LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA 26,27,28,29,30

 Paso veintiséis: del monte Tabor (¿?) a Capernaum (Mt. 8:1, 5-13; Le. 7:1-10) 

A. Noveno milagro: curación del siervo de un centurión (M t. 8:13; Le. 7:10). 

B. Jesús se maravilla de la fe mostrada por este soldado gentil. 1. «No soy digno de que entres bajo mi techo.» 2. «Solamente di la palabra, y mi criado sanará.» 

C . Le entristece el hecho de que muchos gentiles como éste se sentarán un día con Abraham (el padre de la fe) en el cielo, m ientras que muchos judíos serán echados al infierno. Jesús se m aravilló en dos ocasiones de la fe de los individuos, y ambos eran gentiles. Uno fue el centurión romano que aparece aquí (M t. 8:10) y el o tro fue una mujer cananea (M t. 15:28). Por el contrario, de lo único que se pudo maravillar acerca de la nación de Israel fue de su trágica incredulidad (véase Mr. 6:6). 


Paso veintisiete: de Capernaum a Naín (Le. 7:11-17, 36-50) 

A. Décimo milagro: resurrección del hijo de la viuda (Le. 7:14). 

1. Lleno de com pasión le dice a la viuda que deje de llorar. 

2. Tocó el féretro y mandó al joven que se levantara. 

3. Se lo entregó a su madre. 

4. A causa de este milagro es reconocido como un gran profeta de Dios. 

B. S egunda parábola: los dos deudores (Le. 7 :4 1 ,4 2 ). 

1. N uestro S eñ o r estaba com iendo en la casa de un fariseo llam ado Sim ón. 

2. Una mujer de mala reputación entra calladamente y (para sorpresa de los fariseos) hace lo siguiente: a. E mpezó a llo rar y regar con sus lágrimas los pies de Jesús. b. Después los besaba y los secaba con sus cabellos. c. Los ungió con perfume. 

3. Sabiendo que Sim ón le condenaba en su mente por permitir las acciones de la mujer, el Señor le relata la parábola de un acreedor que perdona a dos de sus deudores, a uno quinientos denarios y al otro cincuenta. • 

4. Después le pregunta a Simón cuál de ellos amará más al prestamista. 

5. Finalmente relaciona la parábola con Simón y la mujer. a. Simón no le ha dado el beso de bienvenida, pero la mujer ha besado sus pies. b. Simón no ungió su cabeza con aceite, pero la 

mujer le ungió los pies con perfume. 


Paso veintiocho: de Naín a su segunda cam paña de predicación en Galilea (Mt. 12:46-50; 13:1-52; Mr. 3:19-35; 4:1-34; Le. 8:1-21; 12:10; 13:18-21) 

A. Le acompañan en este viaje sus discípulos y algunas mujeres mayores, tales como María Magdalena, Juana (la esposa del intendente de Herodes) y otra llamada Susana (Le. 8:1-3). 

B. Le acusan de estar fuera de sí y se convierte en m otivo de preocupación para sus fam iliares (M r. 3:21). 

C . Tercera parábo la: sujeción de un hombre fuerte (M r. 3:22-30). 

1. Le acusaban de echar fuera los demonios por B eelzebú, el príncipe de los demonios. 

2. El señala la in sensatez de tal acusación al preguntarles: »¿Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás?» 

3. Continúa recordándoles que una casa dividida contra sí mism a no puede permanecer. 

4. Y concluye declaran d o que nadie puede en trar en la casa de un hom bre fuerte para robar a menos que an­tes lo ate. 

Esto es, por supuesto, lo que el Señor ha hecho con Satanás. 

5. Finalmente les advierte que acusarle de estar cooperando con Satanás es un pecado a los ojos de Dios que nunca será perdonado. 

D. Le anuncian que su madre y hermanos están esperando para verle, y él usa la oportunidad para decirles que todo aquel que hace la voluntad de Dios es su hermano, hermana y madre (M r. 3:31-35: M t. 12:46-50; Le. 8:19-21). 


