No te Quejes!

No te quejes.

El peor pecado que ha cometido el hombre fue dar muerte al Hijo de Dios. Y, al mismo tiempo, ese fue el mejor acto que pudo suceder en este planeta. Dios tiene el poder de transformar lo peor en lo mejor. Él puede hacer que nuestras decepciones, incluso nuestro pecado y necedad, obren para nuestro bien.

Dios, el Señor, nos ha dado un camino único hacia el cielo. Este camino tiene curvas y montañas, con vistas hermosas, pero también valles oscuros donde hay niebla, viento y frío. Aunque parezca terrible, cada uno tiene un viaje único, un sendero diseñado específicamente para ti.

Todo esto lo ha decidido el mismo Amor que te amó primero. Por eso, no te quejes del camino por el que te está llevando. Es exactamente el camino que Él diseñó para que llegues sano y salvo a Su gloria.

Medita y Da Gracias Por Su Gran amor ❤️ Dios  El Señor Jesucristo trabajando en tu vida!


Oración de Arrepentimiento

Gran y muy especial Oración de David en arrepientimiento y pidiendo purificación. Salmo de David cuando después que se llegó a Betsabé vino a él Jotán el Profeta.! 

 Salmos 51:1-17 RVR1960 

[1] Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.
 [2] Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado. 
 [3] Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí. 
 [4] Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio.
 [5] He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre.
 [6] He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. [7] Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve. 
 [8] Hazme oír gozo y alegría, Y se recrearán los huesos que has abatido.
 [9] Esconde tu rostro de mis pecados, Y borra todas mis maldades.
 [10] Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí. 
 [11] No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu. 
 [12] Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente.
 [13] Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, Y los pecadores se convertirán a ti. 
 [14] Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación; Cantará mi lengua tu justicia.
 [15] Señor, abre mis labios, Y publicará mi boca tu alabanza. 
[16] Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; No quieres holocausto. 
 [17] Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. 

 Fuente: https://bible.com/bible/149/psa.51.1-17.RVR1960

Desde el Siglo y hasta el Siglo

Señor tu nos has sido refugio de generación en generación, Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios. Salmos 90:1-2

Dices de mi!

Los apologistas cristianos han reflexionado profundamente sobre lo que Dios dice acerca de nosotros como Sus hijos, basándose en las Escrituras. A continuación, se presentan algunas perspectivas clave:

Identidad como hijos de Dios

La Biblia afirma que, mediante la fe en Cristo Jesús, somos hechos hijos de Dios:

> "Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús, porque todos los que han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo." (Gálatas 3:26-27) 



Amor y disciplina divina

Dios, como Padre amoroso, nos disciplina para nuestro bien, buscando conformarnos a la imagen de Cristo:

> "Porque el Señor al que ama, disciplina." (Hebreos 12:6) 



Esta disciplina es una expresión de Su amor y cuidado paternal.

Llamado a la santidad y obediencia

Como hijos de Dios, estamos llamados a vivir en santidad y obediencia, reflejando Su carácter en nuestras vidas:

> "Sino santifiquen a Cristo como Señor en sus corazones, estando siempre preparados para presentar defensa ante todo el que les demande razón de la esperanza que hay en ustedes. Pero háganlo con mansedumbre y reverencia." (1 Pedro 3:15) 



Este pasaje también resalta la importancia de estar preparados para defender nuestra fe, una tarea que los apologistas consideran esencial.

Promesas para nuestros hijos

Dios ha hecho promesas específicas para nuestros descendientes, asegurando Su bendición y guía:

> "Y este será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para siempre." (Isaías 59:21) 



Estas promesas nos brindan esperanza y confianza en la fidelidad de Dios hacia nuestras generaciones futuras.

En resumen, los apologistas destacan que, como hijos de Dios, somos amados, disciplinados para crecer en santidad, llamados a obedecer y reflejar Su carácter, y beneficiarios de Sus promesas eternas.




Dios es Primero!

Dios es Primero!

Primero Dios Nos Manda a que todos hagamos defensa del Evangelio ( Apologista )
1 Pedro 3:15 NVI
[15] Más bien, honren en su corazón a Cristo como Señor. Estén siempre preparados para responder a todo el que pida razón de la esperanza que hay en ustedes. Pero háganlo con gentileza y respeto, 

https://bible.com/bible/128/1pe.3.15.NVI
Dios es primero siempre! Aún sobre las personas amadas en esta vida! 

Dios es primero para el apologista porque la base de la apologética cristiana es defender la fe en Él y proclamar Su verdad como el fundamento de todo. La apologética no es solo un ejercicio intelectual, sino un acto de devoción que reconoce a Dios como la fuente de sabiduría, verdad y propósito.

Poner a Dios primero significa que:

1. La Verdad Absoluta proviene de Él: Un apologista parte de la premisa de que Dios es la verdad y todo argumento debe alinearse con Su carácter y Su revelación en la Escritura.


2. Dependencia de Su Sabiduría: La apologética efectiva no se basa únicamente en la razón humana, sino en la guía del Espíritu Santo para comunicar con gracia y convicción.


3. Prioridad de Su Gloria: El propósito último de la apologética no es ganar debates, sino glorificar a Dios al llevar a las personas a una relación con Él.


4. La Fe es Central: Antes de defender la fe ante otros, el apologista pone su confianza en Dios como fundamento de su vida y misión.



En resumen, para un apologista, Dios no es solo el tema de su defensa, sino la razón y el centro de todo lo que hace. El Apologista es el Cristiano que defiende sus convicciones! Usando Dios es Verdad Absoluta, tiene dependencia de Sabiduría de Dios, Da la gloria a Dios, y Vive la Fé en vida y Misión.

Detente! Make sure!

Detente, prepara y lava tus vestiduras!

El verdadero creyente que ha entendido el evangelio dedica su vida a Vivir, Honrar, Reflejar y Proclamar  el Evangelio, por sus convicciones!

Estás viviendo el Evangelio de Jesucristo? 
Estás Honrando, Reflejando  y Proclamando el Evangelio !?

Que te ha detenido?
Pecado!?, Lava tus Vestiduras y prepárate para que Dios te levanté y te lleve por el camino recto de Su Justicia y Amor. 

Sí Vives ahora honra! sí Vives y Honras ahora Refleja y Si vives Honras y Reflejas entonces ahora Proclama! el Señor prepara tu Etapa Pregunta al ES. el te Confirmara en Su Palabra en que estado estás y que debes mejorar!.
alcanza los beneficios Del Señor que son Eternos 
deja las riquezas de este mundo que se mueren!

El pecado De Samuel!

1 Samuel 2:29 RVR1960 [29] ¿Por qué habéis menospreciado mis sacrificios y mis ofrendas, que yo mandé ofrecer en el tabernáculo; y has honrado a tus hijos más que a mí, engordándolos de lo principal de todas las ofrendas de mi pueblo Israel? Si alguno en estos tiempos hace esto! Sepa que el Señor Juzgara hasta los confines de la tierra!. A los que ofrenda sepan que: si su ofrenda es de todo corazón, el señor la ve y la acepta!,

Sepan pues que desde un principio, ha habido más amor por los Hijos que por Dios, esto es pecado, porque nadie está por sobre el Señor aún El esposo o la  Esposa,  Hijos e Hijas todo es un regalo de Dios para nuestra vida.

Disfruta tu regalo y pero no menosprecies la obra de Dios a causa de los Regalos para esta vida! pues Esposos Hijos son Añadidura aún ellos! La.obra de Dios es Mayor!

La ofrenda que nace del corazón Es vista por el Señor y la Acepta!

LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA 43, 44 y 45

 LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA 43,44 y 45 


Paso cuarenta y tres: de Jerusalén a Perea (Jn. 10:40-42) 

A. Cruza el Jordán y mora por un tiempo breve en el área donde Juan el Bautista bautizaba. B. M uchos de esa zona creen en 

Él. FIN DEL TERCER AÑO 

Paso cuarenta y cuatro: de Perea a Cesárea de Filipos (Mt. 16:13-28; Mr. 8:27—9:1; Le. 9:18-27) 

A. Sexta oración: cerca de Cesárea de F ilip o s (Le. 9:18). 

B. Jesús pregunta a sus d iscípulos quién dicen otros que es él. 

1. Le responden que algunos piensan que es Juan el B autista. 

2. Otros, que es Elias. 

3. Otros, que es Jeremías. 

C. Les pregunta también quién creen ellos que es él. Pedro responde (M t. 16:16). 

1. Que es el Mesías. 

2. El Hijo del Dios viviente. 

D. Jesús afirma que esta confesión le ha sido revelada por el Padre

E. Predicción trece: la Iglesia (M t. 16:18, 19). El Señor promete lo siguiente en relación con su fu tu ra Iglesia: 

1. Que la edificará sobre confesiones como la de Pedro. 

2. Que las puertas del infiemo no prevalecerán contra ella. 

3. Que les dará a los creyentes las llaves del reino de los cielos. 

4. Que los cielos y la tierra cooperarán atando y desatando los asuntos espirituales. 

Nota: Este pasaje lleva in­ mediatamente a formular algunas preguntas: 

a. ¿Planeaba Cristo edificar su Iglesia sobre Pedro y hacerle a él el primer papa? Podem os decir con certidumbre que no. 

(1) Porque el Señor dio más tarde a los demás apóstoles la misma responsabilidad que le había dado a Pedro . (C p. M t. 16:19 co n Jn. 20:22, 23.) 

(2) Porque el Nuevo Testamento nos presenta claramente a Cristo y sólo a Él como el único fundamento de su Iglesia. (Véanse Hch. 4:11, 12; 1 C o. 3:11; I P. 2:4-8.) 

(3) Porque el Nuevo Testamento declara sin lugar a dudas que Cristo y sólo Él es la única cabeza de su Iglesia. (Véanse Ef. 1:20-23; 5:23; C ol. 1:18; 2:18, 19.) 

(4) Porque la lengua original griega no da pie para ello. Tenemos aquí un juego de palabras. Jesús dijo: «Tú eres Pedro (petrns, una piedra pequeña), y sobre esta roca (petra, una masa rocosa y com pacta) edificaré mi iglesia.»

 (5) Por el testimonio personal de Pedro. (V éase 1 P. 5:1-4.) 

(6) Porque fue Santiago y no Pedro el que más tarde ministró en la Iglesia de Jerusalén y presidió el p rim er concilio celebrado allí. (V éase H ch. 15:13, 19.) 

¿De qué, pues, estaba Cristo hablando? La respuesta la tenemos en Efesios 2:19-22 y A pocalipsis 21:14. ¿Q ué quiso decir el Señor con «las puertas del infierno no prevalecerán contra ella» ? J. V ernon M cGee escribe sobre el particular: 

« L as p u ertas del in fiern o se refieren a las “puertas de la m uerte” . La palabra que se usa aq uí es el Hades y el Seol del Antiguo Testamento, que tiene que ver con el m undo invisible y habla de la m uerte. Las puertas de la m uerte no prevalecerán contra la Iglesia de Cristo»(Matthew, tom o 2, p. 23.) 

Este glorioso evento es conocido com o el rap ­ to. (V éanse 1 T s. 4:13-18; 1 C o. 15:51-57.) ¿Cuáles eran las «llaves del reino de los ciclos» que Jesús le dio a Pedro? U na llave, p o r supuesto, abre puertas y pone a disposición algo que antes estaba cerrado. 

5. Jesús predice aquí que a Pedro se le daría el privilegio de abrir las puertas de la salvación a varias gentes, lo cual hizo más tarde. 

a. Le abrió a Israel la puerta de la oportunidad cristiana en Pentecostés (H ch. 2:38-42). 

b. H izo lo mismo con los samaritanos (H ch. 8:14-17). 

c. M inistró de esta manera a los gentiles en la casa d e Cornelio en Cesárea (H ch. 10). 

6. ¿Q ué q uiso d ecir Jesús con atar y desatar en M ateo 16:19? Esta autoridad le fue dada a todos los apósto ­ les e incluso a todos los creyentes. (V éanse M t. 18:18; Jn. 20:22, 23.) W .A. Criswell escribe: 

 «E n griego el futuro perfecto se usa para expresar el concepto doble de una acción term inada en el p asad o pero cuyos efectos existen to d av ía en el presente. “Fue atado y todavía lo está” y “fue desatado y todavía sigue así” . Lo que quiere decir que si los discípulos actúan apropiadam ente en su capacidad de mayordomos, lo harán de acuerdo con los principios y pro pósito de elección ordenados de antemano en el cielo .» (Expository Notes on Matthew, p. 101.) 

En otras palabras, todas las acciones del creyente lleno del Espíritu Santo, bien sean positivas o negativas en naturaleza, van a llevar consigo la tremenda autoridad del mismo cielo. 

F. Predicción catorce: su resurrección (M t. 16:21; Mr. 8:31; Le. 9:22). 

1. El Hijo del hombre padecería mucho. 

2. Sería rechazado por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas. 

3. Moriría y al tercer día resucitaría. 

G. Es reconvenido por Pedro y, en consecuencia, el repren de a Pedro (M i. 16:22, 23; Mr. 8:32, 33). Vemos en varias ocasiones que Dios reprende a Satanás a través de otros. (Véanse G n. 3:14, 15 y Ez. 28:11-19.) 

H. Cristo comenta sobre el verdadero valor de la vida de un hombre (Mt. 16:24-26: Mr. 8:34-37; Le. 9:23-25). 

1. Querer conservarla por en cima de todo es terminar perdiéndola. 

2. Perderla por amor de Él nos lleva a termiar ganán ­ dola. 

3. Ganar el mundo pero perder el alma es un trágico cambio de valores. 

I. P redicción quince: Su Segunda Venida (M i. 16:27; Mr. 8:38; Le. 9:26). 

1. R egresará un día a esta tierra. 

a. Con la gloria del Padre. 

b. En compañía de ángeles. 

2. Pagará a cada hombre conforme a sus palabras y hechos. 

J. P redicción dieciséis: su transfiguración (M t. 16:28; Le. 9:27). 


Paso cuarenta y cinco: de Cesárea de Filipos al monte Hermón (Mt. 17:1-23; Mr. 9:2-32; Le. 9:28-45)

 A. Séptima oración: en el monte de la transfiguración (Le. 9:28. 29)

B. Jesús se transfigura (M i. 17:2; M r. 9:3; Le. 9:29). 

1. Pedro. Santiago y Juan le acom pañan a la cumbre del monte Hermón a orar, pero pronto se quedan dorm idos. 

2. De pronto su cara brilla como el sol y su ropa se vuelve blanca com o la luz. 

3. A parecen con Él dos v isitantes celestiales. Moisés y Elias, que hablan con Jesús acerca de su muerte, resurrección y ascensión. 

4. Los tres discípulos están ahora despierto s, y Pedro declara, sin pensarlo m ucho: 

«Señor, bueno es para nosotros que estem os aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Mosiés. y o tra para Elias.» 

5. E n este m om ento se oye la voz del Padre que habla desde una nube de luz, y dice: «Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia, a él oíd» (M t. 17:5). 

