LA ETAPA DEL REINO DIVIDIDO OCTABA PARTE (NAHUM, SOFONIAS, HABACUC )

 NAHUM (630-612 a.C.)

 INTRODUCCIÓN 

1. El nombre Nahum significa «consolador». 

2. El cuartel general de Jesús en Galilea, en tiempos del Nuevo Testamento, era Capernaum, que literalmente significa «ciudad de Nahum». Muchos creen que el nombre de Capernaum le fue puesto en recuerdo del profeta. 

3. El libro toca solamente un tema: la horrible y total destrucción futura de Nínive. En el tiempo de esta profecía, Nínive aparecía como inexpugnable, con sus murallas de 100 pies (más de 30 m) de altura y tan anchas que los carros podían correr sobre ellas. Tenía una circunferencia de unas 60 millas (unos 96 km) y se hallaba protegida por más de  1.200 torres. 

4. Nínive cayó en el año 612 (unos dieciocho años después de darse esta profecía) y quedó completamente destruida. La atacaron los medos por el norte y los babilonios por el sur. 

5. Nahum no solamente predijo la caída de Nínive, sino también la manera en que lo haría. (Nótese 1:8: «Mas con inundación impetuosa consumirá a sus adversarios....») La historia nos cuenta que Nabopolasar, el rey de Babilonia que dirigía las fuerzas invasoras, asedió la ciudad durante tres años, lanzando tres ataques esto los asirios se regocijaban dentro de la ciudad y organizaban frecuentes fiestas. Inesperadamente el río Tigris se desbordó y la corriente impetuosa azotó las murallas de la ciudad logrando abrir un agujero en ellas. Por allí penetraron los babilonios y la ciudad fue conquistada y destruida. 

6 . La destrucción de Nínive fue tan completa que cuando Alejandro Magno marchó con su ejército sobre el desolado terreno que una vez fue el cimiento de tan soberbios edificios y murallas, no pudieron comprobar que allí una vez hubo una ciudad. No fue hasta 1845 d.C. que las excavaciones en el lugar sacaron a la luz los restos de la ciudad de Nínive. 

7. Dios había usado anteriormente a Jonás (150 años antes) para advertirles acerca del juicio, pero ahora, a causa de que la ciudad recayó en tan baja condición moral, el Señor llamó a Nahum para que profetizara sobre la realidad del juicio. 


I. La paciencia de Dios (1:1-8).

 «Jehová es tardo para la ira y grande en poder...» (Véanse Gn. 15:16; Sal. 103:8.) Por más de 500 años, Nínive y los asirios fueron el terror del Asia occidental. Pero aunque la paciencia de Dios es infinita en profundidad no es eterna en duración. El tiempo del juicio llegaría pronto. 


II. El orgullo de Senaquerib (1:9-14). 

«De ti salió el que imaginó mal contra Jehová, un consejero perverso» ( 1 :1 1 ). Se está generalmente de acuerdo en que este consejero perverso es Senaquerib, el malvado rey asirio que invadió Judá y sitió Jerusalén en el 701 a.C. Aunque el ejército de Senaquerib había sido aplastado a las puertas de Jerusalén y el mismo fue asesinado años antes de esta profecía (véase 2 R. 19:35-37), la arrogancia de este rey parecía simbolizar el orgullo de Nínive y es, por tanto, usado aquí. Senaquerib había hecho de Nínive una ciudad magnífica, trazando sus calles y plazas, y edificando en ella un famoso palacio que «no tenía rival». Sus dimensiones eran fantásticas, de unos 600 x' 630 pies (183 x 192 m). Contenía al menos ochenta recámaras, muchas de las cuales estaban adornadas con esculturas. 

III. La promesa de Judá 

(1:15). «He aquí sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz. Celebra, oh Judá, tus fiestas, cumple tus votos; porque nunca más volverá a pasar por ti el malvado; pereció del todo.» Judá no volvería a tener temor de esta cruel nación. 

