LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA 36,37,38,39 y 40

 LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA 36,37,38,39 y 40


Paso treinta y seis: del llano de Genesaret a Capernaum (Mt. 15:1-20; Mr. 7:1-23;.In. 6:22-71; 7:1) 

A. Séptimo sermón: sobre el pan de vida (Jn. 6:26-59). 

1. Parte de la m ultitud que había alim entado poco antes le rodea ahora otra vez. 

2.Él conoce sus motivos carnales y les amonesta para que busquen el pan de vida y no sim plem ente el pan físico.(V éase Jn. 2:23-35.) 

3 Les dice que el Padre le ha sellado y desea que todos los hombres crean en Él. 

4.Declara que Él solo es el pan de vida, y todos aquellos que el Padre dirija vendrán a Él y n unca tendrán ham bre. 

5. Los judíos que conocían a José y a María ridiculizan su declaración de que Él procede del cielo, pero ignorándolo, dice que solo Él ha visto al Padre. 

6. Promete resucitar a todos los creyentes en el día ú ltimo. 

7. Dice que Él pronto dará su carne por la vida del mundo. 

8. Concluye afirm ando que es absolutam ente necesario que particip en de su carne y sangre p ara ten er seguridad de la vid a eterna. 

B. A lgunos de sus seguidores quedan confundidos y ofendidos a causa de este sermón, y m uchos le dejan en este m om ento p ara no volver nunca m ás (Jn. 6:60-66). 

C . Jesús pregunta a los doce si ellos también quieren de ­ jarle, a lo que Pedro responde inmed iatamente (Jn. 6:67-69): 

1. «Señor, ¿a quién iremos?» 

2. «Tú tienes palabras de vida eterna.» 

3. «Y nosotros hem os creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del D ios viviente.» 

D. Sexta predicción: sería traicionado (Jn. 6:70, 71). Nota: A lgunos creen, basados en este pasaje y otros que se refieren a Él, que Judas será el futuro A nticristo. 

1. En L ucas 22:3 y Juan 13:27 se nos dice que Satanás entró en Judas. Esto nunca se dice de ninguna otra persona en la B iblia. 

2. Hay dos momentos en el Nuevo Testamento donde se usa la expresión «hijo de perdición». En el primer caso, Jesús lo usa para referirse a Judas (Jn. 17:12), y en el segundo caso, Pablo se refiere al A nticristo (2 T s. 2:3). 

E. Octavo sermón: sobre la fuente de profanación (M t. 15:1- 20; Mr. 7:1-23). 

1. Los fariseos acusan a Jesús de quebrantar la ley cuando perm ite a sus discíp u lo s com er con las m anos sin lavar. 

2. Les responde que ellos son los que en verdad están quebrantando la ley a los ojos de D ios, com o Isaías había p ro fetizad o (Is. 29:13). E sto lo hacían: 

a. Al hablar tanto y, a la vez. tener un corazón tan duro. 

b. Al en fatizar sus propias tradiciones e ignorar los m andam ientos de D ios. 

c. Por la manera tan vergonzosa en que trataban a sus propios padres. 

3. Les enseña que la verdadera fuente de la violación es interna, y consiste no de manos sucias sino de corazones contaminados. Seguidam ente menciona las siguientes cosas: 

a. Los homicidios, los adulterios y los vicios sexuales. 

b. Los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. 

c. Las avaricias, las maldades, el engaño. 

d. La lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. 


Paso treinta y siete: de Capernaum a la región de Tiro y Sidón (Mt. 15:21-28: Mr. 7:24-30) 

A. Busca solaz en una casa pero se encuentra con una madre gentil desesperada. 

B. Milagro veinte: curación de una joven endem oniada (M t. 15:28; Mr. 7:29). 

1. Jesús al principio escucha en completo silencio su lastim oso ruego con cern ien te a su hija. 

2. Después am ablemente le recuerda que su ministerio de sanidad es primariamente para Israel. 

3. Ella señala, sin em bargo, que incluso los perros comen debajo de la mesa de las migajas que les caen a los hijos del dueño de la casa. 

4. Jesús queda conmovido por su fe y sana a la hija.

Paso treinta y ocho: de Tiro y Sidón a la región de Decápolis (Mr. 7:31-37) 

A. Le piden que ponga su m ano sobre un hom bre sordo, que era además tartamudo. si 

B. Milagro veintiuno: curación de un sordo y tartamudo W (M r. 7:34, 35). 

1. Nuestro Señor realiza este milagro de una manera poco corriente: 

a. Metió sus dedos en los oídos del sordo. 

b. Escupió y tocó su lengua. 

c. Levantó los ojos al cielo y gimió. 

2. La gente se llenó de gran adm iración, y dijo: 

«Bien lo ha hecho todo; hace a los sordos oír, y a los mudos hablar.» 

¡Oh, que tuviera lenguas mil para poder cantar Las glorias de mi Dios y Rey, y sus triunfos alabar! 

O h, mudos, de su amor hablad; y sordos, oíd su voz; 

Oh, cojos, de emoción saltad; ciegos, ved al Salvador. C harles W esley


Paso treinta y nueve: de Decápolis al monte Tabor (¿?) (Mt. 15:29-38; Mr. 8:1-9) 

A. Sanó a muchas personas en este m onte de Galilea. 

B. Milagro veintidós: alimentación de 4.000 hombres y sus familias (Mat 15:36; Mr. 8:6). 

1. Se compadece de estas fam ilias que han estado con El durante los últimos tres días y tienen mucha hambre. 

2. Los Doce sólo pueden en contrar siete panes y unos pocos pccccillos. 

3. Jesús toma este alimento, lo bendice, y satisface con abundancia a todos los presentes. 

4. Los discípulos recogieron después siete canastas llenas de pedazos sobrantes. 


Paso cuarenta: del monte Tabor (¿?) a la región de Magdalá (Mt. 15:39— 16:12; Mr. 8:9-21) 

A. L e confrontan los fariseos y los saduceos demandándo ­ le que haga algunas señales m ilagrosas. 

1. .Les reprende por su hipocresía y les señala una notoria inconsecuencia de su parte. 

a.Aceptan las señales del cielo que les hablan de los cam bios del tiempo. 

b. Rechazan las señales del Hijo que les hablan acerca del Padre. (Nota: A quí están dem andando una señal cuando él acababa de realizar el milagro número veintidós que tenemos registrado en los evangelios.) L es d eclara que sólo una gen eració n m ala y adúltera se em-peña en hacer tal demanda. 

B. Séptima predicción: su resurrección (M t. 16:4). 

1. Unicamente gente mala e infiel se atreve a exigirtales señales. 

2. La única señal que recibirá sem ejante generación será la del profeta Jonás. Esta es la razón por la que Satanás aborrece tanto el libro de Jonás. Ha procurado a lo largo de la historia que se le subestimara y se negara haciendo que sus seguidores ridiculizaran el que el pez se tragara a Jonás. No es el pez lo que el diablo aborrece sino lo que prefigura. 

C . Jesús les advierte a sus discípulos que se cuiden de la levadura de los fariseos (el tradicion alismo), de los saduceos (el escepticismo), y de los herodianos (el materialismo). 


LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA 31,32,33,34 y 35

 

LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA 31,32,33,34 y 35

Paso treinta y uno: de Capernaum a Jerusalén (Jn. 5:1-47) 

A. Milagro diecisiete: curación de un hombre que había sido inválido por treinta y ocho años (Jn. 5:8). 

1. Jesús le pregunta a un inválido si quiere ser sano. 

2. El hombre responde que sí. pero que él no puede meterse en un estanque de agua que cree que le sanaría. 

3. Jesús ignora su fe mal dirigida y le sana. 

4. Pronto le confrontan los fariseos a cau sa de que el milagro ha sido realizado en sábado. 

5. El Maestro se encuentra más tarde en el templo con el hombre sanado y le amonesta a que no peque más.

6. Los judíos siguen procurando matarle, no sólo por sus actividades en el día de reposo sino tam bién porque llamaba Padre a Dios. (Jn. 5:16-18). 