E. Tercer sermón: sobre los ejemplos del reino (M t. 13:1- 52; Mr. 4 :!-3 4 ; Le. 8:4-18; 13:18-21). N ota: El térm ino «reino de los cielos», tal como lo usa Jesús, puede referirse a uno (o ambos) de los siguientes conceptos: 

1. AI gobierno general que el Padre ejerce desde el cielo de los asuntos humanos desde la creación hasta el milenio. De manera que todos, creyentes e incrédulos, son parte de su reino. (Véase Dn. 4:17.) 

2. El gobierno específico que el Hijo ejercerá desde Jerusalén sobre los asuntos humanos durante el milenio. En este tiempo será quitad a la maldición del pecado, y todos los hombres morarán en un ambiente perfecto. (Véase Ap. 11:15.) En el sermón que encontramos en  esta sección nuestro Señor se refiere fundamentalmente al primer concepto general. El sermón consiste de ejemplos mediante nueve parábolas. 


F. Cuarta parábola: el sembrador, la semilla y el terreno (M t. 13:1-9, 18-23; Mr. 4:1-20; Le. 8:4-15). 

1. Les relata la parábola: el sembrador salió a sembrar. 

a. Parte de ella cayó al lado del camino y fue pronto pisoteada por los hombres y comida por las aves. 

b. Otra cayó entre las rocas donde había poca tierra. La semilla brotó, pero se secó pronto por falta de hum edad y de raíces. 

c. Parte cayó en un lado de la tierra llena de espinos y éstos la ahogaron. 

d. Otra parle cayó en buena tierra y dio fruto, unas / espigas a treinta por uno, o tras a sesenta y otras a cien. 


2. Explica la parábola: el es el Sembrador y la semilla es su Palabra. 

a. Están aquellos que reciben la palabra sin realmente entenderla. Satanás inmediatam ente la pisotea y la destruye. Este es el ejemplo de la semilla que cae al lado del camino. 

b. Están aquellos que reciben la palabra de una manera muy superficial, y cuando llegan las persecuciones y las pruebas, desaparecen . Este es el ejemplo de la que cae entre rocas. 

c. Están los otros que reciben la Palabra pero la quieren mezclar con los placeres de la vida. Sin em­bargo, estas cosas mundanas terminan ahogándola. Este es el ejemplo de la que cayó entre espinos. 

d. Y, por último, están aquellos que reciben la Palabra con sinceridad y entendimiento. Estos son los únicos que llevarán mucho fruto . Estos son el ejemplo de treinta, sesenta y ciento por uno. 


G. En este punto de su m inisterio, nuestro Señor explica a sus discípulos en privado la razón de hablar en parábolas. La intención es revelar verdades espirituales a los sinceros, pero ocultarlas de los escépticos (M t. 13:10-17; Mr. 4:10-12; L e. 8:9, 10). 


H. Quinta parábola: Satanás siem bra cizaña en el cam po del S eñ o r (M t. 1 3 :2 4 -3 0 , 36-43). 

1. Relata la parábola. 

a. Un hombre siembra buena semilla en su campo y luego seretira a descansar. 

b. Su enemigo viene durante la noche y siembra cizaña en aquel campo. 

c. El hombre decide no arrancar la cizaña a fin de no arrancar tam bién el trigo. 

d. Planea esperar hasta el tiempo de la siega y ordenar entonces a los segadores que recojan y quem en la cizaña, y guarden el trigo en el granero. 

2. Explica la parábola. 

a. Él es el hombre, el campo es el mundo, y la buena semilla son los creyentes. 

b. El enem igo es Satanás y la cizaña son los in crédulos. 

c. La siega es el Fin del siglo y los segadores son sus ángeles. 

d. El horno de fuego es el infierno y el granero es el ciclo. 


I. Sexta parábola: de sembrar a cosechar (M r. 4:26-29). 1. El crecimiento del reino es perm anente pero misterioso. 2. Primero brota una hierba, luego se forma la espiga, y m ás tarde los granos llenan la espiga. 