6. Al oírlo los discípulos se postraron en tierra llenos de temor, pero Jesús los tranquiliza. 

7. Pensam ientos acerca de la transfiguración: 

a. L as E scrituras sugieren que ésta pu d o haber sido una escena nocturna, porque los discípulos acaban de d esp ertar de un su eñ o p ro fu n d o . (V éase Le. 9:32.) 

b. Notemos que la luz era interna y no de algún gran foco cósmico que de repente se enfocara sobre Cristo . Su apariencia quedó afectada primero y después sus ropas. Saulo vio, tiempo después, a este Salvador resplandeciente (H ch. 9). así como también Juan (A p. i ). Satanás ha tratado de imitar sin éxito este resplandor interno del Señor. (Véase 2 Co. 11:14.) 

c. La palabra «transfigurado» viene del térm ino griego metamorphoo, de donde procede nuestra palabra « metamorfosis». N os recu erd a al gusano de seda que se transform a en m ariposa. 

d. La transfiguración de Cristo no m anifiesta su deidad sino m ás bien su humanidad. La transform ación es la m eta de la hum anidad y la experim entarem os en el rapto. A dán y Eva bien pudieron estar vestidos de una luz de inocencia interna, pero todo se perdió a causa del pecado. 

e. A parecen M oisés y E lias. Ambos habían ex p erim entado antes una revelación especial de D ios (véanse Ex. 33:17-23 y 1 R. 19:9-13), en el m ism o lugar (m onte Sinaí-H oreb). L a transfiguración responde a la doble solicitud de M oisés: 

(1) Ver la gloria de Dios (véase Ex. 3 3 :18). 

(2) E ntrar en la T ierra Prom etida (véase Di. 3:23- 25). Algunos creen que estos dos hombres v olverán aformar otra vez equip o para ministrar en el nombre de Dios duran te la gran tribulación. (Véanse M al. 4:5 y Ap. 11:3- 14.) 

8. Pedro suguiere, sin pensarlo mucho , construir tres enramadas. Bien pudiera ser que se e stuviera celebrando en este tiempo en Jerusalén la fiesta de los Tabernáculos. Esto es un tipo del milenio que viene como también un recordatorio de la redención de Israel de Egipto . (V éase Lv. 2 3 :3 4 -4 4 .). Pero antes de que esto suceda (el milenio ), tiene que tener lugar otra fiesta: la Pascua. (Véan se Lv. 2 3 :4 -8 y M t. 2 6 -2 7 .) 

« .... Porque nuestra pascua, que es Cristo , ya fue sacrificada por nosotros» ( I C o. 5:7). 

9. Pedro nunca olvidaría esta gran experiencia. Más tarde escribió acerca de ella (2 P. 1:16-18).

10. Jesús habló con Moisés y Elias acerca de su «partida» (Le. 9:31). La palabra que se usa aquí es en realid ad « éxodo » y es la misma que empleó Pedro tiempo después al describ ir su muerte que se acercaba. (V éase 2 P. 1:13, 14.) 

C. Predicción diecisiete: su resurrección (M t. 17:9: Mr. 9:9). 

D. Jesús les com enta acerca del m inisterio de Elias m ientras descienden del m onte (M t. 17:10-13; M r. 9:11-13). 

1. Les dice que Juan el Bautista ya ha venido en el espíritu de Elias. 

2. Les anuncia que Elias mismo vendrá otra vez durante el tiempo de la tribulación. (Véase Mal. 4:5.) 

E. Predicción dieciocho: sus sufrimientos (M t. 17:12; Mr. 9:12)

1 Sufrirá mucho. 

2. Será abonecido .

 F. Milagro veinticinco: (M t. 17:18: Mr. 9:25; 

1. Jesús desciende del monte y acongojado. 

a. Aquel hombre tenía un hijo poseído por un demonio. 

  ( I ) El demonio le causaba al joven intenso sufrímiento. curación de un joven demoníaco Le. 9:42). se le acerca un padre 

 (2) Le producía convulsiones epilépticas. 

(3) Cuando le poseía le arrojaba al suelo en convulsiones violentas. 

(4) Le hacía echar espumarajos por la boca y rechinar los dientes. 

(5) Frecuentemente se hería. 

(6 ) Había intentado matarle echándole en el agua y fuego. 

(7) Estaba así desde su niñez.

 b. El padre lo había llevado a los discípulos pero no habían podido ayudarle. 

2. Jesús ordena que le lleven el muchacho.

 a. El Señor le dice al padre que si cree que él (Jesús) puedesanar al muchacho. 

 b. El padre clama, diciendo: «Creo; ayuda mi incredulidad.» 

3. Jesús reprende al espíritu malo y le manda que salga y que nunca regrese. 

4. El demonio sale del muchacho sacundiéndolc de tal manera que lo deja inconsciente. 

5. Jesús lo reaviva tiernamente y entrega el joven sanado a su agradecido padre. 

6 . Los discípulos preguntan por qué no pudieron ellos ayudar al muchacho y el Señor les responde que: 

a. Les faltaba fe. 

b. Aquella clase de demonio sólo responde ante la oración y el ayuno. 

7. Que contraste tan grande encontramos aquí al comparar lo que acababa de ocurrir en el monte (un cuadro de lo que Dios se proponía que fuera el hombre) con la escena en el valle (lo que el hombre ha llegado a ser por causa del pecado). 

8 . Esta es quizá la más terrible descripción de posesión demoniaca de toda la Biblia. Un resumen sobre los demonios incluye: 

a. Su origen: ángeles que se unieron a Satanás durante la rebelión en el cielo. (Véanse Is. 14:12-15; Ez. 28:11-17; Ap. 12:4.) 

b. Su clasificación: ángeles encarcelados (Jud. 1:6 , 7; 2 P. 2:4) y ángeles no encadenados (Ef. 6:12). Algunos opinan que la razón por la que hay espíritus malos que están ya en prisiones de oscuridad es por su actividad en Génesis 6 antes del diluvio. 

c. Su actividad: 

(1) Se oponen al propósito de Dios (Dn. 10:10-14). 

(2) Llevan a cabo el programa de Satanás (1 Ti. 4:l;Ap. 9; 16:12-14). 

(3) Afligen a las personas en la tierra. Algunos causan demencia (Mt. 8:28). otros mudez (Mt. 9:33), algunos causan inmoralidad (Mr. 1:23- 26), y finalmente, otros producen sordera (Mr. 9:25). 

d. Su destino (Mt. 25:41). 

G. Predicción diecinueve: su traición (Le. 9:44: Mt. 17:22)

H. Predicción veinte: su resurrección (Mr. 9:31; Mt. 17:23). 

1. Matarán al Hijo del hombre. 

2. Resucitará al tercer día.

LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA 41,42 y 43

 LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA 41,42 y 43

Paso cuarenta y uno: de Magdalá a Betsaida (Mr. 8:22-26; Jn. 7:2-9) 

A. M ilagro veintidós: curación de un ciego (Mr. 8:25). 

I. Jesús puso saliva en los ojos del ciego y tam bién puso sus m anos sobre él. 

2. L e p reguntó d espués si veía algo. 

3. El hom bre dice que ve hom bres com o árboles que an ­ dan. L a Biblia Anotada de Scofield tiene la siguiente nota sobre este versículo: 

        «L a acción del S eñ o r en este caso es m uy sig ­ nificativa. Habiendo ya abandonado a B etsaida para ju ic io (M t. 11:21-24), Él no estaba dispuesto a h acer m ás m ilagros en esa aldea, ni a permitir que se diera allí un testimonio acerca de Él (v. 26). La prueba a que B etsaida, com o una com u n id ad , fue som etida, ya había term inado; sin embargo , Él se hallaba aún liso a mostrar misericordia a individuos en ella. Véase Ap. 3:20. Cristo se encuentra afuera, a la puerta de aquella iglesia; no obstante. Él dice? «Si alguno oye mi voz» (p. 1015). 