Quinto sermón: sobre el juicio y la resurrección (Jn. 5:19-47). 

1. Jesús declara que el Padre le ama y le instruye en sus acciones. 

2. A firma que el Padre le ha dado toda potestad de juzgar y que desea que los hombres honren al Hijo como hacen con el Padre. 

3. Promete vida eterna a todos los que creen en Él. 

4. Les asegura que un día serán levantados de entre los muertos por el Hijo. Notemos su declaración: «No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación» (Jn. 5:28, 29). Otros versículos de la Biblia nos aclaran que hay aquí dos resurrecciones diferentes, separadas entre sí por mil años. L a primera resurrección sucederá justo antes del milenio, e incluirá a todos los santos del Antiguo Testam ento y de la tribulación. La segunda tendrá lugar después del milenio, y consistirá de todos los inconversos que han existido. (Véanse Dn. 12:2 y Ap. 20 :5,6 , 11-15.) 

5. N uestro Señor señala que su deidad es afirmada por al menos cuatro testimonios verdaderos: 

a. El de Juan el Bautista. 

b. Sus propios milagros (diecisiete hasta la fecha). 

c. El Padre mismo (en su bautismo). 

d. El del A ntiguo T estam ento (especialm ente los escritos de Moisés). 

6. Con todo, señala tristemente que a pesar de ello la mayoría de Israel no le aceptaría. 

C. Quinta predicción: sobre la futura resurrección (Jn. 5:28,29). 1. Los que hicieron el bien, saldrán a resurrección de vida. 

2. L os que hicieron el mal, saldrán a resurrección de condenación. 


Paso treinta y dos: de Jerusalén a Nazaret (segunda visita) (Mt. 13:53-58: Mr. 6:1-6) 

A. Predica allí pero viene a ser motivo de preocupación para sus hermanos. 

B. Contristeza menciona que no hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa, al escuchar a la gente decir: 

1. «¿No es éste el hijo del carpintero?» 

2. « ¿No se llama su ma re María, y sus hermanos, Jacobo , José, Sim ón, y Judas?» 

3. «¿No están todas sus hermanas con nosotros?» 

C. No hizo muchos milagros allí a causa de la incredulidad de aquella gente. 


Paso treinta y tres: de Nazaret a su tercera gira de predicación por Galilea (Mateo 9:35— 10:1, 5-16, 24-33, 37— 11:1; 14:1-33; Mr. 6:6-29; Lc. 9:1-9) 

A. Comparte con sus discípulos la carga de su corazón por los perdidos (M t. 9:36-38). 

1. Les habla de la abundancia de la m ies y de la escasez de obreros. 

2. L es anim a a rogar al Padre a que envíe obreros a la mies. 

B. Sexto sermón: a los doce que había comisionado (M t. 10:5-16, 24-33, 37-42; Lc. 9:3-5; Mr. 6 :8 -1 1).  

1Les confirm a que su campo de trabajo es sólo el pueblo de Israel. 

2. Su ministerio sería múltiple. Tenían que: 

a. Predicar que el reino de los cielos se había acercado y que debían arrepentirse (M r. 6:12). 

b. Sanar a los enfermos. 

c. Limpiar a los leprosos. 

d. Levantar a los muertos. 

e. Echar demonios. 

3. Debían hacer todo esto sin esperar paga, pero serían atendidos en su necesidad de comida y vestido por aquellos a quienes ministraran. 

4. Debían posar solamente en los hogares de aquellos que amaran a Dios. 

5. Tenían que sacudirse el polvo de los pies mientras abandonaban cualquier ciudad que hubiera rechazado el mensaje. 

6. Serían frecuentemente como ovejas en medio de lobos; les recomendaba, pues, ser sencillos como palo ­ mas y prudentes como serpientes. 

7. Debían esperar persecución, pero podían alentarse por el hecho de que el Padre tenía incluso contados to ­ dos sus cabellos. 

8. Tenían que confesar a Cristo delante de los hombres a fin de que Él les confesara a ellos un d ía delante del Padre. 

9. Debían ponerle siempre a él primero y llevar su propia cruz. 

10. Serían tratados com o profetas por algunos que un día com partirían su galardón .

C.  Después de darles instrucciones y enviarles en parejas. Él se va solo a predicar (M t. 11:1). . 

D. Le inform an de la muerte de Juan el Bautista, y se aparta con los doce a un lugar desierto (M t. 14:1-13; Mr. 6:14-29; Le. 9:7-9). 

1. Herodes había encarcelad o a Juan por su fuerte de ­ nuncia del matrimonio ilegítimo del rey con Herodías, la exesposa de su hermano Felipe. 

2. Herodías estaba resentida y demandó la ejecución de Juan, pero Herodes le tenía respeto e incluso estuvo interesado en su mensaje por un tiempo. 

3. Sin em bargo, Herodías, ayudada por la atracción de la danza de su hermosa hija y por la n aturaleza sensual del rey, exigió y con siguió la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja. 

4. Herodes, turbado y perplejo, llegó más tarde a pensar que Jesús era en realidad Juan el Bautista resucitado. 

5. Así es como el más grande profeta del Nuevo Testamento salió del escenario terrenal. Jesús ya había comentado anteriormente acerca de la grandeza de este hombre. (Véase M t. 11:1-11.) Una de las últimas declaraciones que tenemos acerca de Juan nos revela que este audaz profeta era también un hombre poderoso en la oración. Leemos acerca de los discípulos de Jesús que se le acercaron y le dijeron: «Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos» (Le. 11:1)

Paso treinta y cuatro: de su tercer viaje de predicación por Galilea a un desierto cerca de Betsaida (Mt. 14:13-23; Mr. 6:30-47; Le. 9:10-17; Jn. 6:1-18) 

A. Jesús se retira con sus d iscípulos p ara un descanso bien ganado, pero pronto es reconocido y rodeado p o r la m ultitud siem pre presente. 

B. Tuvo compasión de ellos y sanó m uchos enfermos, enseñándoles también acerca del reino de Dios. 

C . Milagro dieciocho: alimentación de 5.000 hombres y sus familias (M t. 14:19; M r. 6:41; Lc. 9:16; Jn. 6:11). 

1. Jesús prueba a Felipe preguntándole cómo podrían alimentar a aquella multitud. Felipe lo considera imposible. 

2. Andrés encuentra a un muchacho que tiene escasamente cinco panes de cebada y dos pececillos, pero él también opina como Felipe. 

3. Los doce se ponen finalmente de acuerdo en que lo mejor es despedirle en la esperanza de que ellos encuentren de comer en los pueblos cercanos. 

4. Jesús, por el contrario, ordena que la multitud se siente por grupos de cincuenta. 

5. Toma después el almuerzo del jovencito , lo bendice y lo reparte, alcanzando para dar de com er a todos. 

6. M ás larde los discípulos llenan doce cestas con las sobras. En realidad se dio de comer com o a 15.000 personas, porque los 5.000 mencionados eran sólo los hombres. Habría ta bién, sin duda, varios cientos de mujeres y niños presentes. Este es uno de los dos únicos m ilagros que aparecen en los cuatro evangelios. El otro es la restauración de una oreja cortada en el jard ín de Getsamaní. 

Quinta oración: en un monte cerca del mar después de alimentar a los 

5 .0 0 0 (M t. 14:23; Mr. 6:46; Jn. 6:15). 

1. Cristo se da cuenta de que los 5.000 hombres alimentados se hallan tan impresionados que planean forzarle a que sea su rey. 

2. Por tanto, ordena a los discípulos que se  archen sin él y se retira a un monte a orar. 


Paso treinta y cinco: del desierto de Betsaida al llano de Genesaret ^ ¡Mt. 14:24-36; Mr. 6:48-56; Jn. 6:19-21) 

A . Milagro diecinueve: Jesús camina sobre el mar (M t. 14:25; M r. 6:48; Jn. 6:19). 

