39),
y dos hermanos por su hermano muerto (Jn. 11).
El torrente es ya un río incontrolable y lleva ahora las más preciosas de todas las lágrimas, aquellas
derramadas por nuestro Salvador. Llora sobre Lázaro
(Jn. 11:35) y sobre Jerusalén (Le. 19:41). Al fin. en
el libro de Apocalipsis leemos que este henchido males definitivamente controlado. El último momento que
tenemos registrado de un creyente que llora está en
Apocalipsis 5:5. Finalmente, Dios mismo enjuga todo
rastro de lágrimas, según leemos en Apocalipsis 21:4.
16. Salmo 63
Selección:
«Cuando me acuerde de ti en mi lecho, cuando medite en ti en las vigilias de la noche» (63:6).
Reflexión:
Leemos en los Salmos que David oraba en distintos
momentos del día. Pero parece que él especialmente
se gozaba en buscar a su Pastor en la quietud de la
noche, tal como lo indica en el versículo 6 . Considere sus oraciones de media noche a Dios: «... meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama, y
callad» (Sal. 4:4).
«... me has visitado de noche...» (Sal. 17:3).
«... clamo... y de noche...» (Sal. 22:2).
«... y de noche su cántico estará conmigo...» (Sal.
42:8).
«Me acordaba de mis cánticos de noche...» (Sal.
77:6).
«Anunciar... y tu fidelidad cada noche» (Sal.
92:2).
«Me acordé en la noche de tu nombre, oh
Jehová...» (119:55).
«Regocíjense los santos por su gloria, y canten aun
sobre sus camas» (Sal. 149:5).
17. Salmo 66
Selección:
«Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad,
el Señor no me habría escuchado» (66:18).
Reflexión:
Este principio absoluto de la oración está establecido a lo largo de toda la Biblia, y se refiere tanto a los
santos como a los pecadores. La sangre de Jesucristo
nos limpiará de todos los pecados que confesemos,
pero no va a cubrir ninguna de nuestras miserables
excusas. (Véanse Pr. 15:29; 28:9; Is. 1:15; 59:1,2; Jn.
9:31; Stg. 4:3.)
18. Salmo 68
Selección:
«Los carros de Dios .se cuentan por veintenas de millares de millares...» (68:17).
Reflexión:
David nos dice en el versículo seleccionado que las
huestes celestiales son millares. Esta estimación es apoyada por otras referencias bíblicas tales como Daniel
7:10. Mateo 26:53, y Apocalipsis 5:11. Cinco siglos
después, un profeta solitario y desolado se sentaría etre las ruinas de Jerusalén. hacía poco destruida por los
invasores babilonios. Al estar sentado allí, recordaría
probablemente el testimonio de David que aparece en
este Salmo 68:19. De cualquier modo, el profeta, con
el corazón traspasado, escribió su testimonio basado en
el anterior de David: «Esto recapacitaré en mi corazón,
por lo tanto esperaré. Por la misericordia de Jehová no
hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus
misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu
fidelidad» (Lm. 3:21-23).
19. Salmo 69
Selección:
«Pero yo a ti oraba, oh Jehová, al tiempo de tu buena
voluntad; oh Dios, por la abundancia de tu misericordia, por la verdad de tu salvación, escúchame»
(69:1.3).
Reflexión:
¿Cuándo es este «tiempo de su buena voluntad«? Un
maestro de escuela dominical dijo una vez a su clase: «El mejor momento para prepararse para encontrarse con Dios es el día antes de morir.» Esto parecía
ser aceptable para la clase: pero entonces un niño levantó su mano y dijo: «Pero maestro, a veces la persona no sabe con veinticuatro horas de antelación que
se va a morir. ¿Qué puede hacer entonces?» El maestro sabiamente replicó: «De ahí aprendemos que el
siguiente mejor momento que tiene una persona para
prepararse para encontrarse con Dios es hoy.» Uno de
los conceptos teológicos más importantes de las Escrituras es la doctrina del tiempo presente: el hoy.
Dios desea:
a. Que el pecador entregue su corazón a Cristo hoy
(2 Co. 6:2).
b. Que los santos se dediquen completamente a Cristo hoy (Ro. 6:19, 12:1-3: He. 3:7, 13, 15).
La razón evidente para esta urgencia la encontramos en pasajes como Proverbios 27:1: Santiago 4:13-
15.
20. Salmo 71
Selección:
«Porque tú. oh Jehová, eres mi esperanza, seguridad
mía desde mi juventud» (71:5).
«No me deseches en el tiempo de la vejez; cuando mi fuerza se acabare, no me desampares» (71:9).
«Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud, y hasta
ahora he manifestado tus maravillas. Aun en la vejez
y en las canas, oh Dios, no me desampares, hasta que anuncie su poder a la posteridad, y tu potencia a todos los que han de venir» (71:17, 18).
Reflexión:
Podríamos titular correctamente a este salmo como
«El salmo del anciano». Uno de los más grandes beneficios que puede disfrutar el creyente es que la ancianidad le lleva a estar más cerca de aquella meta
gloriosa de ser semejante a Cristo. Esto es algo totalmente diferente de todas las demás metas terrenales, tal como en el campo de los deportes u otras
carreras profesionales, donde la juventud, el cerebro,
la fuerza y la apariencia son crueles capataces, y el
individuo desafortunado es cruda y rudamente dejado a un lado en la vejez. (Véanse Sal. 25:7; 37:25;
Ec. 11:9, 10; 12:1.)
21. Salmo 73
Selección:
«En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; por poco
resbalaron mis pasos» (73:2).
«Porque tuve envidia de los arrogantes, viendo la
prosperidad de los impíos» (v. 3).
«No pasan trabajos como los otros mortales, ni son
azotados como los demás hombres» (v. 5).
«Los ojos se les saltan de gordura; logran con creces los antojos del corazón» (v. 7).
«He aquí estos impíos, sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas. Verdaderamente en vano he
limpiado mi corazón, y lavado mis manos en inocencia; pues he sido azotado todo el día. y castigado todas las mañanas» (vv. 12-14).
«Cuando pensé para saber esto, fue duro trabajo
para mí, hasta que entrando en el santuario de Dios,
comprendí el fin de ellos. Ciertamente los has puesto en deslizaderos: en asolamientos los harás caer.
¡Cómo han sido asolados de repente! Perecieron, se
consumieron de terreros» (73:16-19).
Reflexiones:
Asaf hace aquí una pregunta que ha perturbado a un
sin fin de cristianos a lo largo de la historia: ¿por qué
prosperan los malos, mientras los buenos sufren?
Lázaro debió hacerse esta pregunta cuando semi desnudo, mal alimentado y lleno de llagas, se sentaba en
el suelo a la puerta de la casa de un rico insensible y
desconsiderado (Le. 16:19-31). Samuel estaría sin
duda agobiado por el dolor de ver como el ungido
David tenía que esconderse del arrogante Saúl.
Se cuenta que un editor escribió hace algunos años
en una revista para agricultores que. aunque él no era
un hombre muy religioso, con todo veía la sabiduría
del mandamiento bíblico de trabajar seis días y descansar el séptimo. Poco después de la publicación del
artículo, un airado agricultor le envío una carta al editor diciéndole que no merecía la pena leer su escrito.
Para demostrarlo decía que precisamente aquel año
él había sembrado sus campos en domingo, los había cuidado en domingo y había recogido la cosecha
en domingo. Terminaba muy alegre su réplica con las
siguientes palabras: «Estamos en octubre y ya he ganado más dinero que ninguno de los agricultores vecinos que se dicen ser cristianos y no trabajan los
domingos.» El editor publicó dicha carta en el siguiente número de la revista y agregó la siguiente observación: «Estimado señor: Dios no liquida todas las
cuentas en octubre.»
22. Salmo 75
Selección:
«Porque ni de oriente ni de occidente, ni del desierto
viene el enaltecimiento. Mas Dios es el juez; a éste
humilla, y a aquél enaltece» (75:6, 7).
Reflexión:
Quizá no ha habido otro rey en toda la historia que sea
una demostración de la terrible realidad de estas palabras que el rey Nabucodonosor de Babilonia. Había tenido un sueño relacionado con un gran árbol que había
sido cortado por orden de Dios. Daniel le profetiza correctamente que Dios le estaba avisando de que se humillara en su arrogancia, o de lo contrario sería cortado.
No solamente ocurriría esto, sino que sufriría de un ataque de locura por un período de siete años. Pero el altivo rey rehusó dar su brazo a torcer, y entonces le
sobrevino el mal anunciado (Dn. 4:29-37).
23. Salmo 76
Selección:
«Ciertamente la ira del hombre te alabará...» (76:10).
Abundan las referencias bíblicas que prueban la verdad que encontramos en esta oración. Consideremos
las siguientes:
a. La ira de Esaú causó que Jacob tuviera que huir
lejos; allí donde fue se encontró con Raquel, para
la gloria de Dios (Gn. 27:41-45; 29:10).
b. La ira de los once hermanos de José envió a José
a Egipto como esclavo, donde después llegó a ser
primer ministro, para aloria de Dios (Gn. 37:23-
28:41:38-44).