4. Jesús toca de nuevo sus ojos y ahora ve claram ente. Como creyentes, m uchas veces necesitam os un segundo toque de parte del Salvador, a fin de que no veamos a los que nos rodean com o estadísticas impersonales sino com o seres hum anos necesitados. 

B. Jesús es criticado p o r sus herm anos (Jn. 7:2-9). 

1. O pinan que Él evita la publicidad p o r causa de in sin ­ ceridad. 

2. Intenta ayudarles a superar su torpe pensar m anifestándoles que cuando llegue la hora del C alvario habrá abundancia de publicidad. Los nom bres de cuatro de sus h erm an o s ap arecen en M ateo 13:55 y son: Jacobo, José, Sim ón y Judas. 

C. Cumplimiento número diecisiete de las profecías del Antiguo Testamento: que sería rechazado por los suyos. (Cp. Is. 53:3 y Sal. 69:8 con Jn. 1:11; 7:5.) 

D. En Juan 7:6 nuestro Señor dice: «M i tiempo aún no ha llegado ....» El «tiem po» que Jesús tenía en m ente aq u í es, p o r supuesto, la crucifixión. Él estuvo siem pre p lenam ente consciente de esta hora. N ota: 

«Jesús le dijo: ¿Q ué tienes conm igo m ujer |a su m adre en la fiesta de bodas de Canáj? A ún no ha venido mi hora» (Jn. 2:4). «Entonces procuraban prenderle [un grupo de gente con malas inteciones); pero ninguno le echó mano, porque aún no había llegado su hora» (Jn. 7:30). «Jesús les respondió [algunos griegos que querían verle) diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado» (Jn. 12:23). (Véase también 12:27.) «Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre ...» (Jn. 13:1). « ...Padre , la hora hallegado ....» (Jn. 17:1).

 Notemos especialm ente las declaraciones que encontram os en Juan 7:30 y 8:20. Estos versículos nos en señan que el siervo de Dios es indestructible hasta que la voluntad de Dios se ha llevado a cabo en su vida. (Véase también A p. 11:7.) 


Paso cuarenta y dos: de Betsaida a Jerusalén (Jn. 7:10— 10:39) 

A. Jesús participa en la fiesta de los tabernáculos en Jerusalén, y es objeto de mucha especulación (7 :1 2 ,4 3 ). 

1. Unos pensaban que era simplemente un hombre bueno (7:12). 

2. Otros pensaban que era un engañador (7:12). 

3. A lgunos le reconocían como un gran maestro (7:14, 1 5 ,4 6 ). 

4. Otros le tenían como uno que quebrantaba el día de reposo (especialmente después de hab er sanado al paralítico que llevaba en fermo treinta y ocho años) (7:19-25). 

5. Otros lo consideraban un profeta (7:40). 

6. Y algunos le aceptaron como su M esías (7 :3 1 ,4 1 ).

 B. Octava predicción: su ascensión (Jn. 7:33, 34). 

1. Les dice que le buscarán infructuosam ente. 

2. E stará donde ellos no podrán ir. 

C . Novena predicción: Pentecostés (7:37-39). 

1. Q ue el Espiritó Santo vendría después que Él fuera glorificado. 

2. Que el Espíritu Santo produciría dentro de los creyentes ríos de agua viva. 

«En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a m í y beba. El que cree en m í, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva» (7:37, 38). 

El docto r Hom er Kent del Grace Sem inary sugiere lo siguiente: «Se había desarrollado la costumbre de que los sacerdotes, durante la fiesta, tomaran diariamente un vaso de agua del estanque de Siloé y lo llevaran en procesión hasta el templo. A llí el agua era derramada sobre el altar de los sacrificios como un recuerdo de cómo D ios había provisto para sus necesidades en el desierto. En el octavo día se omitía el acto, significando la presencia de Israel en la tierra. Si este evento sucedió en el octavo día, la invitación de Cristo a los hombres de ir a él para recibir el agua viva fue especialm ente dramática, porque reclamaba para sí el cumplimie to de la tipología que se desarrollaba en la fiesta. Él era el proveedor del agua viva. (Véanse también Jn. 4:10 y 1 Co. 10:4.)»

 D. Nicodemo intenta defender a Jesús y es ridiculizado por los fariseos (7:50-53). . 

1. Nicodemo: «¿Juzga acaso nuestra ley a un hombre si primero no le oye, y sabe lo que ha hecho?»

            2. Los fariseos: «¿E res tú tam bién g alileo ? E scu d riñ a y ve que de G alilea nunca se ha levantado profeta» 

N ota: L os fariseos estaban equivocados en su d is p u ta de que ningún profeta había salido de Galilea , pues Jonás era de allí, y Nahum pudo haberlo sido.

 E. Jesús perdona a la mujer adúltera (Jn. 8:1-11). 

1. Este incidente es usado por los fariseos con malévola intención para poner a Jesús en oposición a Moisés y así atraparle. 

2. El Señor, sin em bargo, le da la vuelta a la situación y los acusadores salen acusados, m ientras que la acusad a sale libre y perdonada. 

a. Los fariseos a Jesús: «M aestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú. pues, ¿qué dices?» (Véanse Lv. 20:10; Dt. 22:23, 24.) 

b. Jesús a los fariseos (después de escrib ir algo sob re la tierra): «El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella.» 

c. Jesús a la m ujer: «Mujer, ¿dónde están los que te acusaban ? ¿Ninguno te condenó?» [Ella responde que se han marchado | «Ni yo te condeno: vete, y no peques más.» 

F. Décima predicción: su ascensión (Jn. 8:14, 21). 

G . Predicción once: su muerte (Jn. 8:28). 

H. I. J. H abla acerca de su Padre y m uchos creen en Él (Jn. 8:30- 32). 1. Les anim a a p erm an ecer en su P alabra (8:31). 2. Les prom ete que esta verdad les hará libres (8:32). 

Noveno sermón: el diablo y sus hijos (Jn. 8:33-59). 

1. Jesús rech aza las pretensiones jactan cio sas de los fariseos de que son los verdaderos hijos de A braham . 

a. N o están haciendo la clase de cosas que A braham hizo (8:37-43). 

b. E stán haciendo lo que Satanás acostum bra a h acer (8:44). 

2. Le acusan de nuevo de estar p oseído p o r el dem onio (8:48, 52). N otem os tam bién la hiriente acusación: «N osotros no som os nacidos de fornicación» (8:41). E sta es una de varias ocasiones en las que los ju d ío s hacen com entarios d udosos sobre las circunstancias poco com unes del nacim iento de C risto. C uando el S eñ o r m ás tarde sana a un ciego, los fariseos rehúsan creerlo, d iciéndole al hom bre curado: «D a gloria a D ios: nosotros sabem os que ese hom bre es p ecador» (9:24). 

3. Je sús declara que Él ha existido desde antes de Abraham (8:56-58).

 «Abraham vuestro Padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó» (8:56). ¿Cuando ocurrió esto en la vida de A braham ? (Véanse Gn .2 2 y H e. 11:17-19.) «Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has vistoa Abraham ?» (8:57). Esta declaración nos da una idea acerca de la tremenda presión y carga que llevaba nuestro Señor. A penas tiene treinta y tres años y ya le suponen tener cerca de cincuenta. «Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que A braham fuese, yo soy» (8:58). Notemos que no dice: «Yo era, sino Yo soy.» (Véase Ex. 3:14). 

4. Los judíos intentan apedrearlo sin lograrlo (8:59). 

J.Milagro veinticuatro: curación de un hom bre nacido ciego (Jn. 9:7). 

1. Jesús explica por qué Dios ha permitido que este hombre naciera ciego. No era por causa de pecado, sino para que Dios fuera glorificado (9:1-3). 