J. Séptima parábola: la poderosa semilla de mostaza (M t. 13:31, 32; Mr. 4:30-32; Le. 13:18, 19). 1. El reino, a sem ejanza de una sem illa de mostaza, es muy pequeño cuando se planta. 

2. Sin embargo, cuando crece produce una de las plantas más grandes del jardín , hasta el punto de que las aves del cielo hacen nidos en sus ramas. 


K. Octava parábola: la levadura en la comida y el reino de los cielos (M t. 13:33; Le. 1 3 :2 0 ,2 1 ). 

1. A quí el reino de los cielos es comparado a la levadura que una mujer toma y esconde en tres 

medidas de harina. 

2. Toda la masa pronto quedó leudada. La Biblia Anotada de Scofield dice lo siguiente en relación con la levadura: 

«(1) L a levadura, como substancia simbólica, se menciona siem pre en el A.T. en el sentido malo (Gn. 19:3, reís.). 

(2) El uso de la palabra en el N.T. explica su significado simbólico. Es “malicia y maldad” en contraste con “sinceridad y verdad” (1 Co. 5:6-8). Es doctrina errónea (M t. 16:12), según ésta se enseñaba o practicaba por fariseos, saduceos y Herodianos (Mt. 16:6; Mr. 8:15). La levadura de los fariseos era formalismo religioso (Mt. 2 3 :1 4 ,1 6 ,2 3 - 28); la de los saduceos, escepticismo en cuanto a lo sobrenatural y a las Escrituras (M t. 22:23, 29); y la de los Herodianos era la mundanalidad: ellos formaban un partido de Herodes entre los judíos (M t. 22:16-21; M r 3:6)» (p. 976). 


L. Novena parábola: hallazgo de una fortuna en un campo (M t. 13:44).

1. Un hombre encuentra un gran tesoro en un campo. 

2. Vende con gozo todo lo que tiene para comprar el campo. 


M. Décima parábola: la perla de gran precio (M t. 1 3 :45,46) 

1. Un comerciante en perlas descub re una perla de gran valor. 

2. En consecuencia, él vende todo lo que tiene y la compra. Nota: Algunos estudiosos de la Biblia creen que el tesoro escondido es Israel, y la perla de gran precio es la Iglesia. Si esto es así, esta es la primera referencia a la Iglesia en la Biblia. 


N. Parábola once: encogiendo en una pesca en el m ar (M t. 13:47-50). 

1. Lanzan una gran red al mar y pesca toda clase de peces. 

2. Los pescadores después separan los peces, recogiendo los buenos en cestas y desechando los 

malos. 

O. Parábola doce: un hombre instruido y su tesoro (Mt. 13:52). 

1. Todo hombre que es entendido en el reino es como el dueño de una casa. 

Puede sacar de su tesoro cosas viejas y nuevas. Cumplimiento número dieciséis de las profecías del Antiguo Testamento: que hablaría en parábolas (cp. Is. 6:9-10 con Mt. 13:10-15).

El doctor M. F. Unger resume muy apropiadamente estas siete parábolas presentadas en Mateo 13, escribiendo:

«Las siete parábolas (misterios) del reino (3-52).
Se denominan misterios porque contienen verdades que no habían sido reveladas con anterioridad. Las siete parábolas se refieren a la época presente, cuando la viña, Israel, no es cuidada (Is. 5:1-17).

  1. La parábola del sembrador revela que nuestro Señor siembra la semilla de la Palabra en el campo (el mundo) (vv. 3-23).

  2. La parábola del trigo y la cizaña (vv. 24-30; interpretada en 36-43) muestra la actividad y el engaño de Satanás durante la era presente, al falsificar el trigo, sustituyendo a los verdaderos hijos del reino por falsos creyentes (Mt. 7:21-23).

  3. La parábola de la semilla de mostaza (vv. 31-32) simboliza el rápido crecimiento del misterio del reino.

  4. La parábola de la levadura (v. 33) advierte cómo las falsas enseñanzas (la mujer) pueden afectar con la levadura del error la verdad de la Palabra en esta época (cp. Mt. 16:11-12; Mr. 8:15; 1 Co. 5:6; Gá. 5:9).

