LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA 46,47 y 48

 

LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA 46,47 y 48

Paso cuarenta y seis: del monte Hormón a Capernaum (Mt. 17:24—18:35; Mr. 9:33—10:1; Le. 9:46-50) 

A. Milagro veintiséis: sacan un pez con una moneda en la boca (Mt. 17:27). 

1. Pedro promete a un cobrador de impuestos del templo que Jesús pagará las dos dracmas del impuesto. 

2. El Señor le pregunta a Pedro de quién recogen impuestos los reyes. 

a. ¿Deben ser pagados por los ciudadanos? 

b. ¿Deben ser pagados por los extranjeros? 

3. Pedro comprende su error pero nuestro Señor está de acuerdo en pagar el impuesto, a fin de no ser una piedra de tropiezo para el pueblo. 

4. A este fin instruye a Pedro para que se acerque al mar de Galilea. a. Tenía que echar un anzuelo y hacerse con el primer pez que cayera. b. Después tenía que abrir su boca y sacarle una moneda de plata. c. Usaría aquella moneda (un estatero) para pagar el impuesto de Jesús y el suyo propio. 

5. Aquí se demuestra que el segundo Adán ha recobrado lo que el primer Adán había perdido: el señorearse en «los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra» (Gn. 1:26).

 B. Sermón once: sobre la humildad y el infierno (Mi. 18:1- 20; Mr. 9:33— 10:1; Le. 9:46-50). 

1. Jesús responde a la pregunta de quién es el mayor en el reino de los cielos. 

a. Llama a un niño y lo pone en medio de ellos. 

b. Les enseña que el mayor en el reino es el que tiene la humildad de un niño. 

c. Promete que el que recibe a un niño en su nombre a Él recibe (Mt. 18:5). 

d. Advierte a todos los que le escuchan que el que debilite la fe de uno de estos pequeños mejor le sería ahogarse en lo profundodel mar (Mt. 18:6). 

e. Les dice que sus ángeles en el ciclo ministran por ellos delante del Padre (Mt. 18:10). 

2. Responde también a las preguntas concernientes al sectarismo (Mr. 9:38-41). 

a. El apóstol Juan había rechazado a uno que echaba fuera demonios en el nombre de Jesús por el simple hecho de que el hombre no era uno de los Doce. 

b. Jesús le reprende diciéndole que (en un sentido) si el hombre no estaba en contra suya, estaba en realidad a su favor, y viceversa (véanse Le. 11:23; 9:50; Mr. 9:40). 

c. Promete que tendrán galardón todos aquellos extraños que traten amablemente a sus discípulos. 

3. Jesús predica sobre el infierno (Mt. 18:8,9; Mr. 9:43-48). 

a. Les dice que si la mano o el pie les hacen caer en pecado es mejor cortárselos que tenerlos y ser echados en el fuego eterno. 

b. Y si lo que el ojo ve da piepara tropezar, es mejor sacárselo que no caer en el infiemo. 

c. Es mucho mejor entrar en el cielo mutilado que no ir a parar al infierno todo completo, donde el fuego nunca se acaba. 

4. Jesús declara cuál es el propósito principal de su venida. 

a. Vino a buscar y a salvar lo que se había perdido (Mt. 18:11). 

b. De la misma forma en que un pastor dejaría su rebaño de noventa y nueve ovejas e iría a buscar la que se había perdido, así también lo haría él (Mt. 18:12, 13). 

c. Se gozaría más por hallar la que se había perdido que por las noventa y nueve que están a salvo. 

5. Jesús habla de reconciliación. 

a. Enseña que si es posible, debemos intentar reconciliarnos en privado con el hermano que haya pecado contra nosotros (Mt. 18:15-17). 

b. Si esto falla, debemos intentarlo de nuevo teniendo a uno o dos hermanos como testigos. 

c. Si no da resultado, llevémosle entonces delante de la asamblea.c. «Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.»

G. Octava oración: se produce nada más escuchar el informe de los setenta que acaban de regresar (Mt. 11:25-27: Le. 10:21,22). 1. Alaba a su Padre por haber ocultado estas verdades de los materialistas y haberlas revelado a los que son como niños en la fe. 2. Él sabe que todo esto es agradable a los ojos del Padre. 

H. Les recuerda a los Doce su gran privilegio porque muchos-profetas y reyes habían deseado ver y oír, sin conseguirlo, lo que ellos estaban viendo y ovendo (Le. 10:23, 24). (Véanse también 1 P. 1:10-13; He. 11:30-40.) 

I. Parábola dieciséis: cómo saber quién es tu prójimo (Le. 10:25-37). 

1. Un maestro de la ley le pregunta a Jesús cuál es el camino a la vida eterna, y éste le responde que amar a Dios con todo su corazón y a su prójimo como a sí mismo. 

2. Aquel abogado le pregunta entonces: «¿Y quién es mi prójimo?» (Le. 10:25-37). 

3. Jesús acepta el desafío y le relata esta parábola, describiendo tres actitudes básicas del corazón humano hacía su prójimo. 

a. Un hombre que viajaba de Jerusalén a Jericó es atacado y robado por una banda de malhechores. La actitud que se manifiesta aquí es: «lo tuyo es mío.» 

b. Un sacerdote y un levita pasan por allí pero los dos rehúsan acercarse y ayudar. I.a actitud de ellos es: «Lo mío es mío.» 

c. Un samarilano acierta a pasar por allí. 

(1) Siente compasión ante la necesidad de aquel hombre y le cura las heridas con aceite y vino. 

(2) Monta al herido sobre su cabalgadura y lo lleva al mesón. 

(3) Se queda con él durante un día y antes de partir paga al mesonero lo necesario para que atienda al herido hasta su recuperación. Esta última actitud es la de: «Lo mío es tuyo.»

 4. Jesús después le pregunta al maestro de la ley quién fue realmente el prójimo del hombre que cayó en manos de los ladrones, y, por supuesto, le responden que el samaritano.

 Paso cuarenta y ocho: de Perea a Betania y sus alrededores (Mr. 10:34-36; 12:22-38; 42-45; ¡9:3—20:28: 24:43-51: Mr. 10:2-45; Le. 10:38— 12:9; 13:1-17. 22-35: 14:1— 16:15; 18-31 17:1-37: 18:1-34; Jn. 11:1-54) Nota: Desde este momento y hasta su entrada triunfal es imposible trazar con exactitud el itinerario que siguió Jesús, excepto decir que se movió libremente por Betania, Jericó y el área de Perca. 

A. Visitó el hogar de María v Marta en Betania (Le. 10:38- 42). 

1. Marta está molesta y se queja a Jesús de que María está sentada escuchando y no la ayuda. 

2. Jesús le explica a Marta que es más necesario para una persona escucharle a El primero antes de ponerse a trabajar para Él. 

B.Novena oración: antes de enseñar a sus discípulos cómo orar (Le. 11:1). 

C.Repite otra vez su oración modelo (véase también Mt. 6:9-13) y comenta sobre el tema de la oración (Le. 11:1- 13). Hace la observación de que ningún padre terrenal va a dar a su hijo una piedra ni una serpiente en vez de pan o pescado, y tampoco lo hace el Padre celestial. 

D. Milagro veintisiete: curación de un endemoniado ciego y mudo (Mt. 12:22; Le. 11:14). 

1. Los fariseos le acusan otra vez de hacer tales milagros por medio de Bcclzebú, príncipe de los demo

2 . Él repite la parábola que anteriormente había dicho sobre «atar primero a un hombre fuerte». (Véanse Mr. 3:22-30; Mi. 12:23-32; Le. 11:15-21.) 

3. Les dice que el que no está con Él está en realidad contra Él (Le. 11:23). 

4. Les advierte acerca del pecado imperdonable (Mt. 12:31,32).

a. «A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado.» 

b. «Pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.» ¿En qué consiste el pecado imperdonable? Poniéndolo en el contexto apropiado, tiene que ver con el atribuir al diablo las obras que Cristo hizo por medio del Espíritu Santo durante su ministerio en la tierra. Aquí tenemos a aquellos mal intencionados fariseos que habían visto con sus propios ojos las obras poderosas del Salvador y habían escuchado sus maravillosas enseñanzas. Después de haber sido testigos presenciales de esta extraordinaria manifestación de la divinidad, ¿cuál era su reacción? Afirmaban que tanto Él como su ministerio procedían del diablo. Pecar contra semejante luz era imperdonable. ¿Qué más podía hacer Dios para convencerlos? ¿Puede cometerse hoy el pecado imperdonable? A la luz de lo dicho anteriormente podemos decir que no. Cristo ya no camina por la tierra físicamente realizando milagros y predicando. 5. Jesús condena a los fariseos como una generación de víboras, y les advierte que algún día tendrán que responder en el juicio por sus horribles palabras (Mt. 12:33-37). ' 

E. Parábola diecisiete: «El espíritu inmundo que vuelve» (Mt. 12:43-45; Le. 11:24-2ó). 

1. Describe en esta parábola la tragedia de reformar sin realmente regenerar. 

2. Describe a un espíritu malo que ha abandonado a un hombre que no ha experimentado la salvación. 

3. El hombre se siente aliviado y se pone a limpiar su casa. 

4. El demonio, sin embargo, regresa posteriormente y descubre los cambios y las reformas realizadas. 

5. Aquel espíritu malo invita a otros siete como él y entran en aquel hombre y se posesionan de él. 

F. Jesús le dice a una mujer que aquellos que escuchan y guardan la palabra de Dios son más bienaventurados que su madre terrenal (Le. 11:27, 28). 

G. Predicción veintiuna: su resurrección (Mt. 12:38-40; Le. 11:29,30). 

1. Los fariseos estaban todavía importunándole demandándole una señalcuando ya había realizado veintisiete milagros registrados en los evangelios. 

2. Jesús les dice que aquella generación malvada solamente recibirá la señal de Jonás. 

a. Jonás estuvo en el vientre del pez tres días y tres noches. 

b. Así también Jesús estaría en el interior de la tierra tres días y tres noches. 