1. Cristo observa que sus discípulos tienen dificultades en medio del lago, y va a su encuentro caminando sobre el agua. 

2. Ellos se turbaron al verle, pero Él los tranquiliza y accede a la petición de Pedro de ir a su encuentro caminando también. 

3. Pedro aparta su m irada de Jesús después de dar unos pasos sobre el agua, y el Maestro tiene que rescatarlo de perecer ahogado. 

a. Pedro: «¡Señor, sálvame!» (M t. 14:30). (La oración más breve de la Biblia.) 

b. Jesús: «¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?» 

4. Jesús y Pedro suben abordo. Los demás le adoraron, diciendo: «Verdaderamente eres Hijo de Dios.» 

B. Desembarcan en Genesaret y entran en los pueblitos cercanos, sanando Jesús a muchos.




FIN   D E L    S E G U N D O  A Ñ O

Préstamos, negocios, y trato con subditos

Préstamos, negocios, y trato con subditos 

 230. No se puede exigir el pago de un préstamo después del séptimo año (Dt. 15:2). 
231. Sin embargo, se puede rehusar hacer un préstamo a los pobres porque se acerca ese año (Dt. 15:9). 
232. No negar la caridad a los pobres (Dt. 15:7). 233. No despedir a un esclavo hebreo con las manos vacías cuando termina su período de servicio (Dt. 15:13). 
234. No apremiar a un deudor cuando se sabe que no puede pagar (Ex. 22:24). 
235. No prestarle a otro judío con intereses (Lv. 25:37). 
236. No tomar prestado de otro judío con intereses (Dt. 23:20). 
237. No participar en un acuerdo que involucre intereses, ya sea como garantía, testigo o escritor del contrato (Ex. 22:24). 
238. No dilatar el pago del salario (Lv. 19:13). 
239. No tomar una prenda de un deudor por violencia (Dt. 24:10). 
240. No guardar la prenda de un hombre pobre cuando la necesita (Dt. 24:12). 
241. No tomar ninguna prenda de una viuda (Dt. 24:17). 
242. No tomar una prenda de ningún deudor si se gana la vida con ella (Dt. 24:6). 
243. Está prohibido raptar a un judío (Ex. 20:13). 244. No robar (Lv. 19:11). 
245. No robar con violencia (Lv. 19:13). 
246. No quitar una señal geográfica (Dt. 19:14). 247. No defraudar (Lv. 19:13). 
248. No negar el recibo de un préstamo o un depósito (Lv. 19:11). 
249. No jurar falsamente en cuanto a la propiedad de otro (Lv. 19:11). 
250. No engañar a nadie en el negocio (Lv. 25:14). 251. No engañar a nadie ni siquiera verbalmente (Lv. 25:17). 
252. No dañar a un extranjero verbalmente (Ex. 22:20). 
253. No perjudicarlo en el comercio (Ex. 22:20). 254. No devolver un esclavo que ha huido a la tierra de Israel a su amo (Dt. 23:16). 
255. No aprovecharse de tal esclavo (Di. 23:17). 256. No afligir a la viuda ni al huérfano (Ex. 22:21). 
257. No maltratar a un esclavo hebreo (Lv. 25:39). 258. No vender a un esclavo hebreo (Lv. 25:42). 259. No tratarlo con crueldad (Lv. 25:43). 260. No permitir que un pagano lo maltrate (Lv. 25:53). 261. No vender la sierva hebrea (Ex. 21:8). 
262. Si se casa con ella, no negarle alimento, ropa ni los deberes conyugales (Ex. 2 1:10). 
263. No vender una cautiva (Di. 21:14). 
264. No tratarla como esclava (Dt. 21:14). 
265. No codiciar las posesiones de otro (Ex. 20:17). 
266. Aun el deseo en sí está prohibido (Dt. 5:18). 267. El obrero no debe cortar el grano que está de pie mientras trabaja (Dt. 23:25). 
268. No debe llevar más fruta de la que puede comer (Dt. 23:25). 
269. No se debe guardar un artículo perdido que se ha encontrado (Dt. 22:3). 
270. No negarse a ayudar a un hombre o un animal que se está desplomando bajo su carga (Ex. 23:5). 
271. Está prohibido defraudar con pesas y medidas (Lv. 19:35). 
272. Está prohibido tener pesas inexactas (Dt. 25:13).

Fuente:

 AUXILIAR BIBLICO EDITORIAL PORTALVOZ

La Justicia en el Contexto del Pentateuco

La justicia 273.
Un juez no debe perpetrar la injusticia (Lv. 19:15).
274. No debe aceptar sobornos (Éxodo 23:8). 
275. No debe ser parcial (Lv. 19:15). 
276. No debe tener temor (Dt. 1:17). 
277. No debe favorecer a los pobres (Éxodo 23:3: Lv. 19:15). 
278. No debe discriminar en contra de los malvados (Éxodo 23:6). 
279. No debe tener piedad de los condenados (Dt. 19:13). 
280. No debe pervertir el juicio de extranjeros o huérfanos (Di. 24:17). 
281. Está prohibido escuchar a un litigante sin que el otro esté presente (Éxodo 23:1). 
282. No puede decidirse un caso de pena de muerte por una mayoría de uno (Éxodo 23:2). 283. Un juez no debe aceptar la opinión de otro juez a no ser que esté convencido de su rectitud (Éxodo 23:2). 
284. Una persona que no conozca la ley no puede ser nombrada como juez (Dt. 1:17). 
285. No dar falso testimonio (Éxodo 20:16).
286. No aceptar el testimonio de una persona malvada (Éxodo 23:1). 
287. No aceptar el testimonio de los parientes de una persona involucrada en el caso (Dt. 24:16). 288. No pronunciar juicio en base al testimonio de un testigo (Dt. 19:15). 
289. No matar (Éxodo 20:13). 
290. No condenar por prueba circunstancial solamente (Ex. 23:7). 
291. Un testigo no deberá actuar de juez en casos de pena de muerte (Nm. 35:30). 
292. No ejecutar a nadie sin un juicio y una convicción cabales (Nm. 35:12). 
293. No tener piedad ni perdonar al perseguidor (Di. 25:12). 
294. No se ha de infligir castigo por un acto cometido bajo coerción (Dt. 22:26). 
295. No aceptar el rescate por un homicida (Nm. 35:31). 
296. No aceptar el rescate por una persona que mató a otra (Nm. 35:32). 
297. No vacilar en salvar a otra persona de peligro (Lv. 19:16). 
298. No dejar una piedra de tropiezo en el camino (Di. 2 2 :8 ).' 
299. No engañar a otra persona dándole un mal consejo (Lv. 19:14). 
300. Está prohibido administrar más del número asignado de azotes a los culpables (Dt. 25:2, 3). 301. No contar chismes (Lv. 19:16). 
302. No guardar odio en el corazón (Lv. 19:17). 303. No avergonzar a un judío (Lv. 19:17). 
304. No guardar rencor (Lv. 19:18). 305. No vengarse (Lv. 19:18). 
306. No tomar a la madre cuando se toman los pollos (Dt. 22:6). 
307. No rasurar la zona afectada por la lepra (Lv. 13:33). 
308. No quitar otras señales de esa aflicción (Dt. 24:8). 
309. No cultivar un valle en el cual se encontró un cuerpo muerto (Dt. 21:4). 
310. No permitir que viva una bruja (Éxodo 22:17). 
311. No obligar a un recién casado que cumpla el servicio militar durante el primer año de su matrimonio (Di. 24:5).
312. No rebelarse en contra de los que transmiten la tradición de la ley (Dt. 17:11). 
313. No agregar a los preceptos de la ley (Dt. 13:1). 
314. No reiniciar de los preceptos de la ley (Dt. 13,1). 315. No maldecir a un juez (Éxodo 22:27). 
316. No maldecir a un gobernante (Éxodo 22:27). 317. No maldecir a ningún judío (Lv. 19:14). 
318. No maldecirá los padres (Éxodo 21:17). 
319. No golpear a los padres (Éxodo 21:15). 
320. No trabajar en el día de reposo (Éxodo 20:10). 
321.No caminar más allá de los límites permitidos (Éxodo 16:29). 
322. No infligir castigo en el día de reposo (Ex. 35:3). 
323. No trabajar el primer día de la Pascua (Éxodo 12:16). 
324. No trabajar el séptimo día de la Pascua (Éxodo 12:16). 
325. No trabajar en el Shavuot (Lv. 23:21). 
326. No trabajar el primer día del séptimo mes (Rosh HaShaná) (Lv. 23:25). 
327. No trabajar el primer día de la fiesta de los tabernáculos (Sukkot) (Lv. 23:35). 
328. No trabajar el octavo día de la fiesta de los tabernáculos (Lv. 23:36). 
329. No trabajar el día de expiación (Lv. 23:28).