IV. El castigo de Nínive (caps. 2—3). 

A. La certeza de este terrible castigo (3:11-19). Nahum compara a Nínive con Tebas (No Amón o ciudad de Amón, véase 3:8), la que fue gran capital del Egipto alto. También presumieron mucho de que no había poder en la tierra capaz de someterlos. Sin embargo, tanto Jeremías (46:25) como Ezequiel (30:14-16) predijeron su destrucción, lo que fue cumplido por Sargón de Asiria durante su campaña contra Egipto. Ahora le había llegado el tiempo a Nínive. 

B. La descripción del castigo. «Los escudos rojean a la luz del sol. ¡El ataque comienza! ¡Miren sus uniformes de grana! Vean sus carros relucientes que avanzan veloces. Tus propios carros corren por las calles y las plazas, como dardos, como el relámpago, brillantes como antorchas. El rey llama a sus oficiales; ellos tropiezan en su prisa, corriendo hacia los muros para establecer sus defensas. Pero, ¡es demasiado tarde! ¡Las compuertas del río se abrieron! ¡El enemigo ha entrado! ¡En el palacio cunde el pánico! La reina de Nínive es llevada desnuda a la calle, y es conducida cautiva con todas sus damas que lloran tras ella; lloran como palomas, y se golpean el pecho. Nínive es como un viejo estanque corroído. Sus soldados se van, la dejan abandonada. No los puede retener. “Deténganse, esperen”, grita ella, pero ellos siguen corriendo. ¡Saqueen la plata! ¡Saqueen el oro! Parecen no tener fin sus tesoros. Su abundante e incontable riqueza ha sido arrebatada. En poco tiempo la ciudad ha quedado como un matadero vacío; los corazones se deshacen de terror; tiemblan las rodillas; el pueblo queda despavorido, demudado su rostro y tembloroso» (Nah. 2:3-10, La Biblia al Día, Editorial Unilit).


SOFONÍAS (625-610 a.C.)

 INTRODUCCIÓN 

1. El nombre Sofonías significa «Jehová oculta o protege». 

2. Era el tataranieto del rey Ezequías y, por tanto, de sangre real. 

3. Ministró durante el reinado del rey Josías, el último de los reyes fieles a Dios. El profeta era de la familia de Josías. 

4. Su ministerio bien pudo haber ayudado a la preparación del gran avivamiento del 621 a.C., bajo el reinado de Josías, cuando se descubrió la ley de Moisés durante la reparación del templo. (Véase 2 Cr. 34— 35.) 

I. Un día malo: el profeta anuncia juicio (1:1—3:8).

A. Sobre la tierra de Dios: 
1. El hecho del juicio: Dios destruiría todo lo que hubiera en la tierra, incluyendo a los animales, el hombre, las aves y aun los peces (1:2-4). 
2. La razón del juicio: Judá había adorado a Baal (el gran dios del panteón cananeo) y a Milcom (la principal deidad amonita) y había ignorado al verdadero Dios (1:5, 6 ). 
3. El nombre de este juicio: el profeta lo llama «el día de Jehová». Este término es usado no menos de siete veces. (Véanse 1:7,8,14,18; 2:2,3.) 
4. Los resultados de este juicio (1:14-18). Nota: Sofonías evidentemente no sólo tenía en mente el hecho histórico de la invasión de Babilonia del 605-586 a.C., sino también la futura gran tribulación. (Véase Ap. 6:12-17.) 
B. Sobre los enemigos de Dios: 
1. Las ciudades filisteas de Gaza, Ascalón, Asdod y Ecrón serían arrancadas de raíz y dejadas arrasadas (2:4-6). 
2. Moab y Amón serían destruidas como Sodoma y Gomorra por insultar a Judá e invadir su tierra (2:8-11). (Véase Gn. 19.) 
3. Etiopía caería herida por la espada del Señor (2:12). 
4. Asiria y su capital Nínive serían arrasadas y dejadas en completa desolación (2:13-15). 


C. Sobre la ciudad de Dios: 
1. Un grito de socorro empezaría en la puerta del Pescado y se escucharía de puerta en puerta hasta alcanzar la parte más alta de la ciudad (1:10). 
2. Dios planeaba registrar con lámparas los rincones más oscuros de Jerusalén para encontrar y castigar a todos los pecadores (1:12,13). 
3. Los líderes de la ciudad son como leones rugientes y lobos nocturnos que devoran a todas sus víctimas (3:1-7). 