H. Predicción veintidós: el gran trono del juicio (Mt. 12:41, 42; Le. 11:31,32). 

1. Los hombres de Nínivc se levantarán en el día del juicio y condenarán a esa generación.

a. Se arrepintieron cuando Jonás les predicó (Jon. 3). 

b. Él es mayor que Jonás, pero los fariseos no se arrepienten. 

2. La reina de Sabá se levantará en el juicio y condenará a aquella generación ( 1 R. 1 0 ). 

a. Ella viajó desde lejos para escuchar la sabiduría de Salomón. 

b. Él es mayor que Salomón, pero los fariseos no quieren oír.

 I. Condena a los escribas y fariseos por varios actos de maldad (Le. 11:37-52). 

1. Los fariseos son condenados: 

a. Porque se'cuidan de lavarse las manos pero el corazón lo tienen sucio. 

b. Por poner sus tradiciones por encima de la justicia y del amor de Dios. 

c. Por su naturaleza interna vanidosa y corrompida. 

2. Los escribas son condenados: 

a. Por poner sobre los hombres cargas inaguantables. 

b. Por jactarse de los sepulcros que habían levantado a los profetas que mataron sus padres. 

c. Por haber quitado la llave del conocimiento. 

J. Cuando termina de hacer estos comentarios, ambos grupos le atacan violentamente (Le. 11:53, 54). 

K. Predicción veintitrés: el gran trono blanco del juicio (Le. 12:2, 3). (Véase también Ap. 20:11-15). 

1. Todas las cosas que son hechas en secreto un día serán reveladas. 

2. Todas las palabras dichas en secreto un día se sabrán. 

L. Parábola dieciocho: «Un necio en apuros» (Le. 12:16- 21). 

1. Un rico hacendado toma las siguientes decisiones después de una gran cosecha. a. No tengo espacio para almacenar todos mis frutos. b. Los derribaré y edificaré mayores. c. Almacenaré allí lodos mis frutos y bienes. d. Después buscaré solamente placer, pues tengo mucho para dsifrutar durante bastantes años. 

2. El Dios soberano toma también algunas decisiones en relación con este hacendado insensato. 

a. «Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma.» 

b. «Y lo que has provisto, ¿de quién será?» Nota: Ésta es la primera vez en la Biblia que Dios personalmente llama necio a una persona. Este hombre era necio: 

c. Porque pensó que podía satisfacer su alma eterna con bienes materiales. Notemos su declaración: «Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come. bebe, regocíjate» (12:19). Recordemos la declaración de Jesús en Mateo 4:4; 16:26. El único alimento verdadero del alma es la Palabra de Dios. 

d. Porque presume equivocadamente que viviría hasta una edad avanzada. Observemos también en lo que erróneamente tenía puesta su confianza: «Muchos bienes tienes guardadospara muchos años.» (Véanse Pr. 27:1; 29:1; Sal. 90:12; Is. 4:13-15.) 

M. Parábola diecinueve: mantén las lámparas encendidas (Le. 12:32-40: Mt. 24:43. 44). 

1. Al creyente le ha sido prometido el reino de su Padre. 

2. Le conviene, por tanto, guardar sus tesoros en el cielo. donde está a prueba de ladrones y orín. 

3. Debe tener sus ropas preparadas y sus lámparas encendidas mientras espera al Esposo. 

4. Será servido personalmente por el Esposo. 

5. Debe estar siempre listo, pues el Esposo vendrá inesperadamente. 


N. Parábola veinte: «el siervo infiel y el regreso de su señor» (Mt. 24:45-51; Le. 12:42-48). 

1. El siervo infiel. a. Da por sentado que su señor va a prolongar su regreso indefinidamente. b. Abusa de sus consiervos. c. Se junta con los que se embriagan. 

2. El señor que regresa. a. Regresa en un momento totalmente inesperado. b. Le manifiesta claramente su enojo. c. Le cataloga entre los hipócritas. d. Le castiga conforme al conocimiento que tiene de la verdad y su reacción a la misma. 

Ñ. Comenta sobre el propósito de su venida y su significado para la humanidad (Le. 12:49-53). Viene para: 

1. Prender fuego en la tierra. 

2. Ser bautizado con un bautismo especial (cargar con nuestros pecados en la cruz). 

3. Producir división. 

4. Dividir hogares. a. El hijo se levantará contra el padre. b. La nuera se levantará contra la suegra. c. La hija se levantará contra la madre. d. El padre se levantará contra el hijo. e. La madre se levantará contra la hija. f. La suegra se levantará contra la nuera. 

O. Les advierte mediante hechos recientemente acontecidos que, a menos que se arrepientan, todos ellos perecerán (Le. 13:1-5). 

1. El suceso de algunos galileos matados por Pilato. 

2. El caso de la torre de Siloé que cayó sobre dieciocho 

P.   personas. Parábola veintiuna: la higuera estéril (Le. 13:6-9). 1. El propietario de una viña ordena a sus obreros cortar una higuera que llevaba tres años sin dar fruto. 2. El viñador le pide que le conceda un año más para fertilizarla. 

Q.Milagro veintiocho: curación de una mujer que había estado enferma dieciocho años (Le. 13:10-17). 1. Jesús sana en la sinagoga a una mujer jorobada que llevaba dieciocho años enferma. Nota: Aunque Satanás no puede poseer a un creyente, sí puede, no obstante, oprimirle y afligirle físicamente (véanse Job 1—2; 2 Co. 12:7). «Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo?» 2. El principal de la sinagoga critica a Jesús por haberla sanado en el día de reposo. 3. El Señor le reprende por su hipocresía y la gente que llenaba la sinagoga se regocija por lo acontecido. 

R.Les habla acerca del camino angosto que lleva al cielo (Le. 13:22-30). 1. Muchos tratarán de entrar en el ciclo sin lograrlo. 2. Algunos de ellos serán de los habitantes de las ciudades en las que el mismo Señor había ministrado. 3. Todos llorarán y crujirán los dientes al ser separados de Abraham, Isaac, Jacob, y otros profetas en el reino de Dios. 

S.Jesús envía un mensaje a Herodes (a quien llama zorra) y le advierte que ni siquiera el rey podrá impedirle morir en el Calvario a las afueras de Jerusalén (Le. 13:31- 33). 

T. Milagro veintinueve: curación de un hidrópico (Le. 14:4). 

U.Parábola veintidós: escogiendo el último asiento en una fiesta de boda (Le. 14:7-11). 

1. Les dice que el que se enaltezca será humillado. Es decir, que el invitado que demanda un lugar cerca del anfitrión puede que le pidan que le ceda el lugar a otro invitado más importante. 

2. Les enseña también que el que se humilla será enaltecido. Esto es, el invitado que se pone a sí mismo en el último lugar será invitado por el anfitrión a que se acerque más a la cabecera de la mesa. 

V. Jesús aconseja al fariseo que le había invitado que incluya en sus futuras fiestas a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos (Le. 14:12-14). 

W. Parábola veintitrés: excusas de necios (Le. 14:15-24). 

1. Los invitados: tres hombres son invitados a una gran fiesta pero rehúsan asistir por distintas razones. a. El primero: «He comprado una hacienda, y necesito ir a verla: te ruego que me excuses.» Sólo un necio compra un campo sin verlo antes. b. El segundo: «He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlos; te ruego que me excuses.» Sólo un necio adquiriría bueyes que no ha probado antes. c. El tercero: «Acabo de casarme, y por tanto no puedo ir.» No hace falta hacer comentarios. 

2. El anfitrión enojado: a. Ordena a sus siervos que vayan por las plazas y las calles de la ciudad, y que traigan a todos los pobres y enfermos que encuentren. b. Promete que ninguno de los que primeramente había invitado disfrutará de su banquete. 

X. Jesús dice a la gente que todos los que quieran ser sus discípulos deben contar primero el costo (Le. 14:25-35). 

1. No hacerlo así sería tan imprudente como que un constructor pusiera los cimientos para una torre y se diera cuenta después de que no puede terminarla. 

2. Sería tan poco prudente como que un rey le declarara la guerra a otro rey y después se diera cuenta de que sólo tiene la mitad de los recursos que su enemigo dispone. Fue en esta ocasión cuando Cristo hizo una declaración extraña. Dijo: «Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo» (Le. 14:26). Estas palabras han molestado a algunas personas. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la palabra griega misco puede también significar preferencia de una cosa por encima de otra. El erudito del griego W.E. Vine muestra otros dos pasajes en los que esta preferencia en el significado es evidente. «Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas» (Mt. 6:24). «El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará» (Jn. 12:25). Y en realidad Cristo enseñó al hombre a amar a su familia. (Véase Ef. 5:25, 28.) 

Y. Parábola veinticuatro: la oveja perdida, la moneda extraviada, y el hijo pródigo (Le. 15:1-32). Jesús relata estas tres parábolas cuando los fariseos le acusaban de juntarse y comer con los pecadores. 

1. La oveja perdida (Le. 15:3-7). a. Un pastor tiene cien ovejas, pero de pronto descubre que le falta una de ellas. b. Deja las noventa y nueve bien protegidas y va en busca de la que le falta hasta que la encuentra. c. La lleva a casa y llama a sus amigos para que se regocijen con él. d. Jesús les dice que de igual manera hay gozo en el cielo cuando un pecador se arrepiente, más que por noventa y nueve justos que no sienten la necesidad de arrepentirse.