Más tarde José se lo recordaría a sus hermanos
al decirles:
«Vosotros pensasteis mal contra mí. mas Dios
lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos
hoy. para mantener en vida a mucho pueblo»
(Gn. 50:20).
c. Un rey moabita lleno de ira intentó maldecir a Israel por medio de un profeta contratado, pero todo
resultó en una bella profecía acerca de Cristo, para
la gloria de Dios (Nm. 22:1-6; 24:17).
d. La ira de Antón le llevó a construir una horca para
colgar en ella a un judío, pero fue él quien murió
ahorcado en ella, para la gloria de Dios (Est. 5:12-
14;7:10).
e. La ira llevó al rey Joacim a quemar el libro de
Dios, pero el libro fue reescrito agregándosele la
profecía de la propia caída del rey. para la gloria
de Dios (Jer. 36:22. 23, 27-32).
f. La ira de los fariseos llevó a Cristo a la cruz para
ser crucificado entre dos ladrones, lo que terminó
en la salvación de uno de ellos, para la gloria de
Dios (Le. 23:39-43).
g. La ira del emperador romano llevó al apóstol Juan
al destierro en la isla de Patmos, privándole de predicar el evangelio, pero resultó en la escritura del
Apocalipsis, para la gloria de Dios (Ap. 1:9).
24. Salmo 80
Selección:
«Oh Pastor de Israel, escucha; tú que pastoreas como
a ovejas a José, que estás entre querubines, resplandece» (80:1).
«Hiciste venir una vid de Egipto; echaste las naciones, y la plantaste» (80:8).
Reflexión:
Tenemos aquí una referencia a los querubines. Las
dos estatuas aladas de 15 pies de altura (unos 4,5
m) llamados querubines, de oro puro y que, formando una sola pieza con el propiciatorio estaban
sobre el arca del pacto en el lugar santísimo, representaban aparentemente a seres reales. Son mencionados como sesenta y cuatro veces en la Biblia.
Notemos:
a. Tanto Moisés como Salomón los colocaron en el
lugar santísimo (Ex. 25:19; 1 R. 6:27).
b. Dios habló a Moisés desde en medio de los dos
querubines (Nm. 7:89).
c. Ezequías oró al Dios que mora entre querubines
(2 R. 19:15).
d. Ezcquiel vio la gloria de Dios en medio de cuatro
querubines que volaban (Ez. 10).
e. Se describe el templo milenario con querubines
(Ez. 41:17-20).
Aparte de lo que ya ha sido dicho acerca de los
querubines, este salmo-oración de Asaf podría muy
bien ser titulado «El salmo de la vid moribunda». La
vid es frecuentemente usada en la Biblia como un
símbolo de Israel. Notemos lo que Asaf dice acerca
de esta vid. Declara que:
f. Dios la sacó de Egipto (v. 8 ).
g. Plantó esta vid en su tierra escogida (v.8 ).
h. Limpió y labró la tierra para su vid (v. 9).
i. La vid arraigó y creció por un tiempo (v. 9).
j. La vid cubrió los montes y creció tan alta como
un cedro (v. 1 0 ).
k. Sus ramas y retoños se extendieron hasta el mar y
hasta el río Éufrates (v. 1 1 ).
l. Entonces Dios rompió la cerca que protegía la vid
(v. 1 2 ).
m. Los extraños se llevaron sus racimos (v. 12).
n. El jabalí y los animales salvajes la destrozaron (v.
13).
ñ. Los enemigos la cortaron y la quemaron (v. 16).
¿Por qué trató Dios a su vid de esta manera? La
respuesta la encontramos muy claramente en las Escrituras (Is. 5:1-4; Jer. 2:21; Os. 10:1). Dios deseaba
que su vid escogida llevara fruto para alimentar las
naciones hambrientas de su alrededor; pero no lo hizo.
Por tanto, en el cumplimiento de los tiempos, Dios
dejó a un lado a esta vid silvestre, inútil y de frutos
amargos. Nuestro Señor Jesucristo declaró triste y solemnemente este rechazo de parte de Dios durante una
conversación que tuvo con los líderes judíos en el
templo. Les dijo: «Por tanto os digo, que el reino de
Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que
produzca los frutos de él» (Mt. 21:43).
Mientras que estuvo en la tierra, el Señor Jesucristo fue la vid verdadera de Dios (Is. 53:2), y llevó fruto
abundante por medio de sus milagros, parábolas, oraciones y sermones. Pero cuando llegó la hora para la
vid crucificada y resucitada de volver al Padre celestial, ¿quién llevaría entonces el fruto del Padre en la
tierra? Encontramos explicados los detalles de este
emocionante plan en Juan 15:1 - 8 . Se espera, por tanto. del creyente que lleve a cabo lo que Israel no iba
a hacer: llevar fruto y fruto en abundancia. Esto sólo
puede ser hecho permaneciendo en El (oración) y permitiendo que sus palabras permanezcan en nosotros
(meditación de la Biblia). El es la vid, nosotros somos los pámpanos. El pámpano existe por una sola
razón: llevar fruto. No puede producirlo, simplemente lo lleva; no sirve para ninguna otra cosa. Su madera no sirve para construir casas ni muebles, ni
tampoco sirve como leña para alimentar el fuego. Está
simplemente para llevar fruto y compartirlo.
25. Salmo 81
Selección:
«Yo soy Jehová tu Dios, que te hice subir de la tierra
de Egipto; abre tu boca y yo la llenaré. Pero mi pueblo no oyó mi voz, e Israel no me quiso a mí. Los
dejé, por tanto a la dureza de su corazón; caminaron
en sus propios consejos. ¡Oh, si me hubiera oído mi
pueblo, si en mis caminos hubiera andado Israel! En
un momento habría yo derribado a sus enemigos, y
vuelto mi mano contra sus adversarios» (81:10-14).
Reflexión:
Casi diez siglos después Cristo Jesús, el rechazado
Redentor de Israel, estaría en el monte de los Olivos
contemplando Jerusalén, y con voz fuerte pronunciaría palabras parecidas (Mt. 23:37-39).
26. Salmo 84
Selección:
«Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, en cuyo corazón están tus caminos. Atravesando
el valle de lágrimas lo cambian en fuente, cuando la
lluvia llena los estanques. Irán de poder en poder; verán a Dios en Sion» (84:5-7).
Reflexión:
El versículo 7 habla de crecer en fortaleza. La palabra poder es muy importante en el vocabulario bíblico de la oración y la santificación. Notemos la
declaración que describe el poder interno del hombre
en contraste con el poder impartido por Dios.
El poder del hombre:
«Como un tiesto se secó mi vigor...» (Sal. 22:15).
«... se agotan mis fuerzas a causa de mi iniquidad...» (Sal. 31:10).
«... y no quedó fuerza en mí...» (Dn. 10:8).
El poder de Dios:
«¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es
Jehová. el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. El da esfuerzo al cansado,
y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los
muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán
nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán. y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán» (Is. 40:28-31).
«No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre
te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi
justicia» (Is. 41:10).
(Véanse también Sal. 27:1; 28:7; 29:11: 43:2;
46:1: 81:1; 118:14: 119:28; Eil. 4:13; 1 P. 5:10: Ef.
3:16; Ro. 5:6; 2 Ti. 4:17; 2 Co. 12:9.)
27. Salmo 85
Selección:
«¿No volverás a damos vida, para que tu pueblo se
regocije en ti?» (85:6).
«Escucharé lo que hablará Jehová Dios: porque
hablará paz a su pueblo y a sus santos, para que no
vuelvan a la locura. Ciertamente cercana está tu salvación a los que le temen...» (85:8-9).
«La misericordia y la verdad se encontraron; la
justicia y la paz se besaron» (85:10).
Reflexiones:
Quizá no hay oración que Dios desea oír más que
aquella pidiendo avivamiento, como la que se expresa en el versículo 6 . Sólo un hijo de Dios puede ser
reavivado. Los pecadores no pueden ser reavivados;
ellos tienen que ser resucitados. Un muerto no puede
ser reavivado, solamente una persona viva puede serlo
o debería serlo. Tiempo después Habacuc oraría de
manera parecida por .sí mismo y por el remanente de
Israel: «Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los
tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer; en
la ira acuérdate de la misericordia» (Hab. 3:2). Como
millones de cristianos han descubierto a lo largo de
la historia, Dios va a darse prisa en responder la oración de un corazón que solicita avivamiento. Pero
como Coré sugiere en la última parte del versículo 8 ,
un deseo verdadero de avivamiento conlleva la determinación de abandonar aquel pecado que hace necesario el avivamiento.