II. Un día bueno: el profeta anuncia justicia (3:8-20). 

A. Sobre los que un día fueron enemigos de Dios (3:9, 10): «En aquel tiempo devolveré yo a los pueblos pureza de labios, para que todos invoquen el nombre de Jehová, para que le sirvan de común consentimiento. De la región más allá de los ríos de Etiopía me suplicarán; la hija de mis esparcidos traerá mi ofrenda.» La expresión «pureza de labios» del 3:9 puede referirse a dos cosas: 
1 . Puede indicar una revocación de la maldición sobre el idioma que se produjo en Babel (Gn. 11:9), permitiéndole así al hombre redimido volver a gozar de una lengua universal, quizá compuesta de lo mejor de todas las lenguas hoy existentes. 
2. Ello conlleva sin duda a la pureza moral. En otras palabras, este nuevo idioma no contendrá palabras sucias. 
B. Sobre la tierra de Dios (3:13): «El remanente de Israel no hará injusticia ni dirá mentira, ni en boca de ellos se hallará lengua engañosa, porque ellos serán apacentados, y dormirán, y no habrá quien los atemorice.» 
C. Sobre la ciudad de Dios (3:14-20): 1. Jerusalén una vez más volverá a llenarse de música y canto, porque el tema de sus himnos, el Rey de Israel, estará allí (3:14,15)
2. Dios mismo dirigirá este canto feliz (3:17).


HABACUC (620-610 a.C.)

INTRODUCCIÓN 

1. Su nombre significa «abrazar». 

2. Habacuc fue el último de los profetas menores que escribió para el reino del sur antes de la cautividad ■ babilónica en el año 606 a.C., al igual que Miqueas fue el último de los profetas para el reino del norte antes de la cautividad asiria en el 721 a.C. 

3. Era aparentemente uno de los levitas que servían como corista en el templo. Su declaración última: «Al jefe de los cantores, sobre mis instrumentos de cuerdas», revela que esta parte era realmente un canto.

 4. Es un libro de profundas dudas. Habacuc ha sido llamado el Tomás Dubitativo del Antiguo Testamento. Sus dudas se centran alrededor de dos problemas dolorosos. 

a. ¿Cómo puede Dios permitir los pecados de Israel y no castigarlo? Dios le dice entonces que Judá será ciertamente castigada mediante los babilonios. 

b. ¿Cómo puede Dios permitir —preguntaba él— que una nación impía y pagana sea el instrumento para castigar a Judá, que al menos cree en el verdadero Dios y tiene todavía algunos hombres buenos? 

5. A Habacuc le es dado presenciar una de las más grandes manifestaciones de la gloria y el poder de Dios de toda la Biblia (3:1-16). Es una reminiscencia de la que disfrutó Moisés en el Monte Sinaí (Ex. 19). 

6 . La gran declaración teológica de Habacuc: «El justo por su fe vivirá» (2:4), es citada no menos de tres veces en el Nuevo Testamento. (Véanse Ro. 1:17; Gá. 3:11; He. 10:38.) 

7. Se ha señalado que el libro empieza con oscuridad
pero termina con gloria. Las dudas del profeta se convierten en gritos de victoria. I. Las dudas (caps. 1—2). 
A. Su pregunta: «¿Vas a castigar a nuestra nación?» El profeta lloraba por las maldades de Judá. 
1. A donde quiera que miraba contemplaba opresión y soborno (1:3). 
2. Las leyes no se cumplían y en los tribunales prevalecía la injusticia (1:4). 


B. La respuesta de Dios: «Lo haré mediante los enemigos de Judá.» Esto sucedería en vida del profeta (1:5). 
1. El empezaba ya a levantar un nuevo poder en el escenario mundial, los caldeos, una tribu semita que vivía entre Babilonia y el golfo Pérsico y que empezaron a afirmarse a sí mismos en contra del Imperio Asirio alrededor del 630 a.C. (1:6). 
2. Llegarían a ser famosos por su crueldad (1:7). 
a. Sus caballos eran más veloces que los leopardos ( 1 :8 ). 
b. Sus soldados eran más feroces que los lobos nocturnos ( 1 :8 ). 