2. La moneda extraviada (Le. 15:8-10). a. Una mujer tiene diez monedas y pierde una. b. Enciende una luz y busca por toda la casa hasta que la encuentra. c. Entonces invita a sus amigos a la casa para que se regocijen con ella. d. Jesús les repite que de igual manera hay gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no sienten necesidad de arrepentirse

3. El hijo pródigo (Le. 15:11-32). 

a. El hijo menor de una familia demanda su parte en la propiedad del padre y se va de la casa.

         b. Pronto lo derrocha todo en una vida desenfrenada y empieza a padecer hambre.

c. Se ve en la necesidad de trabajar cuidando cerdos, pero al fin vuelve en sí y decide: (1) Volver a la casa de su padre. (2) Confesar su pecado. Notemos lo que piensa: «Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti» (Le. 15:18). Este joven es la séptima de ocho personas en la Biblia que pronuncia las difíciles palabras: «He pecado.» Los otros siete son: Faraón (Ex. 9:27; 10:16); Balaam (Nm. 22:34); Afán (Jos. 7:20); Saúl (I S. 26:21); David (2 S. 12:13; 24:10); Job (7:20); y Judas (Mt. 27:4). Como hemos podido comprobar, algunos de los que las dijeron no lo hicieron de corazón. (3) Solicitar que le acepten como siervo. 

d. El padre desde lejos ve venir al hijo por el camino. 

e. Movido a compasión corre al encuentro del hijo, le abraza y le besa, y ordena que: (1) Traigan ropa para él. (2) Le pongan un anillo en su dedo. (3) Calzado en sus pies. (4) Maten el becerro engordado y hagan fiesta. 

f. El hijo mayor se llena de celos por esta actitud y se queja al padre. (1) La queja del hijo: «He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo.» (2) La respuesta del padre: «Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. Mas era necesario hacer fiesta y regocijamos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.» 

g. Podemos observar lo siguiente en relación con este pasaje de Lucas 15. (1) Observaciones generales: (a) Esta es básicamente una parábola con tres ilustraciones. (b) La Trinidad aparece simbolizada en esta parábola: El Hijo (el pastor) lo vemos en la primera; el Espíritu Santo (la luz) en la segunda; y el Padre en la tercera. (c) Encontramos aquí una progresión matemática relacionada con lo que se había perdido. El relato va de uno en cien, a uno en diez, a uno en dos.(d) Lo que resalta en la parábola es que la restauración resulta en regocijo. (2) Observaciones específicas relacionadas con la tercera parte: (a) Este relato no es fundamentalmente el cuadro de la conversión de un pecador sino de la restauración de un creyente. (b) La figura trágica en el relato no es el hijo menor que se arrepiente sino más bien la actitud de orgullo espiritual del mayor. (c) La figura central aquí es el padre perdonados

 Z. Parábola veinticinco: las preocupaciones de un mayordomo (Le. 16:1-13).

 1. A un mayordomo derrochador le informan que le van a despedir pronto de su empleo.

 2. No tenía fuerzas para trabajar, y le daba vergüenza pedir limosna, de forma que se prepara para el futuro de la siguiente manera: a. Reduce al cincuenta por ciento la deuda de uno que debía a su señor, y de esa forma se gana la amistad de un comerciante en aceite. b. Reduce también en un veinte por ciento otra deuda, granjeándose así la amistad de un comerciante en granos.A

 

AA. Parábola veintiséis: cuando desde el Hades se hace una petición al paraíso (Le. 16:19-31). 

1. Jesús describe la vida de un cierto hombre rico. a. Se vestía con ropa fina y elegante. b. Vivía en esplendor y hacía fiestas diariamente. c. Murió, fue sepultado, y se despertó en el Hades 

2. Jesús describe también la vida de un hombre pobre llamado Lázaro. a. Vivía echado a la puerta de la casa del rico, cubierto de llagas, b. Ansiaba saciarse con las migajas que caían a diario de la mesa del rico. c. Murió y fue llevado por los ángeles al paraíso (al seno de Abraham).

3. Por último, el Señor describe la súplica del hombre rico. 

a. Vio a Abraham y a Lázaro en el paraíso lejos de el.

b. Estaba sufriendo en el fuego, y le pidió a Abraham que le permitiera a Lázaro refrescar su lengua con un poco de agua.

c. Le informan que es imposible hacerlo porque están separados por un gran abismo.

d. Pide entonces a Abraham que envíe Lázaro a sus cinco hermanos para que no vayan a caer en donde él se encuentra. 

e. No le conceden su petición en razón de que sus hermanos disponían de amplia oportunidad de arrepentimiento si deseaban hacerlo.

En Lucas 16:31 Abraham dice: «Si no oyen a Moisés y los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.» 

Esta declaración tiene un sentido profético, porque unos pocos meses más tarde el Señor llevaría a cabo uno de sus más grandes milagros: la resurrección de un cuerpo en descomposición, perteneciente a un hombre que también se llamaba Lázaro. (Véanse Jn. 11:53; 12:10.) 

Este versículo (16:31) contiene una respuesta indirecta a la pregunta que hacen muchos: «¿Saben los santos que han partido a la gloria lo que está aconteciendo en la tierra?» Aparentemente sí, al menos hasta cierto punto, porque aquí tenemos a Abraham hablar acerca de un hombre (Moisés) que no nacería sino hasta seis siglos después que el «padre de los creyentes» dejara esta tierra. 

Ésta es la razón por la que Dios norealizagrandes milagros hoy. La voluntad de Dios se realiza hoy por medio de la fe y no de señales. Después del rapto se llevarán a cabo muchos milagros y señales durante la tribulación, pero los pecadores no creerán ( véase Ap. 9:20, 21). Nota: Algunos estudiosos de la Biblia creen que antes de la muerte de Cristo las almas de todos los hombre descendían a un lugar localizado en alguna parte de la tierra, conocido como el Hades en el Nuevo Testamento y Seol en el Antiguo Testamento. 

Originalmente el Hades tenía dos secciones, una para los salvos y otra para los perdidos. La sección de los salvos es a veces llamada el «paraíso» (véase l.c. 23:43), y otras veces se la cita como el «seno de Abraham» (véase Le. 16:22). No se le da nombre a la sección de los no redimidos aparte de la designación general de Hades. 

En Lucas 16:19-31 el Señor nos relata el caso de un creyente pobre que fallece y va a la sección de los salvos en el Hades, y un rico inconverso que también fallece y va a parar a la sección de los no salvos. No obstante, muchos creen que todo esto cambió después que Cristo pagó por completo por los pecados de los creyentes en el Calvario. La Biblia Anotada de Scofield sugiere que durante el tiempo de su muerte y resurrección, nuestro Señor descendió al Hades, vació el paraíso y encabezó un desfile triunfal en dirección al cielo de todos los que habían sido salvos hasta ese momento. Cita Et'csios 4:8-10 como una prueba de ello. 

En su libro Revelation, el fallecido doctor Donald Grey Bumhou.se, escribe: «Cuando Él ascendió a lo alto (Ef. 4:8) vació el paraíso del Hades y llevó a los que allí se encontraban a la misma presencia de Dios. La cautividad fue llevada cautiva.... A partir de aquel instante ya no hay separación para aquellos que creen en Cristo. Las puertas del infierno ya no van a prevalecer contra ellos (Mi. 16:18). Pero, ¿qué acerca de los perdidos? El estado de los inconversos permaneció (y permanece) igual después de la cruz. Permanecen en el Hades esperando el juicio final del gran trono blanco (Ap. 20:11-15). Pero un cambio glorioso ha acontecido concerniente al estado de aquellos que han dormido en Cristo.» 

Notemos las siguientes Escrituras: «Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios. Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió» (Hch. 7:55. 59, 60). 

«Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor» (Fil. 1:21,23) «... estar ausentes del cuerpo (es estar) presentes en el Señor» (2 Co. 5:8).

 

BB. Parábola veintisiete: cuando nuestro mejor esfuerzo es lo mínimo que debemos hacer (Le. 17:7-10). 

1. El señor de un cierto siervo esperaba que éste eumpliera con algunos deberes sin demandar que le elogiaran ni le dieran las gracias. a. Tiene que cuidar de la propiedad de su señor. b. Tiene que preparar su alimento. c. Debe servirle en todo tiempo. 

2. Se espera de igual manera que el siervo de Dios cumpla con ciertos deberes sin insistir en que se lo reconozcan de manera especial. a. Ha de cumplir los mandamientos de Dios. b. Tiene que admitir que realizar la tarea de la mejor manera posible es lo mínimo que debe hacer.

CC. Milagro trece: curación de diez leprosos (Le. 17:11- 19). 1. Jesús cura a los leprosos y después les indica que vayan a mostrarse al sacerdote para la limpieza ceremonial. 2. Uno de ellos, un samaritano, regresa y cae a sus pies para adorarle. 3. Jesús se maravilla que de los diez sanados, sólo un «extranjero», el samaritano, regresa para darle las gracias. Jesús sanó a muchas personas de su enfermedades durante su ministerio, pero ¿experimentaron todas ellas salvación espiritual en el momento de su sanidad física? La declaración del Señor aquí al leproso agradecido parece indicar que esc no fue el caso. «Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado» (Le. 17:19). (Véase también Jn. 5:8, 14.) En cualquier caso, la llegada de estos diez leprosos al templo para su limpieza ceremonial debió de causar considerable confusión entre los sacerdotes al ponerse a repasar las antiguas regulaciones de Levítico que regían para estas situaciones, porque en el Antiguo Testamento ni un solo israelita (excepto María, véase Nm. 12) había sido jamás sanado de la lepra. Naamán, por supuesto, era sirio. (Véase 2 R. 5.) 

DD. Predicción veinticuatro: sus sufrimientos (Le. 17:25). EE. Predicción veinticinco: los últimos días (Le. 17:26- 30). 1. Prevalecerán condiciones sensuales semejantes a las del tiempo de Noé. (Véase Gn. 6 .) a. Se dedicaban a comer y a beber. b. Se casaban y se daban en casamiento. c. La humanidad no estaba preparada para el diluvio. 2. Prevalecerán condiciones materialistas similares a las de los días de Lot. (Véase Gn. 19.) a. Se dedicaban a comprar y a vender. b. Se dedicaban a plantar y a edificar. c. La humanidad no estaba preparada para el fuego. 

FF. Predicción veintiséis: concerniente al Armagedón (Le. 17:34-37). 1. Algunos serán tomados estando en la cama. 2. Otros lo serán estando en el molino. 3. Otros mientras trabajan en el campo. 4. Todos serán destruidos y los buitres comerán sus cuerpos. Nota: Este pasaje ha sido usado frecuentemente como refiriéndose al rapto de los creyentes, pero el contexto más bien habla de los incorversos llevados al juicio del Armagedón. Índica también la exactitud científica de la Biblia. Notemos que Lucas dice que algunos serán tomados estando en cama (durante la noche), mientras que otros lo serán estando en el campo (durante el día), lo que manifiesta que el escritor, por inspiración divina, era consciente de la forma de la tierra.