  5. La parábola del tesoro escondido (v. 44) presenta a nuestro Señor que dio todo lo que tenía para poseer el tesoro (Israel), oculto en el campo (cp. Is. 53:4-10; Sal. 22:1; 2 Co. 8:9). El Señor restaurará este tesoro sobre la base de su muerte expiatoria.

  6. La parábola de la perla preciosa (vv. 45-46) muestra a nuestro Señor como un mercader que halló ‘una perla de gran precio’ (la Iglesia; Ef. 5:25-27) y vendió todo en el Calvario para comprarla.

  7. La parábola de la red (vv. 47-52) presenta la red recogiendo conjuntamente lo bueno y lo malo, los cuales permanecerán juntos durante esta era hasta que sean separados al final de la misma.»

(Manual Bíblico de Unger, Editorial Portavoz, pp. 485-486).


Paso veintinueve: De la segunda campaña de predicación en Galilea al país de los gadarenos

(Mt. 8:18, 23-34; Mr. 4:35—5:20; Lc. 8:22-39)

A. Milagro once: Jesús calma una tormenta en el mar
(Mt. 8:26; Mr. 4:39; Lc. 8:24)

  1. Sobreviene una gran tormenta en el mar de Galilea mientras Jesús y los discípulos lo están cruzando.

  2. Él dormía en la popa, pero es despertado por las voces atemorizadas de los discípulos clamando por ayuda.

  3. Jesús reprende a la tormenta y calma el mar.

B. Milagro doce: Curación del endemoniado gadareno
(Mt. 8:32; Mr. 5:8; Lc. 8:33)

  1. Jesús es confrontado por un hombre con espíritu inmundo, que se comportaba como un loco descontrolado y que cayó a sus pies.
    a. No podía ser sujetado con cadenas ni grillos.
    b. Vivía en los sepulcros, dando voces e hiriéndose con piedras.

  2. El demonio de aquel hombre y los otros muchos espíritus malos que estaban dentro de él reconocieron a Jesús como el Hijo de Dios y le suplicaron que no los atormentara antes de tiempo.
    a. «¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios?»
    b. «¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?»
    c. «Te conjuro por Dios que no nos atormentes.»

  3. Jesús permite que aquella legión de espíritus malos se meta en un hato de cerdos que estaban cerca.

  4. Así lo hicieron, y todo el hato, compuesto de unos dos mil cerdos, se precipitó al mar por un despeñadero y se ahogó.

  5. Al poco tiempo toda la ciudad se enteró, y llenos de temor pidieron a Jesús que se marchara de sus contornos.

  6. Al entrar de nuevo en la barca, el endemoniado sanado le ruega que le permita ir con Él.

  7. Nuestro Señor, por el contrario, le pide que vaya con su familia y les dé testimonio a ellos.


Paso treinta: De la región de los gadarenos a Capernaum

(Mt. 9:1, 10-34; 11:2-19; Mr. 2:15-22; 5:21-43; Lc. 5:29-39; 7:18-35; 8:40-56; 16:16)

A. Leví (Mateo) da un banquete para Jesús

  1. El Maestro es criticado por los malintencionados fariseos por comer con los publicanos y pecadores.

  2. Jesús los reprende y les explica que Él ha venido a llamar a pecadores al arrepentimiento y no a los que se consideran a sí mismos justos (Mt. 9:10-15; Mr. 2:15-20; Lc. 5:29-35).

B. Parábola trece: Vestidos remendados y odres viejos
(Mt. 9:16-17; Mr. 2:21-22; Lc. 5:36-39)

  1. Algunos discípulos de Juan el Bautista se acercaron a Jesús para preguntarle por qué ellos ayunaban y, sin embargo, Él y sus discípulos no lo hacían.

  2. El Señor les explica que en una boda los amigos del novio no ayunan, sino que están de fiesta mientras Él está con ellos.

  3. Les relata esta parábola para aclarárselo más: nadie cose un remiendo nuevo en vestido viejo, ni pone vino nuevo en odres viejos, porque ambos se romperían.
    → El vino nuevo de una vida controlada por el Espíritu no encaja en los viejos odres del legalismo judío.