C. Su pregunta: «¿C astigarás también a estos caldeos?» A Habacuc le costaba comprender por qué Dios iba a permitirle a esta nación pagana castigar a su propio pueblo, cuando ellos eran aún más pecadores que los judíos (1:12-17). «Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio; ¿por qué ves a los menospreciadores, y callas cuando destruye el impío al más justo que él?» Habacuc continúa buscando respuestas. Él quiere saber: 

1. ¿Va a ser el pueblo de Dios atrapado y matado como si fueran peces? (1:14). 

2. ¿Se van a apoderar de ellos como con anzuelos y redes? (1:15). Dios entonces responde a su pregunta acerca de si va a castigar a los caldeos. 

D. La respuesta de Dios: «Sí, lo haré por medio de mis ayes.» Habacuc se sube a su puesto de vigilancia para esperar la respuesta del Señor, la cual no se hace esperar. 1. Dios le dice que los caldeos serían ciertamente castigados, pero en el tiempo por él establecido (2:3). Esto aconteció más tarde, porque  como setenta y cinco años después Babilonia cayó en poder de los medos y los persas. (Ver Dn. 5.)

[HABACUC LAS dudas (Habacuc 1—2) 

SU PREGUNTA: ¿ Vas a castigar a nuestra nación? 

LA RESPUESTA DE DIOS: Lo haré por medio de sus enemigos. 

Habacuc se preguntaba si Dios iba a permitir que los pecados de Judá quedaran sin castigar. 

La cautividad en Babilonia era la respuesta. SU PREGUNTA: ¿ Vas a castigar a nuestros enemigos? 

LA RESPUESTA DE DIOS: Si, /lo haré por medio de mis ayes! Dios le informa a Habacuc que Babilonia, el enemigo de Judá, sería también castigada por sus pecados. «El justo por su fe vivirá» (2:4) 

Los gritos (3) El alma del profeta es reanimada (3:2). 

Los ojos del profeta son reafirmados (3:3-16). 

El Corazón del profeta se regocija (3:18). 

Los pies del profeta son renovados (3:9).]

 

2. Babilonia sería castigada por sus muchos pecados. 
a. Habían destruido muchas naciones sin compasión alguna (2 :8 ). 
b. Habían degenerado en una nación de bebedores (2:5). 
c. Habían adorado a varios ídolos paganos (2:18, 19). 
d. Todo esto sucedería sin duda alguna porque «Jehová está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra» (2:20). En otras palabras, el juicio estaba a punto de empezar, el juez está ya sentado en el tribunal, por tanto, permanezca la sala en silencio.
 


II. Los gritos (cap. 3). 

A. El alma del profeta es reanimada. Habacuc ya había concluido por sí mismo, aun antes de esto que «el justo por su fe vivirá» (2:4). Pero ahora profundiza mucho en la gracia y en la gloria de Dios. «Oh Jehová, he oído tu palabra y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer; en la ira acuérdate de la misericordia» (3:2). 

B. Los ojos del profeta son reafirmados. En 3:3-16 leemos que Habacuc contempló una manifestación tremenda de la gloriosa majestad de Dios. 
1. Le ve moviéndose a través de los desiertos desde el monte Sinaí. 
2. Su brillante resplandor llena la tierra.
3. De sus manos brotan rayos de luz. 
4. Habacuc le ve que se detiene por un momento y mira a la tierra. La tierra tiembla, las naciones se estrem ecen y las m ontañas se derrumban, cuando él mira. 
5. Le ve (en una visión histórica) partir las aguas del mar Rojo. (Véase Ex. 14.) 
6 . Le ve dirigir a Israel a Palestina por medio del desierto hostil. 

C. El corazón del profeta se regocija. «Con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación» (3:18). 

D. Los pies del profeta son renovados. «Jehová el Señor es mi fortaleza, el cual hace mis pies como de ciervas, y en mis alturas me hace andar» (3:19).



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