2. A continuación escupe en el suelo, hace lodo con la saliva y unta los ojos del ciego, ordenándole después que se vaya a lavar al estanque de Siloé (9:6, 7). 

3. Él hombre lo hace y ve. 

4. Seguidam ente tienen lugar los siguientes seis diálogos 

    a. Entre el ciego y sus vecinos (9:8-12).        

     (1) A lgunos piensan que es el mism o hombre, pero otros dudan.     

     (2) El hombre les asegura que sí es y les da testimonio de Cristo. 

    b. E ntre el ciego y los fariseos (9:13-17). 

    (1) Los fariseo s están e n co le rizad o s p o rq u e la curación se había realizado en sábado.     

                         (2) R ehúsan aceptar el testim onio del hom bre ciego. 

    c. Entre los fariseos y los padres del ciego (9:18-23).     

    (1) Los padres reconocen que el hombre en cuestión es en verdad su hijo y que había nacido ciego. 

    (2) Pero no dan crédito a Jesús por esto por el temor de ser expulsados de la sinagoga. 

    d. Entre el ciego y los fariseos (9:24-34). 

    (1) El ciego repite su testimonio. 

    (2) Los fariseos le ridiculizan y le acusan de ser discípulo de Cristo.

             e. Entre el ciego y Jesús (9:35-38).

            (1) El Señor le pregunta si cree en el Hijo de D ios. 

            (2) El hombre desea creer, pero quiere más información. 

            (3) Jesús le declara su deidad y recibe la adoración del ciego. 

          f. E ntre Jesús y los fariseos (9:39-41). 

            (1) Declara que él es la luz del mundo. 

            (2) Les advierte de su terrible ceguedad espiritual.  

5. Este notable milagro: 

a. Corrige dos errores. 

(1) Que un individuo puede pecar antes de nacer. (Véanse vv. 1, 2.) 

 (2) Q ue todo sufrimiento es un resultado directo del pecado. (Véase el v. 3. V éase tam bién Jn. 1 1:4, 14, 15.). 

Los discípulos aquí cometen el mismo grave error que com etieron los tres «am igos» de Job, y en el que caen tam bién hoy algunos sanadores por fe. Es decir, suponer que todo sufrimiento proviene del pecado. 

b. Confirma tres hechos.

           (1) Que las personas religiosas son frecuentem ente las más ciegas de todas. (V                éanse vv. 16, 24, 39-41.)

 (2) Que el temor a los hombres impide a muchos de aceptar a Cristo. (Véanse vv. 18-23 y Jn. 12:42, 43.)

 (3) Que Cristo afirmaba ser el Hijo de D ios. (V éanse vv. 35-38). 

K. Décimo sermón: sobre el buen pastor (Jn. 10:1-18). El buen pastor: 

                   1. Conoce a sus ovejas (10:3. 14). 

                   2. Las dirige (10:3, 4, 27). 

                    3. Habla con ellas (1 0 :3 ,4 .2 7 ). 

                    4. Las salva (1 0 :9 ,2 8 ). 

                    5. Las satisface (10:10). 

                    6. Muere por ellas (10:11, 15). 

                    7. Las une (10:16). 

L. R esumen del décimo sermón. El doctor Homer Kent ha escrito uno de los m ejores resúm enes sobre Juan 10: 1. 

                    El buen pastor forma su rebaño (10:1-6). 

                    «En Palestina acostum braban a gu ard ar los rebaños de ovejas en cercados próxim os a los pueblos. M uchos pastores m etían sus ovejas en el redil du ­ rante la noche y volvían a recogerlas en la m añana para dirig irlas a los cam pos de pastos durante el día. Esta actividad m añanera de reunir a las oveja s alred ed o r del p astor es el tem a de la prim era parte del discurso. 

El p astor del relato representa a C risto, y el redil rep resen ta el ju d a ism o , el sistem a relig io so donde el pueblo de D ios estuvo reunido hasta la venida de C risto. Esto parece desprenderse claram ente de 10:16. donde Jesús llam a a los gentiles “ otras ovejas que no son de este redil” . D ebem os tam bién reco rd ar que Jesús estaba hablando a representantes del ju d aism o que acababan de ver la excom unión del ciego salir. De esa manera estaba explicando cóm o se relaciona el ju d aism o con el M esías y sus seguidores. El redil no representa al cielo, porque allí no hay ladrones (M t. 6:20). Tam  poco represen ta la salvación ni la Iglesia, porque el p asto r encontró a las ovejas ya en el redil y en ­ tonces las sacó (10:3). 


a. L lega por el cam ino apropiado (10:1, 2). El p asto r que tiene derecho sobre las ovejas no necesita m eterse a escondidas ni saltar la cerca; él puede en trar p o r la puerta. C risto pudo allegarse a su pueblo porque tenía el derecho de hacerlo. L as p ro fecías del A ntiguo T estam ento se referían a él (y a nadie m ás). N ació de una virgen com o Isaías había profetizado (Is. 7:14). T enía derecho al trono de D avid por la línea de José, su padre legal (M t. 1:1-16). 

b. Es recibido por el portero (10:3n). El portero era la persona encargada de vigilar el rebaño hasta la llegada del pastor, y e n to n ­ ces adm itirle en el redil. Esto parece retratar a Juan el B autista, aquel que presentó oficialm ente al P astor a la nación ( 1:26-34). 

c. L lam a a sus ovejas por su nom bre (10:36). M uchos reb añ o s eran g u ard ad o s en un redil palestino, pero eran separados p o r sus propios pastores, que llam aban a sus ovejas de una m anera especial. D e m anera que cuando C risto llegó al pueblo de Israel, no todos los ju d ío s le reconocieron com o el M esías. A unque m uchos eran fieles al sistem a religioso jud ío , no form aban el verdadero rebaño espiritual de D ios. A lgunos, sin em bargo, sí que eran del verdadero rebaño. A lgunos sí esperaban verdaderam ente la re d e n c ió n d e Is ra e l (c o m o p o r e je m p lo Z acarías, Elisabet, S im eón, A na. M aría y José) y recibieron con gozo al Salvador que había llegado. El ciego de este relato era uno de ellos. C uando el verdadero p astor llegó, él reconoció su voz. 

d. Saca a sus ovejas del redil ( IO:3c-6). Al presentarse Jesús ante la nación, los líderes le rechazaron; y no sólo le persiguieron a él sino tam bién a todos los que le siguieron. Esta es la explicación del Señor a su relación con el ciego. Había sido expulsado del judaism o porque había aceptado a C risto, El redil del judaismo había cum plido su propósito: Había conservado a la nación bajo la protección de la ley de M oisés y les había separado de las naciones idólatras del m undo. Pero ahora que Cristo había llegado, había em pezado un nuevo orden (cp. Gá. 3:2 4 .2 5 ). Los fariseos podían objetar que Jesús no fue quien sacó al ciego sino que ellos le expulsaron. Sin em ­ bargo, Dios en su soberanía usa frecuentem ente los actos hum anos para llevar a cabo sus propósitos. El M esías estaba form ando su rebaño en cum plim iento de las antiguas profecías. Es de interés observar que el pasaje no declara en ninguna parte que el rebaño regresa de nuevo al redil. La audiencia que escu ch ab a a Jesús estaba com puesta p rincipalm ente de fariseos in créd u ­ los (9:40), y no se apropiaron de la verdad que él en cam ab a (10:6). 