GG. Parábola veintiocho: la viuda y el juez fastidiado (Le. 18:1-8).

1. Jesús nos habla aquí de un juez despreocupado.

    a. A este juez le reclama diariamente una mujer persistente que desea le hagan justicia en su pleito con 

su adversario.

    b. El juez finalmente accede a fin de que las conti￾nuas súplicas de aquella mujer no agoten su pa￾ciencia.

2. El Señor compara a este juez con el Padre celestial.

    a. El juez terrenal hizo justicia a pesar de su 

       despreocupación.

    b. El Padre celestial va a hacer mucho más debido a 

su gran interés.

3. Cristo concluye diciendo que debemos orar siempre 

    y no desmayar.


HH. Parábola veintinueve: el fariseo orgulloso y el 

publicano humilde (Le. 18:9-14).

1. Dos hombres van al templo a orar:

    a. El fariseo y su oración:

        (1) «Te doy gracias porque no soy como los otros 

hombres.»

        (2) «No soy ladrón, injusto ni adúltero.»

        (3) «Ayuno dos veces a la semana.»

        (4) «Doy diezmos de todo lo que gano.»

    b. La oración del publicano:

        (1) Se coloca en un lugar retirado y no alza ni si￾quiera los ojos.

        (2) Se golpea el pecho.

        (3) Confiesa sus pecados.

        (4) Suplica misericordia.

    2. Los dos hombres salen del templo.

    a. Dios había escuchado y elevado al publicano.

    b. Dios había rechazado y humillado al fariseo.

    11. Jesús comenta sobre el divorcio (Mt. 19:3-12; Mr. 

10:2-12; Le. 16:18).

1. Explica la intención original de Dios:

            a. Que el hombre deje a sus padres cuando se une 

en matrimonio.

b        . Que el hombre y su esposa son considerados aho￾ra como una sola carne.

            c. Que nadie tiene el derecho de deshacer esta unión 

espiritual.

2. Explica la provisión posterior de Dios a causa de la dureza del corazón del hombre: la carta de divorcio.

3. Explica la actitud general de Dios en relación con el matrimonio:

            a. El hombre que se vuelve a casar con otra mujer comete adulterio, excepto si su primera mujer le 

ha sido infiel.

    |    b. El hombre que se casa con una mujer divorciada 

comete adulterio.

        c. La mujer que se vuelve a casar con otro hombre 

comete adulterio, excepto si su primer marido le 

ha sido infiel.

        d. La mujer que se casa con un hombre divorciado 

     comete adulterio.

4. Explica la actitud general de Dios acerca de los que 

no se casan:

        a. Hay eunucos que han nacido así.

        b. Hay eunucos que lo son porque los hombres los 

han hecho.

        c. Hay eunucos que se hacen a sí mismos eunucos 

por amor al reino de Dios.

JJ. Décima oración: después de recibir a unos niños pe￾queños (Le. 18:15-17; Mt. 19:13-15; Mr. 10:13-16)


1.Le llevan a Jesús algunos niños pequeños para que 

ore por ellos.

2.Los discípulos tratan de impedir que le molesten y le 

entretengan.

3.El Señor los corrige y recibe gozoso a estos pequeños, diciendo:

a. «Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis.»

b. «Porque de los tales es el reino de los ciclos.»

c. «El que no recibe el reino de Dios como un niño, 

no entrará en él.»

Milagro treinta y uno: resurrección de Lázaro (Jn. 11:43,44). ■!

Le informan a Jesús que su amigo Lázaro, de Betania, está a punto de fallecer.Él decide ir al funeral a pesar de las objeciones de sus discípulos.

a. Temen que le apedrearán si se acerca tanto a Jerusalén.

b. Jesús les dice que debe hacer su obra mientras que el día dura.

(1) Jesús: «Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy a despertarle.»

(2) Tomás: «Vamos también nosotros, para que muramos con él» (no se muestra mucha fe aquí).

Se encuentra con Marta, la hermana de Lázaro, al llegar cerca de su hogar en Betania.

a. Marta: «Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto.»

b. Jesús: «Tu hermano resucitará.»

c. Marta: «Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.»

d. Jesús: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo 

aquel que vive y cree en mí. no morirá eternamen￾te. ¿Crees esto?»

e. Marta: «Sí. Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.»

Marta entra dentro de la casa y le dice a su hermana María que Jesús ha llegado.

El Señor la ve llorando y él también llora frente a la tumba de Lázaro.

Ordena que quiten la piedra de la tumba por encima de las objeciones de Marta.

a. Marta: «Señor, hiede ya, porque es de cuatro días.»

b. Jesús: «¿No te he dicho que si crees, verás la glo￾ria de Dios?»

Undécima oración: antes de resucitar a Lázaro (Jn. 

11:41.42).

a. «Padre, gracias te doy por haberme oído.»

b. «Lo dije por causa de la multitud que está alrede￾dor, para que crean que tú me has enviado.»

Jesús clama a gran voz: «¡Lázaro, ven fuera!» 

Después de realizar este milagro los enemigos de 

Cristo empiezan a planear formalmente matarle a Él 

y a Lázaro si es necesario (Jn. 11:45-54).

a. I .os fariseos temen que todos pueden llegar a creer en 

el y esto haga que los romanos los marginen a ellos.

b. El sumo sacerdote Caifas declara que a Israel le 

conviene que Jesús muera. Esta es la última profecía pronunciada por un sumo sacerdote de Israel. 

Notemos su contenido: «Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel 

año, profetizó que Jesús había de morir por la nación; y no solamente por la nación, sino también 

para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos» (Jn. 11:51, 52).

El Comentario bíblico Moody: Nuevo Testamento observa:

«Juan quería que sus lectores tuvieran plena consciencia de que esta sentencia del sumo sacerdote era profética. Que, por así decirlo, le fueron puestas las palabras en los labios. Profetizó. He aquí un Balaam que desea maldecir 

a Jesús, pero de cuya profecía surge la realización del propósito de Dios de que Cristo muriera por la nación redentora y vicariamente; y no sólo por la nación, sino para que todos los dispersos hijos de Dios (así vistos por su presciencia), fuesen congregados en uno (ep. 10:16). ¡Qué apropiado fue que quien desempeñaba el cargo de sumo sacerdote presentara, sin darse cuenta, la obra de Cristo como Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!» 


Notemos también el temor del sumo sacerdote que propició esta profecía:

«Si le dejamos así, todos creerán en él; y vendrán los romanos, y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación» (Jn. 11:48). La divina ironía de la historia es que, por supuesto, sucedieron ambas cosas. Los hombres creyeron en él y los romanos llegaron. Comentarios sobre este milagro:

1. Este es generalmente reconocido como el más grande de los milagros de nuestro Señor.

2. Es la primera vez que se asemeja la muerte de un cre￾yente al dormir. (Cp. Jn. 11:11 con Mt. 9:24; 27:52; 

Hch. 7:60; 1 Co. 11:30; 15:50,51; I T. 4:14.)

3. Notamos que Jesús esperó hasta que Lázaro llevaba cuatro días muerto. Quizá lo hizo así a causa de la superstición de los judíos de que después de fallecer una persona su espíritu rondaba sobre su cuerpo du￾rante tres días, y la resurrección era al menos remo￾tamente posible en esc período, Pero después de ese tiempo se había perdido toda esperanza.

4. Marta y no María es la heroína en este caso. (Véase Le. 10:38-42 donde sucedió lo contrario.)

a. Fue Marta y no María la que salió al encuentro de Jesús: María se quedó en la casa ( 11:20).

b. El gran testimonio de Marta aquí está a la altura del que dio Simón Pedro en otra ocasión. (Cp. Jn. 

11:27 con Mt. 16:16.)

5. Este pasaje nos registra la primera de cuatro veces en las que Cristo lloró. (Para las otras veces véanse He. 5:7; Le. 19:41: Mt. 23:37-39.)

a. Lloró como evidencia de su auténtica humanidad. (Véase He. 4:14-16.)

b. Lloró a causa de la iniquidad de los hombres quevio a su alrededor. (Véase 11:37, 46.)

6 . El Salvador mostró su deseo de obtener ayuda huma￾na en la realización de este milagro.

a. Ordenó que alguien quitara la piedra. (Véase 11:39.)

b. Pidió que alguien desatara al resucitado Lázaro. (Véase 1 1:44.)


LL. Jesús habla con un hombre principal, joven y rico (Mt. 

19:16-26; Mr. 10:17-27; Le. 18:18-27).

1. Le sale al encuentro un joven líder judío, que corre hasta Él, se arrodilla y le pregunta sobre la vida eter￾na.

2. Jesús le responde que guarde los mandamientos.

3. Aquel hombre joven le contesta que siempre lo ha hecho.

4. El Señor le dice que aún le falta una cosa, y es:

a. Que venda todo lo que tiene y lo dé a los pobres.

b. Que regrese y siga a Jesús.



Aquel hombre se marchó triste, pues no estaba dispuesto a hacer ninguna de estas dos cosas.

El Señor comenta acerca de los ricos y el reino de Dios.

a. Afirma que es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el 

reino de Dios.

b. Dice que, humanamente hablando, la salvación es imposible, pero que para Dios todo es posible.

Aquel joven líder y rico cometió tres graves errores:

a. En relación con Cristo: sólo llegó a considerarlo como un «buen maestro».

b. Eri relación con el plan de salvación: pensó que podría obtenerla mediante buenas obras.

c. En relación con el orgullo de su corazón: pensó que ya la había ganado. Se nos dice que «los discípulos se asombraron de sus palabras» (Mr. 10:24). Para los judíos la prosperidad temporal era considerada una muestra del favor divino. (Véase Dt. 28:1-12.) Algunas personas hoy piensan de la misma manera.

Predicción veintisiete: concerniente al futuro galardón 

(Mt. 19:27-30; Mr. 10:28-31; Le. 18:28-30).