Fuente:
 PORTALVOZ EDITORIAL BÍBLICO AUXILIAR

LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA 26,27,28,29,30

 Paso veintiséis: del monte Tabor (¿?) a Capernaum (Mt. 8:1, 5-13; Le. 7:1-10) 

A. Noveno milagro: curación del siervo de un centurión (M t. 8:13; Le. 7:10). 

B. Jesús se maravilla de la fe mostrada por este soldado gentil. 1. «No soy digno de que entres bajo mi techo.» 2. «Solamente di la palabra, y mi criado sanará.» 

C . Le entristece el hecho de que muchos gentiles como éste se sentarán un día con Abraham (el padre de la fe) en el cielo, m ientras que muchos judíos serán echados al infierno. Jesús se m aravilló en dos ocasiones de la fe de los individuos, y ambos eran gentiles. Uno fue el centurión romano que aparece aquí (M t. 8:10) y el o tro fue una mujer cananea (M t. 15:28). Por el contrario, de lo único que se pudo maravillar acerca de la nación de Israel fue de su trágica incredulidad (véase Mr. 6:6). 


Paso veintisiete: de Capernaum a Naín (Le. 7:11-17, 36-50) 

A. Décimo milagro: resurrección del hijo de la viuda (Le. 7:14). 

1. Lleno de com pasión le dice a la viuda que deje de llorar. 

2. Tocó el féretro y mandó al joven que se levantara. 

3. Se lo entregó a su madre. 

4. A causa de este milagro es reconocido como un gran profeta de Dios. 

B. S egunda parábola: los dos deudores (Le. 7 :4 1 ,4 2 ). 

1. N uestro S eñ o r estaba com iendo en la casa de un fariseo llam ado Sim ón. 

2. Una mujer de mala reputación entra calladamente y (para sorpresa de los fariseos) hace lo siguiente: a. E mpezó a llo rar y regar con sus lágrimas los pies de Jesús. b. Después los besaba y los secaba con sus cabellos. c. Los ungió con perfume. 

3. Sabiendo que Sim ón le condenaba en su mente por permitir las acciones de la mujer, el Señor le relata la parábola de un acreedor que perdona a dos de sus deudores, a uno quinientos denarios y al otro cincuenta. • 

4. Después le pregunta a Simón cuál de ellos amará más al prestamista. 

5. Finalmente relaciona la parábola con Simón y la mujer. a. Simón no le ha dado el beso de bienvenida, pero la mujer ha besado sus pies. b. Simón no ungió su cabeza con aceite, pero la 

mujer le ungió los pies con perfume. 


Paso veintiocho: de Naín a su segunda cam paña de predicación en Galilea (Mt. 12:46-50; 13:1-52; Mr. 3:19-35; 4:1-34; Le. 8:1-21; 12:10; 13:18-21) 

A. Le acompañan en este viaje sus discípulos y algunas mujeres mayores, tales como María Magdalena, Juana (la esposa del intendente de Herodes) y otra llamada Susana (Le. 8:1-3). 

B. Le acusan de estar fuera de sí y se convierte en m otivo de preocupación para sus fam iliares (M r. 3:21). 

C . Tercera parábo la: sujeción de un hombre fuerte (M r. 3:22-30). 

1. Le acusaban de echar fuera los demonios por B eelzebú, el príncipe de los demonios. 

2. El señala la in sensatez de tal acusación al preguntarles: »¿Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás?» 

3. Continúa recordándoles que una casa dividida contra sí mism a no puede permanecer. 

4. Y concluye declaran d o que nadie puede en trar en la casa de un hom bre fuerte para robar a menos que an­tes lo ate. 

Esto es, por supuesto, lo que el Señor ha hecho con Satanás. 

5. Finalmente les advierte que acusarle de estar cooperando con Satanás es un pecado a los ojos de Dios que nunca será perdonado. 

D. Le anuncian que su madre y hermanos están esperando para verle, y él usa la oportunidad para decirles que todo aquel que hace la voluntad de Dios es su hermano, hermana y madre (M r. 3:31-35: M t. 12:46-50; Le. 8:19-21). 


E. Tercer sermón: sobre los ejemplos del reino (M t. 13:1- 52; Mr. 4 :!-3 4 ; Le. 8:4-18; 13:18-21). N ota: El térm ino «reino de los cielos», tal como lo usa Jesús, puede referirse a uno (o ambos) de los siguientes conceptos: 

1. AI gobierno general que el Padre ejerce desde el cielo de los asuntos humanos desde la creación hasta el milenio. De manera que todos, creyentes e incrédulos, son parte de su reino. (Véase Dn. 4:17.) 

2. El gobierno específico que el Hijo ejercerá desde Jerusalén sobre los asuntos humanos durante el milenio. En este tiempo será quitad a la maldición del pecado, y todos los hombres morarán en un ambiente perfecto. (Véase Ap. 11:15.) En el sermón que encontramos en  esta sección nuestro Señor se refiere fundamentalmente al primer concepto general. El sermón consiste de ejemplos mediante nueve parábolas. 


F. Cuarta parábola: el sembrador, la semilla y el terreno (M t. 13:1-9, 18-23; Mr. 4:1-20; Le. 8:4-15). 

1. Les relata la parábola: el sembrador salió a sembrar. 

a. Parte de ella cayó al lado del camino y fue pronto pisoteada por los hombres y comida por las aves. 

b. Otra cayó entre las rocas donde había poca tierra. La semilla brotó, pero se secó pronto por falta de hum edad y de raíces. 

c. Parte cayó en un lado de la tierra llena de espinos y éstos la ahogaron. 

d. Otra parle cayó en buena tierra y dio fruto, unas / espigas a treinta por uno, o tras a sesenta y otras a cien. 


2. Explica la parábola: el es el Sembrador y la semilla es su Palabra. 

a. Están aquellos que reciben la palabra sin realmente entenderla. Satanás inmediatam ente la pisotea y la destruye. Este es el ejemplo de la semilla que cae al lado del camino. 

b. Están aquellos que reciben la palabra de una manera muy superficial, y cuando llegan las persecuciones y las pruebas, desaparecen . Este es el ejemplo de la que cae entre rocas. 

c. Están los otros que reciben la Palabra pero la quieren mezclar con los placeres de la vida. Sin em­bargo, estas cosas mundanas terminan ahogándola. Este es el ejemplo de la que cayó entre espinos. 

d. Y, por último, están aquellos que reciben la Palabra con sinceridad y entendimiento. Estos son los únicos que llevarán mucho fruto . Estos son el ejemplo de treinta, sesenta y ciento por uno. 


G. En este punto de su m inisterio, nuestro Señor explica a sus discípulos en privado la razón de hablar en parábolas. La intención es revelar verdades espirituales a los sinceros, pero ocultarlas de los escépticos (M t. 13:10-17; Mr. 4:10-12; L e. 8:9, 10). 