C. Milagro trece: Curación de una mujer con hemorragia interna
(Mt. 9:22; Mr. 5:29; Lc. 8:44)

  1. Nuestro Señor iba camino de realizar otro milagro cuando esta necesidad surge a su paso.
    a. La mujer: «Si tocare solamente su manto, seré salva.»
    b. Jesús a los discípulos: «¿Quién es el que me ha tocado?... Alguien me ha tocado, porque yo he conocido que ha salido poder de mí.»
    c. Jesús a la mujer (después que confesó): «Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz.»

D. Milagro catorce: Jesús resucita a la hija de Jairo
(Mt. 9:25; Mr. 5:41; Lc. 8:54)

  1. Jairo, uno de los principales de la sinagoga, recibe la noticia de que su hija ha muerto.

  2. Jesús le conforta y le exhorta a que siga creyendo.

  3. El Maestro toma a Pedro, a Santiago y a Juan y entra en el cuarto de la niña con sus padres.

  4. No hace caso de la gente que estaba afuera, y tomándola de la mano la restaura a la vida y manda que le den de comer.

E. Milagro quince: Curación de dos ciegos
(Mt. 9:29)

  1. Jesús: «¿Creéis que puedo hacer esto?»

  2. Los ciegos: «Sí, Señor.»

  3. Jesús: «Conforme a vuestra fe os sea hecho.»

F. Milagro dieciséis: Curación de un mudo endemoniado
(Mt. 9:33)

  1. La gente se maravilló a causa de este milagro.

  2. Los fariseos continuaron acusándole de hacerlo a través del príncipe de los demonios.

G. Contesta a las dudas de Juan el Bautista
(Mt. 11:2-6; Lc. 7:18-23)

  1. Juan había enviado a sus discípulos a Jesús para preguntarle si Él era el Mesías o si debían esperar a otro.

  2. En presencia de ellos restaura la vista a los ciegos, sana a los sordos, limpia a los leprosos y resucita a los muertos.

  3. Después les instruye para que vayan y le cuenten a Juan lo que han visto y oído (Is. 35:4-6).

H. Cuarto sermón: Sobre Juan el Bautista
(Mt. 11:7-15; Lc. 7:24-30)

  1. Juan no era una caña sacudida por el viento, sino un profeta fiel y siempre listo para ministrar.

  2. Era el más grande de los profetas. «De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él» (Mt. 11:11).

    • Dos explicaciones:
      a. Que tenía al apóstol Pablo en mente (Ef. 3:8; 1 Co. 15:9).
      b. Que estaba pensando en el milenio, cuando el menor de los ciudadanos de aquel glorioso reino conocerá y experimentará más de la majestad de Dios que cualquier profeta, sacerdote o rey en el pasado.

  3. El pueblo común y los pecadores escuchaban con gozo a Juan, pero los líderes judíos lo menospreciaban.

  4. El ministerio audaz de Juan marcó el comienzo de la oposición satánica al reino.

  5. Juan apareció en el espíritu de Elías del Antiguo Testamento.

    • «Porque éste es de quien está escrito: He aquí, yo envío mi mensajero delante de tu faz, el cual preparará tu camino delante de ti» (Mt. 11:10; Mal. 3:1).

    • Jesús omite la segunda parte del versículo («Y vendrá súbitamente a su templo el Señor...») porque en su primera venida vino a manifestar la gracia, no el juicio (Hab. 2:20).

I. Parábola catorce: Una generación de gente inmadura
(Mt. 11:16-19; Lc. 7:31-35)

  1. Jesús compara su generación con un grupo de niños volubles que juegan:
    a. Un grupo dice: «Os tocamos la flauta, y no bailasteis.»
    b. El otro grupo responde: «Os endechamos, y no lamentasteis.»

  2. Declara que esta inconstancia podía verse en Israel también:
    a. Juan practicaba el ayuno y los fariseos decían que tenía demonio.
    b. Jesús no ayunaba y le acusaban de ser un comilón y bebedor de vino.