LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA 43, 44 y 45

 LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA 43,44 y 45 


Paso cuarenta y tres: de Jerusalén a Perea (Jn. 10:40-42) 

A. Cruza el Jordán y mora por un tiempo breve en el área donde Juan el Bautista bautizaba. B. M uchos de esa zona creen en 

Él. FIN DEL TERCER AÑO 

Paso cuarenta y cuatro: de Perea a Cesárea de Filipos (Mt. 16:13-28; Mr. 8:27—9:1; Le. 9:18-27) 

A. Sexta oración: cerca de Cesárea de F ilip o s (Le. 9:18). 

B. Jesús pregunta a sus d iscípulos quién dicen otros que es él. 

1. Le responden que algunos piensan que es Juan el B autista. 

2. Otros, que es Elias. 

3. Otros, que es Jeremías. 

C. Les pregunta también quién creen ellos que es él. Pedro responde (M t. 16:16). 

1. Que es el Mesías. 

2. El Hijo del Dios viviente. 

D. Jesús afirma que esta confesión le ha sido revelada por el Padre

E. Predicción trece: la Iglesia (M t. 16:18, 19). El Señor promete lo siguiente en relación con su fu tu ra Iglesia: 

1. Que la edificará sobre confesiones como la de Pedro. 

2. Que las puertas del infiemo no prevalecerán contra ella. 

3. Que les dará a los creyentes las llaves del reino de los cielos. 

4. Que los cielos y la tierra cooperarán atando y desatando los asuntos espirituales. 

Nota: Este pasaje lleva in­ mediatamente a formular algunas preguntas: 

a. ¿Planeaba Cristo edificar su Iglesia sobre Pedro y hacerle a él el primer papa? Podem os decir con certidumbre que no. 

(1) Porque el Señor dio más tarde a los demás apóstoles la misma responsabilidad que le había dado a Pedro . (C p. M t. 16:19 co n Jn. 20:22, 23.) 

(2) Porque el Nuevo Testamento nos presenta claramente a Cristo y sólo a Él como el único fundamento de su Iglesia. (Véanse Hch. 4:11, 12; 1 C o. 3:11; I P. 2:4-8.) 

(3) Porque el Nuevo Testamento declara sin lugar a dudas que Cristo y sólo Él es la única cabeza de su Iglesia. (Véanse Ef. 1:20-23; 5:23; C ol. 1:18; 2:18, 19.) 

(4) Porque la lengua original griega no da pie para ello. Tenemos aquí un juego de palabras. Jesús dijo: «Tú eres Pedro (petrns, una piedra pequeña), y sobre esta roca (petra, una masa rocosa y com pacta) edificaré mi iglesia.»

 (5) Por el testimonio personal de Pedro. (V éase 1 P. 5:1-4.) 

(6) Porque fue Santiago y no Pedro el que más tarde ministró en la Iglesia de Jerusalén y presidió el p rim er concilio celebrado allí. (V éase H ch. 15:13, 19.) 

¿De qué, pues, estaba Cristo hablando? La respuesta la tenemos en Efesios 2:19-22 y A pocalipsis 21:14. ¿Q ué quiso decir el Señor con «las puertas del infierno no prevalecerán contra ella» ? J. V ernon M cGee escribe sobre el particular: 

« L as p u ertas del in fiern o se refieren a las “puertas de la m uerte” . La palabra que se usa aq uí es el Hades y el Seol del Antiguo Testamento, que tiene que ver con el m undo invisible y habla de la m uerte. Las puertas de la m uerte no prevalecerán contra la Iglesia de Cristo»(Matthew, tom o 2, p. 23.) 

Este glorioso evento es conocido com o el rap ­ to. (V éanse 1 T s. 4:13-18; 1 C o. 15:51-57.) ¿Cuáles eran las «llaves del reino de los ciclos» que Jesús le dio a Pedro? U na llave, p o r supuesto, abre puertas y pone a disposición algo que antes estaba cerrado. 

5. Jesús predice aquí que a Pedro se le daría el privilegio de abrir las puertas de la salvación a varias gentes, lo cual hizo más tarde. 

a. Le abrió a Israel la puerta de la oportunidad cristiana en Pentecostés (H ch. 2:38-42). 

b. H izo lo mismo con los samaritanos (H ch. 8:14-17). 

c. M inistró de esta manera a los gentiles en la casa d e Cornelio en Cesárea (H ch. 10). 

6. ¿Q ué q uiso d ecir Jesús con atar y desatar en M ateo 16:19? Esta autoridad le fue dada a todos los apósto ­ les e incluso a todos los creyentes. (V éanse M t. 18:18; Jn. 20:22, 23.) W .A. Criswell escribe: 

 «E n griego el futuro perfecto se usa para expresar el concepto doble de una acción term inada en el p asad o pero cuyos efectos existen to d av ía en el presente. “Fue atado y todavía lo está” y “fue desatado y todavía sigue así” . Lo que quiere decir que si los discípulos actúan apropiadam ente en su capacidad de mayordomos, lo harán de acuerdo con los principios y pro pósito de elección ordenados de antemano en el cielo .» (Expository Notes on Matthew, p. 101.) 