Tenemos muchos avivamientos registrados en la
Biblia. Todos ellos fueron propiciados bien por la oración. por el estudio de la Biblia, o por ambos. Consideremos los siguientes avivamientos y reformas que
encontramos en las Escrituras:
a. Con Jacob (Gn. 35:2-4).
b. Con Moisés (Ex. 14:31— 15:21).
c. Con David (1 Cr. 15:25-28; 16:1-43; 29:10-25).
d. Con Salomón (2 Cr. 7:4-11).
e. Con Elias (1 R. 18:21-40).
f. Con Asa (1 R. 15:11-15).
g. Con Jchú (2 R. 10:15-28).
h. Con Joiada (2 R. 11:17-20).
i. Con Josías (1 R. 22. 23).
j. Con Josafat (2 Cr. 20).
k. Con Ezequías (2 Cr. 29-31).
l. Con Manasés (2 Cr. 33:11-20).
m. Con Esdras (Esdras 9— 10).
n. Con Nehemías (Neh. 13).
ñ. Con Jonás (Jon. .3).
o. Con Ester (Est. 9:17-22).
p. Con Juan el Bautista (Le. 3:2-18).
q. Con el Salvador (Jn. 4:28-42).
r. Con Felipe (Hch. 8:5-12).
s. Con Pedro (Hch. 9:32-35: 2:1-47)
t. Con Pablo (Hch. 13:14-52; 17:10-12: 18:8; 19:18).
Vemos el poder maravilloso de la oración en el
versículo 10. Ahí encontramos dos pares de cosas irreconciliables: La misericordia y la verdad, la justicia
y la paz. La misericordia mira al pecador: «Perdonado»; pero la verdad demanda: «La paga del pecado
es muerte.» La paz contempla el corazón atormentado del pecador y desea suavizarlo, pero la justicia señala que el alma que pecare, morirá. ¿Que puede
hacerse? Entonces sucede el milagro: el amor encuentra el camino en Cristo.
De esta forma dos cosas opuestas pueden ser reconciliadas y besarse la una a la otra.
28. Salmo 8 8
Selección:
«Porque mi alma está hastiada de males, y mi vida
cercana al Seol» (88:3).
Reflexión:
Esta es la oración más sombría y desalentadora de
toda la Biblia. No aparece ni un rayo de esperanza.
29. Salmo 90
Selección:
Los días de nuestra edad son setenta años; y si en los
más robustos son ochenta años, con todo su fortaleza
es molestia y trabajo, pronto pasan, y volamos»
(90:10).
«Enséñanos de tal modo a contar nuestros días,
que traigamos al corazón sabiduría» (90:12).
Reflexión:
Este salmo ha sido llamado frecuentemente «El salmo de la muerte» o «El salmo del primer Adán». Fue
escrito por Moisés. Notemos el promedio de edad del
hombre que se reconocía en este tiempo según el versículo 10 ; una merma trágica desde los tempranos
tiempos patriarcales según Génesis 5. Como el primer Adán descubrió pronto, uno de los frutos amargos del pecado es la muerte física. Con este trasfondo
en mente, la única conclusión lógica para el hombre
es la declaración que aparece en el versículo 12. El
pecador debería aceptar a Cristo (este es el principio
de la sabiduría), y el creyente debería usar los días
de su vida tan sabiamente como es exhortado a gastar su dinero. De hecho, con mucho más cuidado, porque el tiempo mal gastado no puede recuperarse.
30. Salmo 91
Selección:
«El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la
sombra del Omnipotente» (91:1).
«Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te
guarden en todos tus caminos. En sus manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra» (91:11,
12).
Este salmo es conocido como «El salmo de la
vida» o «El salmo del segundo Adán». Se refiere ante
todo al poder guardador del Padre en relación con el
Hijo durante su ministerio en la tierra. El versículo
1 1 dice que mandará a sus ángeles «que te guarden
en todos tus caminos». Veamos el ministerio que los
ángeles llevaron a cabo a favor de Cristo mientras estuvo en la tierra:
a. Le adoraron (He. 1:6).
b. Anunciaron su nacimiento (Le. 1:26-38; 2:8-14;
Mt. 1:20-23.
c. Le sirvieron en:
(1) El desierto (Mi. 4:11).
(2) En el jardín (Le. 22:43).
d. Quitaron la piedra que cerraba el sepulcro (Mt.
28:2).
e. Anunciaron su resurrección (Mt. 28:6).
f. Estuvieron presentes en su ascensión (Hch. 1:10,
11).
g. Le acompañarán en su segunda venida (2 Ts. 1:7,
8) .
Durante las terribles tentaciones de Jesús en el desierto, Satanás citó el versículo 11 (Mt. 4:6). Llevaba razón Shakespeare cuando declaró: «El diablo sabe
citar las Escrituras.»
31. Salmo 94
Selección:
«Cuando yo decía: Mi pie resbala, tu misericordia, oh
Jehová, me sustentaba» (94:18).
Reflexión:
Este versículo, como otros muchos de los Salmos, nos
enseña la eterna seguridad del creyente. No describe
al hijo de Dios que se «agarra» desesperado del brazo del Padre para salvar la vida, sino más bien su frágil mano asida con seguridad por el Todopoderoso.
(Véase también Sal. 37:23. 24.)
32. Salmo 100
Selección:
«Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra»
( 100:1).
Reflexión:
Este es otro de los salmos más conocidos y amados;
y por su estilo, belleza y contenido merece ser puesto junto al Salmo 23.
33. Salmo 103
Selección:
«Bendice, alma mía. a Jehová. y bendiga todo mi ser
su santo nombre» (103:1).
Reflexión:
Este salmo es posiblemente el más grande y glorioso
poema de alabanza a Jehová Dios que jamás se haya
compuesto. El fervor de David alcanza en él su cénit. Su riqueza es mayor, sus pensamientos más profundos, su sonido más dulce, su sentimiento más
conmovedor que en cualquier otra oración de alabanza en la Biblia.
34. Salmo 107
Selección:
«Porque sacia el alma menesterosa, y llena de bien el alma hambrienta. Algunos moraban en tinieblas y
sombra de muerte. Aprisionados en aflicción y en hierros ... Cambia la tempestad en sosiego, y se apaciguan sus ondas» (vv. 9, 10, 29).
Reflexión:
Cristo Jesús cumplió literal y amorosamente estos
versículos mientras estuvo en la tierra:
a. Cumplió 107:9, 10 en Mateo 4:16 y Hebreos 2:14,
15.
b. Cumplió 107:29, en Mateo 8:26.
35. Salmo 111
Selección:
«El principio de la sabiduría es el temor de Jehová...»
( 111: 10).
Reflexión:
La palabra «temor» en la Biblia, especialmente en los
Salmos, donde aparece más de cien veces, está íntimamente conectada con oración y alabanza. Esta clase específica de temor no es aquel tipo seco y enfermizo,
sino un respeto reverencial. Se echa mucho de menos
en el mundo hoy esta clase de santo temor. Como Pablo dijo cuando escribía la maldad de la raza humana:
«No hay temor de Dios delante de sus ojos» (Ro. 3:18).
Notemos el uso de la palabra temor en relación con la
oración y la comunión con Dios.
«Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de
ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu
Dios con todo tu corazón y con toda tu alma» (Dt.
10:12).
«Ahora, pues, temed a Jehová, y servirle con integridad y en verdad...» (Jos. 24:14).
«Servid a Jehová con temor, y alegraos con temblor» (Sal. 2:11).
«... adorare hacia tu santo templo en tu temor...»
(Sal. 5:7).
«Entonces los que temían a Jehová hablaron cada
uno a su compañero; y Jehová escuchó y oyó, y fue
escrito libro de memoria delante de él para los que
temen a Jehová, y para los que piensan en su nombre» (Mal. 3:16).
36. Salmo 118
Selección:
«Me castigó gravemente Jah. mas no me entregó a la
muerte. De parte de Jehová es esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos. Este es el día que hizo Jehová;
nos gozaremos y alegraremos en él» (118:18, 23, 24).
Reflexión:
La vida y la experiencia de Job sirven como un comentario completo al versículo 18. Los versículos 23
y 24 pueden ser correctamente usados por todos los
creyentes en base de Romanos 8:28, incluso en la ocasión del funeral de un ser amado.
37. Salmo 119
Selección:
«En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti» (Sal. 119:11).
«Bueno me es haber sido humillado, para que
aprenda tus estatutos» (Sal. 119:71).
«Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos,
y que conforme a tu fidelidad me afligiste» (119:75).
«Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra
en los cielos» (119:89).
«Más que todos mis enseñadores he entendido,
porque tus testimonios son mi meditación» (119:99).
«Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a
mi camino» (119:105).
«La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples» (119:130).
Reflexión:
Llegamos ahora al salmo más extenso y a la más larga de todas las oraciones contenidas en la Biblia. El
tema único de esta oración es la Palabra de Dios. Se
refiere a ella en cada uno de sus 176 versículos, con
la excepción de cinco. El autor usa para la Biblia nueve títulos diferentes y le atribuye doce funciones.
a. Los nueve títulos son:
( 1) La ley de Dios (v. 1).
(2) Los testimonios de Dios (v. 2).
(3) Los caminos de Dios (v. 3).