H. Quinta parábola: Satanás siem bra cizaña en el cam po del S eñ o r (M t. 1 3 :2 4 -3 0 , 36-43). 

1. Relata la parábola. 

a. Un hombre siembra buena semilla en su campo y luego seretira a descansar. 

b. Su enemigo viene durante la noche y siembra cizaña en aquel campo. 

c. El hombre decide no arrancar la cizaña a fin de no arrancar tam bién el trigo. 

d. Planea esperar hasta el tiempo de la siega y ordenar entonces a los segadores que recojan y quem en la cizaña, y guarden el trigo en el granero. 

2. Explica la parábola. 

a. Él es el hombre, el campo es el mundo, y la buena semilla son los creyentes. 

b. El enem igo es Satanás y la cizaña son los in crédulos. 

c. La siega es el Fin del siglo y los segadores son sus ángeles. 

d. El horno de fuego es el infierno y el granero es el ciclo. 


I. Sexta parábola: de sembrar a cosechar (M r. 4:26-29). 1. El crecimiento del reino es perm anente pero misterioso. 2. Primero brota una hierba, luego se forma la espiga, y m ás tarde los granos llenan la espiga. 


J. Séptima parábola: la poderosa semilla de mostaza (M t. 13:31, 32; Mr. 4:30-32; Le. 13:18, 19). 1. El reino, a sem ejanza de una sem illa de mostaza, es muy pequeño cuando se planta. 

2. Sin embargo, cuando crece produce una de las plantas más grandes del jardín , hasta el punto de que las aves del cielo hacen nidos en sus ramas. 


K. Octava parábola: la levadura en la comida y el reino de los cielos (M t. 13:33; Le. 1 3 :2 0 ,2 1 ). 

1. A quí el reino de los cielos es comparado a la levadura que una mujer toma y esconde en tres 

medidas de harina. 

2. Toda la masa pronto quedó leudada. La Biblia Anotada de Scofield dice lo siguiente en relación con la levadura: 

«(1) L a levadura, como substancia simbólica, se menciona siem pre en el A.T. en el sentido malo (Gn. 19:3, reís.). 

(2) El uso de la palabra en el N.T. explica su significado simbólico. Es “malicia y maldad” en contraste con “sinceridad y verdad” (1 Co. 5:6-8). Es doctrina errónea (M t. 16:12), según ésta se enseñaba o practicaba por fariseos, saduceos y Herodianos (Mt. 16:6; Mr. 8:15). La levadura de los fariseos era formalismo religioso (Mt. 2 3 :1 4 ,1 6 ,2 3 - 28); la de los saduceos, escepticismo en cuanto a lo sobrenatural y a las Escrituras (M t. 22:23, 29); y la de los Herodianos era la mundanalidad: ellos formaban un partido de Herodes entre los judíos (M t. 22:16-21; M r 3:6)» (p. 976). 


L. Novena parábola: hallazgo de una fortuna en un campo (M t. 13:44).

1. Un hombre encuentra un gran tesoro en un campo. 

2. Vende con gozo todo lo que tiene para comprar el campo. 


M. Décima parábola: la perla de gran precio (M t. 1 3 :45,46) 

1. Un comerciante en perlas descub re una perla de gran valor. 

2. En consecuencia, él vende todo lo que tiene y la compra. Nota: Algunos estudiosos de la Biblia creen que el tesoro escondido es Israel, y la perla de gran precio es la Iglesia. Si esto es así, esta es la primera referencia a la Iglesia en la Biblia. 


N. Parábola once: encogiendo en una pesca en el m ar (M t. 13:47-50). 

1. Lanzan una gran red al mar y pesca toda clase de peces. 

2. Los pescadores después separan los peces, recogiendo los buenos en cestas y desechando los 

malos. 

O. Parábola doce: un hombre instruido y su tesoro (Mt. 13:52). 

1. Todo hombre que es entendido en el reino es como el dueño de una casa. 

Puede sacar de su tesoro cosas viejas y nuevas. Cumplimiento número dieciséis de las profecías del Antiguo Testamento: que hablaría en parábolas (cp. Is. 6:9-10 con Mt. 13:10-15).

El doctor M. F. Unger resume muy apropiadamente estas siete parábolas presentadas en Mateo 13, escribiendo:

«Las siete parábolas (misterios) del reino (3-52).
Se denominan misterios porque contienen verdades que no habían sido reveladas con anterioridad. Las siete parábolas se refieren a la época presente, cuando la viña, Israel, no es cuidada (Is. 5:1-17).

  1. La parábola del sembrador revela que nuestro Señor siembra la semilla de la Palabra en el campo (el mundo) (vv. 3-23).

  2. La parábola del trigo y la cizaña (vv. 24-30; interpretada en 36-43) muestra la actividad y el engaño de Satanás durante la era presente, al falsificar el trigo, sustituyendo a los verdaderos hijos del reino por falsos creyentes (Mt. 7:21-23).

  3. La parábola de la semilla de mostaza (vv. 31-32) simboliza el rápido crecimiento del misterio del reino.

  4. La parábola de la levadura (v. 33) advierte cómo las falsas enseñanzas (la mujer) pueden afectar con la levadura del error la verdad de la Palabra en esta época (cp. Mt. 16:11-12; Mr. 8:15; 1 Co. 5:6; Gá. 5:9).

  5. La parábola del tesoro escondido (v. 44) presenta a nuestro Señor que dio todo lo que tenía para poseer el tesoro (Israel), oculto en el campo (cp. Is. 53:4-10; Sal. 22:1; 2 Co. 8:9). El Señor restaurará este tesoro sobre la base de su muerte expiatoria.

  6. La parábola de la perla preciosa (vv. 45-46) muestra a nuestro Señor como un mercader que halló ‘una perla de gran precio’ (la Iglesia; Ef. 5:25-27) y vendió todo en el Calvario para comprarla.

  7. La parábola de la red (vv. 47-52) presenta la red recogiendo conjuntamente lo bueno y lo malo, los cuales permanecerán juntos durante esta era hasta que sean separados al final de la misma.»

(Manual Bíblico de Unger, Editorial Portavoz, pp. 485-486).


Paso veintinueve: De la segunda campaña de predicación en Galilea al país de los gadarenos

(Mt. 8:18, 23-34; Mr. 4:35—5:20; Lc. 8:22-39)

A. Milagro once: Jesús calma una tormenta en el mar
(Mt. 8:26; Mr. 4:39; Lc. 8:24)

  1. Sobreviene una gran tormenta en el mar de Galilea mientras Jesús y los discípulos lo están cruzando.

  2. Él dormía en la popa, pero es despertado por las voces atemorizadas de los discípulos clamando por ayuda.

  3. Jesús reprende a la tormenta y calma el mar.

B. Milagro doce: Curación del endemoniado gadareno
(Mt. 8:32; Mr. 5:8; Lc. 8:33)

  1. Jesús es confrontado por un hombre con espíritu inmundo, que se comportaba como un loco descontrolado y que cayó a sus pies.
    a. No podía ser sujetado con cadenas ni grillos.
    b. Vivía en los sepulcros, dando voces e hiriéndose con piedras.

  2. El demonio de aquel hombre y los otros muchos espíritus malos que estaban dentro de él reconocieron a Jesús como el Hijo de Dios y le suplicaron que no los atormentara antes de tiempo.
    a. «¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios?»
    b. «¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?»
    c. «Te conjuro por Dios que no nos atormentes.»