2. El pastor alimenta a sus ovejas (10:7-10). Jesús procede ahora a describir una segunda escena que nos da instrucción adicional. L a escena corresponde al medio día, y las ovejas ap arecen fuera del redil pastando en las laderas de los montes y bebiendo en los arroyos. Jesús se llamó a sí mismo la “puerta” para enseñar la verdad de su provisión para los suyos. No debemos pensar que es la puerta del redil, porque él ya ha sido d iferenciado de esa puerta al llamársele el Pastor que entra por la puerta (10:2). Más bien debemos entender la puerta como la representación de la en ­ trada por la que la oveja pasa para encontrar pasto, agua y sombra. 

a. Es la puerta a la salvación ( 10:7-9a). 

La seguridad perfecta de la oveja co n siste en estar cerca del pastor. A sí es con Cristo, pues la salvación espiritual es provista mediante la unión con Él. Por la fe en El como Señor y Salvador, el creyente es introducido en el reino de la salvación. C risto se convierte así en nuestro pastor, y asum e la responsabilidad de sup lir todas nuestras necesidades. 

b. Es la puerta a nuestro susten to (10:9¿). L os pastores tenían la responsabilidad de localizar el pasto para sus rebaños, una tarea nada fácil en una tierra que era bastante árida. De la misma manera, Cristo es el que sustenta a los creyentes, y su crecim iento espiritual ocurre en la m edida en que "se alim en tan ” de Él oyendo su p alabra y obedeciéndola (H ch. 20:32; 1 Ti. 4:6; 2 P. 3:18). "E n trar y salir” es una expresión com ún de la B iblia que rep resen ta la idea de vivir y llevar adelante sus propios asuntos (D t. 31:2; 2 Cr. 1:10; Hch. 1:21). 

c. Es la puerta a la vida abundante (10:10). La vida que el creyente recibe de C risto es eterna. N o es sim plem ente una extensión de nuestra vida m ortal, sino una vida m ucho m ás rica que lo que jam ás ha conocio. Empieza a experim entarla en el m om ento en que pone su fe en C risto. El acceso a Dios por m edio de la oración, el con o cim ien to del perdón total de sus pecados, la posesión del E spíritu de D ios para ilum inar la Palabra divina y guiarle en la vida diaria, todas estas cosas y m uchas o tras dan abundancia a la vida cristiana.

3. El pastor protege a su rebaño (10:11-18). L a escen a cam bia ahora al atardecer. S ucedía fre ­ cu en tem en te que los pastores palestinos llevaban sus rebaños tan lejos del redil buscando pastos y agua, esp ecialm en te en la estación seca, que no po d ían volver al redil al atardecer. A sí que p asaban la noche afuera. E ste era el tiem po cuando el p eligro acech ab a m ás, y era cuando m ás se n ecesitab a la protección del pastor,

         a. Muere por sus ovejas (10:11-13). 

M uchos pastores m orían defendiendo sus reb años. H abía ladrones y bandas de ladrones que enfrentar, así com o anim ales salvajes. E n estos casos, no obstante, ellos no tenían la intención de m orir. Cristo, por otro lado, iba a morir por sus ovejas a fin de que fueran salvas, pero él iba a hacerlo voluntariamente . Él “daría su vida” . Sus ovejas estab an en el m ayor de los peligro s: “Todos nosotros nos descarriamo s com o ovejas, cada cual se apartó por su camino ...” (Is. 53:6). Jesús estaba, pues, p rediciendo su p ro p ia m u e rte , lo q u e o c u rriría a la p rim avera siguiente. S em ejan te acció n sacrificial de p arte del p asto r estaba en agudo contraste con el asalariado, cuyo único interés era su propia g anancia. El asalariado cuidaba de las ovejas m ientras fuera en su propio beneficio, pero no arriesg aría su vida p o r la propiedad de otro. La referencia podía estar relacio n ad a con los líderes relig io so s que se b en eficiab an de su labores profesionales, pero no tenían interés auténtico en las “ ovejas” .  


            b. Conoce a sus ovejas (10:14, 15). 

El pastor protege a sus ovejas porque tiene un conocim iento perfecto de ellas. Sabe de su p ro ­ pensión a vagar y de sus debilidades. D e manera que él las cuida como miembros del rebaño. Ninguna puede vagar y extraviarse porque él las conoce a todas. “ ... a los que med iste , yo los guardé , y ninguno de ellos se perd ió ...” (1 7 :1 2 ). E ste co n o cim ien to d e las ovejas es tan completo como el conocimiento que el Padre y el H ijo tienen el uno del otro. 

            c. R ecoge a sus ovejas (10:16-18). 

Cristo, com o el buen pastor, tiene tam bién interés en “ otras ovejas” que nunca han sido parte del “redil” del judaism o. Parece que se refiere claramente a los gentiles que el pastor va a recoger de todas partes del m undo donde el evangelio sea predicado. C uando sus ovejas responden a su voz en el evangelio, se convierten en “un rebaño” con “un pastor” . A continuación de la muerte de C risto y del establecim iento de la Iglesia del N uevo T estam ento en Pentecostés, todos aquellos que respondieron a Cristo, ya fueran judíos o gentiles, son p arte del reb añ o con C risto com o el pastor. El apóstol Pablo habló de ello m ediante la figura de un cuerpo, siendo los judíos y gentiles m iem bros de él (Ef. 3:6; Col. 3:11).» (.Light in the Darkness, pp. 138-142.) 

M . P redicción doce: su m uerte (Jn. 10:17, 18). 

1. Q ue el Padre le am a porque Él da su vida en sacrificio. 

2. N adie se la puede quitar, sino que Él la pone de sí m ism o. 

N. Su serm ón hace una vez m ás que la gente decida si está con Él o contra Él (10:19-21). 

Ñ. L os fariseos le enfrentan de nuevo (10:22-39). 

1. Intentan apedrearle debido a su afirmación de que era uno con el Padre (10:30-33). 

2. Él les responde que la prueba de la comida está en comerla, por lo que les invita a verificar la validez de sus palabras por las obras milagrosas que realiza (10:34-38). 

O . E llos procuran prenderle pero Él escapa otra vez de sus manos (10:39). Israel estaba ahora rechazando tanto sus obras (Jn. 5:16) como sus palabras (Jn. 8:58, 59; 10:30, 31).

Paso cuarenta y tres: de Jerusalén a Perea (Jn. 10:40-42) 

A. Cruza el Jordán y mora por un tiempo breve en el área donde Juan el Bautista bautizaba. 

B. Muchos de esa zona creen en Él.  


FIN DEL TERCER AÑO

LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA 36,37,38,39 y 40

 LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA 36,37,38,39 y 40


Paso treinta y seis: del llano de Genesaret a Capernaum (Mt. 15:1-20; Mr. 7:1-23;.In. 6:22-71; 7:1) 

A. Séptimo sermón: sobre el pan de vida (Jn. 6:26-59). 

1. Parte de la m ultitud que había alim entado poco antes le rodea ahora otra vez. 

2.Él conoce sus motivos carnales y les amonesta para que busquen el pan de vida y no sim plem ente el pan físico.(V éase Jn. 2:23-35.) 

3 Les dice que el Padre le ha sellado y desea que todos los hombres crean en Él. 

4.Declara que Él solo es el pan de vida, y todos aquellos que el Padre dirija vendrán a Él y n unca tendrán ham bre. 

5. Los judíos que conocían a José y a María ridiculizan su declaración de que Él procede del cielo, pero ignorándolo, dice que solo Él ha visto al Padre. 

6. Promete resucitar a todos los creyentes en el día ú ltimo. 

7. Dice que Él pronto dará su carne por la vida del mundo. 

8. Concluye afirm ando que es absolutam ente necesario que particip en de su carne y sangre p ara ten er seguridad de la vid a eterna. 

B. A lgunos de sus seguidores quedan confundidos y ofendidos a causa de este sermón, y m uchos le dejan en este m om ento p ara no volver nunca m ás (Jn. 6:60-66). 