(4) Los preceptos de Dios (v. 4).
(5) Los estatutos de Dios (v. 5).
(6 ) Los mandamientos de Dios (v. 6 ).
(7) Los justos juicios de Dios (v. 7).
(8 ) La palabra de Dios (v. 9).
(9) Los dichos de Dios (v. 11).
b. Las doce funciones:
(1) Limpia (v. 9).
(2) Vivifica (v. 25).
(3) Sustenta (v. 28).
(4) Confirma (v. 38).
(5) Defiende (v. 42).
(6 ) Consuela (v. 50).
(7) Instruye (vv. 98. 99).
(8 ) Ilumina (v. 105).
(9) Da seguridad (v. 114).
(10) Sostiene (v. 116).
(1 1)Trae paz (v. 165).
(12) Libera (v. 170).
D.L. Moody comentaba acerca del versículo 11
que la Biblia nos guarda del pecado o el pecado nos
mantiene alejados de la Biblia. En relación con el versículo 71 podemos decir que Dios frecuentemente
permite que nos vengan aflicciones a fin de familiarizamos con su Palabra (véase también el Sal. 94:12).
El autor del libro de Hebreos edifica en parte sobre
el versículo 75 (He. 12:5-15).
Nuestro Señor dijo una vez acerca del versículo
89:
«El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no
pasarán» (Mt. 24:35). (Véanse también Mt. 5:18; 1
P. 1:23, 25.)
En relación con el versículo 99. el salmista no está
jactándose de su inteligencia ni está menospreciando
a todos los maestros. Simplemente está diciendo que
en lo relacionado con la voluntad de Dios para su
vida, él puede recoger más del estudio personal de las
Escrituras que de todo los instructores, sin duda bien
intencionados, pero al fin y al cabo humanos. A veces sucede que aun el más piadoso de los maestros
puede dar a otro creyente un consejo equivocado. Un
ejemplo clásico de esto puede ser el ánimo que el profeta Natán estaba dando a David para que edificase
el templo (1 Cr. 17:1-4). El apóstol Juan escribe sobre esto en su primera carta (1 Jn. 2:27).
En relación con el versículo 105 podemos señalar
que Satanás también es descrito como uno que despliega cierta luz. Pero hay una diferencia: la luz de
Dios es dirigida directamente a los pies del hombre
a fin de guiar su vista. La luz de Satanás es proyectada sobre sus ojos, lo que ciega su vista. Como Pablo lo declararía tiempo después: «En los cuales el
dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de
Dios» (2 Co. 4:4). (Véase también Sal. 97:11.)
Sobre el versículo 130 podemos decir que la Palabra de Dios es suficientemente sencilla como para bendecir el corazón del creyente más simple y al mismo
tiempo es lo suficientemente profunda como para desaliar la inteligencia del más sabio de los creyentes. Es
a la vez leche para el bebé y carne para el adulto.
38. Salmo 123
Selección:
«A ti alcé mis ojos, a ti que habitas en los cielos. He
aquí, como los ojos de los siervos miran a la mano
de sus señores, y como los ojos de las siervas miran
a la mano de su señora, así nuestros ojos miran a
Jehová nuestro Dios, hasta que tenga misericordia de
nosotros» (123:1, 2).
Reflexión:
Un ciudadano de la civilización occidental, en la que
se defiende (al menos en el papel) la igualdad de todos los hombres, cuando lee la parte seleccionada de
este salmo no puede abarcar su sentido completo, al
saber muy poco de la absoluta sumisión y lealtad que
existía en la relación de siervos y señores en las sociedades orientales. Se nos dice que cuando el siervo
estaba en la presencia de su señor, fijaba la mirada
en su mano; de manera que cualquier movimiento o
gesto lo llevaría a la acción inmediata. La misma situación se daba entre la señora y su sierva. Este es el
significado que debemos darle a las palabras de Dios
a David que aparecen en el Salmo 32:8, 9: «Te haré
entender, y te enseñaré el camino en que debes andar: sobre ti fijaré mis ojos. No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, que han de
ser sujetados con cabestro y con freno, porque si no,
no se acercan a ti.» En Romanos 1:1 Pablo re refiere
a sí mismo como un esclavo de Jesucristo. Este era
sin duda el secreto fundamental de su tremendo ministerio para el Señor.
39. Salmo 136
Selección:
«Alabad a Jehová, porque él es bueno, porque para
siempre es su misericordia» (Sal. 136:1).
Reflexión:
En este salmo hallamos el gran coro de la misericordia divina. La frase «porque para siempre es su misericordia», aparece veintiséis veces, una por cada
versículo. Veamos otras oraciones bíblicas en las que
la misericordia es el elemento esencial:
a. La oración de Jacob (Gn. 32:10).
b. La oración de Abraham (Gn. 24:27).
c. La oración de Moisés (Ex. 15:13).
d. La oración de David (2 S. 22:26; 24:14).
c. La oración del remanente (Neh. 9:19).
f. La oración de Jonás (4:2).
g. La oración del publicano (Le. 18:13).
h. Otros salmos: 25:6: 40:11: 51:1; 69:16; 79:8;
103:4: 1 19:77, 156; 145:9.
40. Salmo 139
Selección:
«Oh Jehová. tú me has examinado y conocido»
(139:1).
Reflexión:
En este salmo de David encontramos más acerca de
la omnisciencia de Dios que en ninguna otra oración
de la Biblia. Según David:
a. Dios sabía cuándo se sentaba y se levantaba (v. 2).
b. Dios conocía todos sus pensamientos (v. 2).
c. Dios conocía sus hábitos (v. 3).
d. Dios conocía cada palabra que pronunciaba (v. 4).
e. Dios conocía cada uno de sus pasos (v. 5).
f. Dios le conocía desde antes que naciera (v. 16).
A causa de esta maravillosa sabiduría, David daba
gracias a Dios:
g. Por haberle creado (vv. 13-16).
h. Por cuidarle
(1) Aun si asciende al cielo (v. 8 ). (2) Aun si desciende al Seol (v. 8 ).
(3) Aun si fuere hasta el más lejano mar (v. 9).
(4) Aun si se ocultara en la noche más oscura (vv.
1 1 , 1 2 ).
i. Por pensar en él (vv. 17, 18).
Salmos penitenciales (6, 32, 38, 5 7 , 102, 130,
143)
David fue el autor de al menos cinco de estos siete salmos penitenciales. Le debemos el 6 , 32, 38, 51 y 143. Nosotros vamos a considerar aquí los salmos 32. 38 y 51.
1. Salmo 32
Debemos relacionar este salmo con el 51. Este último describe las emociones de David cuando confesaba sus pecados de adulterio y asesinato (2 S. 11),
mientras que éste presenta sus sentimientos antes de
hacer dicha confesión, cuando todavía pesaba sobre
él la terrible carga de la culpabilidad. Pablo cita en
Romanos (4:7, 8 ) los primeros dos versículos de este
salmo para ilustrar la enseñanza de la imputación, una
de las grandes doctrinas de las Escrituras. Por imputación entendemos el acto de una persona que añade
algo a la cuenta de otra persona. Encontramos tres
imputaciones principales en la Biblia:
a. La de la naturaleza de pecado de Adán a la humanidad (Ro. 3:23; 5:12).
b. La del pecado del hombre sobre Cristo (Is. 53:5.
6 ; He. 2:9; 2 Co. 5:14-21; 1 P. 2:24).
c. La de la justicia de Cristo sobre los pecadores que
creen (Fil. 3:9: Slg. 2:23; Ro. 4:6-24).
2. Salmo 51
Ya hemos visto el trasfondo desde el cual David escribió este salmo.
a. Empieza su gran confesión haciendo lo que Dios
espera que haga todo santo que ha pecado: reconocimiento voluntario de su pecado. El Padre va
a aceptar nuestras lágrimas pero nunca nuestras
excusas. David rehúsa culpar a la sociedad, la herencia. la pobreza o el ambiente por su fracaso.
b. En el versículo 4 declara: «Contra ti. contra ti solo
he pecado.» En un sentido técnico esto, por supuesto, no era exactamente así. David había pecado contra sí mismo, contra Betsabé, contra Urías,
contra Israel, que miraba a su amado rey con admiración y respeto. Pero su pecado contra Dios fue
tan serio que todas las demás partes involucradas
quedaban como borradas. Pablo cita la última parte
de este versículo para probar la condenación universal de la humanidad (Ro. 3:24).
c. En el versículo 7 David suplica ser purificado (o
limpiado) con hisopo. Quizá estaba pensando en
la primera Pascua que el pueblo hebreo celebró
cinco siglos antes en Egipto. Sin duda él habría leído este relato muchas veces:
«Y Moisés convocó a todos los ancianos de Israel, y les dijo: Sacad y tomaos corderos por
vuestras familias, y sacrificad la pascua. Y tomad un manojo de hisopo, y mojadlo en la sangre que estará en un lebrillo, y untad el dintel
y los dos postes con la sangre que estará en el
lebrillo; y ninguno de vosotros salga de las
puertas de su casa hasta la mañana. Porque
Jehová pasará hiriendo a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los postes. pasará Jehová aquella puerta, y no dejará entrar al heridor en vuestras casas para herir» (Ex.