  3. Jesús permite que aquella legión de espíritus malos se meta en un hato de cerdos que estaban cerca.

  4. Así lo hicieron, y todo el hato, compuesto de unos dos mil cerdos, se precipitó al mar por un despeñadero y se ahogó.

  5. Al poco tiempo toda la ciudad se enteró, y llenos de temor pidieron a Jesús que se marchara de sus contornos.

  6. Al entrar de nuevo en la barca, el endemoniado sanado le ruega que le permita ir con Él.

  7. Nuestro Señor, por el contrario, le pide que vaya con su familia y les dé testimonio a ellos.


Paso treinta: De la región de los gadarenos a Capernaum

(Mt. 9:1, 10-34; 11:2-19; Mr. 2:15-22; 5:21-43; Lc. 5:29-39; 7:18-35; 8:40-56; 16:16)

A. Leví (Mateo) da un banquete para Jesús

  1. El Maestro es criticado por los malintencionados fariseos por comer con los publicanos y pecadores.

  2. Jesús los reprende y les explica que Él ha venido a llamar a pecadores al arrepentimiento y no a los que se consideran a sí mismos justos (Mt. 9:10-15; Mr. 2:15-20; Lc. 5:29-35).

B. Parábola trece: Vestidos remendados y odres viejos
(Mt. 9:16-17; Mr. 2:21-22; Lc. 5:36-39)

  1. Algunos discípulos de Juan el Bautista se acercaron a Jesús para preguntarle por qué ellos ayunaban y, sin embargo, Él y sus discípulos no lo hacían.

  2. El Señor les explica que en una boda los amigos del novio no ayunan, sino que están de fiesta mientras Él está con ellos.

  3. Les relata esta parábola para aclarárselo más: nadie cose un remiendo nuevo en vestido viejo, ni pone vino nuevo en odres viejos, porque ambos se romperían.
    → El vino nuevo de una vida controlada por el Espíritu no encaja en los viejos odres del legalismo judío.

C. Milagro trece: Curación de una mujer con hemorragia interna
(Mt. 9:22; Mr. 5:29; Lc. 8:44)

  1. Nuestro Señor iba camino de realizar otro milagro cuando esta necesidad surge a su paso.
    a. La mujer: «Si tocare solamente su manto, seré salva.»
    b. Jesús a los discípulos: «¿Quién es el que me ha tocado?... Alguien me ha tocado, porque yo he conocido que ha salido poder de mí.»
    c. Jesús a la mujer (después que confesó): «Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz.»

D. Milagro catorce: Jesús resucita a la hija de Jairo
(Mt. 9:25; Mr. 5:41; Lc. 8:54)

  1. Jairo, uno de los principales de la sinagoga, recibe la noticia de que su hija ha muerto.

  2. Jesús le conforta y le exhorta a que siga creyendo.

  3. El Maestro toma a Pedro, a Santiago y a Juan y entra en el cuarto de la niña con sus padres.

  4. No hace caso de la gente que estaba afuera, y tomándola de la mano la restaura a la vida y manda que le den de comer.

E. Milagro quince: Curación de dos ciegos
(Mt. 9:29)

  1. Jesús: «¿Creéis que puedo hacer esto?»

  2. Los ciegos: «Sí, Señor.»

  3. Jesús: «Conforme a vuestra fe os sea hecho.»

F. Milagro dieciséis: Curación de un mudo endemoniado
(Mt. 9:33)

  1. La gente se maravilló a causa de este milagro.

  2. Los fariseos continuaron acusándole de hacerlo a través del príncipe de los demonios.

G. Contesta a las dudas de Juan el Bautista
(Mt. 11:2-6; Lc. 7:18-23)

  1. Juan había enviado a sus discípulos a Jesús para preguntarle si Él era el Mesías o si debían esperar a otro.

  2. En presencia de ellos restaura la vista a los ciegos, sana a los sordos, limpia a los leprosos y resucita a los muertos.

  3. Después les instruye para que vayan y le cuenten a Juan lo que han visto y oído (Is. 35:4-6).

H. Cuarto sermón: Sobre Juan el Bautista
(Mt. 11:7-15; Lc. 7:24-30)

  1. Juan no era una caña sacudida por el viento, sino un profeta fiel y siempre listo para ministrar.

  2. Era el más grande de los profetas. «De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él» (Mt. 11:11).

    • Dos explicaciones:
      a. Que tenía al apóstol Pablo en mente (Ef. 3:8; 1 Co. 15:9).
      b. Que estaba pensando en el milenio, cuando el menor de los ciudadanos de aquel glorioso reino conocerá y experimentará más de la majestad de Dios que cualquier profeta, sacerdote o rey en el pasado.

  3. El pueblo común y los pecadores escuchaban con gozo a Juan, pero los líderes judíos lo menospreciaban.

  4. El ministerio audaz de Juan marcó el comienzo de la oposición satánica al reino.

  5. Juan apareció en el espíritu de Elías del Antiguo Testamento.

    • «Porque éste es de quien está escrito: He aquí, yo envío mi mensajero delante de tu faz, el cual preparará tu camino delante de ti» (Mt. 11:10; Mal. 3:1).

    • Jesús omite la segunda parte del versículo («Y vendrá súbitamente a su templo el Señor...») porque en su primera venida vino a manifestar la gracia, no el juicio (Hab. 2:20).

I. Parábola catorce: Una generación de gente inmadura
(Mt. 11:16-19; Lc. 7:31-35)

  1. Jesús compara su generación con un grupo de niños volubles que juegan:
    a. Un grupo dice: «Os tocamos la flauta, y no bailasteis.»
    b. El otro grupo responde: «Os endechamos, y no lamentasteis.»

  2. Declara que esta inconstancia podía verse en Israel también:
    a. Juan practicaba el ayuno y los fariseos decían que tenía demonio.
    b. Jesús no ayunaba y le acusaban de ser un comilón y bebedor de vino.


LA ETAPA DEL EVANGELIO DE LA GLORIA A LA GLORIA: 20, 21, 22, 23, 24 y 25

Paso veinte: de Nazaret a Capernaum (Mt. 4:13-22; 8:14-17; Mr. 1:14-38; Le. 4:31-42) 

A. Jesús empieza ahora a enfatizar el reino de los cielos y la doctrina del arrepentimiento en su ministerio (M t. 4:17; M r. 1:14, 15). 

B. Hace de Capernaum su centro de predicación (M t. 4:13). ^ 

C. Cumplimiento número trece de las profecías del Antiguo Testamento: que sería luz para los gentiles. (Cp. Is. 9:1, 2; 42:1-3, 6. 7: 60:1-3 con M t. 4:13-16; Hch. 13:47.) 

D. Llamó a un discipulado de tiempo completo a Pedro, Andrés, Santiago y Juan cuando echaban sus redes en el mar de Galilea. 

1. Les dijo: «Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres» (M t. 4:19). 

2. Su respuesta fue: «Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron» (M t. 4:20). — 

E. Tercer milagro: curación de un hombre con espíritu inmundo en Capernaum (Mr. 1:25; Le. 4:35). 

1. El demonio: «¡Ah! ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno ? ¿Has venido para destruirnos? Se quién eres, el Santo de Dios» (M r. 1:24). 

2. El Salvador: «¡Cállate, y sal de él!» ( 1:25). 

3. La gente: «¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es esta, que con autoridad manda aun a los espíritus inmun­dos, y le obedecen?» (M r. 1:27). 

4. Nota: Esta es la primera vez que encontramos a Cristo exorcizando a un demonio de un ser humano, pero le encontraremos haciéndolo en bastantes ocasiones. (Véanse Mt. 8:32; 9:33; 12:22; 15:28: 17:18; Lc. 8:2; 13:10-17.) Los demonios son ángeles caídos que se unieron a Lu cifer (quien se convirtió en Satanás) durante la rebelión en el cielo antes de la creación del hom bre. (Véanse Is.14:12-15; Ez. 28 :15 -17 ; Ap. 12:4: Ef. 6:12.) Sus actividades son múltiples y llenas de malicia. 

a. Se oponen al propósito de Dios (Dn. 9:11-14). 

b. Llevan a cabo el programa de Satanás (1 Ti. 4:1: Ap. 16:12-14). 

c. Afligen a las personas en la tierra. A algunos les causa: 

(1) Demencia (Mt. 8:28; 17:15). 