En otras palabras, todas las acciones del creyente lleno del Espíritu Santo, bien sean positivas o negativas en naturaleza, van a llevar consigo la tremenda autoridad del mismo cielo. 

F. Predicción catorce: su resurrección (M t. 16:21; Mr. 8:31; Le. 9:22). 

1. El Hijo del hombre padecería mucho. 

2. Sería rechazado por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas. 

3. Moriría y al tercer día resucitaría. 

G. Es reconvenido por Pedro y, en consecuencia, el repren de a Pedro (M i. 16:22, 23; Mr. 8:32, 33). Vemos en varias ocasiones que Dios reprende a Satanás a través de otros. (Véanse G n. 3:14, 15 y Ez. 28:11-19.) 

H. Cristo comenta sobre el verdadero valor de la vida de un hombre (Mt. 16:24-26: Mr. 8:34-37; Le. 9:23-25). 

1. Querer conservarla por en cima de todo es terminar perdiéndola. 

2. Perderla por amor de Él nos lleva a termiar ganán ­ dola. 

3. Ganar el mundo pero perder el alma es un trágico cambio de valores. 

I. P redicción quince: Su Segunda Venida (M i. 16:27; Mr. 8:38; Le. 9:26). 

1. R egresará un día a esta tierra. 

a. Con la gloria del Padre. 

b. En compañía de ángeles. 

2. Pagará a cada hombre conforme a sus palabras y hechos. 

J. P redicción dieciséis: su transfiguración (M t. 16:28; Le. 9:27). 


Paso cuarenta y cinco: de Cesárea de Filipos al monte Hermón (Mt. 17:1-23; Mr. 9:2-32; Le. 9:28-45)

 A. Séptima oración: en el monte de la transfiguración (Le. 9:28. 29)

B. Jesús se transfigura (M i. 17:2; M r. 9:3; Le. 9:29). 

1. Pedro. Santiago y Juan le acom pañan a la cumbre del monte Hermón a orar, pero pronto se quedan dorm idos. 

2. De pronto su cara brilla como el sol y su ropa se vuelve blanca com o la luz. 

3. A parecen con Él dos v isitantes celestiales. Moisés y Elias, que hablan con Jesús acerca de su muerte, resurrección y ascensión. 

4. Los tres discípulos están ahora despierto s, y Pedro declara, sin pensarlo m ucho: 

«Señor, bueno es para nosotros que estem os aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Mosiés. y o tra para Elias.» 

5. E n este m om ento se oye la voz del Padre que habla desde una nube de luz, y dice: «Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia, a él oíd» (M t. 17:5). 

6. Al oírlo los discípulos se postraron en tierra llenos de temor, pero Jesús los tranquiliza. 

7. Pensam ientos acerca de la transfiguración: 

a. L as E scrituras sugieren que ésta pu d o haber sido una escena nocturna, porque los discípulos acaban de d esp ertar de un su eñ o p ro fu n d o . (V éase Le. 9:32.) 

b. Notemos que la luz era interna y no de algún gran foco cósmico que de repente se enfocara sobre Cristo . Su apariencia quedó afectada primero y después sus ropas. Saulo vio, tiempo después, a este Salvador resplandeciente (H ch. 9). así como también Juan (A p. i ). Satanás ha tratado de imitar sin éxito este resplandor interno del Señor. (Véase 2 Co. 11:14.) 

c. La palabra «transfigurado» viene del térm ino griego metamorphoo, de donde procede nuestra palabra « metamorfosis». N os recu erd a al gusano de seda que se transform a en m ariposa. 

d. La transfiguración de Cristo no m anifiesta su deidad sino m ás bien su humanidad. La transform ación es la m eta de la hum anidad y la experim entarem os en el rapto. A dán y Eva bien pudieron estar vestidos de una luz de inocencia interna, pero todo se perdió a causa del pecado. 

e. A parecen M oisés y E lias. Ambos habían ex p erim entado antes una revelación especial de D ios (véanse Ex. 33:17-23 y 1 R. 19:9-13), en el m ism o lugar (m onte Sinaí-H oreb). L a transfiguración responde a la doble solicitud de M oisés: 

(1) Ver la gloria de Dios (véase Ex. 3 3 :18). 

(2) E ntrar en la T ierra Prom etida (véase Di. 3:23- 25). Algunos creen que estos dos hombres v olverán aformar otra vez equip o para ministrar en el nombre de Dios duran te la gran tribulación. (Véanse M al. 4:5 y Ap. 11:3- 14.) 