12:21-23).
De forma que Dios le limpió. En el cumplimiento de los tiempos, el más grande descendiente de David llevaría a cabo esa purgación por los
pecados de todos los creyentes en todo lugar. Las
Escrituras nos dicen:
«...habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó
a la diestra de la Majestad en las alturas» (He.
1:3b).
David quena para sí este ministerio a fin de poder quedar más blanco que la nieve. Tres siglos
después Dios usaría las palabras de David para dirigirse al pueblo de Israel. Por medio del profeta
Isaías dijo: «Venid luego, dice Jehová, y estemos
a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos...» (Is.
1:18).
d. David pide algo en el versículo 11 de su oración
que el creyente de hoy no necesita solicitar o no
debería hacerlo. Independientemente de la seriedad de nuestro pecado, no necesitamos preocuparnos por perder la presencia en nosotros del Espíritu
Santo. Jesús prometió a sus discípulos en el aposento alto:
«Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre»
(Jn. 14:16).
e. Sin embargo, todo hijo de Dios necesita alguna vez
repetir las palabras de la oración de David en el
versículo 12. Toda la iglesia de Efeso necesitó hcerlo, como Jesús les dijo: «Pero tengo contra ti,
que has dejado tu primer amor» (Ap. 2:4). Cuando este gozo y primer amor vuelven, tendrá en verdad lugar la conversión de los pecadores como se
menciona en el versículo 13.
f. Este salmo de confesión nos aporta muchas preciosas verdades, pero quizá la mayor de todas la
encontramos en los versículos 16 y 17. La razón
para esto era muy simple: no existía sacrificio para
el pecado de adulterio. Los culpables de este pecado eran sacados fuera y apedreados hasta morir
(Lv. 20:10). De manera que David pasa de largo
las ofrendas levíticas y se entrega a sí mismo por
completo a la Gracia y misericordia de Dios.
3. Salmo 38
Este salmo está, sin duda alguna y por varias razones, entre los pasajes más sobresalientes de toda la
Biblia, principalmente por su absoluta franqueza. Esta
oración tan lastimosa debería demostrar que la Biblia
no es sólo un libro que el hombre no ha escrito, sino
que no escribiría si pudiera. Aquí tenemos a David,
el dulce cantor de Israel, el ungido de Dios, el hombre que tiene un corazón conforme al del Señor. Al
estudiar cuidadosamente el lenguaje de esta oración,
es casi imposible no pensar en la sorprendente posibilidad de que David estuviera enfermo con aquella
clase de mal que acompaña frecuentemente a una vida
y actividad inmoral (vv. 3-11).
Salmos imprecatorios (35, 55, 58, 59, 69, 83,
109. 137, 140)
A. Definición de estos salmos:
Imprecar es orar deseando y pidiendo el mal contra alguien o algo. Es sinónimo de maldecir.
B. El hecho de estos salmos:
Hay muchos momentos cuando los salmistas pidieron el juicio de Dios sobre sus enemigos. Solicitaron al Señor que:
1. Disputase y pelease contra ellos (35:1).
2. Fuesen avergonzados y confundidos (35:4).
3. Fuesen esparcidos (35:5).
4. El ángel de Jehová los acosara (35:5).
5. Fuese su camino tenebroso y resbaladizo
(35:6).
6 . La muerte les sorprendiese (55:15).
7. Descendiesen vivos al Seol (55:15).
8 . Quebrase sus dientes (58:6).
9. Deshiciese sus defensas (58:7).
10. No tuviese misericordia de ellos (59:5).
11. Los consumiese con su furor (59:13).
12. Les pusiese lazo (69:22).
13. Oscureciese sus ojos (69:23).
14. Hiciese temblar sus lomos (69:23).
15. Fuese su palacio asolado (69:25).
16. Fuesen raídos del libro de los vivientes
(69:28).
17. Fuesen hechos como estiércol para la tierra
(83:10).
18. Que los persiguiese (83:15).
19. Los entregase a Satanás (109:6).
20. Fuesen sus días pocos (109:8).
21. Sus hijos anduviesen vagabundos y mendigasen (109:10).
22. Fuesen echados en el fuego (140:10).
23. Fuesen arrojados a abismos profundos
(140:10).
C. El problema de estos salmos:
¿Cómo podemos reconciliar estas frases con la enseñanzas de Jesús en el Nuevo Testamento como
aparecen, por ejemplo, en Mateo 5:44:
«Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos,
bendecid a los que os maldicen, haced bien a
los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen»?
D. Respuestas que se han sugerido para estos salmos:
(El material que sigue ha sido tomado del librito
Notes for Lectures on the Psalms, del doctor Roy
L. Aldrich.)
1. Los Salmos son inspirados por Dios y el Espíritu Santo tiene el derecho de denunciar el
pecado y a los pecadores.
2. Esto está en armonía con la ley (Sal. 28:4; Jer.
50:15).
3. Tal juicio contra el mal y los malhechores está
en armonía con las enseñanzas de Cristo y de
las epístolas (Mt. 18:6: 23:33: 26:24: Gá. 1:8,
9; 5:12: Stg. 5:3: Jud. 13. 15; 2 P. 2:12, 22; 2
Ts. 2:10-12: Ap. 14:10. 11).
4. Las Escrituras también contienen maldiciones
contra los israelitas por caer en el pecado y en
la idolatría (Lv. 26: Dt. 27—28; Is. 5:24, 25;
28:13. etc.).
5. David fue muy indulgente en su vida privada,
pero en los Salmos muestra que la causa de
Dios era su causa (Sal. 5:10. 11).
6 . Los orientales estaban acostumbrados a usar
un vocabulario más fuerte que los occidentales. Sus denuncias eran más exageradas y sus
alabanzas más vehementes.
7. Muchas de las imprecaciones eran el resultado de la solidaridad sentida hacia el herido y
el oprimido (Sal. 10:8-10).
8 . Algunos de estos salmos son oraciones pidiendo victoria en la guerra (Sal. 144:5-7). Mas las guerras de Israel fueron claramente
aprobadas por el Señor.
9. Algunas de las peticiones hacen referencia a
predicciones de las Escrituras (Sal. 137:8, 9).
El salmista tiene ante sí una clara profecía donde se predice la caída de Babilonia en estos
mismos términos (Is. 13:16; véanse también
Jer. 50:15; 51:6, 36).
10. Algunas tienen que ver con Cristo y los que
le traicionaron (Salmos 40, 55, 60). El Salmo
69:22-25 nos habla del castigo que le caería a
Judas. El Salmo 109 ha sido llamado el «Salmo Iscariote».
11. A los inicuos se les ve en los salmos como impíos confirmados o apóstatas. Esto está en concordancia con la soberanía de Dios y con el
carácter profético de los salmos. Muchos de
los salmos miran hacia el futuro juicio terrenal contra los inicuos.
12. Dios manifiesta su gracia en las claras y repetidas amonestaciones que dirige a los malvados (Sal. 2:12).
13. La forma imperativa en que aparecen ciertas
expresiones pueden ser perfectamente cambiadas en futuro sin forzar el sentido del
hebreo. Por ejemplo, en vez de «sean avergonzados y confundidos», bien puede decir
«serán avergonzados y confundidos». Esta
oración sería entonces una profecía. (Véase
Sal. 109:8-10.)
E. Una breve consideración de estos salmos:
1. Salmo 35. Este es el primero de los nueve salmos imprecatorios. (Veánse los versículos 1 al
8 .) Debe tenerse también en mente que David
había orado primeramente por sus fieros enemigos a pesar de sus crueldades para con él
(vv. 12-16). Este es también el primero de cuatro Salmos Iscariotes; esto es, salmos que describen proféticamente la traición de Judas en
el Nuevo Testamento. Los otros tres son: 41:9;
55:12-14: 109:6-8. Véase en los siguientes
versículos la oración imprecatoria en cada unb
de ellos:
2. Salmo 55:9.
3. Salmo 58:6-9.
4. Salmo 59:11-15.
5. Salmo 69:22-28.
6 . Salmo 83:9-17.
7. Salmo 109:6-20.
8 . Salmo 137. Aquí encontramos una oración
imprecatoria doble:
a. Para que Dios juzgue a Edom por su traición durante la caída de Jerusalén a manos de los babilonios (v. 7).
b. Para que Dios juzgue a Babilonia (vv. 8 .
9).
Nota: no obstante, estas palabras no describen a un ejército israelita corriendo de
un sitio para otro machacando los cuerpos
de bebés babilonios, porque, históricamente hablando, fueron los babilonios los que
conquistaron a Israel y no al revés. Esto
puede considerarse como profético en relación con Los persas, porque fueron ellos
los que derrotaron a Babilonia. (Véanse
Dan. 5; Is. 12:16.) Aquí nos aparece la ley
divina de la retribución, como se nos enseña también en Exodo 32:34; Salmo 7:16 Proverbios 11:19, 21, y Gálatas 6:7. 9. Salmo 140. Véanse los versículos 8 al 10 para
la oración imprecatoria.