(2) Mudez (Mt. 9:32, 33). 

(3) Ceguedad (Mt. 12:22). }

(4) Herirse a sí mismo (Mr. 5:5). 

(5) Parálisis (Le. 13:11). 

(6) Sordera (Mr. 9:25). 

El número de demonios es aparentemente muy alto. Jesús expulsó a siete de María Magdalena (Mr. 16:9; Lc. 8:2) y posiblemente llegaron a 6.000 los del endemoniado gadareno (Mr. 5:9). 

F. Cuarto milagro: curación de la suegra de Pedro (M t. 8:15; M r. 1:31; Lc. 4:39).

G. Sanó a muchos aquel día poniendo sus manos sobre ellos (Le. 4:40,41 ; Mr.1:32-34; Mt. 8:16, 17). 

H. Cumplimiento número catorce de las profecías del Antiguo Testamento: que Él sanaría a muchos. Comparar Isaías 53:4 con Mateo 8:16, 17. ¿Estaba prometida la sanidad física en la expiación? Ciertamente que sí, pero fue cumplido durante el ministerio terrenal de Cristo. 

Notemos: «Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias» (Mt. 8; 16. 17). Esto no significa, por supuesto, que Dios no pueda sanar y no sane los cuerpos de los creyentes hoy; pero sí quiere decir que el hijo de Dios no puede demandar sanidad física total sobre la base de Isaías 53:4. 

I. Segunda oración; en la víspera de su primera gira de predicación por Galilea (Mr. 1:35; Lc. 4:42). 

1. Fue un tiempo de oración en un lugar apartado. 

2. Era la preparación para su primera ronda de predicación por Galilea


Paso veintiuno: de Capernaum a su primera gira de predicación por Galilea (Mt. 4:23; 8:2-4; Mr. 1:39-45; Le. 4:43—5:16) 

A. Empezó esta gira hablando a la multitud desde la barca de Pedro. 

B. Quinto milagro: pesca de una gran cantidad de peces (Le. 5 :5 ,6 ). 

1. Le pidió a Pedro que llevara la barca a la parte honda del lago y echara la red. 

2. Pedro se muestra escéptico: «Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada 

hemos pescado; más en tu palabra echaré la red» (Le. 5:5). 

3. La red se llena repentinamente de tal cantidad de peces que se rompía. 

4. Al ver esto Pedro, cae de rodillas a los pies de Jesús y confiesa su maldad. 

5. Jesús calma sus temores y le reconfirma que le usará como pescador de hombres. J. Vernon McGree escribe: «¡Qué púlpito! Creo que esta ilustración es tanto figurativa como sugestiva. 

Cada púlpito en una barca de pesca; un lugar desde donde se proclama la Palabra de Dios y se intenta pescar. Simón Pedro pescó hombres. Recordemos lo bien que lo hizo el día de Pentecostés. La respuesta del Señor a Pedro fue realmente significativa: 3.000 almas se entregaron a Cristo después de su primer sermón. Pedro pescaba según las instrucciones divinas. Tenemos aquí otra lección. ¿Sabe usted que hay otro pescador? ¿Sabe que Satanás también anda pescando? Véase 2 Timoteo 2:26. Satanás también echa su anzuelo a las aguas. Dios busca pescar tu alma, pero Satanás también lo procura y ceba su anzuelo con las cosas de este mundo. Como podemos ver, el anzuelo de Dios es una cruz.» (Luke. pp. 69, 72.) 

C . Sexto milagro: curación de un leproso (M t. 8:3; M r. 1:41). 

1. El leproso se postró ante Jesús y le pidió que lo sanara. 

2. Jesús tuvo compasión de él y le locó. 

3. Después le ordenó que se presentara ante el sacerdote para la purificación mosaica. (V éase Lv. 14:3, 4, 10, 22.) Nota: esta conmovedora solicitud de parte de un leproso sanado debió de causar bastante confusión y sorpresa entre los sacerdotes en el templo. Porque hasta ese momento no había habido necesidad de la ceremonia de purificación, pues no tenemos conocimiento de ningún israelita sanado de lepra hasta que Cristo vino, con la única excepción de María (Nm . 12:13-15). (Naamán, por supuesto, era sirio. Véase 2R. 5:1, 14.) 

4. Jesús le instruyó para que no dijera nada a nadie en público, pero el leproso sanado no pudo callarse y lo fue divulgando por todas partes. 

D. Jesús sana a muchos durante esta gira de predicación (M t. 4:23). 

E. Tercera oración: después de sanar a un leproso (Le. 5:16). Aunque se estaba haciendo famoso, él se retira para orar, entendemos entonces que su verdadera tarea no era la curación de los cuerpos de los hombres, sino más bien sus almas. 


Paso veintidós: regresa a Capernaum después de su primera gira de predicación en Galilea ^ (Mr. 9:2-9; Mr. 2:1-14; Le. 5:17-28) 

A . Séptimo milagro: curación de un paralítico (M t. 9:2, 6, ^ 7: M r. 2:5, 10-12; Le. 5:20, 24, 25). 

1. Este hombre es bajado por sus amigos a los pies de Jesús por un agujero en el techo. 

2. Jesús le perdona sus pecados. 

3. Por hacer esto, los fariseos le acusan de blasfemia. 

4. Jesús entonces sana al paralítico de su enfermedad para que sepa que tiene autoridad para perdonar pe­cados. 

5. La gente queda maravillada por lo que está sucediendo y alaba a Dios por ello. J. Vernon M cG ee escribe sobre esto: «Hay muchos que no van a recib ir el m ensaje de salvación a menos que uno levante su camilla y los lleve hasta donde puedan oír la voz del Señor. Están paralizados, inmovilizados por el pecado y por otras muchas cosas que el mundo tiene para ellos. Algunos están paralizados por los prejuicios y otros por la indiferencia. Ellos nunca van a oír a Cristo decirles: “Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados”, a menos que levantem os su camilla y los llevemos a él.» (Luke, p. 74.) 

B. Jesús llamó a Mateo (Leví) a ser su discípulo (M t. 9:9; M r. 2:13, 14; Le. 5:27, 28). 

1. El Salvador simplemente entró en la oficina de Leví y le dijo: «Sígueme» (Le. 5:27). 

2. Y Leví «dejándolo todo, se levantó v le siguió» (Le. 5:28

FIN DEL PRIMER AÑO


Paso veintitrés: de Capernaum a los cam pos de Galilea (Mi. 12:1-8; Mr. 2:23-28; Le. 6:1-5) 

A. Jesús se ve metido en su primera discusión con los fariseos sobre el sábado porque permite a sus discípulos arrancar espigas y comer el grano en el día séptimo. 

B. Jesús lo justifica recordándoles la acción de David en el Antiguo Testamento cuando comió de los panes de la proposición para recuperar las fuerzas. 

1. El. pan que David comió estaba en el templo (1S. 21:3-6). 

2. Este pan era sólo para los sacerdotes. 

C. Les llama la atención al hecho de que Dios hizo el sábado por causa del hombre y no al hom bre por causa del día de reposo (M r. 2:27). 


Paso veinticuatro: de los campos de Galilea a una sinagoga galilea ^ (Mi. 12:9-14: Mr. 3:1-6; Le. 6:6-11) | | 

A. Octavo milagro: curación del hombre con una mano seca W (M t. 12:13; Mr. 3:5; Le. 6:10). 

1. Jesús notó la presencia en la sinagoga de un hombre que tenía su mano derecha seca. 

2. Los fariseos esperaron para ver si le sanaría en el día sábado. 

3. Dándose cuenta de sus malas intenciones, les pregunta si era lícito hacer bien o mal en sábado. 

4. Les recuerda que ellos sin duda sacarían en el día de reposo una oveja que hubiera caído en un hoyo, y él siente que un hombre es más importante que una oveja. 