Jesús promete que los Doce recibirán galardones en el futuro si se sacrifican por Él.

a. Se sentarán sobre doce tronos.

b. Juzgarán a las doce tribus de Israel. Promete también galardones futuros a todos los creyentes si se sacrifican por Él.

a. Recibirán cien veces más en esta vida.

b. Heredarán la vida eterna.

Notemos su declaración aquí:

«De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su 

gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel» (Mt. 19:28).

La palabra «regeneración» la encontramos, aparte de en este lugar, sólo una vez más en el Nuevo Testamento. Aparece en Tilo 3:5 donde se refiere yl nuevo nacimiento del creyente. Aquí en Mateo 19:28 tiene también el sentido de uevo nacimiento: la conver￾sión de la vieja madre naturaleza. Este glorioso nuevo nacimiento se manifestará en el milenio. (Véanse 

Is. 11:6-9: Ro. 8:19-23; Hch. 3:21.)

Parábola treinta: cuando los primeros serán postreros, y los postreros, primeros (Mt. 20:1-16).

El dueño de una finca salió a buscar obreros para su viñedo.

a. Contrata a algunos a la salida del sol. ofreciéndo￾les un denario al día.

b. Contrata a otros a las 9:00 a.m. por el mismo sa￾lario.

c. Contrata a otros al mediodía por lo mismo.

d. A otros a las 3:00 p.m. por lo mismo.

e. Y a otros a las 5:00 p.m. por lo mismo.

Los llama al terminarse la jornada para pagarles a to￾dos lo prometido, empieza con los obreros de las 5:00

p.m. y termina con los que empezaron a las 6 : 0 0 p.m. 

Los que empezaron a trabajar al amanecer esperabanmás paga que los que comenzaron a las 5:00 p.m, y 

se quejaron.

El dueño de la linca les dice:

a. Que nadie les ha engañado, pues cada uno ha recibido lo acordado.

b. Que era asunto suyo si él optaba por ser generoso.


ÑÑ

1.Predicción veintiocho: concerniente a su resurrección 

(Mt. 20:17-19; Mr. 10:32-34; Le. 18:31-34).

2.Jesús les dice a sus discípulos que todas las Escrituras relacionadas con Él se cumplirán en Jerusalén.

a. Será entregado a los principales sacerdotes y escribas.

b. Será condenado a muerte por ellos.

c. Le entregarán a los gentiles para su crucifixión.

d. Le escarnecerán.

e. Le tratarán de manera vergonzosa.

f. Le escupirán.

g. Le azotarán.

h. l.e matarán.

i. Resucitará al tercer día.

Los discípulos se llenan de temor y espanto, y no terminan de entender aquellas solemnes palabras.

OO. Jesús recibe una solicitud de parte de la madre de Santiago y de Juan (Mt. 20:20-28: Mr. 10:35-45).


1. La petición: «Ordena que en tu reino se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a su iquierda.»

2. La negación: «No es mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado por mi Padre.»

3. La lección:

a. «El hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.»

b. Sus discípulos deben de igual manera ministrar aotros, porque el amor es el camino a la grandeza.

En esta ocasión Jesús les dice:

«No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con 

que yo soy bautizado? Ellos dijeron: Podemos. Jesús les dijo: A la verdad, del vaso que yo bebo, 

beberéis, y con el bautismo con que yo soy bau￾tizado, seréis bautizados» (Mr. 10:38,39).

La copa era la del sufrimiento, y ambos herma￾nos ciertamente bebieron de ella. Uno fue decapitado (Hch. 12:2) y el otro sufrió el exilio porCristo 

(Ap. 1:9).

LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA 43, 44 y 45

 LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA 43,44 y 45 


Paso cuarenta y tres: de Jerusalén a Perea (Jn. 10:40-42) 

A. Cruza el Jordán y mora por un tiempo breve en el área donde Juan el Bautista bautizaba. B. M uchos de esa zona creen en 

Él. FIN DEL TERCER AÑO 

Paso cuarenta y cuatro: de Perea a Cesárea de Filipos (Mt. 16:13-28; Mr. 8:27—9:1; Le. 9:18-27) 

A. Sexta oración: cerca de Cesárea de F ilip o s (Le. 9:18). 

B. Jesús pregunta a sus d iscípulos quién dicen otros que es él. 

1. Le responden que algunos piensan que es Juan el B autista. 

2. Otros, que es Elias. 

3. Otros, que es Jeremías. 

C. Les pregunta también quién creen ellos que es él. Pedro responde (M t. 16:16). 

1. Que es el Mesías. 

2. El Hijo del Dios viviente. 

D. Jesús afirma que esta confesión le ha sido revelada por el Padre

E. Predicción trece: la Iglesia (M t. 16:18, 19). El Señor promete lo siguiente en relación con su fu tu ra Iglesia: 

1. Que la edificará sobre confesiones como la de Pedro. 

2. Que las puertas del infiemo no prevalecerán contra ella. 

3. Que les dará a los creyentes las llaves del reino de los cielos. 

4. Que los cielos y la tierra cooperarán atando y desatando los asuntos espirituales. 

Nota: Este pasaje lleva in­ mediatamente a formular algunas preguntas: 

a. ¿Planeaba Cristo edificar su Iglesia sobre Pedro y hacerle a él el primer papa? Podem os decir con certidumbre que no. 

(1) Porque el Señor dio más tarde a los demás apóstoles la misma responsabilidad que le había dado a Pedro . (C p. M t. 16:19 co n Jn. 20:22, 23.) 

(2) Porque el Nuevo Testamento nos presenta claramente a Cristo y sólo a Él como el único fundamento de su Iglesia. (Véanse Hch. 4:11, 12; 1 C o. 3:11; I P. 2:4-8.) 

(3) Porque el Nuevo Testamento declara sin lugar a dudas que Cristo y sólo Él es la única cabeza de su Iglesia. (Véanse Ef. 1:20-23; 5:23; C ol. 1:18; 2:18, 19.) 

(4) Porque la lengua original griega no da pie para ello. Tenemos aquí un juego de palabras. Jesús dijo: «Tú eres Pedro (petrns, una piedra pequeña), y sobre esta roca (petra, una masa rocosa y com pacta) edificaré mi iglesia.»

 (5) Por el testimonio personal de Pedro. (V éase 1 P. 5:1-4.) 

(6) Porque fue Santiago y no Pedro el que más tarde ministró en la Iglesia de Jerusalén y presidió el p rim er concilio celebrado allí. (V éase H ch. 15:13, 19.) 

¿De qué, pues, estaba Cristo hablando? La respuesta la tenemos en Efesios 2:19-22 y A pocalipsis 21:14. ¿Q ué quiso decir el Señor con «las puertas del infierno no prevalecerán contra ella» ? J. V ernon M cGee escribe sobre el particular: 

« L as p u ertas del in fiern o se refieren a las “puertas de la m uerte” . La palabra que se usa aq uí es el Hades y el Seol del Antiguo Testamento, que tiene que ver con el m undo invisible y habla de la m uerte. Las puertas de la m uerte no prevalecerán contra la Iglesia de Cristo»(Matthew, tom o 2, p. 23.) 

Este glorioso evento es conocido com o el rap ­ to. (V éanse 1 T s. 4:13-18; 1 C o. 15:51-57.) ¿Cuáles eran las «llaves del reino de los ciclos» que Jesús le dio a Pedro? U na llave, p o r supuesto, abre puertas y pone a disposición algo que antes estaba cerrado. 

5. Jesús predice aquí que a Pedro se le daría el privilegio de abrir las puertas de la salvación a varias gentes, lo cual hizo más tarde. 

a. Le abrió a Israel la puerta de la oportunidad cristiana en Pentecostés (H ch. 2:38-42). 

b. H izo lo mismo con los samaritanos (H ch. 8:14-17). 

c. M inistró de esta manera a los gentiles en la casa d e Cornelio en Cesárea (H ch. 10). 

6. ¿Q ué q uiso d ecir Jesús con atar y desatar en M ateo 16:19? Esta autoridad le fue dada a todos los apósto ­ les e incluso a todos los creyentes. (V éanse M t. 18:18; Jn. 20:22, 23.) W .A. Criswell escribe: 

 «E n griego el futuro perfecto se usa para expresar el concepto doble de una acción term inada en el p asad o pero cuyos efectos existen to d av ía en el presente. “Fue atado y todavía lo está” y “fue desatado y todavía sigue así” . Lo que quiere decir que si los discípulos actúan apropiadam ente en su capacidad de mayordomos, lo harán de acuerdo con los principios y pro pósito de elección ordenados de antemano en el cielo .» (Expository Notes on Matthew, p. 101.) 

En otras palabras, todas las acciones del creyente lleno del Espíritu Santo, bien sean positivas o negativas en naturaleza, van a llevar consigo la tremenda autoridad del mismo cielo. 

F. Predicción catorce: su resurrección (M t. 16:21; Mr. 8:31; Le. 9:22). 

1. El Hijo del hombre padecería mucho. 

2. Sería rechazado por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas. 

3. Moriría y al tercer día resucitaría. 

G. Es reconvenido por Pedro y, en consecuencia, el repren de a Pedro (M i. 16:22, 23; Mr. 8:32, 33). Vemos en varias ocasiones que Dios reprende a Satanás a través de otros. (Véanse G n. 3:14, 15 y Ez. 28:11-19.) 

H. Cristo comenta sobre el verdadero valor de la vida de un hombre (Mt. 16:24-26: Mr. 8:34-37; Le. 9:23-25). 

1. Querer conservarla por en cima de todo es terminar perdiéndola. 

2. Perderla por amor de Él nos lleva a termiar ganán ­ dola. 

3. Ganar el mundo pero perder el alma es un trágico cambio de valores. 

I. P redicción quince: Su Segunda Venida (M i. 16:27; Mr. 8:38; Le. 9:26). 

1. R egresará un día a esta tierra. 

a. Con la gloria del Padre. 

b. En compañía de ángeles. 