C . Jesús pregunta a los doce si ellos también quieren de ­ jarle, a lo que Pedro responde inmed iatamente (Jn. 6:67-69): 

1. «Señor, ¿a quién iremos?» 

2. «Tú tienes palabras de vida eterna.» 

3. «Y nosotros hem os creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del D ios viviente.» 

D. Sexta predicción: sería traicionado (Jn. 6:70, 71). Nota: A lgunos creen, basados en este pasaje y otros que se refieren a Él, que Judas será el futuro A nticristo. 

1. En L ucas 22:3 y Juan 13:27 se nos dice que Satanás entró en Judas. Esto nunca se dice de ninguna otra persona en la B iblia. 

2. Hay dos momentos en el Nuevo Testamento donde se usa la expresión «hijo de perdición». En el primer caso, Jesús lo usa para referirse a Judas (Jn. 17:12), y en el segundo caso, Pablo se refiere al A nticristo (2 T s. 2:3). 

E. Octavo sermón: sobre la fuente de profanación (M t. 15:1- 20; Mr. 7:1-23). 

1. Los fariseos acusan a Jesús de quebrantar la ley cuando perm ite a sus discíp u lo s com er con las m anos sin lavar. 

2. Les responde que ellos son los que en verdad están quebrantando la ley a los ojos de D ios, com o Isaías había p ro fetizad o (Is. 29:13). E sto lo hacían: 

a. Al hablar tanto y, a la vez. tener un corazón tan duro. 

b. Al en fatizar sus propias tradiciones e ignorar los m andam ientos de D ios. 

c. Por la manera tan vergonzosa en que trataban a sus propios padres. 

3. Les enseña que la verdadera fuente de la violación es interna, y consiste no de manos sucias sino de corazones contaminados. Seguidam ente menciona las siguientes cosas: 

a. Los homicidios, los adulterios y los vicios sexuales. 

b. Los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. 

c. Las avaricias, las maldades, el engaño. 

d. La lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. 


Paso treinta y siete: de Capernaum a la región de Tiro y Sidón (Mt. 15:21-28: Mr. 7:24-30) 

A. Busca solaz en una casa pero se encuentra con una madre gentil desesperada. 

B. Milagro veinte: curación de una joven endem oniada (M t. 15:28; Mr. 7:29). 

1. Jesús al principio escucha en completo silencio su lastim oso ruego con cern ien te a su hija. 

2. Después am ablemente le recuerda que su ministerio de sanidad es primariamente para Israel. 

3. Ella señala, sin em bargo, que incluso los perros comen debajo de la mesa de las migajas que les caen a los hijos del dueño de la casa. 

4. Jesús queda conmovido por su fe y sana a la hija.

Paso treinta y ocho: de Tiro y Sidón a la región de Decápolis (Mr. 7:31-37) 

A. Le piden que ponga su m ano sobre un hom bre sordo, que era además tartamudo. si 

B. Milagro veintiuno: curación de un sordo y tartamudo W (M r. 7:34, 35). 

1. Nuestro Señor realiza este milagro de una manera poco corriente: 

a. Metió sus dedos en los oídos del sordo. 

b. Escupió y tocó su lengua. 

c. Levantó los ojos al cielo y gimió. 

2. La gente se llenó de gran adm iración, y dijo: 

«Bien lo ha hecho todo; hace a los sordos oír, y a los mudos hablar.» 

¡Oh, que tuviera lenguas mil para poder cantar Las glorias de mi Dios y Rey, y sus triunfos alabar! 

O h, mudos, de su amor hablad; y sordos, oíd su voz; 

Oh, cojos, de emoción saltad; ciegos, ved al Salvador. C harles W esley


Paso treinta y nueve: de Decápolis al monte Tabor (¿?) (Mt. 15:29-38; Mr. 8:1-9) 

A. Sanó a muchas personas en este m onte de Galilea. 

B. Milagro veintidós: alimentación de 4.000 hombres y sus familias (Mat 15:36; Mr. 8:6). 

1. Se compadece de estas fam ilias que han estado con El durante los últimos tres días y tienen mucha hambre. 

2. Los Doce sólo pueden en contrar siete panes y unos pocos pccccillos. 

3. Jesús toma este alimento, lo bendice, y satisface con abundancia a todos los presentes. 

4. Los discípulos recogieron después siete canastas llenas de pedazos sobrantes. 


Paso cuarenta: del monte Tabor (¿?) a la región de Magdalá (Mt. 15:39— 16:12; Mr. 8:9-21) 

A. L e confrontan los fariseos y los saduceos demandándo ­ le que haga algunas señales m ilagrosas. 

1. .Les reprende por su hipocresía y les señala una notoria inconsecuencia de su parte. 

a.Aceptan las señales del cielo que les hablan de los cam bios del tiempo. 

b. Rechazan las señales del Hijo que les hablan acerca del Padre. (Nota: A quí están dem andando una señal cuando él acababa de realizar el milagro número veintidós que tenemos registrado en los evangelios.) L es d eclara que sólo una gen eració n m ala y adúltera se em-peña en hacer tal demanda. 

B. Séptima predicción: su resurrección (M t. 16:4). 

1. Unicamente gente mala e infiel se atreve a exigirtales señales. 

2. La única señal que recibirá sem ejante generación será la del profeta Jonás. Esta es la razón por la que Satanás aborrece tanto el libro de Jonás. Ha procurado a lo largo de la historia que se le subestimara y se negara haciendo que sus seguidores ridiculizaran el que el pez se tragara a Jonás. No es el pez lo que el diablo aborrece sino lo que prefigura. 

C . Jesús les advierte a sus discípulos que se cuiden de la levadura de los fariseos (el tradicion alismo), de los saduceos (el escepticismo), y de los herodianos (el materialismo). 


LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA 31,32,33,34 y 35

 

LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA 31,32,33,34 y 35

Paso treinta y uno: de Capernaum a Jerusalén (Jn. 5:1-47) 

A. Milagro diecisiete: curación de un hombre que había sido inválido por treinta y ocho años (Jn. 5:8). 

1. Jesús le pregunta a un inválido si quiere ser sano. 

2. El hombre responde que sí. pero que él no puede meterse en un estanque de agua que cree que le sanaría. 

3. Jesús ignora su fe mal dirigida y le sana. 

4. Pronto le confrontan los fariseos a cau sa de que el milagro ha sido realizado en sábado. 

5. El Maestro se encuentra más tarde en el templo con el hombre sanado y le amonesta a que no peque más.

6. Los judíos siguen procurando matarle, no sólo por sus actividades en el día de reposo sino tam bién porque llamaba Padre a Dios. (Jn. 5:16-18). 

Quinto sermón: sobre el juicio y la resurrección (Jn. 5:19-47). 

1. Jesús declara que el Padre le ama y le instruye en sus acciones. 

2. A firma que el Padre le ha dado toda potestad de juzgar y que desea que los hombres honren al Hijo como hacen con el Padre. 

3. Promete vida eterna a todos los que creen en Él. 

4. Les asegura que un día serán levantados de entre los muertos por el Hijo. Notemos su declaración: «No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación» (Jn. 5:28, 29). Otros versículos de la Biblia nos aclaran que hay aquí dos resurrecciones diferentes, separadas entre sí por mil años. L a primera resurrección sucederá justo antes del milenio, e incluirá a todos los santos del Antiguo Testam ento y de la tribulación. La segunda tendrá lugar después del milenio, y consistirá de todos los inconversos que han existido. (Véanse Dn. 12:2 y Ap. 20 :5,6 , 11-15.) 