Salmos graduales o ascendentes
A. ¿Quién los escribió?
Una opinión comúnmente sostenida es que fueron
compuestos por tres hombres.
1. Ezequías escribió diez de ellos (120, 121, 123,
125. 126, 128, 129. 130, 132, 134).
2. Salomón escribió uno de ellos (127).
3. David escribió cuatro de ellos (122. 124, 131,
133).
B. ¿Por qué fueron escritos?
Muchos creen que la razón de su composición fue
la siguiente: sobre el año 700 a.C. Dios sanó de
una enfermedad fatal a un rey judío llamado
Ezequías. En Isaías 38 tenemos recogida la oración de acción de gracias del agradecido rey, compuesta después de su recuperación. En el versículo
2 0 dice:
«Jchová me salvará; por tanto cantaremos nuestros cánticos en la casa de Jehová todos los días
de nuestra vida.»
Algunos eruditos (incluyendo a Thirtle. Lightfoot
y Scroggie) creen que estos cantos de Ezequías son
diez de los quince «Salmos graduales» anónimos que
tenemos (120-134). Estos salmos tienen ciertamente
una cierta semejanza de estilo. Ezequías pudo haber
escrito diez de estos salmos en recuerdo de los diez
grados de la sombra del reloj de sol (2 R. 20:9-11),
y después fueron agregados cinco salmos no publicados antes, originales de David y Salomón (véase
Pr. 25:1), para llegar a un total de quince en honor
de los quince años más de vida que Dios le concedió (2 R. 21:6).
C. ¿Cómo tenían que ser cantados?
Veamos varias teorías:
1. Según una vieja tradición judía tenían que ser
cantados cuando el coro ascendía por la escalinata semicircular que llevaba al atrio de los
hombres en el templo.
2. Lo de «ascendentes» se puede referir a las etapas de la peregrinación a Jerusalén, para ser
cantados por los peregrinos a lo largo del camino en su viaje a la ciudad sagrada durante
los días de las fiestas sagradas.
3. «Ascendentes» se refería a cantos del coro más
elevado, a cantores situados en la parte más
alta de un lugar elevado.
4. La referencia puede ser musical, significando. que las notas ascendían gradualmente.
Salmos de aleluya ( 113— 118)
Estos seis salmos se cantaban en la noche de la Pascua.
A. Los Salmos 113 y 114 al comienzo de la comida
pascual.
B. Los Salmos 115 y 116 al final. Estos fueron seguramente los que cantaron el Salvador y sus discípulos según Mateo 26:30. Son todavía recitados
dieciocho veces al año en Palestina en ocasión de
varias celebraciones, y veintiuna veces cada año
por los judíos que viven fuera de la Tierra Santa.
Salmos históricos (7 8 , 105, 106)
Estos tres salmos, que describen la historia de Israel, pueden resumirse de la siguiente manera:
Salmos históricos (7 8 , 105, 106)
A. Los pecados de Israel.
1. Rehusaron andar en la ley de Dios (78:10).
2. Se olvidaron de sus obras (78:11,42; 106:13).
3. Hablaron contra el Señor (78:19).
4. No confiaron en su salvación (78:22).
5. Le mintieron (78:36).
6 . Le enojaron (78:40).
7. Le provocaron (78:41).
8 . Adoraron imágenes de talla (78:58; 106:19).
9. Envidiaron a su siervo Moisés (106:16).
10. Aborrecieron la Tierra Prometida (106:24).
11. Murmuraron en sus tiendas (106:25).
12. Comieron los sacrificios de los muertos
(106:28).
13. Se juntaron con los paganos (106:35).
14. Sacrificaron sus hijos a los demonios (106:37).
15. Derramaron sangre inocente (106:38).
B. La gracia de Dios.
1. Se acordó de su pacto cuando clamaron a él
(105:8-11).
2. Dividió el mar (78:13).
3. Les guió mediante una nube durante el día
(78:14).
4. Les dirisió de noche con resplandor de fuego
(78:14).“
5. Les proveyó de agua sacándola de las rocas
(78:15).
6 . Les hizo llover maná (78:24).
7. Fue compasivo y olvidó sus iniquidades
(78:38).
8 . Hizo maravillas para ellos en Egipto (78:43;
105:27-36).
9. Les llevó hasta las fronteras de la Tierra Prometida (78:54).
10. Echó a las naciones paganas de delante de
ellos (78:55).
11. Escogió a David para dirigirlos (78:70, 71).
12. No permitió que nadie les agraviase (105:14).
13. Los apacentó (78:72).
14. Castigó a los reyes por amor de ellos (105:14).
15. Los elevó por medio de José (105:17).
16. Les dio las riquezas de Egipto (105:37).
17. Los mantuvo sanos (105:37).
18. Continuamente les perdonó (106:43).
19. Escuchó constantemente su clamor (106:44).
Salmos alfabéticos o acrósticos ( 9 , 10. 2 5 . 3 4 .
3 7 , 111, 112. 119, 145
Se llaman así porque cada línea de estos salmos comienza con una letra sucesiva de las veintidós que componen el
alfabeto hebreo.
El Salmo 119 es. por supuesto, el más conocido de este
grupo. Tiene veintidós estrofas, y cada estrofa ocho
versículos, con un total de 176. Cada una de estas estrofas
comienza con una de las veintidós letras del alfabeto hebreo.
No todos estos salmos están completos en este arreglo; a algunos les falta una letra o más.
De lo que resulta que:
A. A los salmos 9, 10. 25 les faltan varias letras.
B. A los salmos 34,45 sólo les falta una letra.
C. Los salmos 37, 111, 1 12 y 119 tienen todas las letras.
Es razonable suponer que usaron este recurso literario
para ayudar a la memoria
Salmos mesiánicos
Vamos a considerar estos importantísimos salmos de dos
maneras: Primero, en el orden en que Cristo los cumplió en
el Nuevo Testamento. Segundo, en el orden en que aparecen en el libro de los Salmos.
A. En el orden en que Cristo los cumplió en el Nuevo Testamento.
1. Su obediencia (40:6-10).
«Sacrificio y ofrenda no te agrada ... Entonces dije: He aquí vengo; en el rollo del libro
está escrito de mí...» (cp. He. 10:5-7).
2. Su celo (69:9).
«Porque me consumió el celo de tu casa...»
(Jn. 2:17).
3. Su rechazo (i 18:22).
«La piedra que desecharon los edificadores ha
venido a ser cabeza de ángulo» (véase Mt.
21:42).
4. Su traición.
«Aun el hombre de mi paz. en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, alzó contra mí
el calcañar» (41:9).
«Porque no me afrentó un enemigo, lo cual
habría soportado; ni se alzó contra mí el que
me aborrecía, porque me hubiera ocultado de
él; sino tu, hombre, al parecer íntimo mío, mi
guía y mi familiar; que juntos comunicábamos
dulcemente los secretos, y andábamos en amistad en la casa de Dios» (55:12-14). (Véase Mt.
26:14-16. 21-25.)
5. Sus sufrimientos (22:1.6 , 7. 8 , 16. 18).
«Me pusieron además hiel por comida, y en mi
sed me dieron a beber vinagre» (69:21). (Véase Mt. 27:34, 48.)
«En tu mano encomiendo mi espíritu» (Sal.
31:5). (Véase Le. 23:46.)
«El guarda todos sus huesos; ni uno de
ellos será quebrantado» (34:20). (Véase Jn.
19:33-36; también Sal. 129:3.)
6 . Los falsos testigos.
«Porque boca de impío y boca de engañador
se han abierto contra mí: han hablado de mí
con lengua mentirosa; con palabras de odio
me han rodeado, y pelearon contra mí sin
causa» (109:2, 3). (Véanse Mt. 26:59-61;
27:39-44.)
7. Su oración por sus enemigos.
«En pago de mi amor me han sido adversarios;
mas yo oraba» (109:4). (Véase Le. 23:34.)
8 . Su resurrección.
«Porque no dejarás mi alma en el Scol, ni permitirás que tu santo vea corrupción» (16:10;
comparar con Hechos 13:35).
«Anunciaré tu nombre a mis hermanos; en
medio de la congregación te alabaré» (2 2 :2 2 ;
comparar con Jn. 20:17).
9. Su ascensión.
«Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, tomaste los dones para los hombres...» (68:18:
comparar con Ef. 4:8).
10. Su entrada triunfal.
«Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos
vosotras, puertas eternas, y entrará el Rey de
gloria. ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová
el fuerte v valiente, Jehová el poderoso en batalla» (24:7. 8 ). (Véase Hch. 1.)
11. Su obra como Sumo Sacerdote.
«Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de
Melquisedec» (110:4). (Véase He. 5—7.)
12. Su matrimonio (45:2, 6 . 8 , 13, 15). (Véase Ap.
19.