2. Pagará a cada hombre conforme a sus palabras y hechos. 

J. P redicción dieciséis: su transfiguración (M t. 16:28; Le. 9:27). 


Paso cuarenta y cinco: de Cesárea de Filipos al monte Hermón (Mt. 17:1-23; Mr. 9:2-32; Le. 9:28-45)

 A. Séptima oración: en el monte de la transfiguración (Le. 9:28. 29)

B. Jesús se transfigura (M i. 17:2; M r. 9:3; Le. 9:29). 

1. Pedro. Santiago y Juan le acom pañan a la cumbre del monte Hermón a orar, pero pronto se quedan dorm idos. 

2. De pronto su cara brilla como el sol y su ropa se vuelve blanca com o la luz. 

3. A parecen con Él dos v isitantes celestiales. Moisés y Elias, que hablan con Jesús acerca de su muerte, resurrección y ascensión. 

4. Los tres discípulos están ahora despierto s, y Pedro declara, sin pensarlo m ucho: 

«Señor, bueno es para nosotros que estem os aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Mosiés. y o tra para Elias.» 

5. E n este m om ento se oye la voz del Padre que habla desde una nube de luz, y dice: «Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia, a él oíd» (M t. 17:5). 

6. Al oírlo los discípulos se postraron en tierra llenos de temor, pero Jesús los tranquiliza. 

7. Pensam ientos acerca de la transfiguración: 

a. L as E scrituras sugieren que ésta pu d o haber sido una escena nocturna, porque los discípulos acaban de d esp ertar de un su eñ o p ro fu n d o . (V éase Le. 9:32.) 

b. Notemos que la luz era interna y no de algún gran foco cósmico que de repente se enfocara sobre Cristo . Su apariencia quedó afectada primero y después sus ropas. Saulo vio, tiempo después, a este Salvador resplandeciente (H ch. 9). así como también Juan (A p. i ). Satanás ha tratado de imitar sin éxito este resplandor interno del Señor. (Véase 2 Co. 11:14.) 

c. La palabra «transfigurado» viene del térm ino griego metamorphoo, de donde procede nuestra palabra « metamorfosis». N os recu erd a al gusano de seda que se transform a en m ariposa. 

d. La transfiguración de Cristo no m anifiesta su deidad sino m ás bien su humanidad. La transform ación es la m eta de la hum anidad y la experim entarem os en el rapto. A dán y Eva bien pudieron estar vestidos de una luz de inocencia interna, pero todo se perdió a causa del pecado. 

e. A parecen M oisés y E lias. Ambos habían ex p erim entado antes una revelación especial de D ios (véanse Ex. 33:17-23 y 1 R. 19:9-13), en el m ism o lugar (m onte Sinaí-H oreb). L a transfiguración responde a la doble solicitud de M oisés: 

(1) Ver la gloria de Dios (véase Ex. 3 3 :18). 

(2) E ntrar en la T ierra Prom etida (véase Di. 3:23- 25). Algunos creen que estos dos hombres v olverán aformar otra vez equip o para ministrar en el nombre de Dios duran te la gran tribulación. (Véanse M al. 4:5 y Ap. 11:3- 14.) 

8. Pedro suguiere, sin pensarlo mucho , construir tres enramadas. Bien pudiera ser que se e stuviera celebrando en este tiempo en Jerusalén la fiesta de los Tabernáculos. Esto es un tipo del milenio que viene como también un recordatorio de la redención de Israel de Egipto . (V éase Lv. 2 3 :3 4 -4 4 .). Pero antes de que esto suceda (el milenio ), tiene que tener lugar otra fiesta: la Pascua. (Véan se Lv. 2 3 :4 -8 y M t. 2 6 -2 7 .) 

« .... Porque nuestra pascua, que es Cristo , ya fue sacrificada por nosotros» ( I C o. 5:7). 

9. Pedro nunca olvidaría esta gran experiencia. Más tarde escribió acerca de ella (2 P. 1:16-18).

10. Jesús habló con Moisés y Elias acerca de su «partida» (Le. 9:31). La palabra que se usa aquí es en realid ad « éxodo » y es la misma que empleó Pedro tiempo después al describ ir su muerte que se acercaba. (V éase 2 P. 1:13, 14.) 

C. Predicción diecisiete: su resurrección (M t. 17:9: Mr. 9:9). 

D. Jesús les com enta acerca del m inisterio de Elias m ientras descienden del m onte (M t. 17:10-13; M r. 9:11-13). 

1. Les dice que Juan el Bautista ya ha venido en el espíritu de Elias. 

2. Les anuncia que Elias mismo vendrá otra vez durante el tiempo de la tribulación. (Véase Mal. 4:5.) 

E. Predicción dieciocho: sus sufrimientos (M t. 17:12; Mr. 9:12)

1 Sufrirá mucho. 

2. Será abonecido .

 F. Milagro veinticinco: (M t. 17:18: Mr. 9:25; 

1. Jesús desciende del monte y acongojado. 

a. Aquel hombre tenía un hijo poseído por un demonio. 

  ( I ) El demonio le causaba al joven intenso sufrímiento. curación de un joven demoníaco Le. 9:42). se le acerca un padre 

 (2) Le producía convulsiones epilépticas. 

(3) Cuando le poseía le arrojaba al suelo en convulsiones violentas. 

(4) Le hacía echar espumarajos por la boca y rechinar los dientes. 

(5) Frecuentemente se hería. 

(6 ) Había intentado matarle echándole en el agua y fuego. 

(7) Estaba así desde su niñez.

 b. El padre lo había llevado a los discípulos pero no habían podido ayudarle. 

2. Jesús ordena que le lleven el muchacho.

 a. El Señor le dice al padre que si cree que él (Jesús) puedesanar al muchacho. 

 b. El padre clama, diciendo: «Creo; ayuda mi incredulidad.» 

3. Jesús reprende al espíritu malo y le manda que salga y que nunca regrese. 

4. El demonio sale del muchacho sacundiéndolc de tal manera que lo deja inconsciente. 

5. Jesús lo reaviva tiernamente y entrega el joven sanado a su agradecido padre. 

6 . Los discípulos preguntan por qué no pudieron ellos ayudar al muchacho y el Señor les responde que: 

a. Les faltaba fe. 

b. Aquella clase de demonio sólo responde ante la oración y el ayuno. 

7. Que contraste tan grande encontramos aquí al comparar lo que acababa de ocurrir en el monte (un cuadro de lo que Dios se proponía que fuera el hombre) con la escena en el valle (lo que el hombre ha llegado a ser por causa del pecado). 

8 . Esta es quizá la más terrible descripción de posesión demoniaca de toda la Biblia. Un resumen sobre los demonios incluye: 

a. Su origen: ángeles que se unieron a Satanás durante la rebelión en el cielo. (Véanse Is. 14:12-15; Ez. 28:11-17; Ap. 12:4.) 

b. Su clasificación: ángeles encarcelados (Jud. 1:6 , 7; 2 P. 2:4) y ángeles no encadenados (Ef. 6:12). Algunos opinan que la razón por la que hay espíritus malos que están ya en prisiones de oscuridad es por su actividad en Génesis 6 antes del diluvio. 

c. Su actividad: 

(1) Se oponen al propósito de Dios (Dn. 10:10-14). 

(2) Llevan a cabo el programa de Satanás (1 Ti. 4:l;Ap. 9; 16:12-14). 

(3) Afligen a las personas en la tierra. Algunos causan demencia (Mt. 8:28). otros mudez (Mt. 9:33), algunos causan inmoralidad (Mr. 1:23- 26), y finalmente, otros producen sordera (Mr. 9:25). 

d. Su destino (Mt. 25:41). 

G. Predicción diecinueve: su traición (Le. 9:44: Mt. 17:22)

H. Predicción veinte: su resurrección (Mr. 9:31; Mt. 17:23). 

1. Matarán al Hijo del hombre. 

2. Resucitará al tercer día.

LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA 41,42 y 43

 LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA 41,42 y 43

Paso cuarenta y uno: de Magdalá a Betsaida (Mr. 8:22-26; Jn. 7:2-9) 

A. M ilagro veintidós: curación de un ciego (Mr. 8:25). 

I. Jesús puso saliva en los ojos del ciego y tam bién puso sus m anos sobre él. 

2. L e p reguntó d espués si veía algo. 

3. El hom bre dice que ve hom bres com o árboles que an ­ dan. L a Biblia Anotada de Scofield tiene la siguiente nota sobre este versículo: 

        «L a acción del S eñ o r en este caso es m uy sig ­ nificativa. Habiendo ya abandonado a B etsaida para ju ic io (M t. 11:21-24), Él no estaba dispuesto a h acer m ás m ilagros en esa aldea, ni a permitir que se diera allí un testimonio acerca de Él (v. 26). La prueba a que B etsaida, com o una com u n id ad , fue som etida, ya había term inado; sin embargo , Él se hallaba aún liso a mostrar misericordia a individuos en ella. Véase Ap. 3:20. Cristo se encuentra afuera, a la puerta de aquella iglesia; no obstante. Él dice? «Si alguno oye mi voz» (p. 1015). 

4. Jesús toca de nuevo sus ojos y ahora ve claram ente. Como creyentes, m uchas veces necesitam os un segundo toque de parte del Salvador, a fin de que no veamos a los que nos rodean com o estadísticas impersonales sino com o seres hum anos necesitados. 

B. Jesús es criticado p o r sus herm anos (Jn. 7:2-9). 

1. O pinan que Él evita la publicidad p o r causa de in sin ­ ceridad. 

2. Intenta ayudarles a superar su torpe pensar m anifestándoles que cuando llegue la hora del C alvario habrá abundancia de publicidad. Los nom bres de cuatro de sus h erm an o s ap arecen en M ateo 13:55 y son: Jacobo, José, Sim ón y Judas. 

C. Cumplimiento número diecisiete de las profecías del Antiguo Testamento: que sería rechazado por los suyos. (Cp. Is. 53:3 y Sal. 69:8 con Jn. 1:11; 7:5.) 