5. Jesús sana al hom bre y su corazón se llena de enojo y tristeza por la d u reza del corazón de ellos. 


B. Los fariseos, fuera de sí por la ira que les consumía a causa de la acción de Jesús, consultan sobre cómo matarle.


Paso veinticinco: de una sinagoga en Galilea al monte Tabor (¿,?) (Mi. 5:1— 7:29:4:24, 25; 10:2-4; 12:15-21; Mr. 1:12; 3:7-19; Le. 6:12-49; 12:22-31, 57-59; 16:17) 

A. Sana a muchos a lo largo del camino (M t. 4:24, 25: Mr. 3:7-12). 

B. Los espíritus inmundos le reconocen como el Hijo de Dios cuando los hace salir de las personas (M r. 3:11). 

C. Continúa cumpliendo la profecía de Isaías (M t. 12:17- 21). 

1. Que El sería el siervo de Dios, escogido, am ado y lleno del Espíritu. 

2. Que su justicia se mostraría en todas las naciones. 

3. No contendería ni gritaría en las calles. 

4. No quebraría la caña cascada ni apagaría el pábilo que hum eare. 

5. Que su propio nombre significaría victoria y esperanza para las naciones. pL L ) 

D. Cumplimiento número quince de las profecías del Antiguo Testamento: que trataría bondad o samente con los gentiles. (C p. Is. 9:1, 2; 42:1-3 con M t. 12:17-21; 4 :13- 16.) 

E. Cuarta oración: antes de escoger a sus doce discípulos (L e. 6:12).

F. Después de pasar la noche en oración buscando dirección, nuestro Señor escoge a sus doce discípulos. 

1. Simón Pedro. 

2. Andrés. 

3. Santiago, hijo de Zebedeo. 

4. Juan. 

5. Felipe. 

6. Bartolomé. 

7. Tomás. 

8. Mateo. 

9. Santiago, hijo de Alfeo. 

10. Judas (Tadeo). 

11. Simón el Zelote. 

12. Judas Iscariote. Véanse en Mateo 10:2-4; Marcos 3:13-19; y Lucas 6:13-16 las listas co rrespondientes. 

G. Continúa al día siguiente sanando a las personas (Le. 6:17-19). 

H. Segundo sermón: sobre las características del reino (M t. 5— 7; Le. 6:20-49; 12:22-31; 57-59; 16:17). Según nuestro Señor, un ciudadano del reino debe poseer los siguientes rasgos: 

1. Debe ser pobre de espíritu, sabiendo que Dios le ha prometido un reino. 

2. Debe afligirse y llorar si fuera necesario, sabiendo que un día reirá y será consolado. 

3. Debe ser manso, porque en el futuro heredará la tierra. 

4. Debe tener hambre y sed de justicia, y entonces será satisfecho. 

5. Debe ser misericordioso a fin de que él mismo obtenga misericordia. 

6. Debe ser puro de corazón, sabiendo que verá a D ios. 

7. Debe ser un pacificador, a fin de que pueda ser llamado hijo de Dios 

8. Debe gozarse en la persecución, sabiendo que su galardón será grande. 

9. Debe ser la sal de la tierra y la luz del mundo. 

10. Su justicia debe sobrepasar a la de los escribas y fariseos. 

11. No debe enojarse indebidamente con su hermano, sino buscar constantemente la reconciliación. 

12. No debe desear a la esposa de su hermano. 

13. Debe honrar debidamente a su propia esposa. 

14. Sus respuestas deben ser sí o no, y deben ser sinceras y dignas de confianza. 

15. Debe amar a aquellos que le aborrecen y orar por los que le maldicen. 

16. Debe ser com pasivo. 

17. Debe llevar a cabo sus obras de amor, ayunos y o raciones sin exhibiciones públicas. 

18. Su vida de oración debe incluir los siguientes elem entos: 

a. Una relación personal con Dios: «Padre nuestro». La palabra nuestro habla de la relación fraternal del creyente con otros cristianos. Aunque la Biblia no habla en ninguna parte de la paternidad universal de Dios, sí afirma la fraternidad universal de los creyentes. La palabra Padre expresa la relación entre Dios y el creyente. 

b. Fe: «Que estás en los cielos». Pablo declara que sin este elemento nuestras oraciones son inútiles. (V éase He. 11:6.) 

c. Adoración : « Santificado sea tu nombre». David creía que esta p arte de la oración era tan im portante que nombró a un grupo elegido selecto de hombres que no hacía otra cosa en el templo sino alabar y adorar a Dios. (Véanse 1 Cr. 23:5 ; 25:1, 7.) Juan ve en las vision es de Apocalipsis a cuatro seres vivientes que existe no solamente para adorar a Dios, quien es «no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todo poderoso , el que era, el que es, y el que ha de venir» (A p. 4:8). Recordemos también la declaración de Jesús a la mujer sam aritan a (Jn. 4:2 3 . 24). 

d. Expectación: «Venga tu reino». Este reino es el bendito reino milenario del que se habla tanto en el Antiguo Testamento. (Véanse Is. 2:2-4; 25:8; 35:1, 8, 10; 65:20, 25) y después visto anticip adamente por Juan en el Nuevo Testamento (A p. 20: 1-6). 

e. Sumisión: «Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra». Jesús nos daría más tarde el mejor ejemplo de ello en Getsemaní. (Véase M t. 26:39.) ' 

f. Petición : «El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy». Esto sugiere que nuestras oraciones deben ser diarias como nuestro pan. 

g. Confesión: «Y perdónanos nuestras deudas». La sangre de Cristo nos va a limpiar de nuestros pecados, pero ninguno va a ser excusado. Sólo los pecados confesados pueden ser perdonados (véase 1 Jn. 1:9). 

h. Compasión: «Como también nosotros perdonamos a nuestros deudores». (Véanse Mt. 18:21-35 y Jn. 4:20.) 

i. Dependencia: «Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal». Debemos tener claro que aunque Dios nunca nos ha prometido librarnos de la tentación, sí ha prometido preservarnos en y a través de la tentación. (Véase 1 Co. 10:13.) 

j. Reconocimiento: «Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria' por todos los siglos». (Véase la gran oración de David en I Cr. 2 9 :10 - 19 donde él anticipa realmente la parte final de la oración modelo de Jesús.) 19. Debe hacerse tesoros en los cielos y preferir a Dios antes que al oro en la tierra. 20. Debe buscar siempre primero el reino de Dios y su justicia. 21. Debe confiar en Dios para su alimentación, dirección y vestido. 22. Nunca debe juzgar críticamente a su hermano ni condenarle. 23. Será cuidadoso al hablar de cosas santas ante gente depravada. 24. Debe pedir, buscar y llamar a la puerta de su Padre, creyendo que recibirá, que encontrará y que ganará la entrada. 25. Debe hacer por otros lo que quiera que sea hecho por él. 26. Debe estar alerta de los falsos maestros, identificándolos por su frutos corrompidos. Cuarta predicción: relacionada con el gran trono blanco del juicio (M t. 7:21-23). 1. Muchos incrédulos pretenderán en aquel día haber hecho grandes cosas en el nombre de Jesús. a. «Profetizamos en tu nombre.» b. «En tu nombre echamos fuera demonios.» K. c. «Y en tu nombre hicimos muchos milagros.» 2. El Salvador, sin embargo, conociendo bien el corazón de los hombres, les dirá: a. «Nunca os conocí.» b. «Apartaos de mí, hacedores de maldad.» 

Primera parábola: dos casas en una tempestad (M t. 7:24- 27; Le. 6:47-49). 

1. Uno edifica sobre la roca y se mantiene firme. 

2. Otro edifica sobre la arena y cae. 

K. Jesús term ina su sermón y la gente está m aravillada de su enseñanza, de su autoridad y de la claridad de sus ilustraciones.