8. Pedro suguiere, sin pensarlo mucho , construir tres enramadas. Bien pudiera ser que se e stuviera celebrando en este tiempo en Jerusalén la fiesta de los Tabernáculos. Esto es un tipo del milenio que viene como también un recordatorio de la redención de Israel de Egipto . (V éase Lv. 2 3 :3 4 -4 4 .). Pero antes de que esto suceda (el milenio ), tiene que tener lugar otra fiesta: la Pascua. (Véan se Lv. 2 3 :4 -8 y M t. 2 6 -2 7 .) 

« .... Porque nuestra pascua, que es Cristo , ya fue sacrificada por nosotros» ( I C o. 5:7). 

9. Pedro nunca olvidaría esta gran experiencia. Más tarde escribió acerca de ella (2 P. 1:16-18).

10. Jesús habló con Moisés y Elias acerca de su «partida» (Le. 9:31). La palabra que se usa aquí es en realid ad « éxodo » y es la misma que empleó Pedro tiempo después al describ ir su muerte que se acercaba. (V éase 2 P. 1:13, 14.) 

C. Predicción diecisiete: su resurrección (M t. 17:9: Mr. 9:9). 

D. Jesús les com enta acerca del m inisterio de Elias m ientras descienden del m onte (M t. 17:10-13; M r. 9:11-13). 

1. Les dice que Juan el Bautista ya ha venido en el espíritu de Elias. 

2. Les anuncia que Elias mismo vendrá otra vez durante el tiempo de la tribulación. (Véase Mal. 4:5.) 

E. Predicción dieciocho: sus sufrimientos (M t. 17:12; Mr. 9:12)

1 Sufrirá mucho. 

2. Será abonecido .

 F. Milagro veinticinco: (M t. 17:18: Mr. 9:25; 

1. Jesús desciende del monte y acongojado. 

a. Aquel hombre tenía un hijo poseído por un demonio. 

  ( I ) El demonio le causaba al joven intenso sufrímiento. curación de un joven demoníaco Le. 9:42). se le acerca un padre 

 (2) Le producía convulsiones epilépticas. 

(3) Cuando le poseía le arrojaba al suelo en convulsiones violentas. 

(4) Le hacía echar espumarajos por la boca y rechinar los dientes. 

(5) Frecuentemente se hería. 

(6 ) Había intentado matarle echándole en el agua y fuego. 

(7) Estaba así desde su niñez.

 b. El padre lo había llevado a los discípulos pero no habían podido ayudarle. 

2. Jesús ordena que le lleven el muchacho.

 a. El Señor le dice al padre que si cree que él (Jesús) puedesanar al muchacho. 

 b. El padre clama, diciendo: «Creo; ayuda mi incredulidad.» 

3. Jesús reprende al espíritu malo y le manda que salga y que nunca regrese. 

4. El demonio sale del muchacho sacundiéndolc de tal manera que lo deja inconsciente. 

5. Jesús lo reaviva tiernamente y entrega el joven sanado a su agradecido padre. 

6 . Los discípulos preguntan por qué no pudieron ellos ayudar al muchacho y el Señor les responde que: 

a. Les faltaba fe. 

b. Aquella clase de demonio sólo responde ante la oración y el ayuno. 

7. Que contraste tan grande encontramos aquí al comparar lo que acababa de ocurrir en el monte (un cuadro de lo que Dios se proponía que fuera el hombre) con la escena en el valle (lo que el hombre ha llegado a ser por causa del pecado). 

8 . Esta es quizá la más terrible descripción de posesión demoniaca de toda la Biblia. Un resumen sobre los demonios incluye: 

a. Su origen: ángeles que se unieron a Satanás durante la rebelión en el cielo. (Véanse Is. 14:12-15; Ez. 28:11-17; Ap. 12:4.) 

b. Su clasificación: ángeles encarcelados (Jud. 1:6 , 7; 2 P. 2:4) y ángeles no encadenados (Ef. 6:12). Algunos opinan que la razón por la que hay espíritus malos que están ya en prisiones de oscuridad es por su actividad en Génesis 6 antes del diluvio. 

c. Su actividad: 

(1) Se oponen al propósito de Dios (Dn. 10:10-14). 

(2) Llevan a cabo el programa de Satanás (1 Ti. 4:l;Ap. 9; 16:12-14). 

(3) Afligen a las personas en la tierra. Algunos causan demencia (Mt. 8:28). otros mudez (Mt. 9:33), algunos causan inmoralidad (Mr. 1:23- 26), y finalmente, otros producen sordera (Mr. 9:25). 

d. Su destino (Mt. 25:41). 

G. Predicción diecinueve: su traición (Le. 9:44: Mt. 17:22)

H. Predicción veinte: su resurrección (Mr. 9:31; Mt. 17:23). 

1. Matarán al Hijo del hombre. 

2. Resucitará al tercer día.

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