13. Su destrucción de los paganos.
«Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado
de tus pies» (110:1). (Véase también Sal. 2.)
«Juzgará entre las naciones...» (110:6).
(Véase Xp. 6— 19.)
14. Su reinado milenario (89:27; 102:16-21).
«Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies» (8 :6 ;
comparar con He. 2).
«Será su nombre para siempre, se perpetuará su nombre mientras dure el sol. Benditas
serán en él todas las naciones. Lo llamarán
bienaventurado» (72:17). (Véanse Mt. 23:39;
Ap. 11:15.)
B. En el orden en que aparecen en el libro de los Salmos.
1.Salmo 2: predice la destrucción de los paganos y el reinado milenario de Cristo. Este salmo contiene cuatro partes:
a. La rebelión del hombre (vv. 1 -3).
b. La reacción de Dios (vv. 4-6).
c. El gobierno del Hijo (vv. 7-9).
d. La recomendación del salmista (vv. 10-
12).
Pasajes mesiánicos:
Versículo 2: «Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra
Jehová y contra su ungido...» (Citado en Hch.
4:26.)
Versículo 7: «Yo publicaré el decreto;
Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú: yo te engendré hoy.» (Citado en Hechos 13:33.)
2. Salmo 8 : predice el reinado milenario de Cristo. Bien podemos comparar la declaración del
versículo 6 de este salmo, que nos dice que
Dios creó al hombre con sus dedos, con Isaías
53:1, donde se nos dice que redimimos le costó a Dios sus brazos. De lo que se infiere que
la redención es mucho más costosa que la creación.
Pasaje mesiánico:
Versículo 6 : «Le hiciste señorear sobre las
obras de tus manos: todo lo pusiste debajo de
sus pies.»
3. Salmo 16: predice la muerte y la resurrección
de Cristo.
Pasaje mesiánico:
Versículo 10: «Porque no dejarás mi alma en
el Seol. ni permitirás que tu santo vea corrupción.» (Citado en Hechos 2:27.)
4. Salmo 22: predice los intensos sufrimientos de
Cristo.
Este salmo tiene dos partes:
a. Los sollozos del crucificado (1-21).
b. El canto del glorificado (22-31).
Se ha sugerido que Pedro tenía este salmo
en mente cuando escribió:
«Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta
salvación, escudriñando qué persona y qué
tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que
estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las
glorias que vendrían tras ellos» (1 P. 1:10.
11).
Si esto es cierto, entonces los versículos 1
al 2 1 del salmo hablan de sus sufrimientos.
mientras que los versículos 2 2 al 31 describen
su gloria.
Pasajes mesiánicos:
Versículo 1: «Dios nho, Dios mío, ¿por qué me
has desamparado?» (Citado por Cristo en la
cruz, Mt. 27:46.)
Versículo 8 : «Se encomendó a Jehová; líbrele él; sálvele, puesto que en él se complacía.» (Citado por los inicuos líderes israelitas
ante la cruz, Mt. 27:43.)
Versículo 16: «... Horadaron mis manos y
mis pies...» (Cumplido por los soldados romanos al crucificarle, Mt. 27:35.)
Versículo 18: «Repartieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.» (Cumplido por los soldados romanos al pie de la
cruz, Mr. 15:24.)
Versículo 22: «Anunciaré tu nombre a mis
hermanos; en medio de la congregación te alabaré.» (Citado en He. 2:12.)
5. Salmo 23: predice el tierno ministerio pastoral
de Cristo.
Pasaje mesiánico:
Versículo 1: «Jehová es mi pastor; nada me faltará.» (Aunque esta cita no aparece exactamente así en el Nuevo Testamento, Jesús mismo
se refiere a ella en Jn. 10:1 -18).
Este salmo es conocido como la Perla de
los Salmos. Tiene tres partes:
a. Las ovejas y el pastor (1-3; habla de provisión).
b. El guía y el viajero (3. 4; habla de dirección).
c. El anfitrión y el invitado (5. 6 ; habla de
comunión).
6 . Salmo 24: predice la entrada triunfal de Cristo en el cielo. Este salmo, aunque originalmente escrito para celebrar la entrada de David en
la recién capturada ciudad de Jerusalén y su
subsiguiente dedicación como rey, puede también hablar de la entrada victoriosa del Salvador en la gloria después de haber terminado su
obra de redención y ascender al monte de los
Olivos. El salmo será cantado por dos coros:
a. Los versículos I al 6 eran cantados al pie
del monte donde estaba ubicada la ciudad.
(1) El coro A cantaría los versículos 1-
3.
(2) El coro B cantaría los versículos 4-
6.
b. Los versículos 7-10 eran cantados en frente de las puertas de la ciudad.
(1) El coro A cantaría el versículo 7.
(2) El coro B. cantaría el versículo 8 .
(3) El coro A cantaría la segunda parte
del versículo 8 y también el 9.
(4) El coro B cantaría la primera parte
del versículo 1 0 .
(5) El coro A cantaría la segunda parte
del versículo 1 0 .
c. Ciertos salmos eran cantados en el servicio de la mañana en el templo cada día de
la semana. Posiblemente lo cantaban en el
siguiente orden:
(1) El lunes el coro cantaba el Salmo 48.
(2) El martes el Salmo 82.
(3) El miércoles el Salmo 94.
(4) El jueves el Salmo 81.
(5) El viernes el Salmo 93.
(6 ) El sábado el Salmo 92.
(7) El domingo el Salmo 24.
Pasajes mesiánicos:
Versículos 7-10: «Alzad, oh puertas, vuestras
cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, y
entrará el Rey de gloria. ¿Quién es este Rey
de gloria? Jehová el fuerte y valiente, Jehová
el poderoso en batalla. Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas,
y entrará el Rey de gloria. ¿Quién es este Rey
de gloria? Jehová de los ejércitos, él es el Rey
de la gloria.»
(Aunque estos versículos no se citan directamente en el Nuevo Testamento, sin embargo. se habla en forma general de ellos en
Hechos 2:32. 33.)
7. Salmo 31: predice los pensamientos y palabras
del Salvador en la cruz.
Pasaje mesiánico:
Versículo 5: «En tu mano encomiendo mi espíritu...»
(Fue citado directamente por Jesús poco
antes de expirar en la cruz según Le. 23:46.)
El apóstol Pablo se referiría más tarde al versículo 19 de este salmo en 1 Corintios 2:9.
8 . Salmo 40: predice la obediencia de Cristo durante su vida en la tierra.
Pasaje mesiánico:
Versículo 6 : «Sacrificio y ofrenda no te agrada; has abierto mis oídos...» (Citado en He.
10:5.6.)
Versículo 7: «Entonces dije: He aquí, vengo: en el rollo del libro está escrito de mí» (Citado en He. 10:7.)
9. Salmo 41: predice la traición del Salvador por
Judas. Este es el primero de tres salmos que
hablan de ello. Los otros son el 55 y el 109.
Pasaje mesiánico:
Versículo 9: «Aun el hombre de mi paz, en
quien yo confiaba, el que de mi pan comía,
alzó contra mí el calcañar.» (Una referencia a
Judas. Véase Jn. 13:18.)
10. Salmo 45: predice la belleza y las bodas de
Cristo. Las raíces históricas de este salmo están probablemente en el casamiento de
Salomón con la hija de Faraón (1 R. 3:1), pero
ciertamente se presta para una referencia al
pasaje de las bodas del Cordero que tenemos
en Apocalipsis 19:7-9. Este salmo tiene dos
partes:
a. Primera parte: Las características del novio (l- 8 u).
(1) Es el más justo de todos.
(2) Sus palabras están llenas de gracia.
(3) Goza de la constante bendición de
Dios.
(4) Es un defensor de la verdad, la humildad y la justicia.
(5) Derrota a lodos sus enemigos.
(6 ) Su trono permanecerá para siempre.
(7) La justicia es su cetro real.
(8 ) Ama la justicia y aborrece la maldad.
(9) Sus vestidos están perfumados con
mirra, áloe y casia.
b. Los privilegios de la novia (86-17).
(1) Su morada será un palacio de marfil
lleno de música.
(2) Será vestida con ropas finas con
adornos de oro.
(3) Será amada por su esposo por toda la
eternidad.
Pasaje mesiánico:
Versículo 6 : «Tu trono, oh Dios, es eterno y
para siempre; cetro de justicia es el cetro de
tu reino.» (Citado en He. 1:8.)
Versículo 7: «Has amado la justicia y aborrecido la maldad; por tanto, te ungió Dios, el
Dios tuyo con óleo de alegría más que a tus
compañeros» (Citado en He. 1:9.)
11. Salmo 68 : predice la victoria gloriosa de Cristo
y su entrada triunfal en el cielo.
Pasaje mesiánico:
Versículo 18: «Subiste a lo alto, cautivaste la
cautividad, tomaste dones para los hombres....» (Citado en Ef. 4:8.) ¿Dónde estaba la
morada de los justos que habían muerto antes
del Calvario? Algunos estudiantes de la Biblia
sostienen que antes de que Jesús muriera, las
almas de todos los hombres descendían a una
morada localizada en alguna parte de la tierra
conocida como el Hades en el Nuevo Testamento y el Seol en el Antiguo Testamento.