D. En Juan 7:6 nuestro Señor dice: «M i tiempo aún no ha llegado ....» El «tiem po» que Jesús tenía en m ente aq u í es, p o r supuesto, la crucifixión. Él estuvo siem pre p lenam ente consciente de esta hora. N ota: 

«Jesús le dijo: ¿Q ué tienes conm igo m ujer |a su m adre en la fiesta de bodas de Canáj? A ún no ha venido mi hora» (Jn. 2:4). «Entonces procuraban prenderle [un grupo de gente con malas inteciones); pero ninguno le echó mano, porque aún no había llegado su hora» (Jn. 7:30). «Jesús les respondió [algunos griegos que querían verle) diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado» (Jn. 12:23). (Véase también 12:27.) «Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre ...» (Jn. 13:1). « ...Padre , la hora hallegado ....» (Jn. 17:1).

 Notemos especialm ente las declaraciones que encontram os en Juan 7:30 y 8:20. Estos versículos nos en señan que el siervo de Dios es indestructible hasta que la voluntad de Dios se ha llevado a cabo en su vida. (Véase también A p. 11:7.) 


Paso cuarenta y dos: de Betsaida a Jerusalén (Jn. 7:10— 10:39) 

A. Jesús participa en la fiesta de los tabernáculos en Jerusalén, y es objeto de mucha especulación (7 :1 2 ,4 3 ). 

1. Unos pensaban que era simplemente un hombre bueno (7:12). 

2. Otros pensaban que era un engañador (7:12). 

3. A lgunos le reconocían como un gran maestro (7:14, 1 5 ,4 6 ). 

4. Otros le tenían como uno que quebrantaba el día de reposo (especialmente después de hab er sanado al paralítico que llevaba en fermo treinta y ocho años) (7:19-25). 

5. Otros lo consideraban un profeta (7:40). 

6. Y algunos le aceptaron como su M esías (7 :3 1 ,4 1 ).

 B. Octava predicción: su ascensión (Jn. 7:33, 34). 

1. Les dice que le buscarán infructuosam ente. 

2. E stará donde ellos no podrán ir. 

C . Novena predicción: Pentecostés (7:37-39). 

1. Q ue el Espiritó Santo vendría después que Él fuera glorificado. 

2. Que el Espíritu Santo produciría dentro de los creyentes ríos de agua viva. 

«En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a m í y beba. El que cree en m í, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva» (7:37, 38). 

El docto r Hom er Kent del Grace Sem inary sugiere lo siguiente: «Se había desarrollado la costumbre de que los sacerdotes, durante la fiesta, tomaran diariamente un vaso de agua del estanque de Siloé y lo llevaran en procesión hasta el templo. A llí el agua era derramada sobre el altar de los sacrificios como un recuerdo de cómo D ios había provisto para sus necesidades en el desierto. En el octavo día se omitía el acto, significando la presencia de Israel en la tierra. Si este evento sucedió en el octavo día, la invitación de Cristo a los hombres de ir a él para recibir el agua viva fue especialm ente dramática, porque reclamaba para sí el cumplimie to de la tipología que se desarrollaba en la fiesta. Él era el proveedor del agua viva. (Véanse también Jn. 4:10 y 1 Co. 10:4.)»

 D. Nicodemo intenta defender a Jesús y es ridiculizado por los fariseos (7:50-53). . 

1. Nicodemo: «¿Juzga acaso nuestra ley a un hombre si primero no le oye, y sabe lo que ha hecho?»

            2. Los fariseos: «¿E res tú tam bién g alileo ? E scu d riñ a y ve que de G alilea nunca se ha levantado profeta» 

N ota: L os fariseos estaban equivocados en su d is p u ta de que ningún profeta había salido de Galilea , pues Jonás era de allí, y Nahum pudo haberlo sido.

 E. Jesús perdona a la mujer adúltera (Jn. 8:1-11). 

1. Este incidente es usado por los fariseos con malévola intención para poner a Jesús en oposición a Moisés y así atraparle. 

2. El Señor, sin em bargo, le da la vuelta a la situación y los acusadores salen acusados, m ientras que la acusad a sale libre y perdonada. 

a. Los fariseos a Jesús: «M aestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú. pues, ¿qué dices?» (Véanse Lv. 20:10; Dt. 22:23, 24.) 

b. Jesús a los fariseos (después de escrib ir algo sob re la tierra): «El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella.» 

c. Jesús a la m ujer: «Mujer, ¿dónde están los que te acusaban ? ¿Ninguno te condenó?» [Ella responde que se han marchado | «Ni yo te condeno: vete, y no peques más.» 

F. Décima predicción: su ascensión (Jn. 8:14, 21). 

G . Predicción once: su muerte (Jn. 8:28). 

H. I. J. H abla acerca de su Padre y m uchos creen en Él (Jn. 8:30- 32). 1. Les anim a a p erm an ecer en su P alabra (8:31). 2. Les prom ete que esta verdad les hará libres (8:32). 

Noveno sermón: el diablo y sus hijos (Jn. 8:33-59). 

1. Jesús rech aza las pretensiones jactan cio sas de los fariseos de que son los verdaderos hijos de A braham . 

a. N o están haciendo la clase de cosas que A braham hizo (8:37-43). 

b. E stán haciendo lo que Satanás acostum bra a h acer (8:44). 

2. Le acusan de nuevo de estar p oseído p o r el dem onio (8:48, 52). N otem os tam bién la hiriente acusación: «N osotros no som os nacidos de fornicación» (8:41). E sta es una de varias ocasiones en las que los ju d ío s hacen com entarios d udosos sobre las circunstancias poco com unes del nacim iento de C risto. C uando el S eñ o r m ás tarde sana a un ciego, los fariseos rehúsan creerlo, d iciéndole al hom bre curado: «D a gloria a D ios: nosotros sabem os que ese hom bre es p ecador» (9:24). 

3. Je sús declara que Él ha existido desde antes de Abraham (8:56-58).

 «Abraham vuestro Padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó» (8:56). ¿Cuando ocurrió esto en la vida de A braham ? (Véanse Gn .2 2 y H e. 11:17-19.) «Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has vistoa Abraham ?» (8:57). Esta declaración nos da una idea acerca de la tremenda presión y carga que llevaba nuestro Señor. A penas tiene treinta y tres años y ya le suponen tener cerca de cincuenta. «Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que A braham fuese, yo soy» (8:58). Notemos que no dice: «Yo era, sino Yo soy.» (Véase Ex. 3:14). 

4. Los judíos intentan apedrearlo sin lograrlo (8:59). 

J.Milagro veinticuatro: curación de un hom bre nacido ciego (Jn. 9:7). 

1. Jesús explica por qué Dios ha permitido que este hombre naciera ciego. No era por causa de pecado, sino para que Dios fuera glorificado (9:1-3). 

2. A continuación escupe en el suelo, hace lodo con la saliva y unta los ojos del ciego, ordenándole después que se vaya a lavar al estanque de Siloé (9:6, 7). 

3. Él hombre lo hace y ve. 

4. Seguidam ente tienen lugar los siguientes seis diálogos 

    a. Entre el ciego y sus vecinos (9:8-12).        

     (1) A lgunos piensan que es el mism o hombre, pero otros dudan.     

     (2) El hombre les asegura que sí es y les da testimonio de Cristo. 

    b. E ntre el ciego y los fariseos (9:13-17). 

    (1) Los fariseo s están e n co le rizad o s p o rq u e la curación se había realizado en sábado.     

                         (2) R ehúsan aceptar el testim onio del hom bre ciego. 

    c. Entre los fariseos y los padres del ciego (9:18-23).     

    (1) Los padres reconocen que el hombre en cuestión es en verdad su hijo y que había nacido ciego. 

    (2) Pero no dan crédito a Jesús por esto por el temor de ser expulsados de la sinagoga. 

    d. Entre el ciego y los fariseos (9:24-34). 

    (1) El ciego repite su testimonio. 

    (2) Los fariseos le ridiculizan y le acusan de ser discípulo de Cristo.

             e. Entre el ciego y Jesús (9:35-38).

            (1) El Señor le pregunta si cree en el Hijo de D ios. 

            (2) El hombre desea creer, pero quiere más información. 

            (3) Jesús le declara su deidad y recibe la adoración del ciego. 

          f. E ntre Jesús y los fariseos (9:39-41). 

            (1) Declara que él es la luz del mundo. 

            (2) Les advierte de su terrible ceguedad espiritual.  

5. Este notable milagro: 

a. Corrige dos errores. 

(1) Que un individuo puede pecar antes de nacer. (Véanse vv. 1, 2.) 

 (2) Q ue todo sufrimiento es un resultado directo del pecado. (Véase el v. 3. V éase tam bién Jn. 1 1:4, 14, 15.). 

Los discípulos aquí cometen el mismo grave error que com etieron los tres «am igos» de Job, y en el que caen tam bién hoy algunos sanadores por fe. Es decir, suponer que todo sufrimiento proviene del pecado. 

b. Confirma tres hechos.

           (1) Que las personas religiosas son frecuentem ente las más ciegas de todas. (V                éanse vv. 16, 24, 39-41.)

 (2) Que el temor a los hombres impide a muchos de aceptar a Cristo. (Véanse vv. 18-23 y Jn. 12:42, 43.)

 (3) Que Cristo afirmaba ser el Hijo de D ios. (V éanse vv. 35-38). 

K. Décimo sermón: sobre el buen pastor (Jn. 10:1-18). El buen pastor: 

                   1. Conoce a sus ovejas (10:3. 14). 

                   2. Las dirige (10:3, 4, 27). 

                    3. Habla con ellas (1 0 :3 ,4 .2 7 ). 

                    4. Las salva (1 0 :9 ,2 8 ). 

                    5. Las satisface (10:10). 

                    6. Muere por ellas (10:11, 15). 

                    7. Las une (10:16). 

L. R esumen del décimo sermón. El doctor Homer Kent ha escrito uno de los m ejores resúm enes sobre Juan 10: 1. 

                    El buen pastor forma su rebaño (10:1-6). 

                    «En Palestina acostum braban a gu ard ar los rebaños de ovejas en cercados próxim os a los pueblos. M uchos pastores m etían sus ovejas en el redil du ­ rante la noche y volvían a recogerlas en la m añana para dirig irlas a los cam pos de pastos durante el día. Esta actividad m añanera de reunir a las oveja s alred ed o r del p astor es el tem a de la prim era parte del discurso. 