5. N uestro Señor señala que su deidad es afirmada por al menos cuatro testimonios verdaderos: 

a. El de Juan el Bautista. 

b. Sus propios milagros (diecisiete hasta la fecha). 

c. El Padre mismo (en su bautismo). 

d. El del A ntiguo T estam ento (especialm ente los escritos de Moisés). 

6. Con todo, señala tristemente que a pesar de ello la mayoría de Israel no le aceptaría. 

C. Quinta predicción: sobre la futura resurrección (Jn. 5:28,29). 1. Los que hicieron el bien, saldrán a resurrección de vida. 

2. L os que hicieron el mal, saldrán a resurrección de condenación. 


Paso treinta y dos: de Jerusalén a Nazaret (segunda visita) (Mt. 13:53-58: Mr. 6:1-6) 

A. Predica allí pero viene a ser motivo de preocupación para sus hermanos. 

B. Contristeza menciona que no hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa, al escuchar a la gente decir: 

1. «¿No es éste el hijo del carpintero?» 

2. « ¿No se llama su ma re María, y sus hermanos, Jacobo , José, Sim ón, y Judas?» 

3. «¿No están todas sus hermanas con nosotros?» 

C. No hizo muchos milagros allí a causa de la incredulidad de aquella gente. 


Paso treinta y tres: de Nazaret a su tercera gira de predicación por Galilea (Mateo 9:35— 10:1, 5-16, 24-33, 37— 11:1; 14:1-33; Mr. 6:6-29; Lc. 9:1-9) 

A. Comparte con sus discípulos la carga de su corazón por los perdidos (M t. 9:36-38). 

1. Les habla de la abundancia de la m ies y de la escasez de obreros. 

2. L es anim a a rogar al Padre a que envíe obreros a la mies. 

B. Sexto sermón: a los doce que había comisionado (M t. 10:5-16, 24-33, 37-42; Lc. 9:3-5; Mr. 6 :8 -1 1).  

1Les confirm a que su campo de trabajo es sólo el pueblo de Israel. 

2. Su ministerio sería múltiple. Tenían que: 

a. Predicar que el reino de los cielos se había acercado y que debían arrepentirse (M r. 6:12). 

b. Sanar a los enfermos. 

c. Limpiar a los leprosos. 

d. Levantar a los muertos. 

e. Echar demonios. 

3. Debían hacer todo esto sin esperar paga, pero serían atendidos en su necesidad de comida y vestido por aquellos a quienes ministraran. 

4. Debían posar solamente en los hogares de aquellos que amaran a Dios. 

5. Tenían que sacudirse el polvo de los pies mientras abandonaban cualquier ciudad que hubiera rechazado el mensaje. 

6. Serían frecuentemente como ovejas en medio de lobos; les recomendaba, pues, ser sencillos como palo ­ mas y prudentes como serpientes. 

7. Debían esperar persecución, pero podían alentarse por el hecho de que el Padre tenía incluso contados to ­ dos sus cabellos. 

8. Tenían que confesar a Cristo delante de los hombres a fin de que Él les confesara a ellos un d ía delante del Padre. 

9. Debían ponerle siempre a él primero y llevar su propia cruz. 

10. Serían tratados com o profetas por algunos que un día com partirían su galardón .

C.  Después de darles instrucciones y enviarles en parejas. Él se va solo a predicar (M t. 11:1). . 

D. Le inform an de la muerte de Juan el Bautista, y se aparta con los doce a un lugar desierto (M t. 14:1-13; Mr. 6:14-29; Le. 9:7-9). 

1. Herodes había encarcelad o a Juan por su fuerte de ­ nuncia del matrimonio ilegítimo del rey con Herodías, la exesposa de su hermano Felipe. 

2. Herodías estaba resentida y demandó la ejecución de Juan, pero Herodes le tenía respeto e incluso estuvo interesado en su mensaje por un tiempo. 

3. Sin em bargo, Herodías, ayudada por la atracción de la danza de su hermosa hija y por la n aturaleza sensual del rey, exigió y con siguió la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja. 

4. Herodes, turbado y perplejo, llegó más tarde a pensar que Jesús era en realidad Juan el Bautista resucitado. 

5. Así es como el más grande profeta del Nuevo Testamento salió del escenario terrenal. Jesús ya había comentado anteriormente acerca de la grandeza de este hombre. (Véase M t. 11:1-11.) Una de las últimas declaraciones que tenemos acerca de Juan nos revela que este audaz profeta era también un hombre poderoso en la oración. Leemos acerca de los discípulos de Jesús que se le acercaron y le dijeron: «Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos» (Le. 11:1)

Paso treinta y cuatro: de su tercer viaje de predicación por Galilea a un desierto cerca de Betsaida (Mt. 14:13-23; Mr. 6:30-47; Le. 9:10-17; Jn. 6:1-18) 

A. Jesús se retira con sus d iscípulos p ara un descanso bien ganado, pero pronto es reconocido y rodeado p o r la m ultitud siem pre presente. 

B. Tuvo compasión de ellos y sanó m uchos enfermos, enseñándoles también acerca del reino de Dios. 

C . Milagro dieciocho: alimentación de 5.000 hombres y sus familias (M t. 14:19; M r. 6:41; Lc. 9:16; Jn. 6:11). 

1. Jesús prueba a Felipe preguntándole cómo podrían alimentar a aquella multitud. Felipe lo considera imposible. 

2. Andrés encuentra a un muchacho que tiene escasamente cinco panes de cebada y dos pececillos, pero él también opina como Felipe. 

3. Los doce se ponen finalmente de acuerdo en que lo mejor es despedirle en la esperanza de que ellos encuentren de comer en los pueblos cercanos. 

4. Jesús, por el contrario, ordena que la multitud se siente por grupos de cincuenta. 

5. Toma después el almuerzo del jovencito , lo bendice y lo reparte, alcanzando para dar de com er a todos. 

6. M ás larde los discípulos llenan doce cestas con las sobras. En realidad se dio de comer com o a 15.000 personas, porque los 5.000 mencionados eran sólo los hombres. Habría ta bién, sin duda, varios cientos de mujeres y niños presentes. Este es uno de los dos únicos m ilagros que aparecen en los cuatro evangelios. El otro es la restauración de una oreja cortada en el jard ín de Getsamaní. 

Quinta oración: en un monte cerca del mar después de alimentar a los 

5 .0 0 0 (M t. 14:23; Mr. 6:46; Jn. 6:15). 

1. Cristo se da cuenta de que los 5.000 hombres alimentados se hallan tan impresionados que planean forzarle a que sea su rey. 

2. Por tanto, ordena a los discípulos que se  archen sin él y se retira a un monte a orar. 


Paso treinta y cinco: del desierto de Betsaida al llano de Genesaret ^ ¡Mt. 14:24-36; Mr. 6:48-56; Jn. 6:19-21) 

A . Milagro diecinueve: Jesús camina sobre el mar (M t. 14:25; M r. 6:48; Jn. 6:19). 

1. Cristo observa que sus discípulos tienen dificultades en medio del lago, y va a su encuentro caminando sobre el agua. 

2. Ellos se turbaron al verle, pero Él los tranquiliza y accede a la petición de Pedro de ir a su encuentro caminando también. 

3. Pedro aparta su m irada de Jesús después de dar unos pasos sobre el agua, y el Maestro tiene que rescatarlo de perecer ahogado. 

a. Pedro: «¡Señor, sálvame!» (M t. 14:30). (La oración más breve de la Biblia.) 

b. Jesús: «¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?» 

4. Jesús y Pedro suben abordo. Los demás le adoraron, diciendo: «Verdaderamente eres Hijo de Dios.» 

B. Desembarcan en Genesaret y entran en los pueblitos cercanos, sanando Jesús a muchos.




FIN   D E L    S E G U N D O  A Ñ O