Había originalmente dos secciones en el
Hades, una para los salvos y otra para los perdidos. la sección de los salvos es algunas veces llamada el «paraíso» (Le. 23:43) y otras
veces el «seno de Abraham» (Le. 16:22).
No se sabe que se le diera ningún nombre
a la sección de los no salvados excepto la designación general de Hades. En Lucas 16:19-
31 el Salvador nos habla de un creyente pobre
que murió y fue al seno de Abraham. Muchos
creen que todo esto cambió cuando Cristo
hizo el pago completo por los pecados de los
creyentes en el Calvario. La Biblia Anotada
de Scofield sugiere que el Señor, durante el
tiempo entre su muerte y resurrección, descendió al Hades y sacó del paraíso a todos
aquellos que habían sido salvos hasta entonces y entró triunfalmente con ellos en los cielos. Se presenta Efesios 4:8-10 como prueba
de ello. El finado doctor Barn house escribe
en su libro Revelation:
«Cuando ascendió a lo alto (Ef. 4:8) vació
el paraíso y los llevó directamente a la presencia de Dios. La cautividad fue llevada cautiva.... A partir de ese momento nunca más
hubo separación entre los que creen en Cristo. Las puertas del infierno nunca más prevalecerían contra ningún creyente.» (Véase Mt.
16:18.)
12. Salmo 69: predice el celo y los sufrimientos
de Cristo.
Pasajes mesiánicos:
Versículo 9: «Porque me consumió el celo de
tu casa....» (Citado en Jn. 2:17.)
Versículo 21: «Me pusieron además hiel
por comida, y en mi sed me dieron a beber vinagre.» (Cumplido en Mt. 27:34, 48.)
13. Salmo 72: predice el reinado milenario de
Cristo. No está absolutamente claro si este Salmo es una oración a Dios de Salomón o una
oración de David concerniente a Salomón. En
cualquier caso, describe el glorioso reinado
milenario del Señor Jesucristo, descendiente de
David. Notemos las siguientes características
de su reinado:
a. Juzgará a los afligidos con justicia (2)
b. Los montes y los collados florecerán (3).
c. Aplastará a los opresores (4).
d. Su gobierno será tan amoroso y beneficioso como el rocío para la hierba (6 ).
e. Los hombres buenos prosperarán en gran
manera (7).
f. Su reinado se extenderá hasta los confines
de la tierra (8 ).
g. Todas las naciones le traerán presentes y
le servirán ( 1 0 , 1 1 ).
h. Todos los pueblos le bendecirán y le alabarán (15).
i. .Su nombre permanecerá y será honrado
por siempre (17).
Pasaje mesiánico: Versículo 8 : «Dominará de mar a mar. y desde el río hasta los confines de la tierra.» (Citado por Juan en Ap. 11:15.)
14. Salmo 89: predice la fidelidad inalterable de
Dios a favor de la dinastía de David por medio
de Cristo, a pesar de la continua desobediencia
de los miembros de esa dinastía. Este salmo fue
escrito por Elán e/.raíta, quien fue un reconocido sabio durante el reinado de Salomón (1 R.
4:31). Aunque no podemos estar seguros, bien
puede ser que este salmo esté expresando los
pensamientos de Salomón en sus últimos años,
cuando a causa de sus pecados experimentó
muchas dificultades. (Véase 1 R. 11.)
Pasaje mesiánico:
Versículo 27: «Yo también le pondré por primogénito. el más excelso de los reyes de la tierra.» (Referido por Pablo en Fil. 2:9-11.)
15. Salmo 102: predice la eternidad de Cristo. Este
salmo puede corresponder a los últimos años
del exilio babilónico, y su propósito era animar a los judíos a volver a Palestina y
reedificar Jerusalén. También se refiere a la
segunda venida del gran Rey de Jerusalén.
(Véase el v. 16.)
Pasaje mesiánico:
Versículos 25-27: «Desde el principio tú fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permanecerás; y
todos ellos como una vestidura se envejecerán:
como un vestido los mudarás, y serán mudados; pero tú eres el mismo, y tus años no se
acabarán.» (Citado en He. 1:10-12.)
16. Salmo 109: predice la traición de Judas y su
terrible castigo.
Pasaje mesiánico:
Versículo 8 : «Sean sus días pocos; tome otro
su oficio.» (Citado por Pedro en Hechos 1:20.)
17. Salmo 110: predice el sacerdocio eterno de
Cristo.
a. Notemos la múltiple descripción de Cristo en este salmo:
(1) Es Dios (v. I).
(2) Es Rey (v. 2).
(3) Es sacerdote (v. 4).
(4) Es juez (v. 6 ).
(5) Es un poderoso guerrero (v. 6 ).
b. Notemos la doble descripción del pueblo
de Dios en este salmo:
(1) Son sacerdotes: «Tu pueblo se te
ofrecerá voluntariamente...» (literalmente, «ofrecerán ofrendas voluntarias» v. 3). (Cp. con Ap. 1:6 .)
(2) Son soldados: «... en el día de tu poder...» (literalmente, «tu ejército» v.
3). (Cp. con Ef. 6:11.)
Pasajes mesiánicos:
Versículo 1: «Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.»
Este versículo es más citado en el Nuevo
Testamento que ningún otro del Antiguo Testamento. Es repetido al menos en cuatro ocasiones.
(3) En Mateo 22:41-46 (para señalar la
deidad de Cristo).
(4) En Hechos 2:34, 35 (para mostrar la
identidad de Cristo).
(5) En Hebreos 1:13 (en forma de pregunta para indicar la superioridad de
Cristo).
(6 ) En Hebreos 10:12, 13 (para mostrar
la obra terminada de Cristo).
Versículo 4: «Juró Jehová. y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.»
Encontramos este versículo no menos de
tres veces en el Nuevo Testamento y en las tres
tratan acerca de su sumo sacerdocio.
(7) En Hebreos 5:6 (para dar las
cualificaciones de un sumo sacerdocio
según el orden de Melquisedec).
(8 ) En Hebreos 6:20 (para señalar la
inmutabilidad de este sumo
sacerdocio).
(9) En Hebreos 7:21 (para mostrarnos la
necesidad de este sumo sacerdocio).
18. Salmo 118: predice que Cristo es la piedra fundamental del edificio de Dios, rechazado por
los hombres, pero elegido por el Señor. Este
salmo, que se usaba frecuentemente durante la
fiesta de los tabernáculos, pudo haber sido cantado por el Señor en el camino a Getsemaní.
Pasajes mesiánicos:
Versículo 22: «La piedra que desecharon los
edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo.»
Abundan, tanto en el Antiguo como en el
Nuevo Testamento, las referencias a esta «piedra suprema de las Escrituras».
a. Es cabeza del ángulo (Mt. 21:42; Ef. 2:20).
b. La primera piedra (Zac. 4:7; Hch. 4:11).
c. La roca golpeada (1 Co. 10:4).
d. Piedra de tropiezo (1 Co. 1:23).
e. La piedra desmenuzadora (Dn. 2:34).
f. Piedra viva, escogida y preciosa (1 P. 2:4-
7).
Versículo 26: «Bendito el que viene en el nombre de Jehová....» (Citado por la gente en la
entrada triunfal, Mt. 21:9).
Como conclusión de esta sección sugerimos a continuación unos títulos para algunos de los salmos.
1. El salmo del hombre piadoso (1).
2. Salmos de la creación (8 , 104).
3. El salmo del buen Pastor (22).
4. El salmo del gran Pastor (23)
5. El salmo del Pastor principal (24).
6 . El salmo de la unidad (133).
7. Salmos de Jerusalén (48. 122. 126. 132, 137).
8 . Salmos de la familia (127, 128).
9. El salmo de la seguridad (121).
10. El salmo del único Dios verdadero (115).
11. El salmo del éxodo (114).
12. El salmo del refugio (46).
13. El salmo de la escalera de la fe (37).
14. Los salmos de la suprema alabanza (103. 148.
150).
15. El salmo de la ancianidad (71).
16. El salmo de la gratitud (100).
17. El salmo de la muerte (90).
18. El salmo de la vida (91).
19. Los salmos de liberación (31, 116).
20. El salmo de la casa de Dios (84).
21. El salmo de la riqueza de Dios (50).
22. Los salmos de la Palabra de Dios (19. 119).
•
23. El salmo de la voz de Dios (29).
24. El salmo de la misericordia de Dios (136).
25. El salmo de la bondad de Dios (27, 107).
26. El salmo de la omnisciencia y omnipresencia
de Dios (139).
27. El salmo de la omnipotencia de Dios (147).
28. El salmo del pacto davídico (89).
29. Los salmos de la historia de Israel (78. 105,
106).
30. El salmo del «¿por qué?» (42, 73).
31. Los salmos de la profunda desesperación (69.
88).