El p astor del relato representa a C risto, y el redil rep resen ta el ju d a ism o , el sistem a relig io so donde el pueblo de D ios estuvo reunido hasta la venida de C risto. Esto parece desprenderse claram ente de 10:16. donde Jesús llam a a los gentiles “ otras ovejas que no son de este redil” . D ebem os tam bién reco rd ar que Jesús estaba hablando a representantes del ju d aism o que acababan de ver la excom unión del ciego salir. De esa manera estaba explicando cóm o se relaciona el ju d aism o con el M esías y sus seguidores. El redil no representa al cielo, porque allí no hay ladrones (M t. 6:20). Tam  poco represen ta la salvación ni la Iglesia, porque el p asto r encontró a las ovejas ya en el redil y en ­ tonces las sacó (10:3). 


a. L lega por el cam ino apropiado (10:1, 2). El p asto r que tiene derecho sobre las ovejas no necesita m eterse a escondidas ni saltar la cerca; él puede en trar p o r la puerta. C risto pudo allegarse a su pueblo porque tenía el derecho de hacerlo. L as p ro fecías del A ntiguo T estam ento se referían a él (y a nadie m ás). N ació de una virgen com o Isaías había profetizado (Is. 7:14). T enía derecho al trono de D avid por la línea de José, su padre legal (M t. 1:1-16). 

b. Es recibido por el portero (10:3n). El portero era la persona encargada de vigilar el rebaño hasta la llegada del pastor, y e n to n ­ ces adm itirle en el redil. Esto parece retratar a Juan el B autista, aquel que presentó oficialm ente al P astor a la nación ( 1:26-34). 

c. L lam a a sus ovejas por su nom bre (10:36). M uchos reb añ o s eran g u ard ad o s en un redil palestino, pero eran separados p o r sus propios pastores, que llam aban a sus ovejas de una m anera especial. D e m anera que cuando C risto llegó al pueblo de Israel, no todos los ju d ío s le reconocieron com o el M esías. A unque m uchos eran fieles al sistem a religioso jud ío , no form aban el verdadero rebaño espiritual de D ios. A lgunos, sin em bargo, sí que eran del verdadero rebaño. A lgunos sí esperaban verdaderam ente la re d e n c ió n d e Is ra e l (c o m o p o r e je m p lo Z acarías, Elisabet, S im eón, A na. M aría y José) y recibieron con gozo al Salvador que había llegado. El ciego de este relato era uno de ellos. C uando el verdadero p astor llegó, él reconoció su voz. 

d. Saca a sus ovejas del redil ( IO:3c-6). Al presentarse Jesús ante la nación, los líderes le rechazaron; y no sólo le persiguieron a él sino tam bién a todos los que le siguieron. Esta es la explicación del Señor a su relación con el ciego. Había sido expulsado del judaism o porque había aceptado a C risto, El redil del judaismo había cum plido su propósito: Había conservado a la nación bajo la protección de la ley de M oisés y les había separado de las naciones idólatras del m undo. Pero ahora que Cristo había llegado, había em pezado un nuevo orden (cp. Gá. 3:2 4 .2 5 ). Los fariseos podían objetar que Jesús no fue quien sacó al ciego sino que ellos le expulsaron. Sin em ­ bargo, Dios en su soberanía usa frecuentem ente los actos hum anos para llevar a cabo sus propósitos. El M esías estaba form ando su rebaño en cum plim iento de las antiguas profecías. Es de interés observar que el pasaje no declara en ninguna parte que el rebaño regresa de nuevo al redil. La audiencia que escu ch ab a a Jesús estaba com puesta p rincipalm ente de fariseos in créd u ­ los (9:40), y no se apropiaron de la verdad que él en cam ab a (10:6). 

2. El pastor alimenta a sus ovejas (10:7-10). Jesús procede ahora a describir una segunda escena que nos da instrucción adicional. L a escena corresponde al medio día, y las ovejas ap arecen fuera del redil pastando en las laderas de los montes y bebiendo en los arroyos. Jesús se llamó a sí mismo la “puerta” para enseñar la verdad de su provisión para los suyos. No debemos pensar que es la puerta del redil, porque él ya ha sido d iferenciado de esa puerta al llamársele el Pastor que entra por la puerta (10:2). Más bien debemos entender la puerta como la representación de la en ­ trada por la que la oveja pasa para encontrar pasto, agua y sombra. 

a. Es la puerta a la salvación ( 10:7-9a). 

La seguridad perfecta de la oveja co n siste en estar cerca del pastor. A sí es con Cristo, pues la salvación espiritual es provista mediante la unión con Él. Por la fe en El como Señor y Salvador, el creyente es introducido en el reino de la salvación. C risto se convierte así en nuestro pastor, y asum e la responsabilidad de sup lir todas nuestras necesidades. 

b. Es la puerta a nuestro susten to (10:9¿). L os pastores tenían la responsabilidad de localizar el pasto para sus rebaños, una tarea nada fácil en una tierra que era bastante árida. De la misma manera, Cristo es el que sustenta a los creyentes, y su crecim iento espiritual ocurre en la m edida en que "se alim en tan ” de Él oyendo su p alabra y obedeciéndola (H ch. 20:32; 1 Ti. 4:6; 2 P. 3:18). "E n trar y salir” es una expresión com ún de la B iblia que rep resen ta la idea de vivir y llevar adelante sus propios asuntos (D t. 31:2; 2 Cr. 1:10; Hch. 1:21). 

c. Es la puerta a la vida abundante (10:10). La vida que el creyente recibe de C risto es eterna. N o es sim plem ente una extensión de nuestra vida m ortal, sino una vida m ucho m ás rica que lo que jam ás ha conocio. Empieza a experim entarla en el m om ento en que pone su fe en C risto. El acceso a Dios por m edio de la oración, el con o cim ien to del perdón total de sus pecados, la posesión del E spíritu de D ios para ilum inar la Palabra divina y guiarle en la vida diaria, todas estas cosas y m uchas o tras dan abundancia a la vida cristiana.

3. El pastor protege a su rebaño (10:11-18). L a escen a cam bia ahora al atardecer. S ucedía fre ­ cu en tem en te que los pastores palestinos llevaban sus rebaños tan lejos del redil buscando pastos y agua, esp ecialm en te en la estación seca, que no po d ían volver al redil al atardecer. A sí que p asaban la noche afuera. E ste era el tiem po cuando el p eligro acech ab a m ás, y era cuando m ás se n ecesitab a la protección del pastor,

         a. Muere por sus ovejas (10:11-13). 

M uchos pastores m orían defendiendo sus reb años. H abía ladrones y bandas de ladrones que enfrentar, así com o anim ales salvajes. E n estos casos, no obstante, ellos no tenían la intención de m orir. Cristo, por otro lado, iba a morir por sus ovejas a fin de que fueran salvas, pero él iba a hacerlo voluntariamente . Él “daría su vida” . Sus ovejas estab an en el m ayor de los peligro s: “Todos nosotros nos descarriamo s com o ovejas, cada cual se apartó por su camino ...” (Is. 53:6). Jesús estaba, pues, p rediciendo su p ro p ia m u e rte , lo q u e o c u rriría a la p rim avera siguiente. S em ejan te acció n sacrificial de p arte del p asto r estaba en agudo contraste con el asalariado, cuyo único interés era su propia g anancia. El asalariado cuidaba de las ovejas m ientras fuera en su propio beneficio, pero no arriesg aría su vida p o r la propiedad de otro. La referencia podía estar relacio n ad a con los líderes relig io so s que se b en eficiab an de su labores profesionales, pero no tenían interés auténtico en las “ ovejas” .  


            b. Conoce a sus ovejas (10:14, 15). 

El pastor protege a sus ovejas porque tiene un conocim iento perfecto de ellas. Sabe de su p ro ­ pensión a vagar y de sus debilidades. D e manera que él las cuida como miembros del rebaño. Ninguna puede vagar y extraviarse porque él las conoce a todas. “ ... a los que med iste , yo los guardé , y ninguno de ellos se perd ió ...” (1 7 :1 2 ). E ste co n o cim ien to d e las ovejas es tan completo como el conocimiento que el Padre y el H ijo tienen el uno del otro. 

            c. R ecoge a sus ovejas (10:16-18). 

Cristo, com o el buen pastor, tiene tam bién interés en “ otras ovejas” que nunca han sido parte del “redil” del judaism o. Parece que se refiere claramente a los gentiles que el pastor va a recoger de todas partes del m undo donde el evangelio sea predicado. C uando sus ovejas responden a su voz en el evangelio, se convierten en “un rebaño” con “un pastor” . A continuación de la muerte de C risto y del establecim iento de la Iglesia del N uevo T estam ento en Pentecostés, todos aquellos que respondieron a Cristo, ya fueran judíos o gentiles, son p arte del reb añ o con C risto com o el pastor. El apóstol Pablo habló de ello m ediante la figura de un cuerpo, siendo los judíos y gentiles m iem bros de él (Ef. 3:6; Col. 3:11).» (.Light in the Darkness, pp. 138-142.) 

M . P redicción doce: su m uerte (Jn. 10:17, 18). 

1. Q ue el Padre le am a porque Él da su vida en sacrificio. 

2. N adie se la puede quitar, sino que Él la pone de sí m ism o. 

N. Su serm ón hace una vez m ás que la gente decida si está con Él o contra Él (10:19-21). 

Ñ. L os fariseos le enfrentan de nuevo (10:22-39). 

1. Intentan apedrearle debido a su afirmación de que era uno con el Padre (10:30-33). 

2. Él les responde que la prueba de la comida está en comerla, por lo que les invita a verificar la validez de sus palabras por las obras milagrosas que realiza (10:34-38). 

O . E llos procuran prenderle pero Él escapa otra vez de sus manos (10:39). Israel estaba ahora rechazando tanto sus obras (Jn. 5:16) como sus palabras (Jn. 8:58, 59; 10:30, 31).

Paso cuarenta y tres: de Jerusalén a Perea (Jn. 10:40-42) 

A. Cruza el Jordán y mora por un tiempo breve en el área donde Juan el Bautista bautizaba. 

B. Muchos de esa zona creen en Él.  


FIN DEL TERCER AÑO